miércoles, 28 de diciembre de 2016

LAS MATANZAS DE HERODES


José Luis Corral Lafuente (Profesor y escritor aragonés)
Publicado en facebook
28.12.2016

NUNCA HUBO MATANZA DE LOS INOCENTES.
Otra mentira de la historia.

En la segunda mitad del siglo I comenzaron a escribirse decenas de textos sobre la vida de Jesús, los llamados “Evangelios”. Se conocen alrededor de ochenta, pero la Iglesia desechó la mayoría y a fines del siglo II sólo reconoció a cuatro como canónicos (Mateo, Marcos, Lucas y Juan). Los Evangelios ajustan la vida de Jesús a algunas profecías del Antiguo Testamento, para señalar que era el Mesías.

La “Matanza de los Inocentes” nunca existió; sólo está narrada en el Evangelio de Mateo (2, 16-23), y cuenta, en resumen, que tras la Adoración de los Magos y la Huída a Egipto, el rey Herodes el Grande (por cierto falleció en el año 4 antes de Cristo, luego de ser creíble el Evangelio, Jesús nació hacia el año 5 antes de Cristo) ordena la matanza de los niños menores de dos años de Belén y su comarca. Aparece también este episodio en el llamado “Evangelio apócrifo de la infancia”, escrito en el siglo VI.

En el Evangelio de Mateo Herodes es presentado como un rey cruel y vengativo, pero este episodio de la matanza no está recogido en las Historias de Flavio Josefo, el historiador judío del siglo I que más incide en la historia del pueblo hebreo.

En realidad, este episodio de la Matanza de los Inocentes es una invención de Mateo para hacer ver que en la vida de Jesús también se cumplía la profecía de Jeremías (31, 15), que reza así: “Esto dice el Señor: Se han oído allá en Ramá voces de lamentos, de luto y de gemidos, y son de Raquel, que llora a sus hijos, ni quiere admitir consuelo por ellos, visto que ya no existen”.

Terrible relato, pero la Matanza de los Inocentes presuntamente ordenada por Herodes el Grande jamás existió.

Herodes, rey de Israel, se hizo con el poder liquidando a los asmodeos, descendientes de los macabeos (el linaje de los soberanos de Judea), en una de las innumerables guerras entre facciones judías.

Eso sí, Herodes el Grande no se andaba con chiquitas; degolló a Antígono II y a su familia (los asmodeos), y ordenó ejecutar a sus propios hijos Aristóbulo, Alejandro y Antípatro, a su esposa Marianne y a varios de sus parientes.

En el lecho de muerte ordenó que se ejecutara a decenas de nobles que estaban apresados en el hipódromo de Jericó, orden que no llegó a cumplirse.

Herodes el Grande, rey de Judea, Galilea, Samaria e Idumea entre el 37 y el 4 a. de C., amigo de Augusto, esposo de diez mujeres y padre de una veintena de hijos, no se cortaba a la hora de liquidar a sus rivales, aunque fueran sus propios hijos, pero la Matanza de los Inocentes nunca existió.

*Para más información mi ensayo “Jesucristo y familia. Una visión histórica”, ed. Doce Robles, Zaragoza 2015; y mi novela, firmada con Antonio Piñero, “El trono maldito”, ed. Planeta, Barcelona 2014.
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