lunes, 17 de mayo de 2010

LO SAGRADO DE LA LEY

(¡Catapúm...! El legislador 23 le mete un gol al legislado)

La ley es sagrada y yo no lo dudo porque no me quiero condenar por las legislaturas de las legislaturas, amén.
Franco le dio una patada a la Constitución republicana española en 1936 con el efecto colateral de mas de un millón de muertos y la ruina material e intelectual de la sagrada Patria, que cono indica la palabra también es sagrada, luego llegó la iglesia le echó agua bendita, a Franco, y lo que nació de más de un millón de muertos, fusilados después de la guerra incluidos, se convirtió en por la Gracia de Dios, así rezaba en la inscripción de las monedas, y contra esto nada tengo que decir, porque Dios es muy gracioso. Tan gracioso es Dios que durante una buena temporada los Reyes lo eran por eso, porque Dios es muy gracioso, pero se ve que Dios anda ya algo cansado de tanto disparate y tanta tontada y nos dijo (palabra de Dios): “Id y andan, cuadrillas de simples, haced con los reyes lo que os pase por los huevos y no me metías a mi en esos berenjenales, que bastante tengo yo con los pederastas eclesiales”, y fue por esto, por lo que Don Juan Carlos Primero (que algunos con mucho sentido de la realidad dicen último), Rey de España (hoy en baja laboral, por la operación quirúrgica que le han hecho), juró ante Franco y las Cortes de Franco los Principio Fundamentales del Glorioso Movimiento Nacional, que como ya he dicho, tuvo el efecto colateral de más de un millón de muertos como consecuencia de la rebelión militar de Franco, la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana y la banca, contra la legalidad de la República (vengo diciendo que la ley es sagrada.
Pero así como yo igual plancho un huevo que frío una corbata ( a mi eso me da igual, que más da freír que planchar), Juan Carlos I (que algunos dicen último) que no es nada corto en eso del juramento y tiene una fortaleza principal (de principios) a prueba de artículos como este, ni corto ni perezoso, en unas Cortes democráticas que se suponía eran la antítesis de las Cortes franquistas, jura lo contario de lo que le juró a Franco y pelillos a la mar, total, ya lo vengo diciendo, la ley es sagrada.
La ley de los Presupuesto Generales del Estado también es ley, o sea, sagrada, como todas las leyes, y en esta sagrada ley, pero sagrada del todo, porque en ella se recoge la esencia de Dios mismo contante y sonante, el dinero, mediante pacto, repacto y contra pacto más un pacto más de propina para no quedarme corto, que hace que lo sagrado sea mucho más chuli, queda prescrito (¡toma palabra legal!) que el sueldo de los funcionarios tendría una subida de 0,3%.
Pues, bien, las Cortes Españolas, que es donde yo mando, porque en ellas reside el poder del pueblo (¿O no, Majestad?) y es donde están los y las que velan por mi sueldo, porque son mis representantes, han acordado joderme con todas las de la ley rebajándome el sueldo y congelando las pensiones y salario de millones de personas que ya sin ninguna bajada ni congelación ganan al mes lo que más de uno y más de cien y más de mil es posible que se lo gasten en un desayuno o en la compra de una corbata, y por tanto, el gobierno se pasará por los huevos y huevas la Ley de los Presupuestos Generales del Estado, y por que sí, porque la ley es sagrada, modificará el 0,3% que había de subida para los funcionarios. Y, claro, que se me olvidaba: la ley es de obligado cumplimiento para todos, y aquí, precisamente aquí, en este punto, es donde a mi me entra la risa floja. ¿Qué les parece?
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