sábado, 11 de abril de 2009

AY, SEÑOR, COMO ESTA EL PERSONAL


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(y, cuarta parte)

La amistad, y lo más parecido a la amistad que es el amor; la honradez; la sujeción a determinados principios morales; la fidelidad a la palabra dada y las virtudes en general, como no son mercancías no tienen valor de cambio, y como no tienen valor de cambio no se pueden retribuir. Por lo tanto, serian elementos extraños a la sociedad en la que prevaleciera la meritocracia, la buena, que reclama Kanciller y en la que se basa Raúl Tristán.
Otro argumento para mantener su punto de vista lo expone Tristán diciendo: “por cierto, ver ese puño violento y agresivo, con la estrella… es como ver el aguilucho franquista, dos extremos de un continuo de radicalidad, de obcecación en ideologías palurdas, caducas y excluyentes. Dos extremos que se tocan.”
¡Con los símbolos hemos topado, amigo! Ciertamente, ese símbolo al que Tristán menciona, implícitamente, eso si, es del PSOE moderno que hizo González. Representa al partido que transformó Felipe González, pero no al Socialismo. Y francamente, a mi no me gusta, me parece feo, “modelno”, pero tampoco llego a ver en el “puño” algo amenazante. Para mi es más amenazante el presidente del Consejo de cualquier banco o uno de esos afamados periodistas delante de un micrófono haciéndome comulgar con ruedas de molino, es decir, diciéndome lo que no es.
El símbolo del Socialismos es mucho (era, antes de que don Felipe decidiera por razones no declaradas arrojar por la borda cualquier ideología que pudiera ser asimilada a socialista) más rico y expresivo que una rosa y un puño hechos a empujones.
El símbolo del Socialismo, el del Socialismo español de Pablo Iglesias, por cierto, marxista, es un yunque que representa el trabajo, sobre el que hay un libro, un tintero y una pluma, es decir, cultura y pensamiento.
Claro que, como nos pongamos en plan fino al yunque del símbolo Socialista también le podemos sacar punta, y decir que un yunque es peligroso para el dedo gordo del pie, porque desde luego, como se te caiga encima del pie la uña gorda te la hace fosfatina, y ya puestos en el retorcimiento de lo que sobre la marcha se te vaya ocurriendo, también se podría concluir que el socialismo es nefasto para las uñas de los pies, lo cual tendría la misma lógica que la que tiene comparar, como hace Tristán, el régimen franquista, el botones de los intereses más reaccionarios del capital e iglesia de su tiempo con el Socialismo.
El franquismo surge de la ilegalidad contra el régimen legal y democráticamente establecido como fue la República (¡Viva la República! Hoy es 14 de abril) y de la violencia física, que se mantiene con esa misma violencia física aliñada con torturas, fusilamientos, represión de libertades civiles, atraso cultural y económico durante cuarenta años, al final de los cuales, propone al entonces Príncipe Don Juan Calos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón-Dos Sicilias, nacido el 5 de Enero de 1938 en una lujosa habitación, preparada al efecto, del Hospital Anglo-Americano de Roma, un mes antes de los nueve meses, y segundo hijo de María de las Mercedes de Borbón-Dos Sicilias y Orleans y de Juan de Borbón y Battenberg, como continuador del Movimiento Nacional establecido por Franco a punta de fúsil, y que hoy es REY DE ESPAÑA, de Castilla, de León, de Aragón, de las Dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Menorca, de Jaén, de los Algarves, de Algeciras, de Gibraltar, de las Islas Canarias, de Hungría, de Dalmacia, de Croacia, de las Islas Orientales y Occidentales y de las islas y tierra firme del Mar Océano; Archiduque de Austria; Príncipe de Suabia: Duque de Borgoña, de Brabante, de Milán, de Atenas, de Limburgo, de Loratingia, de Luxemburgo, de Güeldres, de Estiria, de Carniola, de Carintia, de Wurtemberg y de Neopatria; Marqués de Oristán y de Gociano; Conde Palatino de Borgoña; Conde Habsburgo, de Flandes, del Tirol, de Artois, de Hainaut, de Namur, de Gorizia, de Ferrete, de Kyburgo, del Rosellón y de Barcelona; Señor de Vizcaya, de Molina, de Salins, de Malinas, de la Marca Eslovena, de Pordenone y de Trípoli: Landgrave de Alsacia y Margrave del Sacro Imperio Romano y de Burgau.
Capitán General y Comandante Supremo de las Reales Fuerzas Armadas Españolas; Soberano Gran Maestre de la Insigne Orden del Toisón de Oro; Gran Maestre de la Real y Distinguida Orden de Carlos III, de la Orden de Isabel la Católica, de la Orden de las Damas Nobles de María Luisa; de la Orden de Alfonso X el Sabio, de las órdenes militares de Montesa, Alcántara, Calatrava y Santiago, así como de otras órdenes militares menores; Caballero de la Orden de la Jarretera y de la Orden del Imperio Británico; Bailío Gran Cruz de Justicia con collar de la Orden de Constantino y Jorge de Grecia, y Honor y Devoción de la Soberana Orden Militar de Malta; Gran collar de la Reina de Saba y de la Dinastía de Reza; Gran Gordón de la Orden Suprema del Crisantemo; Gran Cruz de la Legión de Honor y de la Orden Nacional de Mérito y Premio Félix Houphouet-Boigny para la Búsqueda de la Paz de la Unesco. Vamos, que no anda descalzo Su Majestad Don Juan Carlos I Rey de España. Mientras que el Socialismo nace como respuesta a una situación injusta y de miseria creada por el capitalismo.
O sea, que ver juntas las “puntas” del Socialismo y las del Franquismo como dice verlas Raúl Tristán son ganas de ver cosas juntas. Tal que las mías, que cuando invente la teoría del pescaito frito (cosa en la que ando ahora y que bien rica me va a salir) voy a juntar sus puntas con la teoría de la Relatividad, por dónde se van a juntar no lo sé, pero que las junto, por mis cojones que las junto, puede darlo el lector por hecho.
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