jueves, 16 de abril de 2020

Coranovirus. Cuando cesan los aplausos (El trabajador ya está un poco peor, porque ha transcurrido un día más de trabajo sin la debida protección sanitaria)



Basta ya de manipulación: No somos ni heroínas ni “supercajeras”, somos carne de cañón


Kaosenlared
Publicado el Abr 16, 2020

Desde que se decretó el estado de alarma, el pasado 14 de marzo, ha habido una campaña propagandística brutal, especialmente por parte de las empresas que se están forrando, pero también del Gobierno y de los principales sindicatos, presentándonos a las trabajadoras de supermercados como heroínas o como “supercajeras”. Un derroche de ingenio para ocultar la desprotección que vivimos.

Quienes escribimos esta carta somos trabajadoras de distintas cadenas de supermercados y grandes almacenes en Asturias, agrupadas en Sindicalistas de Izquierda, hartas de los aplausos vacíos del Gobierno y de la desprotección en la que nos están dejando las direcciones sindicales con presencia en el sector. Menos homenajes y más derechos y protección.

La realidad del COVID 19 para las trabajadoras de supermercados

Ante la avalancha inicial no se incrementaron ni las plantillas ni la protección, fuimos las mismas que ya estábamos (fundamentalmente mujeres, muchas de nosotras madres que, en aquellas tiendas donde se han eliminado los turnos rotativos, llevamos semanas sin prácticamente ver despiertos a nuestros hijos) quienes asumimos más carga de trabajo arriesgando nuestra salud, la de nuestras familias y la de los clientes.

Las primeras “medidas” fueron de risa: pedir a los clientes que se pusieran guantes y que evitáramos las aglomeraciones, cómo hacerlo con los centros desbordados sigue siendo un misterio. A partir de ahí las empresas nos bombardearon con protocolos que los sindicatos, en lugar de criticar por insuficientes, ineficaces o inexistentes, apoyaron pidiéndonos que los cumpliésemos.

Cada empresa comenzó a proceder como le parecía. Unas con guantes, mascarilla y alcohol desinfectante; otras con guantes y desinfectando con una bayeta y lejía hasta que llegaron los geles desinfectantes; algunas incluso se atrevieron a realizar una campaña para explicarnos que no eran necesarias las mascarillas porque “ni el Ministerio de Sanidad, ni la OMS recomiendan las mascarillas en sus medidas de protección básicas para la población en general.” Curiosamente la OMS ha cambiado de opinión respecto a la necesidad de usar mascarillas, manifestándose a favor de su uso, pero estas siguen llegando con cuentagotas.

Los pocos medios de protección que tenemos nos los han repartido como quien reparte migajas entre muertos de hambre: mascarillas que mientras el propio paquete especifica que tienen una durabilidad de 2 horas tenemos que usar ¡durante 15 días! Tras varios días de uso la sensación de humedad se hace totalmente insoportable; guantes de nitrilo que nos mandan lavar hasta que se rompen; gel desinfectante que no está a nuestro alcance porque hay muy pocos, en muchos casos 1 por tienda y custodiado por las encargadas en la oficina; uniformes insuficientes que tenemos que lavar a la carrera para tener seco al día siguiente. Han descargado toda la responsabilidad en nosotras. ¡Menos guías de cómo usar el material, y más material!

Por megafonía repiten que hay que guardar la distancia de seguridad, puro paripé: tenemos que cambiarnos juntas en unos vestuarios enanos en los que es imposible mantener esa distancia, sobre todo cuando tenemos que ir a toda leche para fichar puntuales y no perder parte del ridículo plus que nos ofrecen por enfrentarnos día a día, cuerpo a cuerpo, con el virus; seguimos trabajando el mismo número de compañeras en secciones en las que no aumentaron el espacio; los pasillos que tenemos que reponer muchas veces no miden ni el metro y medio, pero no reducen el número de pasillos porque lo único que les importa es hacer dinero.

Pero lo peor de todo es cuando hay un positivo en tienda. El procedimiento es el siguiente: se manda a casa en cuarentena a todas las que hemos estado en contacto con el positivo, se desinfecta la tienda con ozono y al día siguiente se vuelve a abrir con otra plantilla en las mismas condiciones. Ni pruebas ni nada, con esta absoluta frialdad han actuado Carrefour, La plaza Día o Alimerka.

Tenemos que organizarnos para defendernos de la patronal

Que poco valen nuestras vidas, como soldados de reemplazo, unas enferman y otras las relevan, debe ser esta la guerra de la que nos hablan, la de arriesgar nuestras vidas pero no para vencer a un virus, sino para aumentar los beneficios de la empresas, que si ya eran multimillonarios antes del coronavirus, ahora se han disparado: solo en la semana del 9 al 15 de marzo las ventas aumentaron un 77,5% en alimentación envasada y un 51,3% en productos frescos, con récord sin precedentes en el incremento de ventas algunos productos: un 335% en las legumbres, 259% en arroz y pasta, 146% en conservas , 170% en celulosas o 105% en higiene corporal(1) , por no hablar de las subidas de precios, especialmente de los productos frescos, que ya padecemos. (2)

Nosotras vemos la otra cara de la otra moneda: familias haciendo la compra a fin de mes con bolsas llenas de monedas de céntimo para comprar arroz o pasta. No hay derecho ni justificación para que la distribución de productos básicos siga estando en manos privadas, el Estado tiene la obligación de garantizar el suministro a todas las familias independientemente de su capacidad económica, y la única forma de garantizarlo es intervenir estas grandes cadenas para ponerlas al servicio de los intereses de la mayoría de la sociedad y no de la minoría de propietarios multimillonarios.

Aunque nos sentimos completamente abandonadas y desprotegidas sindicalmente (algo que tampoco nos extraña tras el papel jugado por las cúpulas de CCOO, UGT y USO en la última huelga), lamentarnos no nos resuelve nada, y menos ahora. Tenemos que organizarnos para defendernos de la patronal y exigir medidas que sean realmente útiles:

1. Imposición de multas diarias a todas las empresas en las que se incumplan las medidas de protección y seguridad, reorganizando los pasillos y la estructura de las tiendas cuando sea necesario e instalando mamparas de metacrilato en todas las líneas de caja y en las secciones.

2. Pruebas inmediatas a todos los trabajadores y trabajadoras inexcusablemente tras haberse registrado positivos. Las trabajadoras de baja a causa de la enfermedad o por aislamientos deben recibir el 100% de sueldo y es la empresa, con sus beneficios astronómicos, la que lo debe pagar.

3. Licencias retribuidas por la empresa, con el 100% del salario, para todo trabajador o trabajadora con problemas crónicos, respiratorios, cardiovasculares, diabetes, cáncer, inmunodeficiencias, mayores de 60 años o embarazadas o cualquier otro tipo de dolencia que lo haga encontrarse entre el grupo de personas de riesgo. Lo mismo para todas las trabajadoras y trabajadores que tienen a su cargo hijas, hijos o familiares dependientes, se les deben aplicar el artículo 37.3d) del Estatuto de los Trabajadores de acuerdo con el cual cuando se tiene un deber inexcusable, como es el cuidado de una persona dependiente, el trabajador tendrá derecho a ausentarse del trabajo con el 100% de su retribución y sin que sea computable como tiempo de vacaciones.

4. Contratación de más personal para controlar el aforo y hacer frente a la sobrecarga de trabajo. Defender todos los puestos de trabajo durante y después de la crisis del coronavirus. La inevitable bajada de ventas después de esta crisis no puede servir de excusa para ERTES ni ERES.

5. Reducción por ley de los precios de los productos fundamentales para la vida diaria de las familias trabajadoras y persecución contundente de la especulación. ¡Basta ya de que las grandes cadenas de supermercados se hagan de oro! Están aprovechándose de esta crisis para hacer negocio a costa de los y las trabajadoras y clientes, deben ser intervenidas por el Estado, nacionalizadas y puestas a funcionar bajo el control democrático de los trabajadores y los usuarios.

Nuestras vidas no son un negocio, organízate con nosotras, únete al sindicalismo combativo, escríbenos a sindicalistasdeizquierda@gmail.com


*++


No hay comentarios: