lunes, 8 de diciembre de 2025

UCRANIA EN GUERRA: PÁNICO EN EUROPA. ALEMANIA A OSCURAS.RUSIA GOLPEA CON...

¿Será 2026 el año de la crisis?

 

Crecen las advertencias sobre el estallido de una burbuja en el mercado, que podría proceder tanto del campo de la IA como del de las criptomonedas o la deuda. La crisis sería más desastrosa que la de 2008 debido al papel no regulatorio del gobierno USA.


¿Será 2026 el año de la crisis?

Vincenzo Comito

El Viejo Topo

8 diciembre, 2025 



Premisa

Los pronósticos negativos para 2026 destacan la posibilidad de una crisis financiera originada en Estados Unidos y luego extendida en varias direcciones geográficas, particularmente hacia Europa, con distintos grados de daño en varios países.

De hecho, recientemente las advertencias sobre el posible estallido de cualquiera de las muchas burbujas que actualmente existen en los mercados se han vuelto cada vez más insistentes y han formado un coro; en nuestra opinión, no deben subestimarse, especialmente porque entre los profetas catastróficos se encuentran muchas figuras y medios de comunicación influyentes. Si el sistema financiero colapsa, habrá sido una de las implosiones más pronosticadas de la historia (The Economist, 2025, a). Estas advertencias parecen verse reforzadas recientemente por el nerviosismo existente los mercados bursátiles tras aproximadamente tres años de subidas continuas. Sin embargo, no faltan voces que ven las cosas con mayor optimismo.

A continuación analizamos las principales razones esgrimidas que sustentan esta amenaza.

Una posible crisis tendría consecuencias de gran alcance no solo para los mercados financieros; debilitaría aún más la hegemonía estadounidense sobre el orden internacional, en particular en beneficio de China, pero esta también sufriría. También aumentarían las dificultades para los países altamente endeudados, con Italia a la cabeza (y pensemos también en los países pobres). Finalmente, acentuaría aún más las ya fuertes presiones proteccionistas en curso, en particular las de Estados Unidos (The Economist, 2025, a). Por lo tanto, en última instancia, perjudicaría a todos, aunque ciertamente no en la misma medida.

¿Donde podría surgir la crisis?

Un artículo (Roche, 2025) destaca las posibles causas de una crisis inminente, que el autor estima podría estallar en el plazo de un año. Esta podría ser una combinación potencialmente fatal de inversiones desmesuradas en IA, con niveles crecientes de deuda pública y crédito privado no bancario, que ya ha alcanzado niveles equivalentes a entre tres y cuatro veces el PIB de Estados Unidos y la UE. Este crédito se financia en parte por los sistemas bancario y de seguros (que estarían plenamente involucrados en caso de crisis) y esquiva la atención de las autoridades reguladoras. Los bancos, en particular, se inclinan a financiar el sector porque obtienen una mayor rentabilidad económica que con los préstamos directos tradicionales.

También se podría añadir a la lista el crecimiento excesivo de los valores bursátiles, un fenómeno vinculado al menos en parte a la IA; la fiebre del oro, que es un síntoma, entre otras cosas, tanto de la pérdida de confianza en el dólar y en los bonos del gobierno estadounidense como activo de refugio y medio de conversión monetaria: xel crecimiento asociado a las transacciones especulativas (Volpi, 2025)) y a las criptomonedas; y  finalmente la debilidad de los bancos regionales y la crisis en el mercado hipotecario inmobiliario paralela al crecimiento de los precios en Estados Unidos.

Estas dinámicas se ven exacerbadas por las políticas del presidente Trump, que parecen buscar principalmente el beneficio personal de la situación en lugar de regularla, actuando como un agente del caos (The Economist, 2025, b). El suyo es un excelente ejemplo de bombero pirómano, a quien, sin embargo, se le permite discretamente hacer lo suyo. Por el contrario, y como consecuencia, mientras que la última crisis financiera contó con una coordinación global para abordarla, esta vez los distintos Estados se verán obligados a afrontar las dificultades por sí solos (The Economist, 2025, b).

https://www.elviejotopo.com/wp-content/uploads/2025/05/Banner-papel-448-1.jpg

En los siguientes párrafos exploramos con cierto detalle la magnitud del problema en algunos sectores.

Una bolsa inflada

W.A. Birdthistle, en un artículo publicado en el New York Times (Birdthistle, 2025), sugiere que hoy existen analogías cercanas con la crisis de 1929. Entre otras cosas, argumenta el autor, el dinero especulativo vuelve a fluir en abundancia hacia planes de inversión arriesgados, en particular con enormes sumas invertidas en IA y criptomonedas. Y los reguladores financieros de Trump, en lugar de recordar un siglo de lecciones que salieron caras, están avivando el fuego de diversas maneras. Como dice un eslogan (Tooze, 2025): «MAGA + IA no es una receta para la estabilidad». Pero más allá de las políticas de Trump, las finanzas se han visto infladas desmesuradamente por varias décadas de política monetaria favorable.

Los inversores tienen la vista puesta en los llamados «siete magníficos»: Google, Amazon, Apple, Meta, Microsoft, Nvidia y Tesla, ignorando su capacidad real para generar beneficios (Couppey-Soubeyan, 2025). Por lo tanto, el capital se concentra en un circuito cerrado en unas pocas empresas relacionadas con la IA, y la caída en la bolsa de una de ellas bastaría para desencadenar un rápido y masivo efecto dominó que arrastraría a todo el mercado (Couppey-Soubeyan, 2025).

Los excesos financieros de hace cien años nos recuerdan que cuando los centinelas duermen, los criminales actúan. Los fracasos financieros de aquella época, cuando en tan solo unos pocos años la bolsa se desplomó un 77% y la economía mundial se hundió en la Gran Depresión, nos enseñaron lecciones importantes, incluyendo la necesidad de una regulación prudencial. En cambio, el gobierno estadounidense ha despedido a los reguladores y eliminado las barreras que han mantenido a flote los mercados financieros durante mucho tiempo. Entre otras cosas, la SEC (Comisión de Bolsa y Valores estadounidense) está explorando maneras de permitir que empresas y fondos vendan valores sin registro ni divulgación. Además, Trump presiona incansablemente a la Reserva Federal para que reduzca las tasas de interés, lo que podría estimular aún más un mercado financiero ya de por sí sobredimensionado.

Mientras tanto, los programas de IA están contribuyendo a un aumento significativo de la manipulación del mercado.

Alguien (Tooze, 2025) ha estimado que un ajuste razonable en los valores de las bolsas estadounidenses daría lugar a pérdidas de 20 billones de dólares para los inversores locales (pérdidas correspondientes al 70% del PIB del país) y 15 billones para los del resto del mundo (en este caso estaríamos en el 20% del PIB).

La burbuja de la IA, una imagen diferente

Con referencia específica al sector de la IA, es importante recordar, por un lado, las enormes y crecientes inversiones en el sector en Estados Unidos, y por otro, los temores respecto a si sus puestos de trabajo encontrarán ingresos que los cubran en un futuro próximo, mientras la valoración de algunas de las empresas del sector asciende ya a billones de dólares.

Según McKinsey, para 2030 se invertirán 7 billones de dólares en centros de datos en Estados Unidos; solo en el trimestre agosto-octubre, Google, Meta, Microsoft y Amazon destinaron 112 000 millones de dólares a este proyecto (Frisch, 2025), y 350 000 millones de dólares para todo el periodo de 2025. Hasta hace poco, las inversiones en el sector se financiaban en gran medida mediante capital, pero cada vez se recurre más al endeudamiento, a menudo en forma de estructuras de financiación muy complejas. Por ejemplo, se utiliza el denominado vehículo de propósito especial (SPV), un mecanismo legal que permite a una empresa asumir incluso cantidades significativas de deuda sin que esta aparezca reflejada en sus balances (Frisch, 2025).

En cualquier caso, es importante distinguir entre los distintos sectores de la industria. Una empresa como Nvidia, con diferencia la mayor del sector, cuyo valor bursátil ronda los 4,5 billones de dólares, parece no tener grandes problemas actualmente, ya que sus chips se venden fácilmente y a un precio alto a las empresas usuarias. Incluso las consultoras que operan en el sector parecen disfrutar de una vida relativamente tranquila.

Nvidia no debería estar tranquila. Además de verse envuelta en las disputas políticas entre Estados Unidos y China, que probablemente le han costado el lucrativo mercado del país asiático, también se ve obligada a financiar a sus clientes para que compren sus chips, un sistema que está ganando terreno en Estados Unidos y que, obviamente, aumenta los riesgos (Leparmanitier, 2025); por ello, Nvidia ha invertido 100 000 millones de dólares en OpenAI (Leparmanitier, 2025) (véase también más adelante). Sin embargo, sus resultados financieros actualmente parecen excepcionales, con ingresos estelares y más de 31 000 millones de dólares en un solo trimestre.

La situación es diferente para las empresas que ofrecen su software en el mercado: aquí es donde residen las mayores dudas. Grupos como Meta, Microsoft y Alphabet siguen incrementando significativamente sus inversiones. Mientras que Microsoft, por ejemplo, parece capaz de generar demanda para sus productos incluso más allá de su capacidad de producción, las perspectivas de otras empresas parecen más inciertas (Waters, 2025). En este sentido, es significativa la tendencia de muchas empresas del sector a ampliar el plazo de amortización de los nuevos equipos, tendiendo a distribuir el gasto no en tres años, como parecería razonable, sino en cinco o seis.

Hay algunas señales de que la burbuja puede estar empezando a estallar: en noviembre, las acciones del sector mostraron pérdidas significativas durante un tiempo.

El caso de Open AI

Los temores se centran, entre otros, en el caso de OpenAI y su modelo económico (Piquard, 2025). El fundador de la empresa, Sam Altman, quien ha desempeñado un papel clave en el auge de la IA desde 2022, se encuentra ahora bajo presión y trata de tranquilizar al mercado sobre las enormes inversiones previstas en centros de datos  que ascienden a 1,4 billones de dólares en ocho años. Las dudas giran en torno a cómo recuperará la empresa estas enormes sumas. Para el año que termina, su facturación rondará los 13.000 millones de dólares, mientras que Altman promete facturar 125.000 millones de dólares en 2029 y 174.000 millones en 2030. Sin embargo, mientras tanto, las pérdidas han alcanzado los 5.000 millones de dólares en 2024 y los 8.000 millones solo en el primer semestre de 2025 (Piquard, 2025), mientras que el propio Altman admite que su empresa quemará dinero hasta 2028, cuando perderá 74.000 millones de dólares, y los primeros beneficios llegarán en 2030 (Bertolino, 2025). Por lo tanto, una parte significativa de las futuras fuentes de ingresos parece en gran medida hipotética.

Mientras tanto, Bruselas, que en agosto de 2024 había aprobado la Ley de IA, una normativa que, con bastante acierto, pretendía frenar los aspectos negativos de los programas de IA, en noviembre de 2025, bajo la presión de las empresas y la administración estadounidense, decidió posponer 16 meses la implementación de algunas de las disposiciones más importantes. Ya veremos con qué resultado.

La directora del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, y el organismo de control de estabilidad financiera británico creen que la crisis podría tener su origen en el sector de la inteligencia artificial.

La deuda pública y privada sigue creciendo

Históricamente, las crisis de deuda pública casi siempre han afectado a los países pobres. Hoy en día, el problema también afecta a los más grandes y ricos, cuyo endeudamiento es cada vez mayor, alcanzando niveles de vértigo; en promedio, la ratio deuda/PIB ha alcanzado el 110 % en las economías avanzadas, mientras que el aumento de los tipos de interés desde 2022 ha incrementado significativamente su participación en los presupuestos públicos (The Economist, 2025, c). La situación se ve más grave desde una perspectiva prospectiva al considerar las amenazas a la deuda que plantean el envejecimiento de la población, el creciente gasto en defensa y el gasto en transición energética.

En los próximos años, los gobiernos podrían verse obligados a generar superávits primarios muy elevados, lo que conllevaría una severa austeridad; de lo contrario se verían empujados a la suspensión de pagos o a una alta inflación. La amenaza de suspensión de pagos aparentemente no sería a corto plazo, pero afectaría considerablemente a los mercados de bonos gubernamentales.

Cabe recordar también que la deuda privada ha alcanzado niveles estratosféricos. Según el IIF, la deuda pública y privada global combinada asciende a 315 billones de dólares, equivalente a más del 330 % del PIB mundial.

Al mismo tiempo, existe evidencia de un deterioro en los estándares crediticios, particularmente en Estados Unidos, un fenómeno resaltado por varias crisis recientes (las muy discutidas First Brands Group y Tricolor Holdings). Como señaló el director de JP Morgan, James Dimon: «Cuando ves una cucaracha, probablemente haya otras».

Mientras tanto, Estados Unidos, la UE y Gran Bretaña están impulsando la implementación de nuevas normas de regulación bancaria, conocidas como «Basilea III», un mecanismo implementado por etapas después de la crisis de 2008 que provocó la quiebra y el rescate de varios bancos importantes; este mecanismo requiere que las instituciones financieras aumenten su capital social.

https://www.elviejotopo.com/wp-content/uploads/2025/07/Sin-titulo-850-x-150-px.png

Warren Buffett confirma los temores

Warren Buffett, también conocido como el “Oráculo de Omaha”, su ciudad natal, por su notable capacidad para acumular riqueza mediante operaciones bursátiles a través de su compañía financiera Berkshire Hathaway, concedió recientemente entrevistas en las que se mostró muy pesimista sobre el futuro de la economía y las finanzas, confirmando algunas de las preocupaciones planteadas por las otras fuentes mencionadas anteriormente.

Buffett identifica cuatro puntos críticos en la situación: primero, el mercado de valores ya no tiende a financiar la economía real, sino que se concentra cada vez más en transacciones puramente especulativas y financieras; mientras tanto, el nivel de deuda del sector privado y público está creciendo desproporcionadamente, el mundo económico y financiero está cada vez más preocupado por el cortoplacismo, descuidando los horizontes de largo plazo; y finalmente, la Fed ya no podrá intervenir adecuadamente en momentos críticos.

¿Señales de advertencia?

Al parecer, en las últimas semanas han ido apareciendo algunas señales de alerta ante una posible crisis.

Grandes inversores han estado desinvirtiendo en acciones de Nvidia. El mercado de criptomonedas ha sufrido una segunda caída brutal, llegando a perder su precio un tercio de su máximo de octubre (Editorial, 2025).

La volatilidad de estos instrumentos no es cíclica, sino estructural. De hecho, carecen de valor económico. No generan ingresos, no están vinculados a ningún tipo de producción y no pagan dividendos. Lo que los impulsa no es el flujo de caja, sino las expectativas, en particular de que alguien más compre estos valores en el futuro a un precio superior al actual; cuando la confianza del mercado decae, nadie puede detener su caída. Son la herramienta definitiva para que los poderosos se aprovechen de los débiles (Editorial, 2025). Además, son una herramienta ideal para el blanqueo de capitales.

Las criptomonedas son quizás el ejemplo más extremo del cambio actual hacia una nueva ola de financiarización de la economía, alentada, en lugar de contrarrestada, por la administración estadounidense.

Simon Johnson, Premio Nobel de Economía, y Rana Foroohar, prestigiosa periodista del Financial Times, creen que la gran crisis vendrá precisamente desde estas herramientas.

Algunos disidentes

Junto a este gran coro de profetas del desastre, no faltan voces disidentes, aunque sean pequeñas minorías de expertos.

En este sentido, podemos recordar las declaraciones de Nouriel Roubini, economista conocido por predecir prácticamente en solitario la crisis de 2008. En una conferencia reciente en Milán (Bufacchi, 2025), el experto declaró su convicción de que el futuro del mundo será mucho mejor gracias al avance del nuevo orden tecnológico, con el desarrollo de la IA, que, según el autor, tiene un enorme potencial. Roubini predice que el PIB de EE.UU. podría crecer hasta un 4 % anual en el futuro, y que otros países podrían alcanzar picos de hasta el 10 % anual. En la misma línea optimista, aunque con un toque más cauteloso, se encuentran varios artículos recientes publicados en The Economist (véase, por ejemplo, The Economist, a).

Un artículo aparecido en el Financial Times (Waters, 2025) reconoce de forma más moderada que algunas empresas que se benefician del auge de la IA son potencialmente vulnerables a una caída en los precios de sus acciones, una caída que incluso podría ser grave, pero esto, para Waters, no significa necesariamente que vaya a estallar una burbuja devastadora.

Conclusiones

Desde hace algún tiempo, los países occidentales, y en particular Estados Unidos, han experimentado un nuevo y poderoso impulso hacia la financiarización desenfrenada de la economía. Una ola anterior de la misma naturaleza culminó en la grave crisis de 2008, que se superó tras un largo período, con considerables dificultades, gracias en parte a la intervención decisiva y coordinada de los sistemas regulatorios. Esta vez, un posible colapso del mercado, que podría tener su origen, como hemos visto, en múltiples fuentes, chocaría con una escala aún mayor de valores en juego y unas defensas potencialmente mucho más débiles, en parte debido a la presencia de una administración estadounidense aparentemente irresponsable, que contribuye especialmente a avivar las llamas.

El estallido de una crisis tendrá consecuencias significativas para todo el mundo. Estados Unidos intentará trasladar la carga lo máximo posible a otros países, en particular a la UE, perdiendo así terreno en el escenario económico y político mundial. Mientras tanto, los países más pobres tendrán mayores dificultades para acceder al crédito, con tipos de interés más altos y mayores dificultades para exportar sus productos a los países desarrollados.

El proceso de desdolarización en curso, que hasta ahora había avanzado de forma decisiva pero relativamente lenta, se acelerará. Al mismo tiempo, aumentará significativamente la presión de los países del Sur para desarrollar vínculos económicos con China, y entre ellos.

Algunos se muestran categóricos respecto a la situación; así, el profesor Gary Marcus declaró: “Nadie sabe cuándo estallará la burbuja, pero sucederá” (Bertolino, 2025).

Además, hay quienes, como hemos visto, creen que la burbuja no estallará o que tendrá dimensiones controlables, y que, en cambio, el desarrollo de la IA, en particular, traerá una ola de gran prosperidad al mundo. Ojalá que así sea. Pero, en cualquier caso, nadie parece capaz ni dispuesto a controlar el proceso de financiarización en curso, que tiende a deprimir el rendimiento de la economía real.

Textos citados en el artículo

Bertolino F., Open AI & Co., lo que esconde la web de Altman, Corriere della será finanza , 17 de noviembre de 2025

Birdthistle , WA, Trump nos está llevando hacia un colapso. Podríamos repetir lo de 1929, www.nytimes.com , 7 de noviembre de 2025

Bufacchi I., Roubini ahora ve rosa, Il Sole 24 Ore, 13 de noviembre de 2025

Couppey-Soubeyran J., Et si l’euphorie boursière…, Le Monde , 15 de noviembre de 2025

Editorial, The Guardian analiza la última caída de las criptomonedas, www.theguardian.com , 18 de noviembre de 2025

Frisch I., La deuda ha entrado en el auge de la IA, www.nytimes.com , 8 de noviembre de 2025

Leparmentier A., ​​​​Sobre la loca circulación de miles de millones de dólares, Le Monde, 26-27 de octubre de 2025

Piquard A., IA abierta: les doutes s’accumulent…, Le Monde , 9 de noviembre de 2025

Roche D., Se avecina un colapso, Ideas de Engelsberg , 29 de octubre de 2025

The Economist , Cómo los mercados podrían derrumbar la economía global, 15 de noviembre de 2025, un

The Economist , Cómo podría ocurrir la próxima crisis, 3 de mayo de 2025, b

The Economist , Gobiernos en quiebra, 18 de octubre de 2025, c

Tooze A., Maga + AI no es una receta para la estabilidad, www.ft.com , 11 de noviembre de 2025

Volpi A., Píldoras para la bancarrota n.° 2, www.contropiano.org , 28 de octubre de 2025

Waters R., Los rumores sobre los problemas de la burbuja de la IA son exagerados, www.ft.com , 13 de noviembre de 2025

Fuente: Sinistrainrete

 *++

domingo, 7 de diciembre de 2025

LOS RUSOS ROMPEN EL FRENTE EN KONSTANTYNOVKA. GRUPOS RUSOS SE INFILTRAN ...

DIRECTO ÚLTIMA HORA | ATAQUE TOTAL A TRUMP: NO SE ESPERABA ESO! VENEZUEL...

🚨 ESTÁN HUYENDO! INICIA LA REBELIÓN MILITAR CONTRA TRUMP 🔴 Programa Comp...

La IA y el desempleo

 

Es probable que la burbuja de la IA esté a punto de estallar. Las consecuencias de este estallido eventualmente afectarán incluso a quienes nunca se han preocupado por la IA. La pregunta con la burbuja de la IA no es si estallará, sino cuándo.


La IA y el desempleo

 

II Chimico Scettico

El Viejo Topo

7 diciembre, 2025





INTELIGENCIA ARTIFICIAL, BURBUJA Y DESEMPLEO

Por Il Chimico Scettico

Tras años de revuelo y un crecimiento exponencial de la inversión, el auge de la tecnología de inteligencia artificial empieza a mostrar signos de desaceleración. Muchos analistas financieros coinciden en que existe una «burbuja de la IA», y algunos especulan que podría estallar en los próximos meses.

En términos económicos, el auge de la IA no se parece a ningún otro auge tecnológico de la historia: la inversión en IA hoy en día es 17 veces mayor que la invertida en empresas de internet antes del estallido de la burbuja puntocom a principios de la década de 2000. Y, con una valoración de alrededor de 4,6 billones de dólares, la empresa NVIDIA valía más que las economías de cualquier país, excepto Estados Unidos, China y Alemania.

Pero la IA no está cumpliendo su promesa de revolucionar múltiples industrias (casi el 80% de las empresas que utilizan IA han descubierto que no ha tenido un impacto significativo en sus ingresos, según un informe de la consultora de gestión McKinsey) y las preocupaciones sobre la arquitectura subyacente de los chatbots están llevando a los científicos a decir que la IA tiene potencial para dañar su investigación.

Estas dudas sobre la utilidad y la sostenibilidad financiera de la tecnología están llevando a analistas e inversores a especular sobre un colapso inminente. Incluso directores ejecutivos de empresas tecnológicas como Sam Altman, de OpenAI, empresa matriz de ChatGPT con sede en San Francisco, California, han admitido que algunos sectores de la industria se encuentran en una especie de burbuja en estos momentos.

Así que el panorama actual se puede traducir rápidamente como: la burbuja estallará, sí (¿cuándo? Nadie lo sabe). La inteligencia artificial explotará, no, lo siento. Y cuando la burbuja estalle, probablemente habrá muchos desarrolladores de IA sin trabajo. Pero parece que la mera existencia de la IA está causando desempleo.

https://fortune.com/2025/11/20/El desempleo entre graduados universitarios de la generación Z podría alcanzar el 25 por ciento, advierte el senador estadounidense sobre una disrupción sin precedentes y AI/

No es sólo una declaración política: la Reserva Federal de St. Louis está más o menos de acuerdo .

Una cosa es bastante segura: en mi sector, el impacto de la inteligencia artificial no ha sido revolucionario, salvo en un área: la contratación. En general, cualquier sistema de contratación actual, grande o pequeño, depende de algún tipo de agente para filtrar los currículos recibidos, e incluso grandes empresas globales como Morgan McKinley ofrecen minicursos sobre cómo adaptar el formato de un currículo a la IA. Además, me han informado de que al menos una de las mayores farmacéuticas mundiales está enviando correos electrónicos a quienes tienen currículos en su sistema de contratación para solicitar su consentimiento para utilizar sus datos como parte de su nuevo sistema basado en IA. Si no se da el consentimiento, los datos se eliminan.

Dicho esto, volvamos al punto original. Dado que la comparación es con la burbuja puntocom , recordemos lo que ocurrió. Las cifras del desplome de las puntocom fueron alarmantes. A finales de 2002, 100 millones de inversores individuales habían perdido 5 billones de dólares en la bolsa. No fueron los inversores de riesgo ni los expertos quienes pagaron el precio más alto, sino los inversores comunes, que quizá desconocían que tenían acciones tecnológicas en su fondo de pensiones o seguro de vida.

La crisis provocó la pérdida de cientos de miles de empleos solo en el sector tecnológico. El mercado laboral de programadores se saturó y la matrícula universitaria en carreras relacionadas con la informática se desplomó.

La pregunta con la burbuja de la IA no es si estallará, sino cuándo. Cuantitativamente, nadie puede proporcionar estimaciones precisas sobre el precio del estallido de la burbuja, pero por todos los precedentes, sabemos quién lo pagará, al menos en el mundo occidental.

En cuanto a China, el gran enemigo de la IA estadounidense, el 40% de las inversiones son estatales (y para el 60% restante, la clave es la inversión privada, recordando que el Estado casi siempre participa indirectamente, de ahí las advertencias de Xi Jinping a las autoridades locales sobre la sobreinversión ). Así pues, en el lado chino, la burbuja consistirá en centros de datos vacíos de nueva construcción, muy similares a las urbanizaciones desiertas de alta densidad durante la «burbuja inmobiliaria china», que causó revuelo en la bolsa de Hong Kong, pero no desencadenó una crisis global.

Fuente: Ilchimicoscettico

 *++

sábado, 6 de diciembre de 2025

TREMENDO! GOLPE BRUTAL DE MISILES Y DRONES SOBRE TODA UCRANIA. LA CIUDAD...

Ecosocialismo o extinción [Nota de El Ojo Atípico: A mi el cuento de Caperucita Roja y los siete ecologistas me gusta más]

 

Comunicado del II encuentro ecosocialista latinoamericano, coincidiente con la COP30. El ecosocialismo, herramienta de construcción de otro mundo, se hace necesario y urgente. La única salida es una organización coordinada para superar el capitalismo.


Ecosocialismo o extinción

 

El Viejo Topo

6 diciembre, 2025



Ecosocialismo o Extinción: defender la vida, construir territorios libres y Ecosocialismo de los pueblos y para los pueblos

Nos reunimos en un momento de profunda ofensiva del capital contra la vida, en el marco de las acciones que los pueblos organizamos en respuesta a la COP 30. Este encuentro nos permitió, una vez más, reafirmar que tanto el ascenso de la extrema derecha como las falsas soluciones de gobiernos que se autodenominan progresistas, pero que luego no dudan en privatizar bienes comunes o facilitar la agresión contra pueblos y líderes que enfrentan, día tras día, las consecuencias de la lógica del crecimiento infinito del capital en sus territorios, nos instan a luchar por un mundo en el que los sistemas de vida estén en el centro de todas nuestras construcciones políticas y a repudiar enérgicamente cualquier tentativa de intimidación.

Tuvimos un ejemplo de lo que sucede cuando, en lugar de fortalecer la lucha de los pueblos que defienden sus territorios con sus propias vidas, los defensores del neoliberalismo progresista se ponen al servicio del capital y del extractivismo depredador. Las amenazas políticas sufridas por la compañera indígena Auricelia Arapiun, durante su intervención en nuestro panel de análisis de coyuntura, son una radiografía de un sector que actúa dentro de las comunidades para instalar el miedo y la fragmentación. Sin embargo, nosotros —como expresó Auricelia en su respuesta a la amenaza— no nos callamos y no conciliamos.

La ofensiva de la extrema derecha, como sabemos, se traduce también en nuestros territorios en intentos de violar nuestra soberanía, reproduciendo las mismas lógicas de sumisión y dominación que existieron en el pasado y que persisten en el presente. Ante esta ofensiva imperialista, nosotras, nosotros, los ecosocialistas, abogamos por un frente único para resistir y defendernos.

El ecosocialismo, como herramienta de construcción de otro mundo, se hace necesario y urgente. La aceleración de la destrucción masiva de la capacidades de reproducción de los ecosistemas y el carácter neocolonial e imperialista de las supuestas alternativas presentadas por el mismo sistema que generó la actual emergencia climática amenazan nuestra continuidad como especie y nos conducen a un punto de no retorno.

Ante este desafío, se impone como única salida posible la organización coordinada de nuestras luchas con el objetivo de superar el sistema capitalista. La lucha organizada de los pueblos, su resistencia contra los sistemas de dominación y el avance en la construcción de otros mundos basados en la solidaridad, la complementariedad y la reciprocidad —respetando los saberes y las cosmovisiones de los diferentes pueblos y su legítimo derecho a la autodefensa y la autodeterminación— constituyen la base fundamental de nuestra estrategia.

En estos días de debate, representantes de pueblos en lucha de las distintas latitudes de Abya Yala y otros continentes, a nivel global, levantamos nuestra voz para denunciar que el extractivismo, capitalista e imperialista, viene promoviendo la destrucción ambiental y humana en diversos territorios. Es necesario fortalecer las redes de los pueblos que resisten para combatir esta destrucción, al mismo tiempo reforzamos las formas de producción de vida que los pueblos han desarrollado históricamente y que se encuentran en riesgo debido a la contaminación y la apropiación del agua, la tierra y el aire por parte de las corporaciones transnacionales y de los gobiernos.

Las voces de los pueblos originarios fueron protagonistas en este encuentro, identificando un contexto común de colonialismo, invasión, despojo, extractivismo y falsas soluciones, acompañado de una política de aniquilación y genocidio, en la que no solo se mata, sino que también se invisibilizan estos pueblos, criminalizándolos y persiguiéndolos.

En este punto, vemos la relación entre cuerpo y territorio como un tejido en el que, si bien reside la violencia estructural, también reside la lucha por la vida. Esta lucha es evidente y se traduce en las resistencias alternativas, a través de la valorización y articulación de saberes, cosmologías en las que la ancestralidad y la naturaleza están presentes, además de la autodefensa, de la autodeterminación, de la vida comunitaria y la importancia de la esperanza y de la unidad entre los distintos territorios.

Estas luchas por la vida también se manifiestan a través de los ecofeminismos, que ponen de relieve la lucha de las mujeres y los cuerpos feminizados de los distintos territorios de Abya Yala, quienes se enfrentan a la estrecha e histórica relación entre el capitalismo y la violencia a la que se ven sometidas la tierra, los territorios y las mujeres.

Subyacente a los distintos extractivismos se encuentra una violencia que se expresa en la contaminación y destrucción de la tierra; en la depredación y el robo de nuestros bienes comunes; en la fragmentación de las perspectivas culturales; y en nuestros cuerpos feminizados, empobrecidos y racializados de miles de mujeres en el Sur Global.

Este análisis, además de identificar el capitalismo como el origen estructural de todas las violencias territoriales, también propone soluciones que pueden superar estas contradicciones, como la gestión comunitaria del agua, la autonomía alimentaria, el autogobierno, la justicia comunitaria y una forma de entender el cuidado de manera subversiva, es decir, desde una crítica estructural de la neoliberalización del discurso del cuidado, que sigue sustentando la lógica del capital. En cambio, nos posicionamos desde la perspectiva del cuidado colectivo y comunitario, a favor de una transformación radical.

La lucha ecosindical es un elemento fundamental de la lucha ecosocialista. La lucha por más y mejores condiciones laborales, combinada con la conciencia de que la explotación de la clase trabajadora y el despojo de nuestros bienes comunes están al servicio del capital y se complementan entre sí, crea condiciones para movilizarnos y avanzar contra las causas estructurales de las opresiones que sufrimos dentro del sistema capitalista.

En este sentido, repudiar la práctica del fracking en Colombia, en América Latina, en el Caribe y en el mundo es una tarea que asumimos con responsabilidad, con el objetivo de contribuir a la construcción de territorios libres. Sabemos que esto solo será posible si las organizaciones sindicales se articulan con los procesos sociales, populares, indígenas y campesinos de cada país, manteniendo su autonomía en la defensa de los territorios, la vida y su reproducción. Mediante la solidaridad internacionalista, nos comprometemos a promover espacios para denunciar las violaciones de los derechos laborales, humanos y naturales.

Es a partir del tejido que somos que gritamos, de forma unánime: Palestina Libre, del río al mar; alto el fuego en Gaza; y condena al Estado genocida de Israel por la matanza del pueblo palestino. Un pueblo que resiste, que siembra, que conserva la convicción de seguir de pie —y al cual abrazamos desde la solidaridad internacionalista, multiplicando las acciones globales de apoyo, como el BDS y la Flotilla, ejemplos de resistencia desde abajo que están siendo vistos como amenazas por Israel.

Además de eso, exigimos a los gobiernos de la región que rompan sus relaciones con Israel, como en el caso de los acuerdos con Mekorot, la empresa nacional de agua de Israel, que se ha convertido en un instrumento de dominación colonial. El agua es un bien común y, en Palestina, es utilizada como un arma política y económica: Israel controla las fuentes, impide a los palestinos perforar pozos, recoger agua de lluvia o mantener cisternas, creando así una dependencia total y un sistema de apartheid hídrico. Palestina es un laboratorio de dominación cuyas técnicas se expanden a otros territorios, y la resistencia y la solidaridad con el pueblo palestino deben ser globales. Nosotras y nosotros, ecosocialistas del mundo entero, acompañamos y construimos una solidaridad activa con el pueblo palestino y su derecho a existir.

A pocos días del inicio de la COP 30, observamos una vez más que este no es un espacio capaz de dar respuesta a las necesidades de los territorios; por el contrario, se erige como un mecanismo para la financiarización de la naturaleza. Por consiguiente, reafirmamos nuestra denuncia y rechazo al pago de deudas odiosas e ilegítimas, y abogamos por el cierre de los mecanismos internacionales que las impulsan y legitiman. Estos mecanismos hipotecan nuestro futuro a cambio de la entrega de los bienes estratégicos que el capital necesita para su reproducción ilimitada. Es esencial desmantelar el sistema de deuda, que subordina y limita las posibilidades de salida del sistema de forma planificada.

No esperamos nada de estos espacios que proponen proyectos como los bonos de carbono que, al igual que el TFFF, adoptan la narrativa de que el problema radica en que los bienes comunes no se han mercantilizado completamente y, por lo tanto, existiría un «fallo de mercado» que habría que superar. Denunciamos también a los gobiernos cómplices de proyectos ecocidas, como es el caso del gobierno brasileño que, pocos días antes del inicio de la COP 30 en Belém —territorio amazónico—, aprobó la exploración petrolera en la desembocadura del Amazonas y que, además, durante la COP 30, aprobó el registro de 30 nuevos agrotóxicos.

Reafirmamos la agroecología como uno de los caminos que construyen nuestra estrategia ecosocialista. La producción de alimentos agroecológicos, basada en prácticas campesinas e indígenas, no solo representa una forma de sustitución del actual sistema agroalimentario dominante, centrado en la agroindustria y la producción de materias primas, sino también una vía para recuperar y reconstruir ecosistemas y superar la alienación entre el campo y la ciudad, siendo, por tanto, fundamental para afrontar el cambio climático. Es imprescindible comprender que no hay agroecología posible en el capitalismo verde, ya que implica, como práctica política, la modificación estructural de las relaciones de producción y de vida vigentes.

Reconociendo que el ecosocialismo lleva años elaborando manifiestos y programas que esbozan esta estrategia, debatimos los pasos a seguir que nos permiten concluir que no hay ecosocialismo posible sin territorios libres. No tenemos dudas de que las luchas ecoterritoriales y por la construcción de un mundo habitable son el camino que debemos seguir, fortaleciendo solidariamente nuestras iniciativas, visibilizando y creando espacios en los que podamos avanzar en la construcción de un ecosocialismo de los pueblos y para los pueblos.

Para alcanzar este objetivo, es necesario acumular victorias que nos muestren el camino. Llevar a cabo movilizaciones y campañas entre los distintos colectivos que forman parte del esfuerzo por construir este proyecto ecosocialista es fundamental para consolidar un proceso integral e internacionalista de resistencia coordinada y estrategia común.

La continuidad de esta articulación de la lucha, de construcción del programa ecosocialista que necesitamos y la internacionalización del movimiento ecosocialista son tareas que iniciamos hace diez años, en estos encuentros, y que se consolidaron con la formación de la Red Internacionalista de Encuentros Ecosocialistas, constituida en 2024 tras el encuentro de Buenos Aires.

Como nuevas iniciativas, tenemos la celebración del VII Encuentro Ecosocialista Internacional, en Bélgica, en mayo de 2026; el Seminario Ecosocialista Internacional, que tendrá lugar en Brasil en el marco de la Primera Conferencia Internacional Antifascista; y el III Encuentro Ecosocialista Latinoamericano y Caribeño, en 2027, en Colombia. Estamos convencidos de que estos encuentros deben trascender fronteras y generar acciones comunes de lucha que nos permitan atacar simultáneamente los poderes concentrados del extractivismo capitalista en cada territorio donde nos encontramos.

Sin embargo, los Encuentros Ecosocialistas por sí solos no bastan para impulsar la construcción de un programa que esté, de hecho, enraizado en las luchas concretas. Por ello, proponemos la creación de acciones y campañas conjuntas sobre Palestina, combustibles fósiles, minería, deuda y tratados de libre comercio; la defensa del agua; la lucha contra el agronegocio; y la recuperación de los bosques. Proponemos también identificar las empresas vinculadas a proyectos ecocidas en los países de América Latina y el Caribe, para realizar denuncias y declaraciones conjuntas. Asimismo, proponemos que se celebren encuentros ecosocialistas en los territorios, previos al encuentro en Colombia, para que los debates reflejen formulaciones y propuestas ecoterritorializadas.

Finalmente, queremos que nuestro espacio de construcción sea vibrante y diverso, capaz de generar debates profundos entre los colectivos que lo conforman, para reflexionar y problematizar nuestra concepción del ecosocialismo, reafirmando que el ecosocialismo no es socialismo disfrazado de ecologista, sino una propuesta de cambio profundo en nuestras relaciones, tanto entre nosotros como con la naturaleza. Es otra forma de hacer política, capaz de construir un mundo nuevo, digno y bello para vivir, tanto para los seres humanos como para el resto de los seres vivos.

II Encuentro Ecosocialista Latino-Americano y Caribeño

Fuente: Cadtm

 *++

viernes, 5 de diciembre de 2025

TRUMP CAYÓ EN SU PROPIA TRAMPA! ¡PERDIÓ INMUNIDAD Y SE VA A JUICIO!

Nadie vendrá a salvarnos

 

Ninguna ayuda externa nos salvará: ni la inteligencia artificial, ni los líderes políticos, ni los extraterrestres. Debemos abandonar la esperanza en un deus ex machina. Solo un esfuerzo colectivo puede transformar nuestro mundo. Y estamos lejos de entreverlo.


Nadie vendrá a salvarnos

Caitlin Johnstone

El Viejo Topo

5 diciembre, 2025 



NADIE VIENE A SALVAR A LA HUMANIDAD; DEBEMOS SALVARNOS A NOSOTROS MISMOS

La inteligencia artificial no nos salvará. La innovación tecnológica no nos salvará. Nuestro político favorito no nos salvará. Los archivos de Epstein no nos salvarán. China no nos salvará. Los extraterrestres no nos salvarán. Nadie vendrá a salvarnos. No habrá una solución deus ex machina para la trama de la historia humana. Tendremos que salvarnos nosotros mismos.

En el teatro griego antiguo, las tragedias concluían con la llegada de los dioses para castigar a los malvados y recompensar a los héroes. Los actores que interpretaban a los dioses eran bajados al escenario mediante una grúa o elevados desde abajo por una máquina, de ahí el término «deus ex machina» .

Hoy en día, este término se utiliza para referirse a cualquier resolución argumental descuidada en la que los protagonistas son salvados repentinamente por una fuerza externa, en lugar de por los frutos de sus propias luchas y desarrollo de personajes. Si los dioses finalmente acuden a su rescate, entonces nada de lo que hayan hecho antes importa realmente, dejando al público insatisfecho y centrado en el autor en lugar de en la historia.

Ante las crisis existenciales que atraviesa la humanidad, es fácil buscar consuelo en la idea de que una fuerza externa vendrá a nuestro rescate sin que tengamos que luchar ni cambiar. Vemos historias de salvación como esta por todas partes:

  • Elon Musk automatizará todo para que ya no tengamos que trabajar y luego ayudará a la humanidad a convertirse en una especie interplanetaria.
  • La superinteligencia artificial está a la vuelta de la esquina y hará estallar nuestra comprensión científica del universo, dando lugar a nuevas tecnologías revolucionarias.
  • La publicación de los archivos de Epstein expondrá toda la corrupción que envenena nuestra sociedad y conducirá al arresto y la pérdida de poder de todos los malos.
  • Elegir demócratas progresistas o republicanos populistas puede llevar al poder a héroes que transformarán el sistema político estadounidense para nuestro beneficio.
  • El ascenso de China transformará el orden mundial y ayudará a acabar con el capitalismo.
  • La revelación del fenómeno OVNI es inminente y traerá tecnologías extraterrestres que salvarán a la humanidad de la destrucción.

Y nunca ocurre. El dios griego no aparece. Los actores permanecen de pie, en un silencio largo e incómodo, mientras el escenario se derrumba a su alrededor.

Eso nunca va a suceder, amigos. Apolo perdió la entrada y Zeus no apareció. Nadie nos salvará, salvo nosotros mismos. Tendremos que cambiar. Tendremos que actuar. Seguiremos precipitándonos hacia una distopía tiránica, una catástrofe ambiental y un Armagedón nuclear hasta que lo hagamos.

Tendremos que ayudarnos unos a otros a salir del trance hipnótico de la propaganda y abrir los ojos a la verdad de lo que realmente está sucediendo en nuestro mundo, y mostrarnos unos a otros que el cambio real es necesario y posible.

Tendremos que despertar lo suficiente para usar nuestra fuerza para obligar a nuestros gobernantes a que dejen de robarnos, oprimirnos, matar nuestra biosfera y matar gente.

Tendremos que despertar del trance del ego y convertirnos en una especie verdaderamente consciente, para que podamos construir un mundo saludable sin volver a caer en nuestros patrones autodestructivos una vez que la revolución termine.

Todos quieren el cambio, pero nadie quiere cambiar. Por eso, en nuestra mente, la solución narrativa del deus ex machina es preferible. Sin embargo, es solo una fantasía. El cambio no vendrá de nadie más que de nosotros mismos. Seguir esperando esa fantasía es el primer obstáculo que nos impide afrontar la realidad.

Toda especie llega a un punto en el que se adapta a las condiciones cambiantes o se extingue. Hoy nos encontramos en esa encrucijada. Pasaremos la prueba o fracasaremos. Y si lo hacemos, será gracias a nuestros esfuerzos, nuestros sacrificios y nuestras transformaciones internas.

Nadie lo hará por nosotros.

Fuente: CaitlinJohnst

 *++