viernes, 24 de octubre de 2025

Las ideas de Marx

 

Hay quien dice que todos somos en parte marxistas, porque muchas de las ideas de Marx han sido asimiladas casi inadvertidamente pos la sociedad contemporánea. Pero hay una que nos sigue dividiendo: que nuestro enemigo es, pura y simplemente, el capitalismo.


Las ideas de Marx

 

Derek Wall, editor del Morning Star Online

El Viejo Topo

23 octubre, 2025



¿POR QUÉ LAS IDEAS DE KARL MARX SE MANTIENEN FIRMES Y SÓLIDAS TODAVÍA?

No hace falta ser marxista para creer que las compañías energéticas nos están cobrando de más. Al fin y al cabo, el ex primer ministro conservador John Major dijo precisamente esto, y no es exactamente un ferviente comunista.

En el universo de libre mercado de nuestros actuales gobiernos, las estrellas y los planetas estarían a la venta y sin duda las moléculas sólo reaccionarían entre sí si recibieran un incentivo de ganancias.

Sin embargo, vale la pena preguntarse si Marx debería influir en nuestras perspectivas políticas actuales. Tal vez resulte inusual, pero a diferencia de Ed Miliband, me siento feliz de poder llamarme marxista.

En la política británica esto parece bastante chocante, como admitir que se consumen tiras de Mars fritas o que se disfruta de la música de Barry Manilow.

Marx comentó en su día que no era marxista y sus opiniones han sido objeto de serios ataques prácticamente desde su exilio de Alemania en la década de 1840 hasta hoy.

¿Sigue siendo relevante y qué podemos aprender de él hoy los que estamos en la izquierda?

Como Verde, me interesé por la causa de los problemas ambientales. Muchos de ellos son producto del capitalismo, y el teórico que mejor lo explicó sigue siendo, en mi opinión, el alemán de la barba.

Incluso comentaristas económicos de derecha, desde la revista The Economist hasta el economista austríaco Schumpter, han reconocido, a regañadientes, su poder en este sentido.

Marx y Engels escribieron en el Manifiesto Comunista que la historia era la historia de la lucha de clases. Esta es una idea fundamental.

Los ricos y poderosos siguen trabajando por sus propios intereses. Ya sea que estemos hablando del impuesto de pernoctación o de la ofensiva contra Irán por parte de los gobiernos estadounidense y británico, los intereses de clase siguen siendo importantes en la configuración de la política.

La mayoría de nosotros somos, a pesar de los debates sociológicos, miembros de la clase trabajadora. Estamos excluidos de la propiedad de los medios de producción y tenemos que trabajar para otros, los capitalistas, que se enriquecen con el uso de nuestra fuerza de trabajo excedente.

Marx fue un teórico ecológico clave. Él y Engels se preocuparon por cuestiones como la deforestación, la erosión del suelo, los aditivos alimentarios y la contaminación de los ríos.

De hecho, una de las mejores declaraciones sobre el significado de la política verde se encuentra en el volumen III de El Capital: «Ni siquiera una sociedad entera, una nación, o todas las sociedades que existen simultáneamente en conjunto, son dueñas de la tierra. Son simplemente sus poseedores, sus beneficiarios, y deben legarla en un estado mejorado a las generaciones venideras como buenos padres de familia».

Sus ideas ecológicas, que podrían sorprender a quienes creen que fue un profeta del crecimiento industrial ilimitado, se han explorado con cierto detalle en el libro de John Bellamy Foster, «La ecología de Marx». Lo recomiendo ampliamente.

Marx posee otras virtudes. Escribió con talento y se inspiró en una rica literatura. Le fascinaban la ciencia, la historia y los pueblos indígenas, y trabajó obsesivamente en la investigación de sus temas clave.

Creo que, sobre todo, abrió una nueva forma de pensar la política y la sociedad. Estamos acostumbrados a partidos políticos y pensadores que formulan reivindicaciones, a menudo algo abstractas, sobre qué están a favor y qué están en contra.

Marx no creía que la tarea clave fuera pintar un mundo mejor y cuestionar la visión de otros. Esto se debía, en parte, a que era un demócrata radical y sabía que la visión de una persona podía ser opresiva para otras; el debate democrático era necesario.

También pensaba que era importante comprender los procesos sociales para poder revolucionar la sociedad, en lugar de enumerar cómo nos gustaría ver las cosas y por qué estamos en desacuerdo con los demás.

Aquí es donde sus ideas son más perdurables. Si comprendemos procesos como la acumulación de capital y la creación del Estado, podemos potencialmente impulsar un cambio radical y positivo.

En este sentido, él y Engels eran científicos sociales. Aunque parezca un poco abstracto, una vez leí que Marx veía el mundo, al igual que Shakespeare, como un teatro.

A menudo creemos que las apariencias reflejan la realidad, así que cuando el gobierno afirma que actúa en nuestro beneficio, podríamos creerlo ingenuamente. O podríamos ver la sociedad como una conspiración controlada por una élite oculta.

Marx, aunque consciente del poder de clase, era consciente de que los procesos sociales moldeaban incluso lo que hacía la clase dominante.

El capitalismo es más complejo que una simple conspiración desde la perspectiva de Marx.

Tal vez vivamos como sugirió Brecht, el dramaturgo marxista, en un teatro, pero si entendemos los procesos de creación de la ilusión dramática, como la iluminación, la escenografía y la escritura del guion, podemos crear nuestro propio mundo en lugar de ser marionetas controladas por mecanismos “extrahumanos”.

Marx señaló sabiamente que «si las esencias y las apariencias coincidieran», no habría necesidad de la «ciencia». Para Marx, la realidad social no es un reflejo de la realidad ni el producto de una conspiración. Necesitamos profundizar un poco para comprenderla.

El capitalismo se trata de la acumulación de capital. Olvidamos que los seres humanos crean el capitalismo y a menudo veneramos las finanzas. Los valores bursátiles son noticia. Las necesidades materiales y emocionales de los seres humanos no merecen discusión.

Marx señaló la posibilidad de una revolución que devolvería el control a los seres humanos. Sobre todo, creía en el control democrático de la propiedad de la producción. En lugar de que la economía estuviera en manos de una minoría, impulsada por el lucro a corto plazo, debería ser compartida por todos.

Marx nunca afirmó tener todas las respuestas. Tampoco siempre acertó; por ejemplo, el Che Guevara señaló que las críticas de Marx al líder antiimperialista latinoamericano Simón Bolívar, a quien Marx condenó como dictador, eran cuestionables. Su trayectoria como feminista también merece debate.

No obstante, la obra de Marx, como reconocen incluso sus críticos, sigue siendo una poderosa forma de análisis. Incluso en la izquierda se utilizan excusas para desestimar su obra. Sin embargo, tanto si se critica a los países que han intentado poner en práctica sus ideas como si se critican las prácticas de los partidos políticos marxistas existentes, creo que aún vivimos en un universo marxista.

Al fin y al cabo, el capitalismo todavía sigue entre nosotros, la desigualdad está aumentando y los problemas ecológicos son acuciantes.

Podemos usar sus ideas de forma dogmática o sectaria, pero esto es un error. Escribir sobre sus ideas y las de otros pensadores marxistas importantes como un ejercicio puramente académico también es erróneo: Marx creía en el cambio social, no en la actividad intelectual por sí misma.

Afortunadamente, las obras de Marx están disponibles de forma gratuita en el Marxist Internet Archive (www.marxists.org), lo cual a él le habría encantado.

Y en todo el mundo, pero especialmente en América Latina, los movimientos de base se inspiran en su obra.

Sigue siendo importante involucrarse con Marx y con las grandes cuestiones para alcanzar una sociedad verdaderamente democrática y ecológicamente sustentable; estoy seguro de que no soy el único que considera esencial su obra.

Y creo que necesito ir a la freiduría a comprar otra barra frita. Como ciclista, con el invierno acercándose, necesito todas las calorías posibles.

Fuente: Observatorio de la crisis

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Chan Chan

jueves, 23 de octubre de 2025

EE.UU. Trabajadores del gobierno comienzan a hacer largas colas para recibir alimentos

 

EE.UU. Trabajadores del gobierno comienzan a hacer largas colas para recibir alimentos

 

Diario octubre / octubre 23, 2025

 

 

Caramba con la gran potencia capitalista mundial


A medida que se prolonga el cierre del gobierno, el Banco de Alimentos del Área Capital anunció recientemente que comenzaría a distribuir alimentos gratuitos a empleados federales y contratistas a partir de esta semana.

Cuando el cierre del gobierno federal de Estados Unidos entró hoy en su tercera semana, largas filas de empleados federales y contratistas se extendieron afuera de un sitio de ayuda alimentaria en Hyattsville, Maryland, en las afueras del este de Washington, DC, donde la gente esperaba en silencio para recoger alimentos gratuitos.

El evento, organizado por la organización sin fines de lucro Capital Area Food Bank, proporcionó alimentos esenciales, como pollo, atún, espaguetis, tomates, avena y leche. El personal y los voluntarios verificaron la identificación antes de la distribución, mientras que un camión cargado de nuevos suministros provocó vítores y aplausos de la multitud, rompiendo momentáneamente el ambiente apagado.

Pamelia Carter, empleada del Departamento de Agricultura y miembro de No Limits Outreach Ministries, organización socia del banco de alimentos, se ofreció como voluntaria en el punto de distribución. Declaró a Xinhua que el viernes 24 de octubre se supone que es el día de pago. Sin embargo, «no habrá cheque esta semana».

Carter, que mantenía a una familia de cinco integrantes, incluyendo a una hija de 18 años que cursa la universidad, dijo que perder sus ingresos mensuales les traería una «absoluta dificultad». Aunque habían reservado dinero, no tenía ni idea de cuánto duraría el dinero de emergencia. «Si tengo fondos suficientes para cubrirnos un mes, ¿qué pasa el segundo?», preguntó.

Theodore Pough, empleado civil del Departamento de Defensa, declaró que había estado en licencia sin sueldo desde el 1 de octubre y que solo había recibido una parte de su salario a principios de mes. Con la próxima fecha de pago, temía no recibir su próximo cheque. Pough declaró a Xinhua que el aumento de los precios de los alimentos, especialmente de la carne de res y el pollo, ha agravado sus dificultades económicas.

Ante el prolongado cierre del gobierno, el Banco de Alimentos del Área Capital anunció recientemente que comenzará a distribuir alimentos gratuitos a empleados y contratistas federales a partir de esta semana, siendo el evento del martes el primero. La organización continuará con las distribuciones a finales de esta semana en varios lugares de Washington, D. C., así como en los estados vecinos de Maryland y Virginia.

Muchos restaurantes y bares, así como otros negocios en toda el área de la capital, han comenzado a ofrecer descuentos a los empleados federales.

Mientras las presiones financieras sobre los empleados federales continúan intensificándose, el cierre del gobierno, que ya marca tres semanas, todavía no muestra señales de terminar.

Tan solo un día antes, el lunes, el Senado estadounidense volvió a fracasar en su intento de aprobar un proyecto de ley de financiación temporal para el gobierno federal, lo que marca el undécimo intento fallido. Los demócratas insisten en que cualquier acuerdo debe abordar sus demandas sobre las prestaciones sanitarias, mientras que los republicanos argumentan que el Congreso debería aprobar primero una medida provisional de financiación para reabrir el gobierno.

Ambos partidos siguen intercambiando culpas y acusaciones. «Todos pueden ver lo que está sucediendo con los demócratas del Senado en Washington: se están rindiendo por miedo a la izquierda radical», declaró el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, republicano por Luisiana, en X.

El líder de la minoría del Senado, Chuck Schumer, demócrata por Nueva York, refutó al republicano. «No hay nada de extremo a la izquierda, la derecha o el centro en reducir las primas de la atención médica y salvar a decenas de millones de estadounidenses de la ruina financiera», declaró Schumer en X.

Mientras continúa el estancamiento entre ambos partidos, el impacto del cierre en varios sectores de la sociedad se está extendiendo a todo el país.

El domingo por la noche, la Administración Federal de Aviación (FAA) informó que problemas con el personal de control de tráfico aéreo estaban retrasando los vuelos en los aeropuertos de Dallas, Chicago, Atlanta y Newark. La agencia también advirtió que los vuelos en Las Vegas y Phoenix podrían sufrir retrasos debido a la ausencia de personal de control de tráfico aéreo.

Según datos de FlightAware, entre el sábado y el lunes se retrasaron casi 20.000 vuelos dentro, hacia y desde Estados Unidos, y el pico máximo el domingo fue de casi 8.000 vuelos.

Según The Hill, unos 13.000 controladores de tráfico aéreo y 50.000 empleados de la Administración de Seguridad del Transporte responsables del control de seguridad en los aeropuertos estadounidenses han seguido trabajando sin paga este mes.

El lunes, más del 70% de los empleados de la Administración Nacional de Seguridad Nuclear (NSA) comenzaron una licencia sin sueldo. Alrededor de 1400 empleados comenzaron un permiso ese día y solo unos 400 continuaron trabajando. Si bien el secretario de Energía, Chris Wright, declaró que el arsenal nuclear estadounidense estará seguro, persisten las preocupaciones sobre sus implicaciones para la seguridad nacional.

Dean Baker, cofundador del Centro de Investigación Económica y Política, dijo a Xinhua: «Hay dos tipos de daños por el cierre. Uno es que la gente no puede hacer cosas, el otro es que las cosas se hacen».

La categoría de cumplimiento de objetivos es enorme. Esto incluye tareas como inscribirse en el Seguro Social o Medicare o corregir errores en los pagos. Esto afectará a millones de personas. Además, la gente no podrá solicitar patentes, permisos federales para actividades como la minería y muchas otras funciones normales del gobierno. Es probable que ese sea el mayor costo económico mensurable, dijo Baker.

Gary Clyde Hufbauer, investigador principal no residente del Instituto Peterson de Economía Internacional, dijo a Xinhua que «en dos semanas se perderán muchos más datos económicos y los aeropuertos se verán afectados. Algunos proyectos de construcción se detendrán y el Servicio de Impuestos Internos (IRS) tardará en responder».

«Supongo que en dos semanas la presión política forzará un compromiso», añadió Hufbauer.

Pough, del Departamento de Defensa, instó al Congreso a cumplir con su labor. «Elegimos a esos individuos para que desempeñaran una sola función y para mantener un gobierno funcional», declaró.

«Hay muchas luchas políticas internas y la gente simplemente no cede. Y parece que están usando al pueblo estadounidense como un peón y solo intentan conseguir su punto, pero están perjudicando a su gente», dijo Pough.

xihua / insurgente

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DIRECTO.PÁNICO EN UCRANIA.BUNKER OTAN DESTRUIDO.RUSIA ATACA CENTRALES.MO...

miércoles, 22 de octubre de 2025

El inspector Gadget, el rey y la hija del rey

 

Nos birlaron la posibilidad de elección, y con el tiempo la monarquía española se ha convertido en un bastión del sistema. La columna vertebral. Así, de tapadillo. Nada que reprocharle al rey actual, que simplemente ha recogido el testigo. ¿O tal vez sí?


El inspector Gadget, el rey y la hija del rey


Alfons Cervera

El Viejo Topo

22 octubre, 2025 


Me disculparán ustedes porque con la que está cayendo llegue aquí hoy con una risa abierta. O una carcajada. Lo siento, de verdad. Pero es que esto va de la Monarquía y a mí la Monarquía no me gusta nada. No la quiero. Nunca me han preguntado si prefería Monarquía o República. Se murió Franco y pensábamos que nos lo iban a preguntar en plan sistema democrático y esas cosas. Pero no, nadie nos preguntó nada. La Transición hizo algo de lo que se podía hacer y dejó en el aire demasiadas cuentas pendientes. La Ley de Amnistía de 1977 y la Constitución de 1978 acabaron de redondear el asunto del miedo y en algunos casos el oportunismo político y en esta última metieron de tapadillo lo que no se atrevió a preguntar Adolfo Suárez: entre Monarquía y República pues nos quedamos con la Monarquía. Punto pelota. Por la chimenea de los nuevos tiempos, la fumata blanca de la herencia franquista aquel año de 1978: habemus rey, como hacen en el Vaticano cada vez que se muere un Papa.

El caso es que no me gusta la Monarquía. Lo que nos tocaba entonces era recuperar la República que se habían cargado los fascistas muchos años atrás: mejorarla, avanzar en lo que había empezado antes del golpe de Estado de 1936, dejar bien a las claras que, a la hora de elegir, como cantaban Los Chunguitos, no había color entre una Monarquía y una República. Hay muchas razones para esa elección, pero me quedo con una que creo que es importante: a los reyes no los elige nadie. Nacen con la corona en la cabeza. Viven sin pegar palo al agua todos los miembros de la numerosísima familia real desde que nacen hasta que se mueren. No tienen gastos porque todo se lo pagamos con nuestros dineros. Con tanto ahorro, amontonan fortunas que ríete tú de lo que se jugaban el BBVA y el Sabadell en su Opa interminable. Y encima va y el rey padre se mete a chorizar el bien común para montarse un negocio por su cuenta y ningún riesgo. Ahí lo tienen: con la Justicia haciéndole la ola, más ancho que largo paseando su garbo por el mundo mundial, riéndose de quienes pensaron que las herencias no se cumplen, apoyando en su bastón la arquitectura de un desgarro de la decencia que a él le importa un pito. En 2014 tuvieron que bajarlo con grúa del elefante de Botsuana, entre Rajoy y Rubalcaba vistieron al hijo para que pareciera rey en un plis plas y la momia podía seguir descansando tranquila bajo la cruz más grande que se conoce desde los tiempos de Espartaco. ¡País, como diría el maestro Forges!

Y vuelvo al principio. A lo de la risa abierta o la carcajada de hoy en infoLibre. Una risa que me libra del cabreo que me provocan las babas de sumisión con que la mayoría de líderes mundiales han saludado y aplaudido al nuevo, a la vez que ridículo, emperador de las galaxias. Sólo nombrarlo me da asco. Lo mismo que siento al ver a esos líderes besándole la mano, como cuando éramos críos en el pueblo se la besábamos al cura fuera donde fuera. Contentos de su humillación, del apretón de manos con golpecito final del jefe que sonaba a una clarísima amenaza: a portarse bien, ¿vale?, ya ves que donde hay un Maduro puede haber setecientos. Así que necesitaba algo que me aliviara las ganas de convertirme en exterminador de cucarachas, como en uno de los cómics de Jacques Tardi que más me gustan. Una sonrisa. O una risa abierta. O una carcajada. Y en ese trance se me apareció el resumen televisivo de una semana en que la noticia principal era el desfile de las fuerzas armadas. El día de la patria lo llaman. Cientos de militares y una cabra desfilando por una gran avenida madrileña mientras los aviones hacían cabriolas en el aire y el fascista, cobardica y cara dura Abascal ejercía de facción legionaria pero sin cabra.

Fueron sólo unos segundos. La tele es para mí como el foso de los cocodrilos a los pies de un castillo medieval. No tengo configuradas las cadenas. Por eso el otro día tenía que ver un programa que me interesaba personalmente, no digo de qué cadena porque me da vergüenza (bueno, de laSexta: ya está dicho), y en la búsqueda se me cruzó lo del resumen semanal televisivo. El desfile militar. La celebración del día de la patria. El lujo y el orgullo de una raza con el mismo olor a alcanfor que desprendía el baúl donde la abuela guardaba la dote de pobre que había de durar toda la vida. No sé cuántos militares pasaron por la pantalla en medio minuto. La pasta gansa que habría costado ese espectáculo. Pero menos mal que hubo algo que me arrancó de golpe y porrazo una carcajada, como si estuviera viendo una peli de los Hermanos Marx.

Ahí, en el escenario, entre tanto político y estrellas cuartelarias, estaban el rey y su hija vestidos de militares. Y me entró la risa tonta. Es que no me la puedo aguantar incluso ahora mismo, cuando recuerdo aquella imagen que era para darle el Goya al mejor vestuario. Iba a poner mejor disfraz pero no: a ver si me denuncian por faltarle el respeto a la Corona. Poca broma con esos deslices en los tiempos que corren. Imagino que en la Zarzuela tienen un guardarropía a prueba de celebraciones. Como el inspector Gadget en sus películas de risa. O como el Mortadelo inmortal del genial Francisco Ibáñez. Es que me los veo así a los dos, tan llenos de espíritu castrense, con sus gorritas y su mirada perdida en el horizonte, igual que los futbolistas en el campo cuando suena el himno nacional, y no puedo aguantarme la risa. Y me río a carcajada limpia. Y me entran ganas de dejar este artículo como está, asomarme a la ventana y gritar con el puño en alto: ¡Viva la República! Y lo hago.

Fuente: infoLibre

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martes, 21 de octubre de 2025

GRAN ASALTO MECANIZADO RUSO EN ZAPORIZHIA. LAS TROPAS RUSAS AVANZAN EN P...

CONMOCIÓN EN UCRANIA. RUSIA ARRASA EL FRENTE. ZELENSKY ECHADO DE EEUU. T...

La rebelión de los almirantes

 

La rebelión de los almirantes

Eduardo Luque

El Viejo Topo

21 octubre, 2025 


Hace tiempo que Estados Unidos dejó de ser una “democracia liberal” y escasamente hoy puede considerarse una república. La fractura abierta en el seno de su ejército confirma lo que para muchos era una evidencia; el país atraviesa una crisis institucional sin precedentes. Lo que antes eran grietas internas y tensiones hoy parecen convertirse en algo mucho mayor, aún no se expresa como desafío abierto de las Fuerzas Armadas al poder presidencial, pero las dimisiones en las altas esferas militares se han cobrado las primeras víctimas.

En medio de un cierre prolongado del gobierno, los soldados no cobran, los funcionarios son despedidos en masa (entre ellos una parte importante de los veteranos de guerra, alrededor del 40% de los empleados públicos). El caos administrativo se adueña del país pero, lejos de ser un accidente, parece ser parte de una estrategia de Donald Trump: reducir el aparato estatal y controlar el aparato militar hasta someterlo por completo a su control político.

La orden de un telepredicador

La chispa que encendió la crisis fue la orden de ataque lanzada sin pruebas, ni autorización legal, contra un grupo de pescadores en el Caribe. La instrucción partió del Secretario de la Guerra, Pete Hegseth, un antiguo telepredicador reconvertido en halcón ideológico del trumpismo. Hegseth justificó el operativo bajo la excusa de “amenazas a la seguridad nacional”, pero los sobrevivientes declararon que eran simples pescadores cuyas embarcaciones carecían de combustible suficiente para alcanzar las aguas estadounidenses.

La presión del Secretario de la guerra y del propio Trump sobre el alto mando ha desatado un terremoto dentro del ejército. El coronel Dog Fromant, condecorado tras 24 años de servicio, presentó su dimisión en protesta. Ese mismo día, el secretario Hegseth reunía en Quántico a los altos mandos militares para “recordarles sus deberes de obediencia”, en un encuentro que varios testigos describieron como una auténtica sesión de intimidación.

La renuncia del almirante Holsey

La crisis alcanzó su punto de ebullición cuando el almirante Alvin Holsey, jefe del Comando Sur de Estados Unidos —responsable de las operaciones militares en América del Sur y el Caribe—, presentó su renuncia. Holsey, general de cuatro estrellas y una de las figuras más respetadas del alto mando, abandonó el cargo tras menos de un año en funciones. En su carta de despedida, apeló a la obligación moral de “proteger la nación y sus valores, y defender la Constitución”. Su mensaje, que sonó más a advertencia que a despedida, denunciaba abiertamente la ilegalidad de las operaciones navales ordenadas en el Caribe, responsables —según informes internos— de más de una veintena de muertes civiles. La dimisión de los altos mandos militares ha dejado al descubierto la intención de Donald Trump de imponerse al ejército y utilizarlo como una fuerza policial interna, dirigida contra la población civil. La sustitución de oficiales por fieles al trumpismo se ha vuelto una práctica sistemática. Su objetivo es claro: someter la estructura del Estado —desde el Pentágono hasta los tribunales— a una lógica personalista y autoritaria.

Un Congreso a oscuras

El Congreso, por su parte, ha denunciado que no ha recibido información alguna sobre estas operaciones. El congresista Jeans Hans calificó los ataques de “asesinatos ilegales” y sostuvo que “no existe base legal alguna, ni justificación moral” para una intervención de este tipo. La opacidad institucional se ha vuelto la norma en Washington: decisiones militares tomadas por funcionarios no electos, operaciones encubiertas y un Congreso marginado del control civil sobre las Fuerzas Armadas. Se están dando las condiciones para implantar una dictadura, disfrazada de la necesidad de proteger al país, inmerso, según Trump, en una crisis de “Seguridad Nacional”, la misma excusa que utilizaría cualquier presidente bananero. La crisis  interna en el ejército norteamericano se ve amplificada cuando Donald Trump permite la intervención militar contra Venezuela. Un conflicto que de salir bien para EEUU, sería el primero de otros muchos. Es el sueño húmedo de las clases altas norteamericanas: recrear un Imperio continental que abarque desde Alaska hasta Tierra de Fuego gobernado desde Washington. Los grupos financieros norteamericanos necesitan para preservar ese Imperio soñado y mantenerse como superpotencia durante otro siglo, las riquezas naturales del resto del continente, dado que la guerra en Ucrania no ha conseguido derrotar a sus grandes adversarios Moscú y Pekín.

La sombra del autoritarismo

Trump, sabiéndolo o no, coquetea con la posibilidad de una guerra civil.  Los agentes enviados a detener migrantes del Servicio de Inmigración y control de Aduanas de EEUU (ICE) están empleando métodos brutales, decididos a crear el mayor malestar posible entre la población que justifique la intervención del ejército como policía represiva contra la ciudadanía. El nuevo Memorándum de Seguridad Nacional (NSPM-7) introducido por Trump define cuales son los enemigos internos a combatir. Por ejemplo: las opiniones “anticristianas” y “antiamericanas” son indicadores de la violencia de “izquierda radical”. Para combatir el antiamericanismo Donald Trump pretende utilizar un vasto ejército compuesto por agentes federales, estatales y locales que como dijo el asesor de Trump Stephen Miller serán: “el eje central de ese esfuerzo”. No sólo se trataría de perseguir  organizaciones supuestamente “radicales” sino de individuos concretos que tengan indicios de ser “anticapitalistas”, “anticristianos”, extremistas raciales de género, aquellos que se opongan a la familia tradicional, la moralidad y que se opongan las tradiciones religiosas de los EEUU. Se busca un efecto de “purificación racial” donde la clase alta blanca wasp (el propio presidente se ha autodefinido como supremacista blanco) sea nuevamente el sector político dominante, no tanto por su número, sino porque ejerzan el poder político sobre las instituciones. Para ello no renunciará a utilizar la manipulación mediática, la utilización de leyes de excepción como la Ley de insurrección de 1807 que le permitiría la expulsión de unos 17 millones de inmigrantes latinoamericanos y la militarización de la política interna. Todo  son síntomas de un proceso más profundo: la transformación de la primera potencia mundial en un régimen de excepción permanente.

El objetivo: Venezuela

EEUU está concentrando tropas y recursos en la costa Caribeña. Las maniobras navales que se realizan y el desplazamiento de más de 10.000 efectivos para reforzar las centenares de desplegados en torno a Venezuela no son un hecho aislado. Desde hace meses, el Pentágono prepara una intervención bajo el pretexto de “proteger los intereses energéticos y la seguridad del hemisferio”;  se han desplegado unidades militares en Puerto Rico y se han intensificado las operaciones de inteligencia sobre Caracas. Se especula con una intervención militar específica contra Maduro y los líderes militares en el país.

Pero… Venezuela no está sola

Venezuela se prepara para un conflicto que parece inevitable. ¿Podrá EEUU con un congreso paralizado enfrentar una crisis en Irán y otra al mismo tiempo en Venezuela, manteniendo el esfuerzo militar en Ucrania? Desde el punto de vista político y militar es un desatino, aunque todas las opciones siguen abiertas.

En estos días los rumores que se habían ido manifestando se confirman. Los medios chinos, en una acción aparentemente concertada con las fuentes rusas e iraníes, han filtrado información sobre ensayos con misiles antibuque C-802A —con alcance de hasta 180 kilómetros y guiado combinado de precisión—, así como tecnología de guerra electrónica. Hace apenas un mes se realizaron las maniobras conjuntas Caribe Soberano 200, entre las armadas venezolana y china. Medios militares rusos han advertido que una intervención “no será un paseo por el campo”. Venezuela no está sola: mantiene un acuerdo de defensa mutua con Rusia firmado el mes de septiembre pasado, y cuenta, desde hace muchos meses, con la asistencia técnica de militares rusos y bielorrusos en el mantenimiento de radares y sistemas antiaéreos. Por otra parte  fuentes de inteligencia norteamericana han confirmado la instalación de fábricas de drones iraníes en territorio venezolano. En paralelo Caracas habría recibido también lanchas rápidas iraníes armadas de misiles, la experiencia iraní y las enseñanzas hutíes sobre la guerra irregular equilibran en cierta medida el balance militar entre la superpotencia del norte y el país caribeño.

El petróleo, trasfondo permanente

Nada de esto puede entenderse sin tener en cuenta que Washington ansía controlar el petróleo venezolano. Según la EIA se estima que el país tiene en reservas comprobadas unos 304.000 millones de barriles, las mayores del mundo. Desde la nacionalización del petróleo en 1976 Washington ha considerado a Venezuela un enclave estratégico bajo vigilancia extrema. Las riquezas petrolíferas y la existencia de otros muchos recursos minerales, entre ellos tierras raras, convierten al país en un punto neurálgico en la geopolítica mundial. Las operaciones encubiertas de la CIA, los sabotajes económicos y las incursiones fronterizas forman parte de un guion ya conocido.

Epílogo: la fractura del imperio

La rebelión de los almirantes no es solo un episodio de desobediencia militar. Es el síntoma visible de una fractura histórica: la descomposición del aparato imperial estadounidense. Mientras la Casa Blanca intenta imponer su autoridad por la fuerza, el mundo observa el declive de una potencia que ya no puede sostener su hegemonía ni hacia fuera ni hacia dentro.

El ejército, antaño columna vertebral del proyecto imperial, se rebela ahora contra un presidente que pretende convertirlo en instrumento de represión interna. Si algo simboliza esta crisis, es la confirmación de que el imperio estadounidense se desmorona desde su propio centro, arrastrado por la arrogancia, la corrupción y el mesianismo de quienes aún creen que pueden gobernar el mundo a base de miedo.

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Israel roba órganos de prisioneros palestinos asesinados

 

Israel roba órganos de prisioneros palestinos asesinados


Umberto Mazzei

Rebelion

21/10/2025 

Fuentes: Rebelión

“Acusamos formalmente al ejército israelí de robar órganos a los mártires”, declaró el doctor Ismail al-Thawabta, Director General de la Oficina de Prensa, al tiempo que exigió una investigación internacional sobre la “tortura, mutilación y robo de órganos” por parte de Israel.

Los 120 cuerpos “llegaron en condiciones extremadamente precarias y angustiantes, incluyendo ojos vendados, atados, aplastados por tanques y sin córneas, hígados ni extremidades», declaró Thawabta.

“La ocupación israelí ejecutó a muchos de ellos a sangre fría. Un gran número fueron encontrados con los ojos vendados, con las manos y los pies atados, y otros mostraban señales de haber sido ahorcados o de haber recibido disparos a corta distancia”, añadió.

“También encontramos cuerpos con claras evidencias de severas torturas hasta la muerte”.

La Oficina de Prensa del Gobierno de Gaza acusó formalmente a Israel el 17 de octubre de robar órganos a palestinos tras la devolución de 120 cuerpos mutilados tras el reciente alto el fuego, incluyendo algunos que habían sido torturados hasta la muerte.

El 17 de octubre, la Oficina de Prensa del Gobierno de Gaza acusó formalmente a Israel de robar órganos a palestinos tras la devolución de 120 cuerpos mutilados tras el reciente alto el fuego, incluyendo algunos que habían sido torturados hasta la muerte.

Hay pruebas contundentes que apuntan al robo de órganos de los cuerpos de 120 rehenes palestinos devueltos por la ocupación israelí como parte del acuerdo de alto el fuego. El doctor Ismail Al-Thawabteh, Director General de Medios Gubernamentales en Gaza, confirmó que  a muchos de los cuerpos de los mártires entregados les faltan corneas, órganos y  tienen miembros amputados.

Israel se negó a entregar los nombres de los prisioneros asesinados y sus cuerpos están tan destrozados que  la identificación de los cadáveres es imposible de modo que serán enterrados en fosas comunes.

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DIRECTO.TRAGEDIA EN UCRANIA.TRUMP PRESIONA A KIEV.RUSIA GANA. ZELESNKI A...