miércoles, 24 de diciembre de 2025
Cooperativas de Kerala
El estado indio de
Kerala erradicó la pobreza extrema mediante políticas públicas claras, una
planificación descentralizada y el liderazgo de su movimiento de cooperativas.
Lo explica Vijay Prashad en esta carta publicada por el Instituto
Tricontinental.
Cooperativas de Kerala
El Viejo Topo
23 diciembre, 2025
KERALA HA
ERRADICADO LA POBREZA EXTREMA
Queridas amigas
y amigos,
Saludos desde
las oficinas del Instituto
Tricontinental de Investigación Social.
El 1 de
noviembre de 2025, el estado de Kerala, ubicado en el suroeste de India y con
una población de 34 millones de personas, fue declarado libre
de pobreza extrema por el ministro principal Pinarayi Vijayan. Kerala es uno de
los pocos lugares del mundo que ha logrado erradicar la pobreza extrema,
siguiendo a China,
que anunció en 2022 que había erradicado la pobreza extrema a nivel nacional.
El logro de
Kerala es significativo por dos razones. En primer lugar, en un país donde
cientos de millones de personas aún viven en situación de pobreza, Kerala es el
único de los 28 estados y ocho territorios de la unión de India que ha logrado
superar la pobreza extrema. En segundo lugar, Kerala es gobernado por el Left
Democratic Front [Frente Democrático de Izquierda, LDF por sus siglas en
inglés], liderado por comunistas, y por lo tanto se le niega de manera
sistemática la asistencia del gobierno central, dirigido por el partido
derechista Bharatiya Janata Party [Partido Popular Indio, BJP por sus siglas en
inglés].
El Athidaridrya
Nirmarjana Paripaadi [Proyecto de Erradicación de la Pobreza Extrema, EPEP por
sus siglas en inglés] de Kerala se construyó sobre la base de décadas de luchas
de trabajadorxs y campesinxs, que crearon instituciones públicas sólidas y
organizaciones de masas, así como sobre el trabajo de varios gobiernos de
izquierda. El EPEP fue lanzado por Vijayan, dirigente del Partido Comunista de
la India (Marxista), durante la primera reunión de gabinete del segundo
gobierno del LDF encabezado por él en mayo de 2021. Después de un riguroso
proceso basado en criterios centrados en el acceso de los hogares al empleo, la
alimentación, la salud y la vivienda, el gobierno identificó a 64.006 familias
(103.099 personas) como extremadamente pobres. Para llevar a cabo este
levantamiento de información, el gobierno contó con cerca de 400.000
encuestadoras y encuestadores, incluidas funcionarias y funcionarios públicos,
integrantes de cooperativas y de las organizaciones de masas de los partidos de
izquierda, quienes identificaron los problemas específicos que enfrentaban
estas familias. Estxs encuestadorxs elaboraron planes a la medida para cada
familia, desde asegurar derechos y acceder a servicios públicos hasta obtener
vivienda, atención de salud y apoyo para sus medios de vida, con el fin de
fortalecerlas en su lucha contra la pobreza. El papel del movimiento
cooperativo fue fundamental en esta campaña. El proceso de planificación para
erradicar la pobreza no habría sido posible sin el rol del sistema de
autogobierno local, resultado de la exitosa descentralización del poder en
Kerala. En el momento de la publicación de este boletín, Kerala se encuentra en
pleno proceso de elecciones de los gobiernos locales.
Durante los
últimos años, el Instituto Tricontinental de Investigación Social ha trabajado
estrechamente con el Uralungal Labour Contract Cooperative Society [Centro de
Investigación de la Cooperativa de Trabajo por Contrato de Uralungal], UL
para construir conocimiento sobre el movimiento cooperativo en Kerala. Nos
enorgullece publicar nuestro estudio conjunto El movimiento
de cooperativas en Kerala, India a tan solo un mes del
anuncio de Kerala sobre la erradicación de la pobreza extrema. Nuestro estudio
presenta seis cooperativas diferentes, con ensayos investigados y escritos por
académicos que han trabajado en estrecha colaboración con ellas. Uno de los
ensayos se centra en Kudumbashree, una cooperativa compuesta exclusivamente por
mujeres que reúne a casi cinco millones de integrantes y que desempeñó un papel
fundamental en la implementación del EPEP.
El primer
gobierno democrático de Kerala, que asumió el poder en 1957, estuvo encabezado
por comunistas. De inmediato comenzó a ejecutar un programa de reforma agraria,
incluida la redistribución de tierras, y a expandir bienes sociales universales
como la educación pública, la atención de salud, la vivienda y las bibliotecas.
Esta democratización del sector rural, combinada con una movilización social
sostenida, aceleró el camino de millones de personas hacia indicadores sociales
admirados en todo el mundo: alfabetización casi total, muy baja mortalidad
infantil y materna, alta esperanza de vida y algunos de los puntajes más altos
de desarrollo humano en India. Estas inversiones, acumuladas a lo largo de
décadas, sentaron las bases para la erradicación de la pobreza mucho antes de
que surgieran programas focalizados. Coaliciones dirigidas por la izquierda han
gobernado Kerala entre 1957–1959, 1967–1969, 1980–1981, 1987–1991, 1996–2001,
2006–2011 y desde 2016 hasta el presente. Incluso cuando la izquierda no estaba
en el poder, la movilización social de izquierda garantizó que los gobiernos de
derecha no pudieran revertir por completo estos avances.
Con el auge del
modelo neoliberal basado en deuda y austeridad en la década de 1990, aumentó la
presión sobre los gobiernos del LDF para revertir algunos de estos proyectos y
adoptar la privatización. Sin embargo, el LDF eligió un camino diferente. A
través de la Campaña del
Plan Popular para la Planificación Descentralizada, lanzada en
1996, el gobierno transfirió el 40% del gasto estatal a los gobiernos locales y
solicitó a las comunidades identificar necesidades, diseñar programas y asignar
presupuestos para proyectos de desarrollo. En lugar de realizar un programa
uniforme de desarrollo y alivio de la pobreza, el pueblo de Kerala construyó
proyectos planificados localmente y específicos para cada contexto, centrados
en la emancipación de las comunidades explotadas y marginadas, entre ellas,
comunidades adivasis [tribales], dalits [de
la casta más oprimida] y costeras. La campaña fortaleció una cultura de
políticas sociales democratizadas y alimentó una densa red de instituciones
públicas y cooperativas, todas esenciales para el EPEP.
Cuando anunció
el fin de la pobreza extrema en Kerala, el ministro principal Vijayan presentó
el EPEP como una continuación de esta larga trayectoria. Destacó varias
iniciativas que allanaron el camino para el programa, incluida la
universalización del Sistema de Distribución Pública, que proporciona alimentos
y combustibles subsidiados y los esfuerzos de largo plazo para erradicar la
falta de tierra y de vivienda, incluida la Misión LIFE, que ha proporcionado
vivienda a más de 400.000 familias en todo el estado. A esto podemos añadir
otros pilares del modelo de Kerala: programas estatales que han ampliado la
atención pública de salud, la distribución de alimentos, la asistencia en
educación y las oportunidades de empleo, así como las cooperativas.
Conjuntamente, estas iniciativas han transformado la vida social en Kerala y
fortalecido el carácter de su movimiento de izquierda.
Nuestro estudio con
el Centro de Investigación de UL ofrece una visión de las diversas cooperativas
que han desempeñado un rol central en la democratización de la economía de
Kerala. Formada en 1998 como parte de la misión estatal de erradicación de la
pobreza, Kudumbashree —que significa “prosperidad de la familia” en malayalam—
es hoy la mayor red de ayuda mutua de mujeres en el mundo. Se basa en una idea
transformadora: si las mujeres en el hogar y en la comunidad fortalecen su
confianza y su capacidad para analizar la vida económica, entonces el eje del
desarrollo puede desplazarse desde las instituciones patriarcales hacia las
necesidades de las mujeres trabajadoras. Granjas colectivas, comedores
comunitarios, iniciativas cooperativas de desarrollo de habilidades y otras
formas de empresa conjunta han permitido a las mujeres de Kudumbashree aumentar
sus ingresos y construir poder tanto en la vida pública como privada. El
énfasis de Kudumbashree en la solidaridad en lugar de la competencia y en el
emprendimiento colectivo por encima del individual lo diferencia de las
estrategias de alivio de la pobreza centradas en el mercado. Recientemente, el
gobierno de Kerala anunció un Programa de
seguridad para las mujeres basado en la necesidad de reconocer
el valor del trabajo doméstico no remunerado. Las mujeres elegibles entre los
35 y los 60 años recibirán 1.000 rupias al mes. Esta iniciativa forma parte de
los esfuerzos más amplios para transformar las relaciones de propiedad
patriarcales en Kerala.
Kudumbashree es
parte de un ecosistema más amplio de cooperativas que sostienen la lucha de
Kerala contra la pobreza. En conjunto, estas iniciativas son ejemplos poderosos
de cómo, en palabras de Marx, “el trabajo asalariado no es sino una forma
transitoria inferior, destinada a desaparecer ante el trabajo asociado que
cumple su tarea con gusto, entusiasmo y alegría”. Muestran que las cooperativas
no son solo redes de protección para lxs pobres, sino también vehículos para la
planificación democrática, el avance tecnológico y la dignidad social.
Estas
cooperativas incluyen:
- La Uralungal Labour Contract Cooperative Society [Cooperativa de
Trabajo por Contrato de Uralungal] (UL). Fundada
en 1925 en el norte de Kerala como una sociedad de ayuda mutua para lxs
trabajadorxs de la construcción que enfrentaban exclusión basada en
castas, UL se ha convertido en una de las cooperativas de trabajadorxs más
grandes de Asia, empleando a decenas de miles de personas en importantes
proyectos de infraestructura. Demuestra cómo las empresas controladas por
trabajadorxs pueden ejecutar obras públicas complejas mientras amplían la
protección social y el bienestar colectivo de sus trabajadorxs y de la
comunidad circundante.
- La red de cooperativas de crédito de Kerala. Más de 4.000 cooperativas de crédito, con decenas de millones de
integrantes, principalmente de la clase trabajadora y comunidades
marginadas, funcionan como “bancos populares” que llegan a zonas donde las
finanzas privadas no ingresan. Al proteger a prestatarias y prestatarios
de usureros, sostener la reforma agraria y movilizar ahorros locales, incluidos
durante las inundaciones de 2018 y la pandemia de COVID-19, proporcionan
la base financiera para la erradicación de la pobreza.
- La Asociación Central Cooperativa de Trabajadores de Dinesh Beedi de
Kerala. Fue creada en 1969 después de que lxs
propietarixs privados de fábricas de beedi (un cigarrillo
delgado y enrollado a mano) cerraran sus lugares de trabajo en lugar de
implementar nuevas medidas de protección laboral, Dinesh Beedi se
convirtió rápidamente en el principal productor de beedis del
sur de India. Aseguró salarios más altos, seguridad social y una rica vida
cultural para sus integrantes y posteriormente se diversificó fuera del
tabaco para preservar empleos en actividades socialmente útiles.
- La Cooperativa de té Sahya. En
la región montañosa de Idukki, lxs pequeñxs productorxs de té y
trabajadorxs agrícolas utilizaron la Cooperativa de Servicios Thankamany,
con 15.000 miembros, para establecer su propia fábrica en 2017 y romper
con los monopolios del “Gran Té”. Procesando 15.000 kilogramos de hojas
por día y empleando a más de 150 trabajadoras, Sahya asegura mejores
precios para alrededor de 3.500 productoras y demuestra cómo lxs pequeñxs
productores pueden escalar en la cadena de valor y defender medios de vida
dignos.
- The Udayapuram Labour Contract Cooperative Society [Sociedad
Cooperativa de Contratos Laborales de Udayapuram]. En Kodom Belur, un remoto panchayat de
Kasaragod, habitantes que se enfrentaban al latifundismo feudal, a
funcionarios corruptos y a contratistas depredadores organizaron una
cooperativa laboral en 1997. De poco más de 200 integrantes, ha crecido
hasta cerca de 3.000 integrantes, incluidxs muchxs adivasis,
quienes ahora ejecutan obras públicas en términos transparentes y justos y
definen por sí mismxs las prioridades de desarrollo local.
Todas estas
cooperativas, junto con Kudumbashree, muestran lo que es posible cuando
convergen la política estatal, la reforma social y lxs trabajadorxs
organizadxs. No se limitan a suavizar los golpes del mercado: reorganizan la
producción en torno a las necesidades humanas, profundizan la democracia en el
lugar de trabajo y en las comunidades y ofrecen una visión viva del trabajo
asociado en práctica, de un comunismo posible, incluso bajo las duras
condiciones del capitalismo contemporáneo que hacen necesarios programas como
el EPEP.
La historia de
la erradicación de la pobreza en Kerala no está exenta de desafíos. Este estado
sigue formando parte de la Unión India y, por lo tanto, es vulnerable a las
vicisitudes de las políticas del gobierno de derecha en Nueva Delhi. Como gran
parte del Sur Global, lxs jóvenes de Kerala enfrentan altos niveles de
desempleo y con frecuencia migran a la región del Golfo Pérsico y a otras
partes del mundo en busca de trabajo. Los intentos de construir nuevas fuerzas
productivas de calidad que permitan al estado superar
industrias obsoletas se ven limitados por el acceso restringido a los ingresos
fiscales recaudados en el estado por el gobierno central. No obstante, hay
esfuerzos en curso para superar estas limitaciones y construir un paradigma de
crecimiento más sólido para Kerala.
En febrero de
2021, el presidente Xi Jinping anunció que cerca de 99 millones de personas en
China habían salido de la pobreza extrema, el último grupo de población
empobrecida del país. La nación de 1.400 millones de habitantes logró este
objetivo con una década de antelación respecto a la fecha establecida por los
Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas para 2030. Kerala alcanzó su meta un año antes
de lo previsto. Vietnam, otro país cercano a este logro, tiene previsto poner
fin a la pobreza extrema para 2030. No sorprende que estos tres proyectos estén
dirigidos por partidos comunistas, cuyo compromiso con la emancipación humana
los impulsa a trabajar para garantizar que cada ser humano pueda vivir una vida
digna. La erradicación de la pobreza no es un fin en sí mismo, sino parte del
largo camino hacia la emancipación humana: es un proyecto social vivo, no una
lista de casillas que simplemente deben ser marcadas. Como dijo Kwame Nkrumah,
“siempre hacia adelante, nunca hacia atrás”
Cordialmente,
Vijay
Fuente: The Tricontinental
martes, 23 de diciembre de 2025
lunes, 22 de diciembre de 2025
Extremadura. La abstención obtiene una robusta victoria; la extrema derecha sube y el PSOE se desploma [España]
Extremadura. La abstención
obtiene una robusta victoria; la extrema derecha sube y el PSOE se desploma
Vox duplica los
parlamentarios, el PSOE pierde 10, Podemos+IU ganan 3 y el PP (que aspiraba a
la mayoría absoluta) solo gana 1.
INSURGENTE.ORG
/ 22.12.2025
260.000 personas no
fueron a votar, lo que supone el 38% del censo, Esto significan 9 puntos más que
en las elecciones del 2023, donde decidieron no ir a votar el 29%
LOS
VOTOS
La presidenta de
Extremadura, Guardiola, convocó elecciones anticipadas en la región de
Extremadura con la esperanza y el aliento de sus muchas terminales mediáticas
que obtendría la mayoría absoluta. No fie posible y vuelve a depender de Vox.
La extrema derecha crece con fuerza y pasa de 5 a 11 representantes,
Podemos- IU , sin la presencia del resto de Sumar gana
3 representantes, pero el gran desplome lo sufre el PSOE que ve como sus 28
diputados se convierten en 18, sin posibilidad de influir. Lejos queda el
rodillo que los Ibarra aplicaban en el teritorio extremeño.
Cambiar el director, no la música
El ataque al
liderazgo europeo contenido en la Estrategia de Seguridad de EEUU es de una
escala y una violencia completamente inauditas para un documento oficial. Sobre
todo, en relación con Europa. Súbditos o sirvientes, eso somos para Trump.
Cambiar el director, no la música
Salvo Ardizzone
El Viejo Topo
Mundo 22
diciembre, 2025
Lo que no es
noticia es que la Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, publicada
hace unos días, refleja exactamente lo que Trump dijo durante su campaña
electoral y que ya la está implementando cuando puede. Cuánto la pueda
implementar, con gran parte de la Administración enfrentándose a él y a los
neoconservadores, atrincherados en todos los centros de poder, dispuestos a
causar estragos, es otra cuestión.
El documento
está en la línea de lo que ya habían anticipado el Washington Post y Politico en
septiembre: se trata de una declaración de guerra contra los enemigos internos,
identificados como los liberales y su ideología, etiquetados como la causa
de todos los males que afligen a Estados Unidos y considerados el verdadero
peligro que debe ser combatido a toda costa; en la práctica, se les atribuye
cada falla del sistema estadounidense.
Otros puntos
clave incluyen el rechazo a la hegemonía global, considerada un costo demasiado
alto que ha llevado a Estados Unidos al borde del abismo, y colocar la atención
centrada en el hemisferio occidental, que debe ser controlado plenamente, por
las buenas o por las malas, y del cual debe expulsarse la influencia de otras
potencias, ya presentes o potenciales. Esta es una referencia explícita a la
Doctrina Monroe, con su Corolario Trump, que define así la estrategia
declarada. Esto explica los planes sobre Groenlandia, Canadá, Panamá y la
presión militar sobre Venezuela.
Esto abre la
puerta a una cosmovisión policéntrica, al reconocimiento de que ahora existen
otros polos con los que dividir el mundo en esferas de influencia y hacer
negocios. Pero atención: si se leen las 33 páginas con atención, no se
rechaza el enfoque depredador tradicional de Estados Unidos. Esto es
una contradicción flagrante porque, si bien critica a administraciones
anteriores por golpes de Estado y cambios de régimen, y hace de la soberanía
nacional un mantra, esto no aplica cuando está en juego algo que Estados Unidos
considera beneficioso para sus propios intereses, y esto es particularmente
evidente en América. Tampoco es mejor en otras partes del mundo: el
concepto de que para proteger los intereses estadounidenses el mundo debe estar
alineado con ellos persiste intacto.
La visión
central del documento es el acuerdo, el pacto, pero, por supuesto, tan sesgado
como sea posible hacia los propios intereses, recurriendo al chantaje, la
presión financiera, comercial, política y de seguridad, ejercida de forma
estrictamente bilateral –es decir, Estados Unidos contra una sola nación– sobre
la que se deposita todo el peso estadounidense. Posiblemente faroleando, sin
ningún reparo y sin considerar la posibilidad de verse obligado a dar marcha
atrás precipitadamente.
Por eso Trump
respeta a quienes demuestran firmeza y desprecia a quienes demuestran
debilidad, arrebatándoles todo lo que puede. Esto se
ha visto, después de todo, en el trato diametralmente opuesto que dispensa a
China, Rusia, India, Turquía e incluso Hungría, en comparación con el que
dispensa a la UE y sus aliados. Y explica su intolerancia hacia las instituciones
internacionales (G7, G20 u otras), que considera limitaciones u obstáculos.
Se trata de una
práctica ya ampliamente mostrada en el primer año de su Presidencia, es decir,
una reversión de las visiones mesiánicas de dominación global que guían a los neoconservadores
y que han permeado hasta el núcleo de los cuadros y dirigentes del
establishment estadounidense.
Como
resultado, las prioridades tradicionales de Estados Unidos se han visto
trastocadas, con una drástica reducción del peso asignado al escenario europeo (pero
volveremos a esto), una reducción de Oriente Medio, cada vez más
visto como un lastre, y una reafirmación de la marginación de África, de
la que se puede extraer lo que se pueda sin un compromiso serio, mientras se
centran principalmente en obstaculizar a los competidores. Que Trump logre
desvincularse de esos escenarios, principalmente Oriente Medio e Israel, que se
ha convertido en una bala suelta ingobernable pero sigue siendo la guía de los
neoconservadores y los grupos de presión, es otra cuestión.
Según la
Estrategia de Seguridad, un acuerdo con Rusia es una posibilidad ,
tanto que se ha hablado insistentemente de un posible pacto mutuo de no
agresión. Esto se debe a tres razones: la primera, los colosales intereses de
Washington en la explotación del Ártico y las vastas materias primas rusas. La
segunda, que al llegar a un acuerdo con Moscú, Washington está aflojando el
vínculo de Rusia con China, algo que tampoco desagrada al Kremlin, ya que así
tendría otras cartas que jugar. La tercera, que lo facilita todo, es que Trump
y Putin se llevan bien. Están hechos para llevarse bien. Además, y esto no
viene nada mal, ambos comparten un desprecio compartido, totalmente
justificado, por los países del espacio europeo, y su acuerdo para explotarlos
mejor es un hecho, independientemente del alboroto de los líderes europeos.
Nota: Muchos
han visto este acuerdo altamente probable como una especie de nuevo Yalta. Discrepo. Que Moscú y Washington se repartan el mundo es una perspectiva
completamente irreal en un mundo que se ha vuelto policéntrico. Una definición
de intereses mutuos y respectivas esferas de influencia, sí, es altamente
probable, y después de todo, la historia nos enseña que Europa se
encuentra dentro de la llamada esfera occidental, sobre la cual Trump reclama
control total , mientras que Rusia reclama primacía sobre la antigua
Unión Soviética e influencia en otras partes del mundo desatendidas por Estados
Unidos (por ejemplo, África). Pero todo esto debe hacerse teniendo en
cuenta los intereses de los otros polos y con posibles concesiones en otras
áreas del planeta, so pena de conflictos que nadie desea. Un posible ejemplo:
Venezuela, objeto de los intereses chinos y rusos, podría quedar prácticamente
sola frente a Estados Unidos, a cambio de comprender los intereses de Pekín y
Moscú en otros lugares. Si Estados Unidos se viera envuelto en una intervención
imprudente, no serían quienes se quejarían.
Con el
Indopacífico y China, la historia es completamente distinta. Todos en
Washington saben que la atención mundial se ha desplazado hacia allí desde hace
mucho tiempo y temen que Pekín pueda dominarla. Trump intentó alzar la
voz, pero tuvo que retractarse porque China ahora está fuera de su alcance: es
ridículo pensar en intimidar a quienes tienen la clave de la economía global.
Como mucho, puede intentar contenerla, suponiendo que tenga éxito y no le salga
el tiro por la culata.
Por esta razón,
en este sentido, la Estrategia de Seguridad es conciliadora en su forma –no puede
ser de otra manera–, pero no se resigna a esbozar el fondo. Lo cierto es
que, al aclarar el concepto de una esfera de influencia exclusiva,
justifica y legitima indirectamente las aspiraciones de Pekín sobre Taiwán y el
Mar de China, sin renunciar, no obstante, abiertamente a ellas.
La historia de
la nueva primera ministra de Japón, Sanae Takaichi, es ilustrativa en este
sentido: siguiendo la narrativa estadounidense, en un discurso reciente declaró
que si Pekín amenazaba seriamente a Taiwán, Tokio vería sus intereses
nacionales en peligro y desplegaría sus fuerzas militares. Esto ha provocado
duras reacciones de China –que considera la isla un asunto interno y una línea
roja esencial– sin ninguna palabra de apoyo por parte de la administración
estadounidense. En esencia, la Casa Blanca quiere que sus
aliados/súbditos del Indopacífico se comprometan a contener y contrarrestar al
Dragón, pero que se abstengan de colaborar con ellos . Al menos por
ahora.
Además, los
lazos económicos y comerciales de Pekín con los países de la ASEAN y todo el
Indopacífico son enormes y, francamente, es impensable que alguien decida
sacrificarlos destruyendo sus propias economías. En este contexto, ni siquiera
India, el adversario histórico de China, sería capaz de hacerlo. Más aún cuando
Washington se posiciona en términos de puro y cínico interés propio.
Y ahora llego a
lo que más importa a quienes viven en Europa, porque el ataque al liderazgo
europeo contenido en la Estrategia de Seguridad es de una escala y una violencia
completamente inauditas para un documento oficial. Tras un análisis más
detallado, parece haber sido dictado por J. D. Vance, quien anticipó muchos de
esos conceptos el pasado febrero en la Conferencia de Seguridad de Múnich.
Y aquí, antes
de continuar, debo aclarar algo: el concepto de Occidente, tan extendido
hoy en día, no guarda relación alguna con el de Spengler y Schmitt. Es una
invención puramente estadounidense, una América que se extiende desde este lado
del Atlántico, en sus versiones liberales o conservadoras. Fue una
apropiación indebida del término para atribuirse una bandera a sí misma y al
imperio que Estados Unidos estaba construyendo después de 1945. Con Trump,
Estados Unidos lo abandona junto con el imperio que una vez fue, regresando a una
América egocéntrica, repudiando a los líderes europeos que nutrió y
seleccionó durante tres generaciones. Es fácil comprender la consternación de
estos líderes.
Es digno de
notar que esos líderes, huérfanos por la tutela y el imperio, son hoy
criticados, de hecho demonizados, porque hicieron exactamente lo que dictaron
los anteriores ocupantes de la Casa Blanca: sacrificar siempre los intereses
nacionales de los estados europeos por el bien de Estados Unidos.
Muchos dirán, y
seguirán diciendo, que Trump es el líder mundial de los soberanistas y lo
aplauden como un libertador. Pero, además de que comparar soberanismo y
globalismo es contradictorio, es difícil negar que Trump es estadounidense
e intenta hacer lo que cree que beneficia a su bloque de poder en particular y
a Estados Unidos en general. Punto.
Después de
todo, a pesar de la opinión general, Europa nunca ha sido una entidad
política, y menos aún ahora. Nos guste o no, es un término
geográfico con un alcance muy variable a lo largo de la historia, especialmente
en el Este. Y las entidades políticas de esta zona han carecido de plena
soberanía desde 1945, subordinadas primero a dos co-hegemones, luego a un único
hegemón que las manipulaba a discreción. Y aunque la Estrategia Nacional
critica abiertamente las intervenciones, restricciones, presiones e
interferencias de todo tipo extremadamente autoritarias ejercidas por
administraciones anteriores, dedica siete puntos a las acciones que pretende
tomar para alinear a las naciones europeas. Más allá de las palabras, se
les insta a alinearse con la voluntad de la Administración Trump; cabría
preguntarse: ¿qué hay de nuevo? Siempre ha sido así. Y volvería a suceder
si, hipotéticamente, una nueva administración con la dirección opuesta
sucediera a la actual.
Después de
todo, si hay una continuidad, es que Estados Unidos siempre ha utilizado a los
europeos como súbditos, o mejor dicho, como sirvientes: para continuar con
los tiempos recientes, la administración Biden los ha arrastrado a una guerra
con Rusia, paralizando sus economías y fomentando su desindustrialización en
beneficio de Estados Unidos (véase la Ley de Reducción de la Inflación,
dirigida a las industrias europeas, y las ventas de energía exorbitantemente
caras). La administración Trump ha ido aún más lejos: ¿recuerdan los
compromisos de comprar 750.000 millones de dólares en energía estadounidense a
su coste, impuestos junto con 600.000 millones de dólares en inversiones en
Estados Unidos —gestionadas, por supuesto, por ellos— y el dictado del 5 %
del PIB para gasto en defensa, destinado, como es natural, en gran medida a las
industrias estadounidenses? Si estos son nuestros amigos…
Hay mucho más que
decir, pero para abreviar, llegaré al último punto que quiero abordar: el
futuro de la OTAN. Se ha dicho repetidamente que la Estrategia de
Seguridad marca el fin de la Alianza Atlántica. Discrepo. De lo que
hemos leído, es evidente que quien desee permanecer anclado en el hemisferio
occidental, sin incurrir en la fulminación de Estados Unidos, tendrá que
contribuir a las iniciativas de la antigua potencia hegemónica mundial, ahora
degradada a potencia hegemónica regional.
Es la OTAN
«latente», que se activará cuando los intereses estadounidenses –considerando
los de todo Occidente– lo requieran. Punto. No se trata tanto de la OTAN
militar, su personal y activos con sus mandos, sino más bien de las políticas
que la impulsan, y que siempre han estado alineadas con Washington. Una vez
más, nada nuevo, considerando las aventuras de la Alianza en Kosovo,
Afganistán, Libia, etc., siempre siguiendo el liderazgo estadounidense. Solo ha
cambiado el director, no la música. Los músicos de orquesta europeos, que siguen
inclinados por el mismo director de antes, deberían superarlo.
Una nota final
sobre la guerra en Ucrania: a la luz de lo dicho, está destinada a un final
rápido. Les guste o no a los líderes europeos, estancados en sus acuerdos
previos. Queda en manos de Occidente –y de Estados Unidos, que sigue
liderándolo– intentar aplicar un concepto muy claro a sus competidores, en
este caso Rusia, que tiene muy poco en común consigo misma: lo importante es
lograr la paz, y una paz estable, que se proyecte a lo largo del tiempo en
beneficio de todo el cuerpo social, no solo de una parte, de una facción. De lo
contrario, a la larga, habrá desgaste e implosión, cuyos indicios ya son
evidentes. Esta es una actitud ajena a Estados Unidos; que alguna vez lo hayan
aprendido, lo dudo. Ha sido olvidada durante generaciones en tierras europeas,
fruto de tres generaciones de servidumbre.
Fuente: Italicum


