sábado, 10 de septiembre de 2022

España se convirtió en el mayor importador mundial de gas licuado ruso en julio y agosto. [Yo esto no lo entiendo, Chavó. Y como no lo entiendo no me vengas liando con esto y lo otro, porque yo a ti ni te he dicho nada ni me he metido contigo. Así que tú le puedes ir echando guindas al pavo, que ya te lo dijo Lola Flores, que yo le iré echando a la pava algo de más provecho, que también lo dijo Lola Flores, a ver si con la excusa de la pava llego a la Macarena, la Macarena de Carlos Colón del Diario de Sevilla no, que esa es del más allá, yo digo la Macarena de Los Del Río, a la que hay que darle unos meneos para que le entre la alegría por el cuerpo, ¡eeh, aah! En fin, comencipiemos: ¿cómo es esto que comprando paquetón millones de gas ruso más barato que el gas licuado de USA para producir electricidad el precio de esta última sube escaleras arriba que se las pela sube que te sube? Esto es lo que quiero que me digas, Chavó, y no que si a Putin le faltan pelos o le sobran pelos, a mí que me importa Putin si yo no lo conozco de nada. Es más, yo a la pava no le voy a echar ni mijita, para que te vayas enterando. La Macarena ya es otra cosa. Eso sí, que lo uno no quita lo otro, si hacen falta unos catorce millones más de tanques mata rusos en Ucrania me lo dices, que yo te los mando por correo urgente y no dejamos ni un ruso sano en menos de día y medio, el negosi es el negosi, Chavó.]

 

España se convirtió en el mayor importador mundial de gas licuado ruso en julio y agosto

 

DIARIO OCTUBRE / septiembre 6, 2022

 

Las olas de calor hicieron que el país experimentara un incremento de demanda energética junto con un descenso de la producción de energía hidráulica.

Gettyimages.ru


España se convirtió durante los meses de julio y agosto en el mayor importador mundial de gas natural licuado (GNL) procedente de Rusia. Las sucesivas olas de calor que vivió el país durante esos dos meses provocaron un aumento de demanda energética para la climatización, mientras que la sequía ha llevado a las reservas hídricas de España a mínimos en décadas provocando un descenso de la generación de energía hidroeléctrica.

 

Así lo atestigua la analista principal del Centro de Investigación sobre la Energía y el Aire Limpio (CREA, por sus siglas en inglés), un ‘think tank’ con base en Helsinki (Finlandia). “Las importaciones españolas de combustibles fósiles rusos aumentaron en julio y agosto, en comparación con los meses anteriores, impulsadas por un aumento de las importaciones de GNL”, sostiene Lauri Myllyvirta en declaraciones recogidas por medios locales.

Según Myllyvirta, “en estos dos meses, España fue el mayor importador de GNL ruso del mundo, pagando unos 750 millones de euros“, que aumentó considerablemente la generación de electricidad a partir de gas. “El 35 % de la electricidad española se generó con gas durante esos meses”, explica la analista.



España destaca en la compra de gas licuado, el que es transportado en barco, mientras que entre los importadores de gas vía gasoducto, petróleo o carbón ruso, no se encuentra entre los diez primeros puestos.

Sanciones sin impacto

La incertidumbre continúa dominando la seguridad energética de Europa después de que hayan pasado los seis primeros meses del conflicto en Ucrania. Por un lado, la Comisión Europea teme un corte total del suministro de gas ruso, mientras que por otro, el precio de este combustible continúa al alza en los mercados internacionales.

Por el momento, las sanciones económicas impuestas por la Unión Europea y sus aliados no están teniendo el impacto esperado en Rusia.

Según el último informe publicado este martes por CREA, Moscú ha ingresado entre el 24 de febrero, día en que dio comienzo el conflicto militar, y el 24 de agosto 158.000 millones de euros por exportaciones de combustibles fósiles. El 54 % corresponde a la UE, que importó por valor de alrededor de 85.000 millones de euros.



Frente a esos ingresos extraordinarios, el CREA estima que el gasto militar del Kremlin en Ucrania asciende a 100.000 millones de euros.

Alemania continúa como el principal destino de las exportaciones energéticas rusas, con 19.000 millones; en segunda posición se encuentran los Países Bajos, con 11.100 millones; seguidos de Italia, con 8.600 millones; Polonia, 7.400 millones; Francia, 5.500 millones; Bulgaria, 5.200 millones; y Bélgica, con 4.500 millones. Por su parte, las importaciones totales de España de todos los tipos de combustibles alcanzan los 3.300 millones de euros desde el inicio del conflicto.

Dependencia del petróleo

A pesar de las intenciones de la UE de limitar el consumo de gas ruso, sobre este combustible no pesa ninguna sanción. Sí la hay sobre el petróleo ruso después de que el bloque comunitario acordase a finales de mayo recortar un 90 % las importaciones de crudo de Moscú para finales de año. Sin embargo, por el momento todavía no se ha logrado que la reducción alcance el 20 %.

Además, según el ‘think tank’, las tendencias de los mercados hicieron, como en el caso del gas, que Rusia haya logrado compensar la reducción de sus exportaciones de crudo con el alza de su precio.

De hecho, recoge CREA, el petróleo es la materia prima que más ingresos está generando a Rusia en los últimos seis meses, se estima que alrededor de 76.000 millones de euros; mientras que el gas ha alcanzado ventas por valor de 35.000 millones; los derivados del petróleo, 26.000 millones; el carbón, 13.000 millones; y el gas licuado, 9.000.

Así, los 85.000 millones de euros de importaciones de combustibles fósiles de la UE, la continúan situando como el principal destino de los combustibles fósiles rusos; por delante de China, con 35.000 millones; Turquía, con 11.000 millones; India, con 7.000 millones; y Corea, con 2.000.

FUENTE: RT

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