jueves, 9 de marzo de 2017

HONRADEZ PERSONAL: SE TIENE O NO SE TIENE, CHIS PUM

Somos muchos, muchos, los que así nos sentimos, españoles sin España

             
Pedro A. García Bilbao
Sociología Crítica
08.03.2017          


       

Es terrible. En esta España nuestra, ser demócrata de verdad, es decir tener valores republicanos, laicos y antifascistas ya te identifica como «rojo» perdido, y si tienes una posición pública o profesional como es mi caso en la universidad, tened la seguridad de que te van a discriminar, van a desconfiar de tí y vas a encontrar todo tipo de tropiezos, no faltaran los pobres de espíritu que tendrán miedo de contar contigo para algo y temblarán ante la posibilidad de que digas algo inconveniente para ellos, al tiempo que tragan y consienten a los reaccionarios cualquier exceso. Y esto ahora en «democracia». No quiero pensar lo que se debió sufrir en la dictadura. hoy me ha pasado algo que me lo ha hecho patente una vez más. Mi compromiso es público y me han hecho pagar por él cada día de mi vida. Ya sé que no seré catedrático nunca y que consolidar mi posición académica sigue pendiente, no me importa, intento ser lo más objetivo posible y hacer bien mi trabajo, soy muy consciente de mis limitaciones y de mis debilidades, del esfuerzo que me cuesta cada pequeña cosa que he podido hacer. La política no es lo que me define como persona, es algo ligado a mi idea de lo que es la solidaridad, la condición de ciudadano, de la necesidad a veces de comprometerse en defensa de lo que es justo, pero nada más. Me gustan muchas cosas, vivir, sentir el sol y la lluvia en mi cara y compartir la vida con las personas que quiero. Como republicano la política es algo que has de hacer a veces cuando es necesario, y vivir toda tu vida con unos valores que te orientan sobre lo que es bueno y es malo. Eso me enseñaron mis padres y mis abuelos, ellos, que vivieron toda su vida en el exilio interior, en una España que les fue robada, en un país triste al que se le robó el alma y enterró en las cunetas la inocencia y las ilusiones. Hoy me siento muy triste en verdad, con el alma desolada, y solo lo puedo soportar porque sé que somos muchos, muchos, los que así nos sentimos, españoles sin España*.
 
  • Esta frase la aprendí de los compañeros que han estudiado la represión y que describía con ella a los miles y miles de compatriotas que murieron a solas, en la oscuridad, con un dictado de olvido, sin otro consuelo que su dignidad intacta en lo más profundo de su corazón.

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