«Atrapados en el curro»
Miles de trabajadores tuvieron
que pasar las peores horas de la DANA en sus puestos
Rebelion / España
02/11/2024
Fuentes: El
Salto
Los polígonos industriales del área metropolitana se vieron inundados o
aislados cuando la mayoría de empresas seguía funcionando.
Miles de
trabajadores se quedaron atrapados en sus
puestos de trabajo por la negativa de sus empleadores a que salieran antes de
la hora prevista. Tuvieron que pasar la noche ahí mientras que el agua iba
anegando las instalaciones. “Cuando llegó la alerta a los móviles, el agua ya
había empezado a entrar en la nave en la que trabajo”, relata una trabajadora.
Su empresa está en el Polígono El Oliveral, en Riba-roja, pero la trabajadora
explica que “prefiero no identificarla, porque no me gustaría recibir
represalías por esto”.
“Tuvimos que
subirnos a la oficina de la nave, porque el agua anegaba todo, y nos quedamos
sin luz eléctrica ni cobertura sobre las nueve de la noche. No podíamos avisar
a nuestros familiares de que estábamos atrapados, tampoco sabíamos si los
servicios de emergencias conocían nuestra situación”, relata esta trabajadora.
No es un caso aislado. En la noche del martes, a través de las redes sociales,
empezaron a circular mensajes de familiares y amigos de trabajadores,
angustiados por que no podían contactarles e ignoraban su paradero. Hicieron
noche allí y no fueron rescatados hasta el día siguiente, bien entrada la
mañana, ya que el acceso al polígono continuaba bloqueado. “Nuestros coches
fueron arrastrados por el agua, en estos momentos, no se ni dónde está el mío”,
relata esta trabajadora.
El propio
alcalde de la localidad, Robert Raga, explicó ayer, un día después de la
crecida, que sacaron a los trabajadores de estas empresas llenando autobuses en
cada viaje y calcula que se tuvieron que realizar unos 30 viajes para
rescatarlos: “Hemos conseguido rescatar a todos los trabajadores que se habían
quedado atrapados en El Oliveral. Habremos rescatado a más de mil, pero había
más que han salido por otros medios. Si queda alguno a estas horas es porque ha
tenido que quedarse de forma voluntaria, ya sea por trabajo o cualquier otra
situación”, ha explicado en declaraciones a los medios.
Otro de los
polígonos industriales en donde las personas empleadas tuvieron que pasar la
noche fue el de Almussafes, donde unos 400 se quedaron bloqueados en la fábrica
de la Ford. Los empleados del turno de tarde tanto de la compañía
automovilística como de las empresas subcontratadas por esta, no pudieron salir
cuando terminaba su turno.
La compañía
tampoco avisó al turno de noche para que no acudiese. Por lo que se vieron
obligados a refugiarse en los comedores de la factoría, y eso a pesar de que en
esa zona no se produjeron inundaciones. Pero el colapso de las carreteras de
acceso les impidió abandonar las instalaciones durante la noche.
Aunque la Ley
de Prevención de Riesgos Laborales, establece que el trabajador “tendrá derecho
a interrumpir su actividad y abandonar el lugar de trabajo, en caso necesario,
cuando considere que dicha actividad entraña un riesgo grave e inminente para
su vida o su salud”, la realidad es que las presiones por parte de encargados y
empresarios provocaron que se quedasen aislados en sus lugares de trabajo.
Ejemplo de
estas presiones son las que ha relatado Bárbara Jiménez, trabajadora en un
restaurante del centro Centro Comercial Bonaire, en Valencia, que tuvo que
pasar la noche del martes refugiada en los cines de este centro junto a otras
200 personas. “Nos hemos jugado el pellejo por vender cuatro menús”, declaró en
el Canal 24 Horas de TVE. Esta trabajadora explicó que su supervisor “no les
dejó irse a casa porque no lo veían suficientemente grave”. Bonaire se
encuentra en Aldaia, en el área metropolitana de València, en una zona que ni
siquiera fue la peor parada por la avenida de aguas. En su caso les afectó el
desbordamiento del Barranc de la Saleta, que fue más leve que el acaecido en la
periferia sur.
La trabajadora
se queja de que los encargados de Cinesa, no les permitieron coger alimentos de
los que comercializa la empresa, a pesar de que tuvieron que hacer noche ahí.
Según denuncia en su twitter Jiménez,
cuando preguntaron si podían acceder a la comida allí disponible, incluso
pagando, los encargados tomaron la decisión de decirles que no y guardar en un
sitio fuera de la vista de las personas refugiadas los snacks.
No muy lejos de
allí, en Alfafar, los trabajadores del IKEA se vieron atrapados en el
establecimiento, que se acabó convirtiendo en refugio durante toda la noche
para unas 700 personas, entre clientes y trabajadores. Las imágenes muestran
varios rescates realizados por los mismos empleados. Según han narrado
trabajadores del centro, la empresa no contempló ni dispensarles de los turnos
ni cerrar las puertas del establecimiento, a pesar de las alertas
metereológicas. Durante la noche, el personal de la compañía se dedicó a ayudar
a las personas que tenían refugiadas en el establecimiento, aunque explican que
pudieron descansar por turnos.
Según denuncia
la portavoz de la Intersindical Valenciana, Beatriu Cardona, trabajadoras de
las tiendas de Inditex no pudieron salir a tiempo de sus establecimientos
porque no se enteraron de la alerta roja, ya que, según ha explicado “tienen
prohibido llevar su móvil personal consigo”. La portavoz sindical denuncia que
tampoco les avisaron las encargadas de estas tiendas, que sí tienen acceso a
sus terminales.
Atrapados en la carretera
Entre los
cientos de vehículos que se quedaron atrapados durante la tarde del martes en
la A-3, es fácil identificar camionetas de reparto de conocidas marcas como
Amazon. Por la mañana, el consorcio de Bomberos de València, difundió un
rescate en helicóptero al conductor de una camioneta de Mercadona que se había
quedado atrapado por la riada. La empresa no alertó a los trabajadores y
siguieron trabajando a pesar del peligro. Sin embargo, al día siguiente
mostraba sus condolencias por las personas fallecidas añadiendo un lazo negro a
su logo como denunciaba la periodista Ana Polo en la red X.
La situación no
fue mejor para los repartidores de comida a domicilio. Durante buena parte del
temporal, empresas de reparto como Glovo y Uber Eats continuaron operando. Los
repartidores, muchos de ellos en motocicleta o bicicleta, se enfrentaron a
intensas lluvias, carreteras anegadas y fuertes ráfagas de viento. Los
trabajadores denuncian la falta de medidas preventivas y la ausencia de
protocolos de suspensión de actividades en circunstancias de emergencia climática.
Por otro lado,
muchas de las miles de personas que se vieron bloqueadas en las carreteras, se
encontraban realizando el desplazamiento de vuelta hacia su casa tras terminar
su jornada. La Guardia Civil explicó, la noche del miércoles, un día después de
la tragedia, que aún seguían bloqueadas más de mil personas en las carreteras.
Entre ellas, cientos de transportistas que se vieron atrapados por el bloqueo
masivo de las carreteras.
Denuncias en redes sociales y sindicales
Tras la
indignación generalizada por la actitud de la mayoría de empresas, que
decidieron no dispensar de sus jornadas a sus trabajadores, ha surgido una
iniciativa (Denuncies Dana) para exponer denuncias anónimas
sobre comportamientos abusivos de las empresas. Por otro lado, sindicatos
como CNT València, han
expresado su malestar por la poca consciencia de las empresas obligando a
presentarse a los trabajadores en sus puestos, a pesar de las alertas. “Esto es
un claro síntoma de la presión que ejercen muchas direcciones de empresa y la
vulneración que existe en muchos centros de trabajo. Este episodio de DANA está
sacando a la luz problemas contra los que desde CNT luchamos a diario. La
seguridad y la salud en el trabajo es un derecho fundamental”, expresan en un
comunicado.
Por su
parte, CCOO ha
expresado en un comunicado “que se debe reflexionar sobre las consecuencias de
este acontecimiento en términos de seguridad y salud en el trabajo, porque
muchas de las personas que han fallecido o que se han visto afectadas lo han
hecho mientras trabajaban, por lo que en caso de sufrir daños tendrán la
consideración de accidente de trabajo”.
Desde CGT, en
otro comunicado, han
señalado a “la clase empresarial que obligó a muchos trabajadoras y
trabajadores a acudir a sus puestos de trabajo a pesar de que desde hace días
se venían avisando de un fenómeno meteorológico de grandes dimensiones, como
así ha sido. Esa “alerta roja” se banalizo en importancia y habrá que ver
cuántos fallecidos han sido por acudir a sus puestos de trabajo a pesar de las
advertencias”.
3 comentarios:
Ruego y pido encarecidamente que nos ayudéis (palabras del alcalde del Psoe de Aldaya, Guillermo Luján)
Miguel Bosé ha detto la veritá
Voluntarios denuncian saqueos de magrebíes y abandono total de Valencia
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