viernes, 5 de octubre de 2012

PUBLICADO EN CRONICA DE ARAGON


APUNTES PARA LA NUEVA REVOLUCION SOCIAL

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LAS CONDICIONES OBJETIVAS ESTAN DADAS, SÓLO FALTAN LAS CONDICIONES SUBJETIVAS

No se trata de opinión, sino de hechos objetivos y constatados. El modo de producción capitalista ha cumplido la función histórica que tenía encomendada, es decir, el desarrollo de todas las fuerzas productivas como medio para poder acrecentar los capitales.

 La demostración aritmética, objetiva, y por tanto exenta de cualquier elemento ideológico que la pudiera distorsionar, de que el modo de producción capitalista se hace materialmente inviable una vez alcanzado un determinado grado de desarrollo, se obtiene a través de la fórmula (D- M… P… M´- D´) enunciada por Carlos Marx a mediados del siglo XIX para explicar, de forma resumida, el funcionamiento del modo de producción capitalista. 

 Que la corrupción política, económica y financiera esté presente en una gran parte de la clase política, la de España, y la de fuera de España, que lo está; que la utilización de las leyes de forma arbitraria sean ejercidas por jueces y tribunales a instancias políticas del gobierno de turno (ahora el de Rajoy y antes otros) sea un hecho, que lo es; que el chantaje político y económico que una minoría insignificante en cuanto al número hace a naciones enteras, como es el caso de la UE, el FMI o el BCE con respecto de España y otras naciones, resulte patente, que resulta; que la gran mayoría de la sociedad no sienta como algo propio e indelegable la participación en los asuntos políticos, que no la siente, etc., etc., no significa que todo ello constituya el cuerpo de causas que generan la crisis actual. 

En todo caso cabría calificar lo enumerado sólo a título de ejemplo, como las condiciones psicológicas necesarias para impedir la comprensión del funcionamiento del modo de producción capitalista, o dicho de otro modo, el caldo de cultivo que compone el lodazal político e “intelectual” dónde se revuelcan como marranos en un charco los Rajoy, Zapatero, González, Méndez, Toxo, Mas,… así como los directivos de los grandes grupos de comunicación (juguetones con la intelectualidad oficial), los obispos creadores de falsas conciencias, etc., con el fin – intencionadamente o no – de promover que el modo de producción capitalista pueda ser entendido por la población como algo creado por la madre naturaleza (y por lo tanto, insustituible e inamovible) y no como un producto político orientado hacia el beneficio de unos pocos (cada vez menos) que obtienen sus ganancias arrebatándoselas a la inmensa mayoría de la población, que es quien realmente las produce.

La crisis del modo de producción capitalista (de la cual, esto que se ha dado en denominar como “crisis financiera” no es más que una pequeña parte que aflora a la superficie) radica en el propio funcionamiento normal del sistema. 

Sin comprender cómo funciona el capitalismo es sencillamente imposible salir de la crisis, sobre todo, porque no se puede actuar sobre el origen del problema. Por ello, las políticas llamadas “de ajustes y de reformas” llevadas a cabo por los distintos gobiernos, dentro y fuera de España, no están llamadas a solucionar el problema, ya que salvo unos cuantos electrones libres de la política internacional, ningún gobernante persigue superar el modo de producción capitalista, sino reforzar sus ruinas. Al edificio que se ha caído porque su estructura estaba irremisiblemente podrida, se le están dando unas manitas de pintura para que no se caiga. Absurdo, irracional e inviable, pero cierto. 

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