Madrid: el 4 de mayo hay que votar contra la derecha
El Viejo Topo
30 abril, 2021
La injusticia
es humana,
pero más humana
es la lucha
contra la injusticia
(Bertolt Brecht)
Hay
convocatorias electorales que cobran una gran importancia. El próximo 4 de mayo
es una de ellas. Existen razones poderosas para impedir que en Madrid gobierne
la extrema derecha y la derecha extrema neoliberal. De gobernar cualquier cosa
que no sea esta podredumbre, se posibilitaría un gobierno en la Comunidad de
Madrid que, al margen de otras muchas carencias políticas que a buen seguro
pueda tener, por primera vez en 26 años no haga del dogma neoliberal su
catecismo. Existe la oportunidad de impedir un gobierno que no entienda la
administración pública como una simple oficina de contratación para las grandes
empresas; que no vea el presupuesto público, de casi 30 mil millones de euros,
como un botín a repartir entre el 5% superrico. Hay la posibilidad de que pueda
haber un gobierno que apueste por lo público como el motor y el eje vertebrador
de una recuperación económica, social y ecológica, que hunda sus pies en la
sanidad y la educación públicas. Ojalá que sea un gobierno que dé a la atención
primaria el lugar central del sistema público de salud que le corresponde, que
contrate profesionales, que baje las ratios en las escuelas públicas, que
proteja el derecho a la vivienda e impida desahucios; que amplíe la protección
social para combatir el galopante empobrecimiento. Existe hasta la posibilidad
de un gobierno que considere que la democracia se garantiza y se construye
apostando por la existencia material de toda la población y la libertad.
Posibilidad, mera posibilidad. La alternativa la conocemos, se ha practicado
durante más de dos décadas en Madrid: un gobierno de corrupción “atrapatodo”,
un gobierno neoliberal ultramontano y gran-nacionalista español del PP liderado
por Isabel Díaz Ayuso de la mano de la ultraderecha franquista de Vox y el
apoyo de Ciudadanos ya en derribo.
El PP convocó
las elecciones con un plan: condicionar, en el “año de la vacuna”, la salida de
la crisis sanitaria, social, económica y ecológica que vivimos a partir de
profundizar su modelo neoliberal, segregador, xenófobo y aporofóbico. Arropados
por el poder mediático y el económico, no dudaron Díaz Ayuso y su partido en
apostar por la abstención de la mayoría popular y trabajadora, en especular con
el agotamiento pandémico, en huir de todo debate que pusiera el gobierno de
coalición del PP y Ciudadanos y sus amigos de Vox ante la realidad. Es decir,
ante el hecho de que Madrid es la Comunidad Autónoma con más muertes por
habitante por Covid-19 del reino, la región que permite que continúen sin luz
más de 2.000 personas en la Cañada Real, la que arroja las peores cifras de
desigualdad, la de las colas del hambre y los desahucios, la de las UCI
saturadas y los centros de salud a media asta. Fue Anatole France quien a
finales del siglo XIX dejó dicho que “la ley, en su magnífica ecuanimidad,
prohíbe, tanto al rico como al pobre, dormir bajo los puentes, mendigar por las
calles y robar pan”. El gobierno madrileño de la derecha ha demostrado que la
ley está para eso. Es la Comunidad que garantiza por ley a la mayoría
“libertad” para vivir en situación precaria y con las condiciones de existencia
material cada vez más atacadas, que permite a los mil millonarios no pagar
impuestos. La ley que no da ni una ayuda directa a los autónomos y hosteleros,
mientras reparte 4,5 millones para subvencionar la tortura animal de las
corridas de toros o los contratos públicos sin concurso a la familia de Ayuso
por más de 70.000 euros. Es la ley de la “magnífica ecuanimidad” de la derecha.
Y la aplica sin fisuras.
Desde estas
páginas queremos poner nuestra pequeña contribución para llamar a llenar las
urnas de papeletas que puedan impedir un gobierno del PP, Vox y Ciudadanos. Un
gobierno que desean mantener tras 26 años de maltrato social creciente. No se
trata tanto de lo que puede venir sino de que no se puede repetir un gobierno
como el actual. Cualquier cosa será mejor que PP, Vox y Ciudadanos.
El voto del 4
de mayo es una buena ocasión para responder a las cartas de amenaza ultras y
sus balas -de Cetme, el fusil de asalto oficial del ejército español- contra
algunos representantes políticos, entre ellos a un candidato de la izquierda en
estas elecciones. La recomposición del tejido social madrileño mediante el
trabajo compartido a pie de calle y empresa a partir de los colectivos de
trabajadores, sindicatos, entidades vecinales y de apoyo mutuo, de mujeres o
ecologistas, es la mejor garantía de hacer frente a estas amenazas habituales
entre la extrema derecha, pero el 4 de mayo el voto puede ayudar.
Todo el mundo
es consciente de que el resultado de las elecciones madrileñas tendrá su efecto
sobre la política de todo el reino. Esta es una razón añadida para considerar
que ningún voto debe ir a la derecha ni a la derecha extrema de PP, Vox y
Ciudadanos. No se trata de ofrecer ningún apoyo incondicional a nadie, sino de
frenar a una derecha particularmente nefasta. El 4 de mayo es una oportunidad
para intentarlo.
Artículo
publicado originalmente en Sin Permiso.