jueves, 1 de julio de 2010

GALLITO

LOS MERCADOS FINANCIEROS

5/6

De la crisis se ha salido, afirman muchos dirigentes políticos y económicos, y si los hechos no confirman tal aseveración no tienen inconveniente en añadir: “o se esta en vías de salir”, pero la práctica demuestra que tales afirmaciones no son más que una falacia semántica, o pienso ideológico para ingenuos.
Es decir, se sale de la crisis sólo porque alguien dice que se está saliendo de ella, pero los efectos prácticos de esa supuesta salida de la crisis no se ven ni por ningún sitio ni en ningún lugar, sino todo lo contrario: crecen las expectativas de que la crisis en la practica va a continuar
Teniendo algo que ver los desajustes financieros con el origen de la crisis y con la permanencia en el tiempo de la misma, no es en ese desajuste financiero donde hay que buscar la explicación a la crisis.
Su origen es otro y obviamente se evidencia en el sistema financiero y en que los trabajadores, produciendo cada vez más, mejor y con memores costos de producción, viven peor. Y las expectativas de estos trabajadores es vivir cada vez peor.
La inviabilidad objetiva del sistema capitalista que es al que hay que sustituir por razones objetivas y no cuestión de gustos ni de preferencias personales, puede verse en el articulo publicado en este Blog el día 14 de Junio (1), y desde luego en la critica a la economía capitalista que hace Marx en su obra El Capital, que es de donde está extraído dicho artículo- Como el barro ya esta inventado (tierra + agua, pero sin pasarse con el agua) no veo necesidad de perder el tiempo inventándolo.
La única fuente de la formación del capital es el beneficio, la plusvalía, la parte del trabajo que el capitalista no paga al asalariado.
Hasta un determinado nivel de desarrollo de las fuerzas productivas que determinan la producción, la distribución y el consumo de lo que se produce, la principal fuente de beneficios del capital proviene de la industria.
Mientras más industrias más producción de bienes materiales, y mientras mayores inversiones en los procesos productivos más modernos, más producción.
Este círculo vicioso que es inherente al modo de producción capitalista, viene determinado por los propios capitalista en base a la lucha que establecen entre ellos (eso es la competencia) en la disputa del mercado para asegurar sus ventas, y por consiguiente para obtener más beneficios..
La necesidad cada vez más acuciante que cada capitalista tiene de producir más y más barato que los demás capitalistas, lleva al cierre de las empresas menos “competitivas” (crecimiento del paro), y las que superviven continúan con la misma necesidad de conseguir mayores masas de capitales para invertir, lo que les lleva necesariamente a:
1 Recurrir a nuevos y mayores créditos.
2 Concentrar empresas.
El crédito en un primer momento procede de la banca; del invento de la sociedad por acciones, en la que muchos pequeños ahorradores invierten sus dineros perdiendo el control efectivo del mismo, que queda en manos de los administradores de las empresas, quienes a veces ni siquiera son propietarios de las mismas, o de accionistas minoritarios (la familia Botin, por ejemplo, no tiene el 51% de las acciones del Banco de Santander, pero en la práctica es como si lo tuvieran) que gracias al montaje legal se convierten en la práctica como los auténticos dueños.
Mediante la concentración de empresas (concentración de capitales) se forman unidades productivas de mayor tamaño por un lado, y por otro, se logra eliminar, pero solo parcialmente, una parte de la competencia, puesto que las empresa más pequeñas o menos “competitivas”, es decir, con menos capitales a su disposición han desaparecido y las que no desaparecen tienen el camino abierto para su desaparición, puesto que no podrán competir en el futuro con las grandes concentraciones de empresas con muchos más capitales a su disposición.
La razón fundamental para la concentración de capitales se halla en que cada vez precisan de mayores masas más de capitales, con el fin de mantener los beneficios por encima de un determinado nivel, y compensar así, a fuerza de incrementar el volumen de las inversiones, la decreciente tasa de beneficios que se origina como consecuencia de la competencia que se hacen entre sí los propios capitalistas.

Ejemplo:

1 Un capital invertido de 100 da un beneficio del 20%, o sea, da 20 de beneficios.
2 Un capital invertido de 1.000 da un beneficio de 50.
La inversión de 1.000 da un beneficio superior al capital de 100, pero sin embargo, la tasa de beneficios es menor:

Tasa de beneficios del capital invertido 100:
20/100 = 0,20 x 100 = 20%

Tasa de beneficios del capital invertido 1.000:
50/1.000 =0, 05x100= 5%


Como se ve, una tasa de beneficio menor (5%) aplicada sobre una inversión mayor (1.000) lo único que consigue es obtener mayores beneficios, a pesar de que la rentabilidad es menor. Y esta y ninguna otra es la razón básica que lleva a los capitalistas a invertir cada vez más.
Si fuera verdad la cantinela de que las inversiones se hacen para crear puestos de trabajo, forzosamente tendríamos que ver que cada vez habría menos paro. Pero ocurre precisamente todo lo contrario, que es precisamente hoy cuando mayor es el número de parados (en España mas de cuatro millones y medio de parados), a pesar de que jamás el volumen de inversiones fue como hoy. No ver esto es no querer verlo. Y esperar del capitalismo que acabe con el paro son ganas de ver lo que no hay por ningún lado.

Con esa imperiosa necesidad de créditos que se tiene y con esa concentración de empresas que se realiza, no se consigue otra cosa que alimentar un círculo vicioso que no tiene límites ni siquiera a nivel teórico, y que por tanto es inviable, quimérico.
La competencia entre empresas capitalistas no se supera, sino que se agudiza y agrava al situarlo a un nivel superior, donde la competencia entre capitalistas se hará cada vez más entre empresas cada vez más grandes y potentes, lo que a su vez hará crecer la necesidad de mayores masas de capitales para invertir.
Hacen falta pocos esfuerzos intelectuales para llegar a la conclusión que tanto los capitales, por muy grandes que pudieran llegar a ser, son limitados, y que el mercado, por muy grande que se puedan imaginar, también es limitado, y en base a estos dos hechos objetivos y atendiendo a la más elemental lógica, que el modo de producción capitalista puede se mantenido en el tiempo, solo lo pueden concebir los capitalistas que viven y se enriquecen a costa del trabajo de los demás, y la comunidad de los bien aventurados que creen que las musarañas son de color lila-verde botella.
*+


(1) PARA EXPLICAR LA CRISIS DEL CAPITALISMO Y ACTUAR CONTRA ELLA
En qué consiste la crisis capitalista. Quién, cuando, cómo y dónde se origina. Cómo se desarrolla y amplia y dónde termina. Estas son las primeras cuestiones a dilucidar antes de podernos hacer una idea de como se puede actuar contra ella. Salvo que, como ahora, nos conformemos con dar palos de ciego al aire para resolver la crisis.
Hoy que presumimos de disponer de instituciones sociales y políticas democráticas, paradójicamente no son nuestros “representantes” sociales y políticos quienes nos proporcionan información acerca de la crisis, sino los denominados grandes medios de información, ligados de una u otra forma a los grandes grupos financieros que son los que se benefician de la crisis.
Son los grandes medios de comunicación quienes administran la información, quienes establecen los límites de lo que se puede hablar y de lo que no se puede hablar.
Hoy disponemos de más información en relación a las ligas de futbol italiana, inglesa, alemana…, de las elecciones de Colombia, del tráfico de drogas en México, etc,, que de la contestación social y política que están teniendo los gobiernos griego y francés por las politicas antisociales que está aplicando para “salir” de la crisis en sus respectivos pueblos.
Organizaciones políticas, tales como la Unión Europea o instituciones económicas como el Fondo Monetario Internacional, al igual que este, dominada y al servicio de los grandes capitales, son quienes determinan e imponen las medidas socio-económicas que hay que aplicar para “salir” de la crisis sin previa consulta y sin el más mínimo consentimiento de quienes sobre sus espaldas pretenden hacer recaer las “soluciones” que proponen, paradójicamente, las mismas instituciones y los mismos organismos que, cuando menos, han estado en el centro de la crisis y que disponían además de todos los medios técnicos, económicos y políticos para poderla haber prevenido y evitado.
Que de la crisis capitalista, o sobre la crisis capitalista se levanten gigantescos vendavales de palabras de todos los gustos y para todos los gustos; montañas de papeles escritos; infinidad de “análisis” de prestigiosísimas personalidades que dan un sin número de soluciones en todos los sentidos, según que personalidad haga el análisis, no viene a probar más que una cosa: que ninguno de ellos nos ha dicho todavía en qué consiste la crisis capitalista, y por tanto, no nos la han podido explicar de una forma racional y objetiva, ni la pueden explicar por el camino que llevan.
La crisis capitalista objetivamente es una interrupción en el proceso de acumulación capitalista que los mismos consideran normal, o que alcanza un nivel por debajo de esa línea marcada por los propios capitalistas como normal.
El objeto del capitalista es hacer crecer su capital, y la fórmula más sencilla y elemental que representa el proceso a través del cual el capitalista hace crecer su capital es la siguiente:

D --- M … P … M ´--- D´

Explicación de la fórmula de la expresión anterior

D representa el dinero que el capitalista utiliza inicialmente para la explotación de su negocio, con el que compra las mercancías que necesita, entre las cuales se encuentra la mano de obra que necesita utilizar para que trabaje a cambio de un salario, que para el capitalista representa otro mercancía más.

M representa la mercancía comprada por el capitalista que se compone de todos los elementos que intervienen en la transformación del producto que hace, donde se incluye los salarios que paga por mano de obra.

P representa el proceso de producción donde se llevan a cabo todas las operaciones hasta realizar el producto acabado que será llevado al mercado para ser transformado en dinero.

M´ representa la mercancía que ya ha sido elaborada y que ahora se ha convertido en el producto acabado que el capitalista lleva al mercado para su venta, es decir, para transformarla en dinero.


D´ representa el dinero que obtiene el capitalista en el mercado por la venta de su producto.


En buena lógica ha de cumplirse que:

D´es mayor que D
M´es de mayor valor que M

Puesto que a la suma total del gasto del capitalista invertido en el proceso de producción que representa M le suma los beneficios que quier obtener, dentro de unos determinados límites, de manera que:

D´- D = PV [1]

donde PV representa precisamente las plusvalía o beneficio del capitalista.

Una tasa es una relación entre dos magnitudes, y así, relacionando la plusvalía o beneficio (PV) con la suma total de dinero invertida por el capitalista para fabricar su producto (D), este obtiene su tasa de ganancia, que se representa de la forma siguiente:


PV/D = g´ [2]

donde g´ representa la tasa de ganancia del capitalista.

Ahora bien, la suma total de dinero (D) que el capitalista invierte es la suma de las instalaciones, maquinaria, etc., que se llama capital fijo que representamos por C, y de los salarios que constituye el capital variable y que representamos por V, de manera que:

D = C + V

por lo que si en la fórmula [2] sustituimos D por su valor C + V tenemos que la tasa de ganancia (g´) del capitalista puede ser representada por la formula:

PV/ C+V = g´ [3]
que como se ve es idéntica a la fórmula [2] con la única diferencia que en esta última el valor D aparece como la suma de los dos elementos que la componen: C + V.

Con lo que se ve que las fórmulas [2] y [3] son idénticas:

g´= PV/D = PV/C+V

Si la fórmula [3] la dividimos por V (gastos en salarios que es a lo que se le ha denominado capital variable) tenemos que la tasa de ganancia g´ es:

g´= (PV/V)/[C/V+V/V] [4]

Ahora bien, como:

PV/V = p´

Siendo p´ la tasa de plusvalía (relación de la plusvalía (PV) obtenida por el capitalista en el mercado a través de la venta de sus productos y V el dinero gastado en los salarios que ha pagado a los trabajadores, capital variable), y

C/V = ó

Siendo ó la composición del capital orgánico (relación entre el capital fijo, C, y el capital variable, V). y

V/V = 1

La fórmula [4] queda reducida a la siguiente:

g´ = p´ / o´+ 1 [5]

Analizando ahora [5] tenemos que:

La composición del capital orgánico o´ viene dada por el cociente de dividir el capital fijo, C, por el capital variable, V:
C/V = o´

De manera que por figurar el capital fijo, C, en el numerador de la fracción, cuanto mayor sea este mayor será o´.
Pero como o´+1 figura en el denominador de la fórmula [5] resulta que cuanto mayor sea o´+1, menor será la tasa de ganancia, g´, del capitalista, lo que viene a demostrar aritméticamente que cuanto mayor es la sustitución de fuerza de trabajo (la única que es capaz de generar plusvalía) por capital fijo menor es su tasa de ganancia, cuya tasa de ganancia, elevándola al máximo posible, constituye el objetivo esencial del capitalista para hacer crecer sus capitales, pero que, contradictoriamente, el propio capitalista hace descender al sustituir fuerza de trabajo por capital constante, como acaba de ser demostrado.
Y precisamente aquí es donde se origina la crisis capitalista, cuando g´ no alcanza el nivel mínimo que le permita al capitalista hacer crecer sus capitales, o cuando se interrumpe el proceso de acumulación de capitales que le produce el mismo efecto.
Las crisis del capitalismo nos las crea nadie en particular, no son atribuibles a personas concretas. Las personas, los políticos, etc., pueden influir para que una crisis se manifieste antes o después (pero aun así depende del grado de desarrollo que el capitalismo haya alcanzado en cada lugar y en cada tiempo en concreto), pueden influir para que sus efectos aparezcan antes o después, para que se presenten más o menos agudamente, pueden influir acortando o alargando en algo el tiempo de la crisis, pero esta es inherente al propio modo de producción capitalista, la lleva unida a su propia dinámica de funcionamiento, como se demuestra en la fórmula [5].
Actuar contra la crisis capitalista significa actuar contra el sistema capitalista que no es únicamente un modo de producción, una determinada forma técnica de producir. Forma parte del mismo una determinada estructura política y una determinada estructura ideológica que hacen posible que las técnicas productivas del capitalismo se puedan dar, por tanto, actuar contra la crisis capitalista es actuar contra el orden económico que crea; contra el orden político y contra el orden ideológico que lo mantienen. Todo lo que no sea esto contra la crisis del capitalismo es musiquilla celestial.
*+

Bibliografía: Carlos Marx. El Capital.

miércoles, 30 de junio de 2010

COPLAS POR LA MUERTE DE SU PADRE

LOS MERCADOS FINANCIEROS

(4/6)

(Mapa mundial de los paraisos fiscales. ¿Qué estará esperando la Guardia Civil para enchiquerar a tanto señor ladrón que anda suelto?)

Desde el reconocimiento oficial de la última crisis del sistema capitalista en Septiembre de 2008, hasta la fecha, lo que han hecho los diferentes gobiernos ha sido descapitalizar sus respectivos Estados para proveer de liquidez con ese dinero publico las arcas de los mismos que ya tenían liquidez: bancos y grandes empresarios.
El nombre dado a la crisis capitalista es el de crisis financiera, cuando en realidad no es otra cosa que la ultima evidencia de que el sistema capitalista, por haber alcanzado su pleno desarrollo y haber completado el ciclo histórico que le correspondía: el desarrollo de las fuerzas productivas, no le queda otra que su extinción, al igual que se extinguió el modo de producción que le antecedió: la servidumbre.
La servidumbre no se extinguió porque los señores feudales fueran malos o buenos o altos o bajos. Se extinguió porque la estructura económica que desarrolló en su seno el incipiente modo de producción capitalista mediante la división social del trabajo no se correspondía con la estructura política dominante en el medievo.
La Revolución burguesa fue eso: imponer una nueva estructura política para sustituir a la que sustentaba el modo de producción feudal y que permitiera el establecimiento del nuevo modo de producción capitalista que estaba naciendo, en función de los intereses de la burguesía.
La primera mentira con la que los gobiernos pretenden engañar a sus respectivas opiniones públicas consiste es decir que es una crisis “financiera”, que el sistema financiero: bancos y grandes compañías de seguros necesitan dinero y que para evitar la catástrofe hay que darles dinero público y se les da. Pero esto sólo es una verdad a medias, porque todos esos bancos y grandes empresas a las que necesariamente habrá que añadir personas físicas ligadas a esos bancos y grandes empresas tienen en los paraísos fiscales bastante más dinero del que teóricamente era necesario para salir de la crisis y que los gobiernos han puesto inmediatamente a disposición del sistema financiero. Se acaba de saber que son 275.000 millones de euros lo que tiene algunos españoles en los paraísos fiscales.
Si efectivamente fuera problema de liquidez esto que llaman crisis financiera bastaría para resolverla que esos 275.000 millones de euros volvieran a España, para lo cual el Estado español, si quisiera, dispone de los medíos técnicos y humano suficientes para hacer obligatoria la repatriación de esos 275.000 millones de euros.
El Estado, pues, pone a disposición del sistema financiero todo el dinero que este dijo que le hacia falta, pero, la crisis financiera sigue.
La segunda gran mentira de la que se están sirviendo los diferentes gobiernos capitalistas sin excepción, y sólo con ligeras variantes, en función de la relación de la fuerza de coacción que cada uno de ellos tiene con respecto de los demás, para salir de la crisis consiste en agudizar la explotación de todos los trabajadores bajo el eufemismo de “recortes de derechos”, que en esencia no es sino hacerlos trabajar más por menos dinero. Esta segunda gran mentira, como la primera, se puede dar por hecha, pero sin embargo, la crisis persiste.
*+

martes, 29 de junio de 2010

PALOMITAS DE MAIZ

LOS MERCADOS FINANCIEROS



(3/6)
(Sede Fondo Monetario Internacional en Washington, DC)
Las esferas más altas del Estado español empiezan por el Rey que es el Jefe del Estado, seguido del Presidente del gobierno; del Presidente del Congreso; del Presidente del senado; de los presidentes de las diecisiete Comunidades Autónomas, etc.
Lo que ya no sé es como se pueden corromper o amenazar a estas altas esferas. Por no saber no sé ni cómo el Rey ha reunido una de las fortunas más grandes de Europa sin trabajar, porque el Rey ni trabaja ni gobierna, sólo reina.
Si se sabe en cambio que diferentes gobiernos de Felipe González estuvieron salpicados de un abundante elenco de actos delictivos de todos los colores, incluidas decenas de muertes inocentes, más de cincuenta personas.
Se sabe también que durante los mandatos del propio Felipe González la banca del Estado que funcionaba muy bien, pasó a manos de la banca privada, sin que supiéramos ni entonces ni ahora, y sobre todo sin que sepamos ahora, cuando la banca chantajea abiertamente al propio Estado, qué beneficios se derivó para la sociedad española en su conjunto el hecho de que la banca pública la pusiera Felipe González en manos privadas.
Sabemos también que siendo presidente del Gobierno José María Aznar se llevó a cabo una profunda descapitalización del Estado español, al quitarle a este dos importantes fuentes de ingresos procedentes de Telefónica y Endesa, al hacer pasar estas dos empresas básicas y rentables para el bienestar general, de manos del Estado a manos privadas amigas. Los efectos positivos de estas mafio-operaciones para el conjunto de los españoles no lo sabemos.
Lo que si sabemos es que Aznar se emborracha cual vulgar borrachuzo y se pone en la televisión, borracho como una cuba, a desafiar medidas que toma el propio gobierno de la nación, y que es un nuevo rico resentido, según Puyol, también lo sabemos (y que Puyol no es un almita de la caridad también lo sabemos).
Que el caso Gürtel, el mayor caso de corrupción política y económica conocido hasta la fecha, arranca en tiempos de José María Aznar y que el yerno de este es rico, también lo sabemos.
No sabemos en cambio de las decenas y decenas de implicados en el caso Gürtel, algunos en la cárcel, y algunos personajes importantes dentro del PP, cuantos van a quedar en la cárcel y cuantos van a devolver el dinero robado, lo que si sabemos es que Rajoy y la plana mayor del PP hacen cuanto pueden por obstruir el funcionamiento de los jueces y fiscales, y andan como locos pretendiendo que todo el proceso se declare nulo, en base a que pescaron a unos de los delincuentes ya encarcelados hablado por teléfono con su abogado.
Sabemos que en la Comunidad de Madrid, su Presidenta, Esperanza Aguirre, jefa del PP, que anda a cuchillada limpia con otro jefe del PP, Ruiz Gallardón, alcalde de Madrid, por hacerse con las riendas del PP y sustituir a Mariano Rajoy, aspirante al gobierno, mediante triquiñuelas legales, está descapitalizando las arcas públicas a través de la sanidad pública, y que esas misma triquiñuelas legales que utiliza Esperanza Aguirre, son de la misma naturaleza que utiliza el gobierno de Zapatero, que tiene de socialista lo que yo de santo advenimiento, para privatizar la sanidad pública y los ferrocarriles, entre otro servicios que solo pueden funcionar bien en manos del Estado.
Sabemos también que el pasado 24 de este mes, Hacienda, nos echó algo de pienso ideológico diciéndonos que investiga 3.000 fortunas en Suiza, o sea, que unos robones españoles podrían haberse llevado a los paraísos fiscales de Suiza uno 6.000 millones de euros, con lo que podríamos llegar a creer que el Estado español no sólo ha pasado descaradamente y directamente parte de los sueldos de los que trabajamos, aparte de bajar las pensiones y jubilaciones de los que se han pasado la vida trabajando para pagar el zancocho este de la crisis que han organizado los bancos y sus grandes empresas, de cuyo zancocho se siguen beneficiando, sino que también anda detrás de los manguis de cuello blanco para hacerlos pagar también parte de la crisis. Pero no cuela.
Y no cuela, porque lo que se sabe que han estafado los ricos al Estado español y que se han llevado a los paraísos fiscales son al menos 175.000 millones de euros (noticia dada por la Cadena SER el 27 junio de 2010), y no esos 6.000 que dice que investiga Hacienda.
O sea, que son unos chorizos y muy poquitos los que nos succionan el producto de nuestro trabajo continuamente y cuando hace falta mandan que seamos robados directamente, pero legalmente, eso si, que esta choricería de alto standing para eso de la ley es muy mirada. Para que los demás cumplamos la ley.
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lunes, 28 de junio de 2010

COLONIAS DE ISLA MAYOR

LOS MERCADOS FINANCIEROS

(2/6)


Sabemos también por el estudio de Manuel Castells, que el blanqueo de dinero para el crimen organizado viene a ser lo que es el agua para el pez. Y blanqueo de dinero sin paraísos fiscales es como un jardín sin flores.
Sin el blanqueo de dinero, dice Manuel Castells, el crimen organizado internacional se quedaría en lo que siempre fue, grupos mas o menos numerosos, más o menos peligrosos socialmente, pero relativamente localizados por la policía, pero ahora con la “globalización” y el blanqueo de dinero el crimen organizado se conecta con los mercados financieros.
Y, claro, no se nos puede olvidar que un mercado financiero sin la banca, sin el parlamento, sin el gobierno y sin grandes medios de comunicación, sencillamente sería imposible, por tanto, ya sabemos que los mercados financieros tampoco están compuestos por pimienta canela y limón, sino que en el mismo interviene nuestro dinero que es manejado, por el crimen organizado y por los bancos en base a unas leyes que se hacen en el parlamento y que las aplica el gobierno, y por este punto, la cosa financiera, los mercados, dioses omnipotentes, empiezan a oler a chamusquina.
Afirma Manuel Castells, que “en muchos casos, toda la estructura del Estado, que a menudo incluye las esferas más altas, está penetrada por vínculos criminales, ya sea mediante corrupción, amenazas, financiaciamiento político ilegal, con lo que se causan estragos en la gestión de los asuntos públicos”
¡Vaya, vaya que aquí no hay playa!
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domingo, 27 de junio de 2010

FERIA

A LOS VECINOS DE ISLA MAYOR

¡BUENAS FERIAS!

LOS MERCADOS FINANCIEROS

(1/6)

(Don Manuel Castells. Aznar también se fotografía con libros detrás, pero ni punto de comparación. No se les ocurra compararlos, por favor)

De los mercados financieros, excepto que son los verdaderos amos que mandan a los gobiernos para que estos nos manden a nosotros en función de los intereses de una exigua minoría, poco más sabemos.
Por tanto, mientras alguien no nos diga que cosa son, como funcionan y qué o quienes forman parte de ellos pueden ser cualquier cosa. Por ejemplo, agua celestial bendita con algo de pimienta, canela y limón.
Sea lo que sea, para algunos no tiene mayor importancia. Unos de los llamados”barones” del PSOE, Rodríguez Ibarra, dice públicamente, y se queda tan fresco el hombre, que si uno no puede luchar contra los mercados, lo mejor es unirse a ellos, y así, con un tópico, resuelve este “barón” “socialista” a nivel teórico uno de los mayores problemas que tiene planteado ante si la sociedad: el poder de coacción y chantaje que tienen los “mercados” para hacer prevalecer sus intereses, absolutamente contrarios a los intereses de la inmensa mayoría de la sociedad.
Manuel Castells (1), destacado Sociólogo, que durante más de dos décadas ha realizado una vasta investigación sociológica en lo que denominados los países más desarrollados del mundo, que relaciona la evolución económica y las transformaciones políticas, sociales y culturales en el marco de una teoría integral de la información, recoge los resultados de su trabajo en la trilogía “La era de la información”, y que ha sido traducida a varios idiomas, mantiene que la desestabilización de los estados-nación se debe a la penetración que hace en los mismos el crimen organizado, gracias a la globalización.
Y esto ya es un dato. No la opinión personal de Manuel Castells, sino un dato que él extrae de la realidad social que estudia.
Y este dato que a mi me parece importante, permite deducir que el mercado, ese Dios omnipotente que a todos somete tiene algo de concreto, que no es agua celestial bendita, o cuando menos, que puede que sí tenga algo de agua, pero de celestial y bendita, ninguna.
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(1) Hellin, España 1942, Sociólogo y profesor universitario. Catedrático de Sociología y de Urbanismo de la Universidad de California en Barkeley, así como director del Interdesciplinary Institute de la Universidad Oberta de Catalunya.
Algunso autores sitúan a Manuel Castells al nivel de los esfuerzos explicativos que Marx y Weber hicieron para explicar la sociedad industrial.
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