lunes, 14 de marzo de 2016

SI UNO NO SE DESPIERTA LO DUERMEN MÁS

 

La jugada de Pedro Sánchez y Albert Rivera contra Pablo Iglesias
El "Mate de Boden"

11.03.2016
 
Para Manolo Monereo

Fue pintor aficionado, ferroviario y crítico de arte. Pero la ocupación más famosa de Samuel Standidge Boden fue el ajedrez. Para algunos, no hubo en su época otro maestro mejor que él. Hay muchas anécdotas de Samuel Boden, pero los aficionados le recuerdan sobre todo por una partida: la que jugó en Londres en 1853 contra R. Schulder, al que ganó con una serie de movimientos que pasaron a la historia con el nombre de «mate de Boden». Básicamente, es un mate que se realiza utilizando los dos alfiles. Mientras uno le corta al rey la vía de escape por su color, el otro, aprovechando que no tiene salida, le da el mate. Previamente, el autor de la jugada ha tenido que sacrificar una pieza importante, la dama o una torre, para facilitar que el alfil que da el mate pueda ocupar su posición. Pero en el ajedrez, como en la política, lo que cuenta es el resultado final. A Samuel Boden no le importó sacrificar una de sus mejores piezas, porque los dos alfiles le habían hecho ganar la partida.
 
Hoy en día, es difícil que un ajedrecista muerda el anzuelo del mate de Boden. Pero en la política no sucede lo mismo. Y muy pocos conocen la historia de la partida de Schulder-Boden. Quizás por esa razón hemos podido presenciar, en directo, y con escasas diferencias respecto a su modelo original, cómo la estudiada coreografía del mate de Boden se desplegaba ceremoniosamente en el Congreso sin que aparentemente nadie se diera cuenta de lo que ocurría. Solo al final, cuando los dos alfiles ocuparon su posición bajo la histórica mirada de El Abrazo de Genovés, propios y extraños empezaron a sospechar que algo importante estaba pasando. Por supuesto, ni Pablo Iglesias ni Mariano Rajoy, cada uno desde su trinchera, estaban dispuestos a hacer la ola. Sin embargo, y a pesar de que el acuerdo entre Pedro Sánchez y Albert Rivera no tardó en saldarse con el episodio de la investidura «fallida», ni el presidente en funciones ni el secretario general de Podemos tienen razones para cantar victoria. En el mate de Boden, Mariano Rajoy es la pieza que será sacrificada. Y Pablo Iglesias, el rey a batir.
 
El 22 de febrero publiqué en Rebelión el artículo «La Operación Renzi», donde apuntaba a algunas señales que parecían indicar que la trama que organiza la matriz del poder había cambiado de caballo (para el concepto de «trama», cf. Monereo, 18-10-2014, Cuarto Poder). Esto significaba que ante la imposibilidad de resolver la situación de bloqueo político con la fórmula de la Gran Coalición, por los vetos mutuos que Mariano Rajoy y Pedro Sánchez se arrojaban el uno contra el otro, la única salida era cambiar el paso y apostar por un «Gobierno reformista» bajo el auspicio de Pedro Sánchez y Albert Rivera. Pero este objetivo no se conseguiría fácilmente. Para alcanzarlo, habría que convocar nuevas elecciones y conseguir que se sustanciara un cambio en la orientación de voto que permitiera reunir en las bancadas de PSOE y Ciudadanos al menos a la misma cantidad de diputados que se sientan ahora en los escaños del Partido Popular (PP) y Ciudadanos. La Operación Renzi, para que pudiera funcionar, necesitaba que durante los siguientes dos meses se operase una transferencia de voto del PP a Ciudadanos y de Podemos al PSOE. Aunque esta transferencia no es imposible, e incluso se ha publicado alguna encuesta que apunta en esta dirección (20-02-2016, El Mundo), mi tesis fallaba en un punto. En realidad, para garantizar el éxito de la Operación Renzi no hace falta convocar nuevas elecciones. El éxito del mate de Boden radica en la posición de los alfiles. Una vez colocados, lo demás no importa.
 
El PSOE y Ciudadanos no necesitan conseguir más votos de los que ya tienen. Ahora cuentan con 130 diputados. Pero no tenemos que pararnos en esta cifra. Lo que tenemos que mirar es el porcentaje. Si reunimos los votos que ambas formaciones consiguieron por separado el 20-D nos encontraremos con un 36%. En las elecciones generales de 1979, gracias a la magia de la ley electoral y a una afortunada distribución de los resultados, Adolfo Suárez se quedó a solo ocho escaños de la mayoría absoluta cuando apenas alcanzó el 35%. Con un 38,7%, Felipe González obtuvo 159 diputados en 1993. Y tres años más tarde, con el mismo resultado, José María Aznar se hizo con 156.
 
¿Qué sucedería si sumamos los porcentajes que PSOE y Ciudadanos obtuvieron el 20-D y aplicamos al resultado la ley electoral en cada provincia? Pues que la bolsa de la coalición, sin necesidad de conseguir un solo voto más, se engrosaría con otros 12 diputados. Pero esto no es lo importante. Lo realmente significativo es lo diferente que hubiera sido la fotografía electoral. Por un lado, la coalición de PSOE y Ciudadanos habría ganado claramente las elecciones con un 36% de los votos y 142 diputados. Por otro, el Partido Popular, en lugar de presentarse como el triunfador de la jornada, habría sido el gran derrotado, con 116 diputados, siete menos de los que ahora tiene. Y en último lugar, Podemos y sus confluencias se habrían quedado bastante lejos de su anhelado sorpasso a Pedro Sánchez. En concreto, de sus 69 diputados actuales, habrían bajado a 64. La distancia de poco más de un punto y 21 escaños entre el PSOE y Podemos se habría convertido en un abismo de 15 puntos y 73 escaños. Pero estos resultados son política ficción. Ya hemos visto que con un porcentaje menor, Adolfo Suárez casi consigue la mayoría absoluta. Y con un porcentaje algo superior, Felipe González se aupó hasta los 159 diputados. Todo depende de lo que saquen los otros. Si el PP continúa su declive, la coalición «reformista» podría multiplicar exponencialmente sus resultados. ¿Y cómo reaccionarán los votantes de los partidos de la coalición ante un escenario en el que concurran bajo la misma papeleta? Aquí, todo son especulaciones. Pero si PSOE y Ciudadanos no cometen ninguna torpeza, hay razones para pensar que podrían retener a la mayor parte de sus electores. Y quizás, ganar alguno más. Todo depende de la puesta en escena. Y esto es algo que ya ha comenzado. El primer paso: el programa. Si Junts pel Sí pudo reunir a partidos tan dispares como Esquerra Republicana (ERC) y Convergencia Democrática (CDC) bajo el paraguas del derecho a decidir, el «Acuerdo para un Gobierno reformista y de Progreso» bien puede constituir la base programática de un acuerdo electoral entre el PSOE y Ciudadanos. De hecho, Albert Rivera lo presentó como si así lo fuera: «Aquí están las bases para una nueva etapa política». Y añadió: «El acuerdo recoge el 80% de nuestro programa» (24-02-2016, El País). Además, la elección del candidato a la presidencia debería realizarse a través de un proceso de primarias al que pudieran postularse tanto Pedro Sánchez como Albert Rivera. En un escenario normal, debería ganar Pedro Sánchez. Pero la celebración de este proceso serviría para comprometer con la coalición a los seguidores de Albert Rivera, un compromiso que podría reforzarse llevando las primarias también a los territorios, para favorecer que Ciudadanos, en aquellos lugares en los que está particularmente fuerte, pudiera ocupar la cabeza de las candidaturas. Algunos referentes sociales, como el hasta ahora secretario general de UGT, Cándido Méndez, han dedicado palabras lisonjeras a los intentos de Pedro Sánchez y Albert Rivera de formar gobierno (04-03-2016, 20 minutos). No sería extraño que la coalición intentara incorporar a alguno de ellos en la candidatura del 26-J.
 
No cabe duda de que algunos votantes de Ciudadanos verán esta maniobra como un engendro político que les hará volver espantados a los brazos del Partido Popular. Pero al margen de que para paliar este efecto se ha buscado intencionadamente que el acuerdo tengo la impronta personal de Albert Rivera, lo importante es que la coalición se puede permitir prescindir de ellos. Incluso en el caso de que todo saliera mal, y PSOE y Ciudadanos no consiguieran juntos lo que obtuvieron por separado, la magia de la ley electoral intervendría para corregir los resultados y asignarle a la coalición más diputados con menos votos. Pero mucho más importante: sea con un 36% o con un 32%, de lo que resulta difícil dudar es del triunfo de la coalición en las próximas elecciones generales. Y aquí el PP caería víctima de su propio discurso. Mariano Rajoy, si es que vuelve a presentarse, habiendo descendido a la segunda posición, se vería obligado a favorecer la investidura de Pedro Sánchez.
 
No es difícil adivinar que los problemas para materializar esta coalición estarían más en la órbita de Ciudadanos que en la del PSOE. Esta es la razón por la que Andrea Levy, vicepresidenta de Estudios y Programa del PP, coincidió el día 7 de marzo con Cristina Cifuentes, presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, en realizar un llamamiento público a Ciudadanos para que aclarase si iría en coalición con el PSOE a unas nuevas elecciones generales (07-03-2016, Telemadrid; 07-03-2016, La Vanguardia). Mientras tanto, la revista digital de la Fundación Sistema, cuyo patronato preside Alfonso Guerra, se descolgaba con un artículo de José Martínez Cobo donde se defendía abiertamente las ventajas de la coalición: «El pacto entre PSOE y Ciudadanos no es el primer pacto entre socialistas y centro derecha», y «los socialistas no tuvieron en el pasado ninguna razón para arrepentirse de haberlos suscrito, más bien remordimientos cuando los hicieron fracasar» (Martínez Cobo, 07-03-2016, Sistema Digital). Durante las próximas semanas, presenciaremos cómo el PP intenta hacer saltar por los aires la posición de Albert Rivera explotando las contradicciones ideológicas de su base electoral. Mientras que el PSOE, arropado por sus altavoces mediáticos, se ocupará de alimentar las condiciones que puedan favorecer un escenario político donde la coalición reformista sea cada vez más atractiva para el electorado de centro-izquierda. En esta línea cabe situar la serie de sondeos que Metroscopia realizó para El País en torno al debate de investidura, donde se apuntaba, entre otras cosas, que la mitad de los votantes del PP y de Podemos pensaban que sus respectivas formaciones deberían haber dado vía libre al pacto entre PSOE y Ciudadanos (26-02-2016, El País), o que la mitad del conjunto de los electores consideraba que es una «mala noticia» el fracaso de la investidura (06-03-2016, El País). Por otra parte, el éxito de la coalición depende de que Albert Rivera siga teniendo un perfil propio, por lo que es previsible que no dé por sentado el liderazgo de Sánchez, algo que también contribuirá, de paso, a mantener abiertas sus opciones de cara a las primarias que deberían decidir quién encabeza la candidatura conjunta. Algunos dirigentes territoriales del PSOE, a los que Ciudadanos está sometiendo a un fuerte marcaje, podrían intentar obstaculizar el acuerdo. Pero ya se ha visto que la capacidad de veto de estos dirigentes sobre Pedro Sánchez no llega más lejos de la cuestión nacional y las relaciones con Podemos. En cualquier caso, lo más relevante del mate de Boden es que una vez que las piezas han tomado su posición, un ajedrecista avezado no necesita consumar la jugada. Si Pedro Sánchez y Albert Rivera son capaces de convencer al PP de que van en serio, quizás podrían conseguir su objetivo sin necesidad de acudir a una segunda convocatoria electoral. Se cumpliría así el pronóstico que adelantaba Manolo Monereo, cuando advertía que un nuevo llamamiento a las urnas iría a contrapelo de la voluntad de las «clases dominantes», para las cuales supondría una derrota, «su derrota» (26/02/2016, Cuarto Poder). Pero habrían tenido que dejarse algunas plumas por el camino. En concreto, la renuncia a la Operación Monti. Entre otras cosas, por una cuestión bastante obvia. Para poner en marcha la Operación Monti, hace falta un Monti. Y el nuestro, está en libertad con cargos por delitos fiscales, blanqueo y corrupción. Lo menos que la oligarquía puede esperar de un presidente es que no tenga problemas para recoger las instrucciones del FMI en Washington porque un juez le ha retirado el pasaporte. Con Rodrigo Rato, se ha quemado el cartucho más importante de la Operación Monti. Pero el acuerdo entre Pedro Sánchez y Albert Rivera puede ofrecerles las mismas oportunidades con un rostro más amable. El reparto de las carteras ministeriales, en particular, de las de economía y hacienda, podría terminar en las manos de algún tecnócrata, lo que sería muy del gusto de las preferencias de Albert Rivera y la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE). Al final, el Gobierno reformista y de Progreso no debería tener una política económica muy distinta de la que hubiera emanado de un Gobierno de Gran Coalición.
 
Pero la cuestión de si la situación de bloqueo político de las instituciones parlamentarias se resuelve o no con una segunda convocatoria electoral depende en gran medida de la evolución del estado de ánimo de una persona: Mariano Rajoy. Su ceguera ante los acontecimientos políticos que le rodean ha quedado patente no solo en su incapacidad para comprender que su vida política ha terminado, sino en su ingenuidad a la hora de identificar el papel que le ha tocado jugar en este drama. Cuando habla del acuerdo de Pedro Sánchez y Albert Rivera, lo hace como si este acuerdo se hubiera firmado contra él. Y nada más lejos de la realidad. Mariano Rajoy es una pieza importante de la partida, pero no es el rey. Este papel está reservado para Pablo Iglesias, el verdadero objetivo a batir con la estrategia del «mate de Boden».
 
Una vez que los alfiles han tomado posición, da igual que se convoquen o no elecciones generales. Mariano Rajoy, antes o después, deberá aceptar su papel de víctima sacrificial y permitir la formación de un Gobierno reformista. Si se empeña en mantener su candidatura, tendrá que hacerlo después del 26-J. Pero es posible que el resto de los moradores de la calle Génova no acepten permanecer cruzados de brazos mientras Mariano Rajoy los conduce al precipicio. El ciclo político del PP ha terminado, pero todavía puede decidir cómo afrontar su travesía por el desierto. O bien permite gobernar a Pedro Sánchez ahora, cuando todavía no es más que el candidato de la segunda fuerza política del país, o dentro de cuatro meses, cuando probablemente lo será de la fuerza política más votada. No cabe duda de que la influencia del PP será mayor en el primer caso que en el segundo. Pero en política no siempre se adopta la decisión más racional. Y como víctima propiciatoria, Mariano Rajoy deja bastante que desear. No parece estar dispuesto a acudir al altar por su propio paso.
 
En febrero de 2014 Podemos le dio una patada al tablero. Pero sus adversarios recogieron las piezas del suelo y las volvieron a poner sobre la mesa. La irrupción de Ciudadanos liquidó las posibilidades de la batalla relámpago. Y aunque Pablo Iglesias anunció un giro hacia la guerra de posiciones, la estrategia de Podemos siguió orientada hacia el objetivo de un triunfo rápido en las Elecciones Generales (cf. Hernández Castro, 20-05-2015, Rebelión). Los resultados del 20-D pusieron en jaque a Pablo Iglesias. No porque fueran malos, sino porque todos sus seguidores se vieron obligados a confrontar sus anhelos con la realidad. Ni el cielo se había tomado por asalto, ni Podemos había logrado mejorar el papel de tercero en disputa que tradicionalmente había desempeñado Izquierda Unida (IU). Ante el fracaso de la batalla relámpago, y la negativa de Pedro Sánchez a formar el Gobierno de Gran Coalición, Pablo Iglesias intentó conjurar la campaña de la pinza pasando por las horcas caudinas de un acuerdo de gobierno con el líder de los socialistas. Pero ya no era suficiente con reconocer que la «sonrisa del destino» había favorecido a otro. Porque mientras Podemos y PSOE se reunían bajo los auspicios de Alberto Garzón, Pedro Sánchez estaba consumando su matrimonio con Albert Rivera. Era el «mate de Boden». La partida, ha terminado.
 
Pero el juego, continúa. Y una vez Pedro Sánchez y Albert Rivera terminen los fastos de su luna de miel, tendrán que ponerse a gobernar. Y el panorama no es nada halagüeño. Quizás, si Podemos y sus confluencias, y los supervivientes de la vieja izquierda que se arremolinan en torno a Alberto Garzón, toman nota de lo ocurrido, y se preparan a conciencia para la próxima partida, la trama que mueve los hilos de la política en España desde la Transición no tenga tanta suerte.
 
Fuentes de información electrónicas [obtenidas en consulta del 08-03-2016]:
De Cuarto Poder [http://www.cuartopoder.es/]:
De El Mundo [http://www.elmundo.es/]:
Cruz, M. (20-02-2016), «Podemos se deja nueve escaños y el PP cuatro».
De El País [http://elpais.com/]:
Toharia, J. J. (26-02-2016), «La mitad de los del no quieren el sí».
De La Vanguardia [http://www.lavanguardia.com/]:
De Rebelión [http://www.rebelion.org/]:
De Sistema Digital [http://www.fundacionsistema.com/]:
Martínez Cobo, J. (07-03-2016), «Un pacto y otros antecedentes».
De Telemadrid [http://telemadrid.es/]:
De 20 minutos [http://www.20minutos.es/]:
 
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domingo, 13 de marzo de 2016

¿CENTRALES NUCLEARES? NO, GRACIAS. QUE QUÉ HA FINANCIADO EL DINERO DE MIS PENSIONES DURANTE 40 AÑOS. ESO SÍ.

 

 
 
"DEBERÍAN CERRARSE TODAS LAS CENTRALES NUCLEARES"
 
12.03.2016
 
Entrecomillo el título porque no soy yo, esta vez, quien ha apuntado hacia esta razonable dirección económica, energética y civilizatoria. Al final desvelo el nombre.
 
Las coordenadas de la situación en Japón, marzo de 2016: más de 70 mil ciudadanos siguen viviendo en barracones o viviendas provisionales por los altos niveles de radiación en la zona afectada; la fiscalía nipona imputó a tres directivos de TEPCO, la propietaria de la central nuclear de Fukushima, la primera semana del mes de marzo; se calcula que serán necesarios más de 40 años para desmantelar la central; de los costes globales sociales y económicos no se tiene idea o no se habla; el gobierno japonés mantiene cerrada un área de un radio de 20 km y no hay fecha de regreso clara para volver a habitar decenas de pueblos abandonados cercanos a la central (Namie, Iitate o Tomioka por ejemplo), etc etc.
 
La sorpresa, más que inesperada, de la situación: el Rainbow Warrior, el buque insignia de Greenpeace, ha navegado, tal vez lo siga haciendo, a una milla de la central de Fukushima. Cinco años después de la catástrofe, de la hecatombe nuclear. “Un helicóptero y un barco de la guardia costera escoltan a la embarcación y controlan sus movimientos”. No imaginan que en la cubierta, entre miembros de la organización ecologista, una organización que el Gobierno japonés observa con ojos poco amables, se encuentra un ciudadano japonés muy singular.
 
Antes del 11 de marzo de 2011 era un gran defensor de la energía nuclear. Hoy no, en absoluto.
 
No sólo eso. Señala también la negligencia de Tepco en la gestión del accidente... y antes del accidente. Lo hace en estos términos: “Ahí rebajaron el nivel de la tierra para aprovechar el mar. En parte, eso permitió que el tsunami arrasase la central”. Se está refiriendo a la construcción de la central.
 
Desde su punto de vista, un punto de vista que es razonable compartir, Tepco y el Gobierno no se han responsabilizado lo suficiente de las víctimas y del desastre. Para dejar de pagar las compensaciones es necesario que la gente vuelva, pero los que tienen niños están asustados y no creen lo que les dicen”. Con razón.
 
La catástrofe pudo haber sido mucho peor. Durante dos días, él mismo llegó a pensar que tendría que evacuar Tokio. “Antes del 11 de marzo creía que Japón nunca pasaría por algo como lo de Chernóbil y ponía todos mis esfuerzos en vender las bondades de las centrales nucleares japonesas a otros países”. Las cosas han cambiado: “Después de todo aquello tomé conciencia de que la mitad del país, alrededor de 50 millones de personas, podrían haber sido evacuadas de sus hogares. Es algo que solo sucede en situaciones de emergencia como las grandes guerras”.
 
Más aún, el punto nodal, el titular: “ahora pienso que todas las centrales nucleares deberían cerrarse y haré todo lo que sea útil para eso suceda”. Todas.
 
 Recuerda, por otra parte, que Japón tenía 54 reactores nucleares en marcha que generaban el 29% de toda la energía antes del accidente. Nadie ponía en cuestión esta industria. Ni siquiera su seguridad en un archipiélago azotado habitualmente por terremotos. Cinco años después, más de la mitad de la población preferiría renunciar a la energía atómica definitivamente. Sin embargo, se han vuelto a reactivar cuatro reactores (tres de ellos tal vez tengan que detenerse por intervención de la fiscalía). El Gobierno de Shinzo Abe, desde luego, no se plantea abandonar la cuestión nuclear. La rectificación sólo está al alcance de sabios y prudentes, no de nacionalistas dominados por la hybris.
 
Pero él, en cambio, inclinado a pensar que es una cuestión de tiempo que algo así vuelva a ocurrir en algún lugar (insisto: ¡vuelva a ocurrir un Fukushima en algún lugar!), no comprende, no comparte la tesis del primer ministro nipón. “Japón no necesita en absoluto la energía nuclear. Hemos sobrevivido estos cinco años sin ningún apagón”.
 
¿Se siente culpable pasado el tiempo? Su respuesta: "Por supuesto. Pero sobre todo responsable. Sin embargo, los reactores se construyeron mucho antes de que yo llegara. Así que al mismo nivel deberían serlo otras administraciones. El primer ministro Abe también gobernó el país antes que yo, así que debería también sentirse responsable".
 
 Además, ha revelado que la información que le proporcionó la compañía eléctrica fue escasa y sesgada. “A las diez de la noche, la información que recibí es que no había agua en el reactor y por lo tanto no se había fundido. Sin embargo, ahora sabemos que a las 18.00 ya habían empezado las fugas de radiación”. ¿Le engañaron? “Digamos que no sabían lo que había pasado. Faltó mucha comunicación. La gente no tenía datos”.
 
En caso de haber tenido más datos, su reacción podría haber sido más eficaz. “Hubiera usado el sistema de refrigeración, por ejemplo, que estaba en el reactor y que no necesitaba electricidad. Pero no me informaron de ello”.
 
Poco después de esas primeras horas, el responsable de la central le dijo que abandonaba la planta con sus hombres. Tal cual, a la buena de Dios y del mercado. Habían perdido el control de la situación y solo quedaba ya salvar sus propias vidas. “Hubo una comunicación del director general de Tepco al ministro al cargo donde pedían marcharse. Querían rendirse. Entiendo que pretendiesen proteger a sus trabajadores. Pero desde mi perspectiva, no podía permitirlo. El desastre hubiera sido mucho más grande. Así que le llamé y le dije que se quedaban”.
 
¿De quién hablo, quién habla, quién es este radical que nos cuenta lo que acaban de leer y aboga por el cierre de todas las centrales nucleares? ¿Un Eduard Rodríguez Farré a la japonesa? ¿Una organización ecologista revolucionaria? ¿Los comunistas japoneses?
No, no van bien: una voz más que moderada. La del Naoto Kan, primer ministro de Japón en 2011.
 
¿Tomamos nota? ¿Tomarán nota también los gobiernos amigos, algunos gobiernos amigos de América Latina, que parecen acercarse en estos momentos a ese mar de aguas turbulentas, tóxicas y contrarias a la salud humana y al medio ambiente?

Notas
1) Tomo pie en Daniel Verdú, “Deberían cerrarse todas las centrales”. El País, 11 de marzo de 2016, p 10. http://internacional.elpais.com/internacional/2016/03/10/actualidad/1457622940_844245.HTML
 
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EL"NUCLEO" DE LA ENERGIA NUCLEAR

TXERNOBIL, FUKUSHIMA, GAROÑA

12.03.2016
 
2016 es un año de tristes efemérides nucleares. El pasado 2 de Marzo se cumplieron 45 años desde que Franco inauguró la central nuclear de Santa Maria de Garoña en plena dictadura. A muchas personas se les olvida que esa central y el resto reactores nucleares que estaban previstos para instalar en Euska Herria (Lemoniz, Ea-Izpaster, Deba y Tudela) llegaron en un mismo paquete franquista denominado “Plan Energético Nacional”. También este año, el próximo 26 de abril se cumplen 30 años de la catástrofe nuclear más desastrosa que se ha producido en el planeta, la de Chernobil (Ucrania) y en tercer lugar no debemos olvidar que el 11 de Marzo se cumplen 5 años de la explosión de tres reactores nucleares, uno gemelo al de Garoña, en Fukushima (Japón) tras un maremoto y consiguiente tsunami. 
 
Tras el bombardeo nuclear del ejército norteamericano sobre Hiroshima y Nagasaki, en la década de los 60 del pasado siglo, las centrales nucleares se vendieron como de “uso pacífico”. Sin embargo sus catástrofes y graves daños ahí están y a nuestro entender conviene recordarlos y analizarlos.
 
A las docenas de trabajadores, bomberos y militares que en la primeras horas (26-Abril-1986) intentaron controlar los efectos provocados por la explosión del reactor número 4 de Chernobil, se les unieron otros 880.000 "liquidadores" (médicos, científicos, soldados, trabajadores..). Muchos de ellos sacrificaron su vida. 335.000 personas que vivían dentro del radio de 30km y en zonas muy contaminadas tuvieron que dejar sus hogares. En algunos casos las evacuaciones se produjeron demasiado tarde y no se evacuó a miles de personas que vivían en territorios que habían recibido una considerable radiación.
 
Según el informe titulado Chernobyl: Consequences of the Catastrophe for People and the Environment casi cinco millones de personas (entre ellas más de un millón de niños) viven en territorios que tienen un alto nivel de radioactividad en Bielorrusia, Ucrania y la Federación Rusa. Según esta misma fuente, los casos de cáncer de tiroides han aumentado considerablemente a causa del accidente. Por otro lado, ha habido un aumento significativo de otros tipos de cánceres, problemas de corazón, malformaciones de nacimiento, discapacidades y tasa de mortalidad... Los efectos de Chernóbil no se limitan sólo a estos países. Según el informe titulado The Other Report On Chernobyl el accidente contaminó el 40% de la superficie europea. Según el informe Health Effects of Chernobyl: 25 years after the reactor catastrophe ha habido un aumento de la mortalidad y las malformaciones en varios países europeos. A todo esto hay que añadir los efectos provocados por el estrés y la ansiedad causados por el accidente y la contaminación.
 
Hay un intenso debate sobre el número de víctimas provocado por el accidente de Chernóbil. Según lo publicado en 2006 por el Foro de Chernobil, el accidente causó la muerte de 9.000 personas. No obstante, Greenpeace facilita otros datos: solo en Bielorrusia, Ucrania y la Federación Rusa, el accidente provocó 200.000 muertes entre 1986 y 2004 . Según el informe Chernobyl: Consequences of the Catastrophe for People and the Environment el accidente causó la muerte de 985.000 personas en el mismo periodo. Esta cifra correspondería a la mortalidad global.  
 
En referencia al caso de Fukushima (11-Marzo-2011), el gobierno japonés ordenó la evacuación de las personas que vivían en un radio de 20 km. y de las que vivían en territorios con un grado alto de contaminación, pero la orden de evacuación de algunas de estas zonas se llevó a cabo demasiado tarde. Entre 170.000 y 200.000 personas tuvieron que abandonar sus viviendas. No obstante, fueron miles las que quedaron en territorios con un grado elevado de contaminación radioactiva. Como en el caso de Chernóbil, no se ordenó la evacuación de estos lugares. Cinco años después la contaminación sigue siendo muy alta en algunos de ellos.
 
Respecto a los efectos que ha tenido esta catástrofe en los habitantes, hay menos información que la que desearíamos. Según la información oficial del gobierno se han producido 154 suicidios desde que comenzó la crisis y ha habido 1.700 muertes derivadas de la medidas poco adecuadas que se tomaron para reducir los efectos del accidente. Hay poca información también sobre los efectos en la salud de personas y ecosistemas que ha tenido la radiación. Según estimaciones oficiales, por lo menos 115 niños han desarrollado cáncer de tiroides. Es muy probable que en realidad todas estas cifras sean más altas.
 
Como en el caso de Chernobil, la radiación es muy alta en algunas zonas de la central siniestrada. Muchos de los miles de trabajadores que han pasado por Fukushima no contaban con la formación necesaria para trabajar en un entorno tan hostil y peligroso. Según algunas informaciones, la mafia japonesa Yakuza ha reclutado a docenas de personas que vivían en la calle para trabajar en la central. En muchos casos han tenido que realizar las tareas más peligrosas en los lugares más contaminados. Teniendo en cuenta todo esto, es muy posible que el número de muertos y afectados sea muy elevado en el futuro.
 
Conociendo lo ocurrido en Chernobil y Fukushima y sabiendo como se han gestionado estos accidentes nucleares ¿Quién se puede sentir seguro viviendo cerca de una central nuclear obsoleta como Garoña? El pasado 1 de Febrero la mayoría del parlamento español (PSOE, Podemos, IU-UP, Compromís, ERC y EH Bildu) pidieron al Consejo de Seguridad Nuclear que no concediera el permiso de reapertura a la empresa propietaria de Garoña. Iberdrola y Endesa, propietarias de Nuclenor, tienen la intención de seguir quemando uranio otros 17 años. Garoña está cerrada desde Diciembre del 2012; pero a juicio de sus propietarios es un asunto económico lo que está en juego. Nosotros, por el contrario, pensamos que son los graves problemas técnicos y de seguridad de la central nuclear lo que está en entredicho. Por eso, cuando hablamos de Garoña, no debemos olvidar lo ocurrido en Chernobil y Fukushima.
 
Oier Zeberio e Iñaki Barcena (Ciencia Política UPV-EHU)
 
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PODEMOS: O SUS MILITANTES Y VOTANTES MIRAN A LA IZQUIERDA, O NO PODEMOS


"PODEMOS" ANTE LA CRUDA REALIDAD
12.03.2016
 
En el verano de 2013, en plena crisis económica, los sondeos situaban a IU por encima del 17% en intención de voto, en un escenario en el que se preparaba una importante movilización social que concluiría con la gran manifestación de la Marcha de la Dignidad, que el 22 de marzo de 2014 reunía en Madrid más de un millón y medio de personas; una movilización que fue posible, especialmente, gracias a que las organizaciones locales de IU pusieron a disposición de la misma infraestructura, recursos económicos y militancia política. Éste fue el momento en el que la situación de coincidencia de las dos claves para el cambio de ciclo político, movilización social y una fuerza política de izquierdas organizada en disposición de recoger el descontento ciudadano con las políticas de ajuste duro, de recorte de derechos y conquistas sociales, puestas en marcha por el PP y con un PSOE en 'caída libre' desde que en mayo de 2010 el Gobierno Zapatero las iniciara al dictado de la Troica, encendieron las 'luces rojas' del sistema que puso en marcha tres movimientos que, a la postre, le resultaron acertados: cambio del sistema de las empresas demoscópicas, encabezadas por Metroscopia, la encuestadora de cabecera de El País, para pronosticar la intención de voto con el claro propósito de generar opinión negativa sobre IU; “movilización” de determinados medios de comunicación "progresistas" en la tarea de contribuir a crear una nueva fuerza política que con un discurso cargado de significantes vacíos de contenido recogiera el voto que, hasta ese momento, se situaba en la cesta de la fuerza política que hoy lidera Alberto Garzón; y lavado de cara de una monarquía desprestigiada con la abdicación del rey Juan Carlos y coronación de su hijo Felipe, joven y sin pasado. La operación, dio los resultados realmente pretendidos por sus diseñadores: 'sacar' a la gente de la calle y ‘recluirla’ en su casa ante el televisor, pasado de ser actores del cambio a clientes de un gran supermercado que le ofrece los 'únicos' productos políticos a adquirir, y reducir al mínimo la influencia de una fuerza política que, con sus errores y aciertos, con sus sombras y luces, tenía organización y cuadros políticos para amenazar el sistema; una operación que no era la primera vez que se ponía en marcha y respondía al mismo patrón que la llevada a cabo con el acoso y derribo contra Julio Anguita e IU a mediados de los 90, cuando los sondeos le llegaban a dar el 16% de intención de voto y su líder figuraba como el mejor valorado.
 
Este recordatorio viene a cuento por el desconcierto que muestran quienes se sorprenden ante el ataque iniciado por la "Brunete mediática", encabezada por el grupo empresarial que mejores servicios ha prestado en estos años al régimen y su buque insignia, El País, contra Podemos, la amenaza actual; partido al que "machacarán" si no sirve a sus propósitos de facilitar una nueva versión de Gran Coalición, posibilitando y sustentando por activa o por pasiva un gobierno PSOE-Ciudadanos que sustituya a un amortizado y desprestigiado PP en la tarea de "rematar" las conquistas sociales y reducir a los ciudadanos a la categoría de súbditos, llevando a cabo la triple devaluación que precisa el país, en opinión de los diseñadores del nuevo estado de las cosas: devaluación directa, con una alta tasa de paro, precarización del empleo y bajos salarios; devaluación indirecta, mediante el recorte y privatización de los servicios públicos de educación y sanidad y de las prestaciones sociales; y devaluación diferida, con una drástica disminución de las pensiones públicas, "lanzando" a los ciudadanos a suscribir un plan de pensiones privado, objetivo clave del poder financiero para poder negociar durante décadas con el dinero ajeno sin control alguno.
 
En este escenario, no puede extrañar que se magnifiquen los errores políticos de un Pablo Iglesias que, con su partido, ha pasado de ser "gente" a formar parte de "la casta", que es lo que ellos mismos han proclamado cuando se pasa de la calle a las instituciones, y que no alcanza a ajustar su discurso al enorme cambio que se ha producido en su situación, ya que ha pasado de ser útil para el sistema –aún en contra de su voluntad y la finalidad para la que nació- como fuerza política con una débil organización y menos cuadros -se tiene una presencia real o eres una hoja movida por el viento, aquí no cabe lo virtual- a ser un incordio, que obedece a los planes del sistema o será reducida a la mínima expresión.
 
Hasta ahora, la respuesta política del “partido de los círculos”, cuyas ideas y propuestas han sido magnificadas durante año y medio por determinados medios de comunicación y opinadotes interesados como "genialidades", viene dejando en evidencia que su fulgurante apoyo electoral no solo se debía a su acertado análisis de la realidad política y a su estrategia –que con toda probabilidad lo era-, sino especialmente a que los mismo medios que hoy los publicitan para resaltar sus errores, hasta su negativa a apoyar a Pedro Sánchez, ensalzaban sus ideas. Queda por ver si el “partido de los universitarios”, que comenzó por darle la palabra y el protagonismo a la ciudadanía en las plazas, para posteriormente transformarse en una “maquinaria electoral” para "asaltar los cielos", tiene "fondo político" para salir de una encrucijada que le puede conducir a liderar el cambio en el país o ser fruto del "sueño de una noche de verano", terminada la etapa del tacticismo político y de su utilidad para quien gobierna sin presentarse a las elecciones. En cualquier caso, hay un hecho palpable, la nueva situación de Podemos ante la cruda realidad.
 
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sábado, 12 de marzo de 2016

UNION EUROPEA: EL GRAN CAPITAL CREA EL PROBLEMA, Y DE SUS CONSECUENCIAS HACE OTRO PROBLEMA + LA OTAN

Combinando racismo, nacionalismo e imperialismo
 
La OTAN contra los refugiados en el mar Egeo

Rebelión
A l'encontre
04.03.2016
 
Una poderosa flota de la OTAN /1, compuesta por 5 fragatas (griega, turca, alemana, italiana y canadiense) y otros 10 o 15 navíos de guerra, patrulla ya en el mar Egeo del Este y apunta a seres humanos en situación de miseria y desarmados, los miles de refugiados que arriesgan su vida en su esfuerzo por salir del infierno de la guerra incontrolable impuesta en Siria.
 
El objetivo principal de la flota es descrito así, de forma oficial, por los portavoces de los gobiernos (incluyendo el gobierno de Alemania, que tiene el control de la operación): “Luchar contra los flujos migratorios”. ¡El “push back” mortal, la obligación impuesta por la fuerza a los refugiados, para que vuelvan al país del que vienen (Turquía primero, luego Afganistán, Siria, …). ¡Navíos de guerra supermodernos y poderosos dedicados a frenar inmigrantes!
 
Entre los pretextos planteados por la OTAN está el argumento de que se trata de una guerra contra el “tráfico inhumano”. Pero este tráfico forma parte en lo esencial del pasado: tras las tragedias de Lampedusa /2, las fuerzas de los países llamados del Oeste decidieron hundir, por adelantado, los rudimentarios navíos de los traficantes (viejas embarcaciones o, muy a menudo, vetustos barcos de pesca) en sus puertos a lo largo de las costas de África del Norte, en particular de Libia. Esta decisión obligó a los refugiados y refugiadas a buscar medios de “transporte” aún más peligrosos.
 
Hoy, centenares de mujeres y de hombres, de todas las edades, incluyendo niños y niñas, se amontonan en canoas hinchables. Sin la presencia de un solo marinero mínimamente experimentado, intentan atravesar la mar por ellos mismos, buscando trayectos lo más breves posibles para alcanzar una u otra isla. Y se ahogan por miles /3. Los “traficantes”, sencillamente, ya no están en los lugares en los que se producen las tragedias.
 
El motivo racista de las eurodirecciones es presentado sin disimulos. Como ha declarado Donald Tusk: “Europa estará obligada a hacerse menos atractiva, a pesar de sus deseos”. Este perfil “menos atractivo” del imperialismo del Oeste será impuesto a los refugiados por el recurso a la fuerza militar no camuflada, abrupta.
 
Los resultados serán trágicos. Es imposible detener los flujos de refugiados. Por tanto, la presencia de los navíos de la OTAN les obligará a intentar pasar por vías aún más peligrosas, de noche, en medio del frío y el mal tiempo. No es necesario ser un lobo de mar para comprender que los “naufragios” van a multiplicarse masivamente y vamos a tener centenares de muertos oficialmente verificados y aún más “desaparecidos”.
 
Diplomacia inhumana
 
La operación de la OTAN ha recibido el acuerdo de los gobiernos de Atenas y de Ankara.
Alemania y otras fuerzas europeas se han orientado ya hacia la política racista del “desvío” violento de los “flujos de refugiados y refugiadas”. Angela Merkel tiene un problema político por su derecha /5. Hollande intenta prolongar hasta el infinito el “estado de urgencia” en Francia, en nombre del peligro yihadista (que es un peligro sin fin y por tanto una salida del estado de urgencia sin fecha tope). Renzi negocia objetivos económicos (la deuda monstruosa de Italia) en contrapartida de la política de fronteras cerradas frente a los refugiados. La UE se vuelve muy rápidamente “menos atractiva” para los refugiados, los inmigrantes, pero también las poblaciones locales.
 
Turquía ofrece su “hospitalidad” -negociada a base de miles de millones- a unos 3 millones de refugiados y refugiadas, que vienen principalmente de Siria, pero también del resto de la región en sentido amplio (desde Irak o Afganistán hasta “países” salidos de la exYugoslavia, etc.). Es un problema económico y político colosal y el régimen de Erdogan intenta “enviar” una parte de esta población hacia el Oeste (utilizando cualquier medio).
 
La entrada de la OTAN en el mar Egeo para esta tarea está evidentemente ligada a razones diplomáticas y geopolíticas más generales. La guerra en Siria engendra posibilidades que constituyen para Ankara una pesadilla diplomática, política e incluso militar: la creación de un Estado kurdo independiente en sus fronteras del sur y del sureste, así como el creciente poder militar de una corriente del nacionalismo árabe (Daech) que, bajo la forma del “califato de Bagdad”, constituye una afrenta para el nacionalismo turco.
 
Los atentados a gran escala de los yihadistas en Turquía confirman esta contradicción y ponen en cuestión las teorías conspiracionistas, que son tan populares en la prensa griega, sobre las relaciones entre Erdogan y Daech. En fin, la poderosa intervención militar de la Rusia de Putin en Siria (con un armamento renovado y una estrategia de destrucción elaborada en la última guerra de Tchechenia) ha cambiado la situación militar y, en gran parte, la política. Por primera vez, desde hace mucho, se presenta un escenario de estabilización relativa del régimen de Assad, con una nueva posición de fuerza en la perspectiva de la postguerra.
 
Todos estos factores ejercen una presión sobre Recep Tayyip Erdogan para que dé un giro hacia el Oeste, que debe colmar las múltiples grietas provocadas por la guerra de Irak en las relaciones entre Turquía y la OTAN. Debe intentar demostrar que es un pilar indispensable del imperialismo occidental en la región.
 
El gobierno de Syriza-Anel (Griegos independientes) tiene motivos comparables. Como declara incluso el ministro Giannis Mouzalas (Ministro de Inmigración), Grecia debe acoger a entre 50 000 y 70 000 refugiados y refugiadas. Se trata de un asunto “gestionable”, pero esta política está atascada en la “valorización” utilitarista, mediática y política del tema realizada entre otros por el ministro de defensa Panagiotis Kamménos. Incluso en las declaraciones hechas por Tsipras, es evidente que intentan ligar la política sobre los refugiados y refugiadas con un cierto relajamiento de las presiones de los acreedores que demandan una aplicación más rápida del Memorándum 3.
 
También, según Dimitris Avramopoulos, la marina y la policía de los puertos de Grecia son bastante fuertes como para aplicar con éxito una política de “cambio de ruta” de los refugiados y refugiadas. Lo que las fuerzas griegas no pueden imponer es que el Estado turco readmita a los y las refugiadas ya “desviados”. Así pues, esta tarea es asumida por las fuerzas de la OTAN.
 
Algo muy fuerte cae sobre la cabeza de hombres y mujeres desarmados e impotentes: la OTAN despliega su flota en un territorio “caliente”, a una distancia mínima de Siria y de las fragatas rusas que ya se encuentran en el Mediterráneo Este. Pero las relaciones entre Turquía y Grecia son también un factor que añade complejidad, de forma peligrosa, a la situación.
 
Juegos de poder
 
La cuestión de la soberanía en el mar Egeo está regulada por el Tratado de Lausana. Un tratado entre Turquía y los países de los Balcanes, principalmente Grecia en lo que concierne al mar, bajo la garantía de los grandes poderes de la época. El Tratado de Lausana (1923) da a Grecia la soberanía sobre numerosas islas del mar Egeo y las menciona una por una, pero concluye que, si hay otras cuestiones de soberanía, serán reguladas por nuevos tratados bilaterales, bajo la garantía de las “grandes potencias”.
 
Como se podía esperar, Grecia y Turquía han intentado interpretar el tratado según las correlaciones de fuerzas entre los dos Estados.
 
Turquía, tras haber eliminado a la minoría griega cristiana de Estambul (1919-1922), intenta sobre todo conservar las aguas territoriales de Grecia a 6 millas náuticas, a fin de que el mar Egeo siga siendo un “mar abierto”, con paso hacia las aguas internacionales. Las grandes potencias, e incluso la URSS de la época, la apoyaron, puesto que tenían interés en disponer de un paso libre al mar Egeo y el Mediterráneo del Este.
 
Grecia -sobre todo tras la derrota en Chipre de 1974-, tras haber militarizado las islas del Egeo del Este, sigue una política de “mar griega” (un esfuerzo de extensión de sus aguas territoriales, puesta en cuestión de la soberanía sobre los islotes rocosos que tienen una importancia estratégica, etc.).
 
La balanza de las fuerzas sobre este tema es aún indecisa. Es la razón de la política de confrontación “fría” que resulta cara en dinero pero también en vidas humanas, como en el reciente accidente del hundimiento de un helicóptero militar en el mar Egeo, cerca de la pequeña isla de Kiranos (11/02/2016).
 
Pretendidamente, la operación de la OTAN intenta evitar el aumento de esta tensión: las fuerzas griegas y turcas van a operar en los límites de su soberanía reconocida a nivel internacional. Sin embargo, la naturaleza de la región (que contiene centenares de islotes, roquedos, etc), así como de las operaciones en cuestión (la persecución de embarcaciones llenas a tope, casi incontroladas, sobrecargadas de seres humanos) son tales que no se pueden excluir acontecimientos incontrolables. Por no mencionar la realización de maniobras conjuntas de los ejércitos de Israel y de Grecia. La reciente historia (la crisis de Imia, pero también otros casos “desconocidos”) demuestra que incidentes de esta naturaleza pueden llevar a una escalada hasta el borde de la guerra.
 
Todo esto debería ser inaceptable para un gobierno democrático (por no hablar de quienes se presentan como izquierda radical). En estas condiciones de rigor absoluto, en estas condiciones de crisis social profunda, el juego del racismo combinado con el nacionalismo y la política proimperialista no es solo inaceptable sino también extremadamente peligroso.
 
La izquierda, el movimiento obrero, la mayoría social están interesados en continuar demostrando su solidaridad concreta con los y las refugiadas, proclamar “fuera la OTAN del mar Egeo y del Mediterráneo del Este”, y prevenir toda eventualidad de despertar de los peores nacionalismos en la región.
 
Notas
1/ La OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte, creada en 1949, reúne a 29 países: Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, Francia, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Portugal, Reino Unido (que se adhirieron en 1949), Grecia y Turquía (1952), República Federal de Alemania (1955), España (1982), Hungría, Polonia, República Checa (los tres en 1999), Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Rumania, Eslovaquia, Eslovenia (integrados en 2004), Albania, Croacia (en 2009).
 
La simple cronología de las “adhesiones” a la OTAN, a lo que se añade la política de fragmentación de la ex-Yugoslavia (en una interacción entre los aparatos dominantes de las exregiones y la política de los países imperialistas) del tipo Montenegro o como en Kosovo (el campo Bondsteel), países en plena debacle, aclara la política militar (en el sentido amplio del término) de la OTAN (Red de A l´Encontre).
 
2/ El 3 de octubre de 2013 una embarcación que transportaba a unos 500 “emigrantes” africanos naufragó cerca de la isla de Lampedusa, cercana a Sicilia. La catástrofe produjo 366 muertos, lo que constituye la mayor tragedia en el Mediterráneo desde el comienzo del siglo XXI (Red de A l´Encontre).
 
3/ En abril de 2015, según las cifras dadas por la Organización Internacional para las Emigraciones (una apropiada denominación “onusiana”) -citadas en Le Monde del 20/04/2015- unas 22 000 personas han muerto desde el año 2000 intentando llegar a Europa. En 2014, más del 75% de los emigrantes que han muerto en el mundo han muerto en el Mediterráneo. Esta tragedia es prolongada. A comienzos de septiembre de 2015, la Organización Internacional para las Emigraciones publicó estas cifras: cerca de 220 000 refugiados han llegado a Grecia, y cerca de 115 000 a Italia desde enero de 2015. Desde esa fecha, más de 2643 personas han muerto en el mar tras haber intentado llegar a Europa (Red de A l´Encontre).
 
4/ La prensa económica alemana o un semanario como Die Zeit han sacado a la luz la importancia de esta ola de refugiados y refugiadas para el capitalismo alemán -un país de bajos salarios, contrariamente a los mitos que se propagan- cuya historia está marcada, desde la Segunda Guerra Mundial, por olas de emigrantes provenientes de Alemania del Este (DDR), antes de la construcción del muro en 1961; de Italia, España, de Turquía, de “países” miembros de la Federación yugoslava, luego de Polonia, de Hungría, de Rusia, de Ucrania (con aspectos de trabajo estacional). Actualmente, una parte de la patronal toma iniciativas para “utilizar” una parte de los “demandantes de asilo” cualificados que vienen de Siria o Irak y en otros sectores de la economía (limpieza, construcción, subcontratación). El debate es evidentemente político, en un marco de puesta en cuestión práctica del Acuerdo de Schengen, y se basa no solo en las iniciativas de Pegida, sino también de la política de Merkel y de Schauble: reducir los gastos sociales de los habitantes, lo que suscita reacciones de un sector de ciudadanos frente a la publicación sistemática de “gastos enormes” en favor de los refugiados, cuando en realidad se trata de una inversión anticipada para tener acceso a más fuerza de trabajo, una fuerza de trabajo sometida a la presión de su estatus y del paro (Red de A l´Encontre).
 
Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR
 
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EUROPA SÍ, PERO NO LA EUROPA DE LOS GRANDES CAPITALES

 
UNIÓN EUROPEA, EL FRACASO DE LA MENTIRA

FALCÓ/REBELION 
Rebelión
08.03.2016
 
En septiembre último la Unión Europea (UE) reconoció que sus andanzas en África y Medio Oriente no estaban dando los resultados que ella, junto a los Estados Unidos, había soñado. La Primavera Árabe, esa “maravillosa” iniciativa que llevaría “democracia” y “libertad”, solo generó muertos y amontonó a varios millones de refugiados en las fronteras europeas. De allí en más, los 28 estados miembros de UE han realizado 4 consejos y varias cumbres extraordinarias sobre la ardiente cuestión inmigratoria y de todo solo emergió un ganador: Turquía, que se ha erigido en el gran extorsionador en ese trágico juego.
 
Formalmente todo concluyó en juramentos de amor, grandes compromisos y otras yerbas poco creíbles, pero la cuestión de fondo se sigue agravando.
 
Las condiciones que cientos de miles de refugiados están viviendo en Europa ofenden a la condición humana y dejan bien en claro que la construcción mediática de una Europa moderna y democrática era solo eso una construcción mediática, una gran mentira.
 
Las reuniones, los estrechones de manos, las sonrisas, las caras austeras y los miles de millones de euros que Turquía se llevó por convertirse en agente fronterizo han fracasado y la propia unidad de Europa ha empezado a zozobrar, aunque todavía tiene vida, cosa que han perdido ya cerca de 10.000 personas desde 2014 a lo que va de este año.
 
Los intentos de la canciller alemana Ángela Merkel por distribuir con razonabilidad teutona a los refugiados quedaron en la historia. La crisis económica europea sigue siendo lo suficientemente grave como para que cualquier político arriesgue su carrera por actuar con responsabilidad, ya olvidemos la obsolescencia de la fraternidad, palabreja que algunos tendrían que comenzar por borrar de sus enseñas nacionales.
 
El número de refugiados hacinados en la frontera greco-macedonia se ha duplicado, lo que aumenta también la angustia y la desesperación entre ellos.
 
El cierre de la frontera en Macedonia es solo un caso más de los que a tontas y locas se están produciendo espasmódicamente por toda Europa. Este tapón significara que los 70.000 refugiados que se estiman hoy en Grecia quedarán allí varados sin otro destino que el de la espera.
 
Grecia, es sabido, no tiene posibilidad material de resolver la la vida a nadie, empezando por los propios griegos; qué será de estas 70.000 almas que se arrumban en campos como los de Idomeni, donde ya hay cerca de 12.000 refugiados (2500 niños), no solo sirios, sino también iraquíes, afganos, pakistaníes e incluso africanos.
 
No hay que ser un físico como para saber qué pasa cuando a un tanque se le mete más contenido de lo que le cabe y que los resultados pueden ser catastróficos si ese contenido es inflamable.
 
El lunes 29 de febrero hubo una muestra cuando un grupo de refugiados derribó un sector de la valla fronteriza entre Grecia y Macedonia, lo que habilitó a la policía a reprimir con gases lacrimógenos y granadas aturdidoras.
 
En Atenas los centros de acogida están repletos, como las zonas periféricas del puerto del Pireo donde quedan muchos de los recién llegados en alguno de los dos transbordadores destinados al trasporte de los refugiados que llegan a islas como la de Lesbos, el punto de arribo de los refugiados que parten desde Turquía.
 
El Gobierno ha pedido a las municipalidades que habiliten centros de acogida provisorios para superar la emergencia que se estima se agravará en las próximas semanas, al mismo tiempo que el clima comience a mejorar.
 
Dos puntas tiene el camino
 
Si bien la crisis en la frontera de Grecia con Macedonia es un nuevo y difícil escollo para los refugiados que hasta hace apenas un mes cruzaban con cierta liviandad buscando los países blancos de Europa, como Austria, Alemania o Suecia, en el norte de Francia al borde del Eurotúnel que une la localidad francesa de Calais con Folkestone en Inglaterra se generó otro cuello de botella.
 
En las cercanías de Calais comenzaron a formarse campamentos de refugiados que querían tener la oportunidad de cruzar en canal de alguna manera. Los campamentos crecieron improvisados miserables, sin ninguna condición de salubridad, crecieron tanto que hasta les pusieron nombre como el de “La Jungla”, debido a la obstinación británica de no recibir refugiados frente a la crisis. Mientras, Francia, que dejó hacer desde un principio esperando como un refugiado más que David Cameron se condoliera.
 
En las últimas semanas François Hollande descubrió que los ingleses no son muy de cambiar tradiciones y antes que la situación estallara decidió con topadoras poner fin la espera de los refugiados y de alguna manera diseminarlos por la región para que se los vea menos.
 
El desmantelamiento de las carpas fue a fuerza de derribos e incendios que no dejaron de producir serios disturbios. Según las fuentes, son entre 7.000 y 10.000 refugiados los que allí se encontraban, hoy muchos de ellos han desaparecido seguramente huyendo para no caer bajo en control de las autoridades que nada bueno tienen preparado para ellos.
 
La crisis no solo ha dejado al desnudo las miserias de los gobiernos europeos, el egoísmo contumaz de sus políticas, burlándose de todo lo que pregonaron desde la segunda guerra hasta ahora, claro olvidando Indochina, Argelia, Medio Oriente, Malvinas entre otras pavadas.
 
La crisis de los refugiados ha dado la gran oportunidad a neonazis como el primer ministro húngaro Viktor Orban y centenares de partidos y pequeñas organizaciones de ultraderecha del continente de exaltar los ánimos y promover acciones abiertamente racistas. Mostrando que ya no solo son grupitos de exaltados sino un número considerable dispuesto a incendiar nuevamente la historia.
 
Hasta ahora la UE solo ha tenido un plan, el de pagar a Erdogán, el patrón de Turquía, para que de algún modo detenga a los refugiados en su territorio, el algún modo es claro: “de algún modo”. En el último acto extorsivo, cuando se creía que alguna cosa más había imaginado, Europa volvió a caer en la trampa turca y ahora los 1.500 millones de euros que eran hace unos meses a partir del último domingo serian 6.000 los millones.
 
Además, desembozadamente, ya se habla de deportaciones a Turquía que ya tiene cerca de 3 millones de refugiados en su territorio, pero bueno, Erdogan sabe manejar la situación como siempre lo hace barriendo los problemas bajo la alfombra o bajo la tierra que es más o menos lo mismo.
 
Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central.

UNIÓN EUROPEA, SI. PERO HACEN FALTA PARTIDOS DIFERENTES AL PP, A LOS NARANJITOS METIDOS A POLÍCOS Y ALLEGADOS COMPLEMENTARIOS.

Comprará deuda a empresas privadas
Cómo el BCE y Draghi reparten gratis nuestro dinero

Rebelión
El Salmón Contracorriente
11.03.2016
El Banco Central Europeo (BCE) presentó ayer las nuevas medidas para fomentar el crédito con la intención de reanimar la economía europea y encaminarla al crecimiento y la inflación. ¿Sus medidas estrellas? prestar dinero a un interés del 0% y comprar más deuda a la banca y a empresas privadas.
 
La economía europea sigue sin mostrar señales de mejora por mucho que el presidente del BCE Mario Draghi haga “lo que sea necesario” tal y como ha declarado ya en varias ocasiones. Las cifras de crecimiento de los países de la zona euro se estancan sin alcanzar las previsiones esperadas al mismo tiempo que la deuda de los países sigue su escalada sin pausa. El estancamiento de la inflación, el que no suba el precio de nuestra cesta de consumo, también preocupa al máximo organismo monetario europeo.
 
Por ello Draghi ha anunciado las nuevas medidas que adoptará el BCE para reactivar la economía. Este nuevo movimiento del italiano, con visibles trazas de desesperación, no parece ser más que un tímido aumento de las mismas medidas que se llevan implantando en los últimos años, salvo por una nueva medida estrella que ya llevaba tiempo anunciándose: la compra de títulos de deuda a empresas privadas.
 
Bajada en los tipos de interés del 0,05% al 0%
 
El tipo de interés de la zona euro, el precio de obtener dinero prestado del BCE, lleva varios años en mínimos históricos desde que Draghi los bajara al 0,25% en noviembre de 2013. Esta medida monetaria expansiva intenta inyectar dinero a los países mediante el incremento del flujo de crédito, o sea que ofrece dinero barato a los bancos para que estos lo presten y se reactive la economía mediante el consumo y la inversión.
 
En esta ocasión el BCE vuelve a romper un nuevo récord histórico bajando los tipos de interés al 0% ante los ojos perplejos de los inversores y las bolsas europeas que han celebrado la noticia con subidas generalizadas en todos los índices del continente. Al igual que en ocasiones anteriores, Draghi pretende que una baja de interés del 0,05% ejerza un efecto sobre la banca privada que les haga abrir el grifo del crédito y reactive la economía. El problema de esta ecuación, que sigue sin funcionar, es que el grifo del crédito no va a abrirse porque el BCE lo quiera, los gobiernos lo pidan o porque las empresas lo necesiten, ni siquiera se abrirá por una nueva e insignificante bajada del 0,05% del precio del dinero. Los únicos que tienen la llave para abrir ese grifo son los bancos privados y estos no prestarán dinero a empresas y familias mientras les sea más rentable especular en mercados financieros, comprar deuda pública de países en apuros o simplemente mantener el dinero parado. ¿Por qué iba a correr el riesgo de prestar un banco dinero a una empresa o una familia de una economía estancada o en crisis pudiendo especular con la deuda soberana de un país?
 
Si dejan dinero en la caja fuerte del BCE les costará un 0,4%
 
Aunque parezca absurdo, muchos bancos piden prestado dinero del BCE para dejarlo depositado en el mismo BCE. Aprovechan el tipo de interés barato para después lanzarse a pedir dinero prestado pero al no encontrar sitios fiables donde invertirlo o prestarlo lo dejan en depósito. Hasta ahora el BCE cobraba un 0,3% a los bancos privados que hacían uso de este depósito. Hoy, esa “comisión” se eleva en una décima hasta el 0,4% -como ya ocurrió en diciembre del año pasado- con la intención de que de ese modo a la banca privada no les salga tan rentable tener el dinero parado y empiecen a prestarlo. De nuevo nos encontramos con la misma problemática que con la medida anterior ¿obliga esa subida a prestar dinero? ¿fluirá el crédito mientras los bancos tengan la libertad de usar ese dinero en actividades meramente especulativas?
 
El BCE compará 80.000 millones de deuda al mes
 
A partir del próximo mes de abril, la máxima institución monetaria europea aumentará la compra mensual de deuda, que lleva realizando desde enero del año pasado, de 60.000 a 80.000 millones, superando así las expectativas de los expertos que cifraban este incremento en 10.000 millones. De ese modo, Draghi comprará títulos de deuda a los bancos y empresas financieras (cómo ya hizo en el caso de la empresa financiera de Volkswagen) para que estos puedan disponer de más capital líquido para prestar. Esta medida sirve de paso para limpiar sus balances de unos títulos de deuda, que dada la poca capacidad que están demostrando algunos países como España para devolver sus deudas, parecen estar condenadas a convertirse en nuevas refinanciaciones de deuda más que en capital líquido.
 
El BCE también rescatará a grandes empresas
 
Otra de las medidas estrellas y que ya se llevaba anunciando desde hace tiempo es la compra de deuda a las grandes empresas no financieras. En el día de hoy han anunciado que el BCE podrá comprar deuda emitida en euros y que tengan el grado de “inversión”, o sea todos aquellos que no tengan la calificación de "bono basura". Un vez más parece que el BCE muestra una mayor disposición en rescatar a la banca y a grandes empresas privadas que en rescatar a la ciudadanía europea. Tendremos que esperar para ver quienes son las empresas agraciadas con esta inyección de capital casi gratuita.
 
Una Europa con un banco central que funcionara para solventar los problemas económicos de la ciudadanía europea y de los países podría comprar directamente la deuda emitida por estos o prestarles dinero a esos tipos de interés nulos, eliminando a ese incomodo y egoísta intermediario en el que se ha convertido la banca privada y los “mercados”. Los gobiernos podrían invertir ese dinero a coste cero en reactivar la economía real de los países, enfocando la inversión donde más se necesite y donde ejerza un efecto positivo sobre la población, en lugar de dejar en manos de la banca que acepta a invertir basándose en meros parámetros de retorno económico. Los países no necesitarían ir a los mercados a pedir dinero con un ojo puesto en la prima de riesgo o en índices variables -y manipulables- como el EURIBOR. Las administraciones podrían obtener dinero al 0% que les ofrecería la posibilidad de aplicar políticas de crecimiento sin tener que depender de la banca privada ni sentirse ahogados por los intereses. Y puestos a soñar, el BCE podría cancelar las hipotecas de muchas familias para sustituirlas por préstamos a un interés 0%, lo que descargaría una enorme cantidad de intereses sobre las economías familiares que podrían conseguir ese efecto sobre el consumo que las medidas de Draghi llevan buscando durante años sin mucho éxito.
 
Pero todo esto ocurriría en una Europa diferente, donde las decisiones de las políticas económicas y monetarias no dependieran de un organismo no democrático como el BCE presidido por un ex-banquero al que nadie ha votado. Una Europa donde sus instituciones y sus políticas sirvieran a la ciudadanía y no a la banca privada. Una Europa democrática, pero no en la actual del señor Draghi.
 
 
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OBJETIVO: DEMOLER A PABLO IGLESIAS Y ROMPER PODEMOS

Manolo Monereo
Cuarto Poder
10.03.2016
La orden fue dada. Ahora o nunca, hay que liquidar a Podemos, cueste lo que cueste. El debate SánchezPablo Iglesias marcó un antes y un después; lo de la “cal viva” fue una señal, un dato especialmente significativo: ¿de qué? De que Podemos va en serio, que no votará o se abstendrá ante un previsible gobierno de coalición Ciudadanos-PSOE. Ahora se trata de tirar del manual, un grueso libro, siempre renovado y puesto al día, trabajosamente elaborado por expertas manos de las cloacas periodísticas del Estado y demás aparatos paralelos de los que mandan. En el centro del manual se recoge cómo destrozamos IU y cómo conseguimos poner fin a la carrera política de Julio Anguita.
 
Para que el asunto funcione tiene que haber una perfecta coordinación entre periodistas, hombres de negocios, políticos y servicios paralelos o simplemente bien relacionados con los que mandan. No hace falta que sean muchos, tienen que ser, por así decirlo, los cabales, los significativos, los determinantes en este tipo de operaciones. Hay que encontrar el medio que haga de vanguardia, dado el signo de la operación —salvar al PSOE— el honor le toca al El País y el mundo mercenario de Prisa. Su “manual de estilo” es excelente y de probada eficacia.
 
El guión del operativo es previsible y apenas ha sufrido modificaciones con los años. Se ha hecho más sofisticado, más complejo y –esto tiene su importancia– más centralizado. Las tecnologías ayudan más que antes, pero la sociedad ha cambiado, las pautas comunicacionales también, y las viejas consignas ya no tienen la eficacia de antaño. Reeditar sin más la “operación pinza” no parece ya adecuado; hay que ir más lejos, mucho más, hasta excluirlos del sistema político. La pieza maestra es demoler a Pablo Iglesias. Hay que hacerlo sistemáticamente, poniendo en juego su vida privada y pública; su discurso debe ser reconfigurado, desintegrado hasta hacerlo irreconocible. Hay que demonizarlo, convertirlo en desagradable, prepotente, rígido, mesiánico, impolítico y fanático, profeta del pasado y anacrónico. El objetivo final: un hombre así no nos puede gobernar.
 
Para que esto pueda funcionar hace falta algo más: construir una “oposición interna” al secretario. Toda organización, por definición, es una estructura de poder, con líneas de demarcación singulares, con contradicciones más o menos explicitas y con diferencias políticas de mayor o menor calado. En el caso de Podemos la cuestión es más fácil. Es más grande e influyente que IU, pero orgánicamente más débil, con una identidad más difusa y con liderazgos menos consolidados. En Podemos todo está en proceso de formación y, mientras tanto, se han convertido en una fuerza política determinante y con posibilidades reales de ser alternativa y no mera alternancia. Lo dicho: ahora o nunca.
 
Construir una “oposición interna” a Pablo Iglesias. El acento hay que ponerlo en el verbo construir. Se trata de convertir las legítimas diferencias, los modos y formas de concebir problemas, la pluralidad de culturas –esenciales para una organización democrática y de masas–, hasta los distintos talantes, en oposición organizada al secretario y, esta es la clave, con complicidades con los poderes establecidos, especialmente con los estrategas de los medios. La vía maestra siempre ha sido la respetabilidad, ser respetados y respetables, ser responsables y marcar diferencias con la línea mayoritaria en la organización.
 
Se podría decir que el operativo se alcanza cuando se construye un liderazgo alternativo al secretario general. Atención, toda organización –incluida Podemos– tiene liderazgos diversos y su riqueza reside ahí, en que los mismos se organizan en una dirección colectiva plural capaz de reflejar la complejidad de lo social y de la propia base electoral y militante. No, no se trata de esto, sino de encontrar líderes que construyan complicidades con los poderes fácticos con el objetivo de plantarle cara a la dirección legítima de la organización y de construir una oposición sistemática en el tiempo, en el espacio y, sobre todo, en los medios de comunicación siempre disponibles para ello.
 
En estos días estamos ya en un salto de cualidad. Basta mirar, leer y oír al complejo mediático Prisa para saber que la guerra es total, sin miramientos, definitoria. Acorralar a la dirección de Podemos, generar desconfianza y temor, desagregar votos y arruinar la imagen pública de una fuerza política que hay que eliminar, cueste lo que cueste. Quien no se dé cuenta de esto está ciego o, lo que es peor, no entiende lo que nos estamos jugando en este país.
 
Ahora la clave está en la madurez de su equipo dirigente, de su coherencia política y de su coraje moral e intelectual. Sin unidad del equipo dirigente, el futuro es problemático y no está en peligro solo Podemos, sino la posibilidad de construir un nuevo proyecto de país frente a una oligarquía dura y terrible y unas fuerzas políticas sumisas a los poderosos y en proceso de reconstrucción. Restauración y más restauración.
 
Al final, esta ofensiva puede tener un significado positivo si se encara de frente y con lucidez. Una fuerza se construye en las victorias y en las derrotas, en la defensa y en la maniobra, en los momentos duros y en los momentos menos duros. Lo que no hay que hacer es replegarse identitariamente sino defender el proyecto con audacia, con fuerza, con alegría, con innovación. No convertirse en “trinchera petrificada” sino reconstruir espacios, conseguir aliados y recomponer relaciones con los movimientos, con los círculos, con las personas comprometidas con un cambio verdadero. Se puede ganar si queremos y nos organizamos, si somos capaces de imaginar y soñar.
 
 
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