viernes, 5 de junio de 2015

ORTEGA Y GASSET. LO NUEVO SE HACE VIEJO


VIEJA Y NUEVA POLÍTICA. CONFERENCIA DE JOSÉ ORTEGA Y GASSET, MAYO DE 1914, TEATRO DE LA COMEDIA (MADRID)

2/8

Sociología Crítica
30.05.2015


 (Ortega, aquel 24 de mayo de 1914 en el Teatro de la Comedia)


La España oficial y la España vital (3)

Casi diría que los pensamientos más urgentes que tenemos que comunicarnos unos a otros podrían nacer todos de la meditación de este hecho: que sea preciso llamar a las nuevas generaciones. Esto quiere decir, por lo pronto, que no están ahí, en su puesto de honor.

Naturalmente, por nuevas generaciones no se ha de entender sólo esos pocos individuos que gozan de privilegios sociales por el nacimiento o por el personal esfuerzo, sino igualmente a las muchedumbres coetáneas. Más aún; las muchedumbres, para los efectos políticos, tienen siempre como una media edad: el pueblo ni es nunca viejo ni es nunca infantil: goza de una perpetua juventud. De modo, que decir que las generaciones nuevas no han acudido a la política es como decir que el pueblo, en general, vive una falta de fe y de esperanzas políticas gravísima.

Con todos sus terribles defectos, señores, habían, hasta no hace mucho, los partidos políticos, los partidos parlamentarios, subsistido como inmersos en la fluencia general de la vida española; nunca había faltado por completo una actividad de osmosis y endósmosis entre la España parlamentaria y la España no parlamentaria, entre los organismos siempre un poco artificiales de los partidos y el organismo espontáneo, difuso, envolvente, de la nación. Merced a esto pudieron ir renovando, evolutivamente, de una manera normal y continua, sus elementos conforme los perdían. Cuando la muerte barría de un partido los miembros más antiguos, los huecos se llenaban automáticamente por hombres un poco más jóvenes, que, incorporando al tesoro ideal de principios del partido algo de esa su poca novedad, dotaban al programa, y lo que es más importante, a la fisonomía moral del grupo, de poderes atractivos sobre las nuevas generaciones. Pero desde hace algún tiempo esa función de pequeñas renovaciones continuas en el espíritu, en lo intelectual y moral de los partidos, ha venido a faltar, y privados de esa actividad — que es la mínima operación orgánica —, esa actividad de osmosis y endósmosis con el ambiente, los partidos se han ido anquilosando, petrificando, y, consecuentemente, han ido perdiendo toda intimidad con la nación.

Estas expresiones mías, sin embargo, no aciertan a declarar con evidencia la enorme gravedad de la situación: parecen, poco más o menos, como esa frase estereotipada de que usan los periódicos cuando suelen anunciar que tal Gobierno se ha apartado de la opinión. Pero yo me refiero a una cosa más grave. No se trata de que un Gobierno se haya apartado en un asunto transitorio de legislación o de ejercicio autoritario, de la opinión pública, no; es que los partidos íntegros de que esos Gobiernos salieron y salen, es que el Parlamento entero, es que todas aquellas Corporaciones sobre que influye o es directamente influido el mundo de los políticos, más aún, los periódicos mismos, que son como los aparatos productores del ambiente que ese mundo respira, todo ello, de la derecha a la izquierda, de arriba abajo, está situado fuera y aparte de las corrientes centrales del alma española actual. Yo no digo que esas corrientes de la vitalidad nacional sean muy vigorosas (dentro de poco veremos que no lo son), pero, robustas o débiles, son las únicas fuentes de energía y posible renacer. Lo que sí afirmo es que todos esos organismos de nuestra sociedad — que van del Parlamento al periódico y de la escuela rural a la Universidad —, todo eso que, aunándolo en un nombre, llamaremos la España oficial, es el inmenso esqueleto de un organismo evaporado, desvanecido, que queda en pie por el equilibrio material de su mole, como dicen que después de muertos continúan en pie los elefantes.

Esto es lo grave, lo gravísimo.

Se ha dicho que todas las épocas son épocas de transición ¿Quién lo duda? Así es. En todas las épocas la sustancia histórica, es decir, la sensibilidad íntima de cada pueblo, se encuentra en transformación. De la misma suerte que, como ya decía el antiquísimo pensador de Jonia, no podemos bañarnos dos veces en el mismo río, porque éste es algo fluyente y variable de momento o momento, así cada nuevo lustro, al llegar, encuentra la sensibilidad del pueblo, de la nación, un poco variada. Unas cuantas palabras han caído en desuso y otras se han puesto en circulación; han cambiado un poco los gustos estéticos y los programas políticos han trastrocado algunas de sus tildes. Esto es lo que suele acontecer. Pero es un error creer que todas las épocas son en este sentido épocas de transición. No, no; hay épocas de brinco y crisis subitánea, en que una multitud de pequeñas variaciones acumuladas en lo inconsciente brotan de pronto, originando una desviación radical y momentánea en el centro de gravedad de la conciencia pública.

Y entonces sobreviene lo que hoy en nuestra nación presenciamos: dos Españas que viven juntas y que son perfectamente extrañas: una España oficial que se obstina en prolongar los gestos de una edad fenecida, y otra España aspirante, germinal, una España vital, tal vez no muy fuerte, pero vital, sincera, honrada, la cual, estorbada por la otra, no acierta a entrar de lleno en la historia.

Este es, señores, el hecho máximo de la España actual, y todos los demás no son sino detalles que necesitan ser interpretados bajo la luz por aquél proyectada.

Lo que antes decíamos de que las nuevas generaciones no entran en la política, no es más que una vista parcial de las muchas que pueden tomarse sobre este hecho típico: las nuevas generaciones advierten que son extrañas totalmente a los principios, a los usos, a las ideas y hasta al vocabulario de los que hoy rigen los organismos oficiales de la vida española. ¿Con qué derecho se va a pedir que lleven, que traspasen su energía, mucha o poca, a esos odres tan caducos, si es imposible toda comunidad de transmisión, si es imposible toda inteligencia?

En esto es menester que hablemos con toda claridad. No nos entendemos la España oficial y la España nueva, que, repito, será modesta, será pequeña, será pobre, pero que es otra cosa que aquélla; no nos entendemos. Una misma palabra pronunciada por unos o por otros significa cosas distintas, porque va, por decirlo así, transida de emociones antagónicas.

Tal vez alguien diga que son estas afirmaciones gratuitas del sesgo acostumbrado siempre y conocido a la vanidad de los ideólogos.

Creo que para obviar este juicio bastaría con que nos volviéramos a algunas cosas concretas de lo que está pasando.

Ahora se van a abrir unas Cortes; estas Cortes no creo que las haya inventado precisamente un ideólogo; todo lo contrario; ¿no es cierto? Pues bien; salvo Pablo Iglesias y algunos otros elementos, componen esas Cortes partidos que por sus títulos, por sus maneras, por sus hombres, por sus principios y por sus procedimientos podrían considerarse como continuación de cualesquiera de las Cortes de 1875 acá. Y esos partidos tienen a su clientela en los altos puestos administrativos, gubernativos, seudotécnicos, inundando los Consejos de Administración de todas las grandes Compañías, usufructuando todo lo que en España hay de instrumento de Estado. Todavía más; esos partidos encuentran en la mejor Prensa los más amplios y más fieles resonadores. ¿Qué les falta? Todo lo que en, España hay de propiamente público, de estructura social, está en sus manos, y, sin embargo, ¿qué ocurre? ¿Ocurre que estas Cortes que ahora comienzan no van a poder legislar sobre ningún tema de algún momento, no van a poder preparar porvenir? No ya eso. Ocurre, sencillamente, que no pueden vivir porque para un organismo de esta naturaleza vivir al día, en continuo susto, sin poder tomar una trayectoria un poco amplia, equivale a no poder vivir. De suerte que no necesitan esos partidos viejos que vengan nuevos enemigos a romperles, sino que ellos mismos, abandonados a sí mismos, aun dentro de su vida convencional, no tienen los elementos necesarios para poder ir tirando. ¿Veis cómo es una España que por sí misma se derrumba?

Lo mismo podría decirse de todas las demás estructuras sociales que conviven con esos partidos: de los periódicos, de las Academias, de los Ministerios, de las Universidades, etc., etc. No hay ninguno de ellos hoy en España que sea respetado, y exceptuando el Ejército no hay ninguno que sea temido.

La España oficial consiste, pues, en una especie de partidos fantasmas que defienden los fantasmas de unas ideas y que, apoyados por las sombras de unos periódicos, hacen marchar unos Ministerios de alucinación.
Conste, pues, que no he hecho aquí la crítica, cien veces repetida, de los abusos y errores que unos partidos, unos periódicos, unos Ministerios vengan cometiendo. Sus abusos me traen sin cuidado para los efectos de la nueva orientación política que busco y de que hoy os ofrezco, como la previa cuadrícula, la pauta de conceptos generales donde habrá de irse encontrando en sus detalles. Los abusos no constituyen nunca, nunca, sino enfermedades localizadas a quienes se puede hacer frente con el resto sano del organismo. Por eso no pienso como Costa, que atribuía la mengua de España a los pecados de las clases gobernantes, por tanto, a errores puramente políticos. No; las clases gobernantes durante siglos — salvas breves épocas — han gobernado mal no por casualidad, sino porque la España gobernada estaba tan enferma como ellas. Y o sostengo un punto de vista más duro, como juicio del pasado, pero más optimista en lo que afecta al porvenir. Toda una España — con sus gobernantes y sus gobernados —, con sus abusos y con sus usos, está acabando de morir.

Y como son sus usos, y no sólo sus abusos, a quienes ha llegado la hora de fenecer, no necesita de crítica ni de grandes enemigos y terribles luchas para sucumbir.

Mis palabras, pues, no son otra cosa sino la declaración de que la nueva política ha de partir de este hecho: cuanto ocupa la superficie y es la apariencia y caparazón de la España de hoy, la España oficial, está muerto. La nueva política no necesita, en consecuencia, criticar la vieja ni darle grandes batallas; necesita sólo tomar la filiación de sus cadavéricos rasgos, obligarla a ocupar su sepulcro en todos los lugares y formas donde la encuentre y pensar en nuevos principios afirmativos y constructores.

No he de insistir, naturalmente, en traer pruebas para esto. Yo no pretendo hoy demostrar nada; vengo simplemente a dirigir algunas alusiones al fondo de vuestras conciencias. Allí es donde podréis lealmente buscar la confirmación de mis aseveraciones. No vengo a traeros silogismos, sino a proponeros simples intuiciones de realidad.

Pero, además, no es sino muy natural que acontezca en España esto que acontece; y si lo que voy a decir ahora es en cierta manera nuevo, que no lo es, pero nuevo para un público un poco amplio, es porque no se quiere pensar seriamente en política.


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jueves, 4 de junio de 2015

ORTEGA Y GASSET. LO NUEVO SE HACE VIEJO

VIEJA Y NUEVA POLÍTICA. CONFERENCIA DE JOSÉ ORTEGA Y GASSET, MAYO DE 1914, TEATRO DE LA COMEDIA (MADRID)

1/8
 Sociología Crítica
30.05.2015


Ortega, aquel 24 de mayo de 1914 en el Teatro de la Comedia

Introducción (1)

Antes de comenzar a decir lo que he de deciros tengo que empezar dándoos gracias por la benévola curiosidad con que habéis acudido a esta cita de difusa esperanza española, y pediros que, dilatando un poco más vuestra benevolencia, suspendáis un momento los juicios previos que hayáis formado sobre lo que este acto, como todo acto, tiene de personal. Porque antes de que las palabras vuelquen su sentido sobre los que escuchan, llegan a la audición como sones timbrados por una voz de un individuo, y pudiera ocurrir que el haber juzgado previamente inmodesto y excesivo que ese individuo levante su voz dañe a la comprensión seria de los pensamientos que van a conducir las palabras sobre sus alas sonoras.

Harto conozco no ser uso en nuestro país que a quien no ha entrado en un cierto gremio formado por gentes que ejercen un equívoco oficio bajo el nombre de políticos se le repute como un normal derecho venir a hablar en público de los grandes temas nacionales. Al político, sí; a éste le es permitido hablar de medicina en la apertura de una Academia, de agricultura en una Sociedad campesina, de poesía en un Ateneo; estoy por decir que de teología en todas partes; pero a quien no es político, ¡hablar de política! Esto es hacer usos nuevos, y nada arguye tan grande inmodestia como el intento de nuevos usos. Por eso, yo os ruego que con generosidad desarticuléis de vuestro estado de espíritu actual estas opiniones, tal vez justas, contra mi persona, y siento no encontrar en este instante fórmula ni modo para decir en una sola frase hondamente cordial, en que ambas cosas quedaran por igual acentuadas, que os pido perdón por lo que acaso es mi osadía, pero que no tengo derecho en el resto de mi conferencia a renunciar, por pareceros humilde, a la energía y hasta la acritud propia a algunas ideas que voy a exponer. Escuchadme, pues, como una voz anónima y sin timbre individual que viniera a sonar entre vosotros.

Porque, en verdad, no se trata de mí ni de unas ideas mías. Yo vengo a hablaros en nombre de la Liga de Educación Política Española, una Asociación hace poco nacida, compuesta de hombres que, como yo y buena parte de los que me escucháis, se hallan en el medio del camino de su vida. No se trata, por consiguiente, de ideas originales que puedan haber sobrevenido al que está hablando en una buena tarde; se trata de todo lo contrario: de ideas, de sentimientos, de energías, de resoluciones comunes, por fuerza, a todos los que hemos vivido sometidos a un mismo régimen de amarguras históricas, de toda una ideología y toda una sensibilidad yacente, de seguro, en el alma colectiva de una generación que se caracteriza por no haber manifestado apresuramientos personales; que, falta tal vez de brillantez, ha sabido vivir con severidad y con tristeza, que no habiendo tenido maestros, por culpa ajena, ha tenido que rehacerse las bases mismas de su espíritu; que nació a la atención reflexiva en la terrible fecha de 1898, y desde entonces no ha presenciado en torno suyo, no ya un día de gloria ni de plenitud, pero ni siquiera una hora de suficiencia. Y , por encima de todo esto, una generación, acaso la primera, que no ha negociado nunca con los tópicos del patriotismo y que, como tuve ocasión de escribir no hace mucho, al escuchar la palabra España no recuerda a Calderón ni a Lepanto, no piensa en las victorias de la Cruz, no suscita la imagen de un cielo azul y bajo él un esplendor, sino que meramente siente, y esto que siente es dolor.

Quisiera gritar lo menos posible. Decía Leonardo de Vinci que dove si grida non è vera scienza, donde se grita no hay buen conocimiento. La Liga de Educación Política se propone mover mi poco de guerra a esas políticas tejidas exclusivamente de alaridos, y por eso, aun cuando cree que sólo hay política donde intervienen las grandes masas sociales, que sólo para ellas, con ellas y por ellas existe toda política, comienza dirigiéndose primero a aquellas minorías que gozan en la actual organización de la sociedad del privilegio de ser más cultas, más reflexivas, más responsables, y a éstas pide su colaboración para inmediatamente transmitir su entusiasmo, sus pensamientos, su solicitud, su coraje, sobre esas pobres grandes muchedumbres dolientes.

En las épocas de crisis (2)

Al hablaros, frente a la vieja, de una nueva política, no aspiro, por consiguiente, a inventar ningún nuevo mundo. Acercándose a la política es cuestión de honradez para el ideólogo torcer el cuello a sus pretensiones de pensador original. Un principio, nuevo como idea, no puede mover a las gentes. Nueva política es nueva declaración y voluntad de pensamientos, que, más o menos claros, se encuentran ya viviendo en las conciencias de nuestros ciudadanos.
Decía genialmente Fichte que el secreto de la política de Napoleón, y en general el secreto de toda política, consiste simplemente en esto: declarar lo que es, donde por lo que es entendía aquella realidad de subsuelo que viene a constituir en cada época, en cada instante, la opinión verdadera e íntima de una parte de la sociedad.

Todos habréis experimentado hasta qué punto es difícil saber cuáles son nuestras verdaderas, íntimas, decisivas opiniones sobre la mayor parte de las cosas: hablamos de ellas, opinamos sobre ellas, porque el trato o la utilidad nos obligan a decir algo, a tomar alguna posición. Pero bien notamos que algo en nosotros se resiste a reconocer en esas opiniones emitidas por nuestros labios nuestras verdaderas opiniones: no daríamos por ellas ni una sola hora de sueño. Y no es que mintamos: esto supondría que decimos una cosa y pensamos claramente otra. Lo único de que sinceramente nos percatamos es de que allá el fondo oscuro e íntimo de nuestra personalidad no se siente ligado integralmente a esas opiniones que dicen nuestros labios o que hace como que piensa nuestra mente; no son opiniones sentidas; no son, por tanto, nuestras opiniones. Son los tópicos recibidos y ambientes, son las fórmulas de uso mostrenco que flotan en el aire público y que se van depositando sobre el haz de nuestra personalidad como una costra de opiniones muertas y sin dinamismo.
La política es tanto como obra de pensamiento obra de voluntad; no basta con que unas ideas pasen galopando por unas cabezas; es menester que socialmente se realicen, y para ello que se pongan resueltamente a su servicio las energías más decididas de anchos grupos sociales.

Y para esto, para que las ideas sean impetuosamente servidas, es menester que sean antes plenamente queridas, sin reservas, sin excepticismo, que hinchen totalmente el volumen de los corazones.

Mas ocurre que las gentes, unas por falta de cultura, otras por falta de poder reflexivo, otras porque no han tenido solaz, otras por falta de valor (ya veremos que también hace falta algún valor para pensar lealmente consigo mismo), no han podido ver claro, formularse claramente ese su íntimo hondo sentir. De aquí la misión que, según Fichte, compete al político, al verdadero político: declarar lo que es, desprenderse de los tópicos ambientes y sin virtud, de los motes viejos y, penetrando en el fondo del alma colectiva, tratar de sacar a luz en fórmulas claras, evidentes, esas opiniones inexpresas, íntimas de un grupo social, de una generación, por ejemplo. Sólo entonces será fecunda la labor de esa generación: cuando vea claramente qué es lo que quiere.

En épocas críticas puede una generación condenarse a histórica esterilidad por no haber tenido el valor de licenciar las palabras recibidas, los credos agónicos, y hacer en su lugar la enérgica afirmación de sus propios, nuevos sentimientos. Como cada individuo, cada generación, si quiere ser útil a la humanidad, ha de comenzar por ser fiel a sí misma.

Comprenderéis que el empeño parece en tal punto excesivo, que tomarlo alguien sobre sí, y, sobre todo, alguien como yo, sería sencillamente intolerable, si no estuviéramos todos y cada uno obligados a ensayarlo en todos los momentos, cada cual a su manera.

Nuestra generación parece un poco remisa a acudir a una brecha donde es menester que ponga su cuerpo. Y esto no sería tan absolutamente grave como es si no trajera consigo y significara el fracaso de nuestra generación, y si este fracaso de nuestra generación no fuera, tal vez, según los momentos que llegan, posible anuncio del fracaso definitivo de nuestro pueblo.

Es una ilusión pueril creer que está garantizada en alguna parte la eternidad de los pueblos; de la historia, que es una arena toda de ferocidades, han desaparecido muchas razas como entidades independientes. En historia, vivir no es dejarse vivir; en historia, vivir es ocuparse muy seriamente, muy conscientemente del vivir, como si fuera un oficio. Por esto es menester que nuestra generación se preocupe con toda consciência, premeditadamente, orgánicamente, del porvenir nacional. Es preciso, en suma, hacer una llamada enérgica a nuestra generación, y si no la llama quien tenga positivos títulos para llamarla, es forzoso que la llame cualquiera, por ejemplo, yo.


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PP - PSOE, TRAIDORES Y VENDIDOS A LOS GRANDES CAPITALES



Eurodiputados traicionan a la gente de Europa en una votación sobre el TTIP

Únete a la campaña contra el TTIP

Rebelión
www.bentayga.org
o1.06.2015


La campaña no al TTIP denuncia que una vez más, la coalición entre conservadores, socialdemócratas y liberales europeos ignora los anhelos de justicia y democracia real de la ciudadanía.

El pasado 28 de mayo de 2015, en una votación del Parlamento Europeo, la mayoría neoliberal de la Comisión de Comercio Internacional (INTA) aprobó el proyecto de informe que apoya las negociaciones de la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP), uno de los asuntos más controvertidos de la actual legislatura.

El informe va en contra de la opinión pública europea, que se movilizó el pasado 18 de abril en más de 700 ciudades en todo el mundo. A las movilizaciones se suman las casi dos millones de firmas a la Iniciativa Ciudadana Europea que se oponen a ese acuerdo comercial entre la UE y Estados Unidos, ya que supondría la pérdida de más de un millón de empleos y un ataque sin precedentes a los derechos laborales, sociales y ambientales.

El pleno del Parlamento Europeo votará este informe en su próxima sesión plenaria en Estrasburgo durante la semana del 8 de junio.

La campaña “No al Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión”, apoyada por más de 250 organizaciones y plataformas del Estado español, valora muy negativamente el texto del informe: “La mayoría de los miembros de la Comisión de Comercio de la Eurocámara han dado la espalda a sus propios electores, porque han vuelto a apoyar una política económica y comercial que es una de las causas fundamentales de la creciente pobreza, exclusión social y el desempleo estructural que sufren millones de personas en Europa y el mundo”.

“La gran coalición entre PePeros y P$o€, y la complicidad de CiU, PNV, Co.Ca, etc. ha vuelto a demostrar que les importan más los dictados de los grupos de presión empresariales que defender los intereses de la mayoría de la población. Una vez más los intereses económicos y comerciales están por encima de los derechos humanos. Se trata de una traición pura y simple”, recalcan integrantes de la campaña #NoalTTIP.

Con la votación también respaldaron la polémica propuesta de la Comisión Europea para una “solución de controversias Inversor-Estado”, un sistema jurídico paralelo conocido como ISDS, que anula el Estado de Derecho y otorga poderes privilegiados a inversores extranjeros a través de tribunales privados, llamados ad hoc que actúan al margen de la justicia legal. “Un verdadero ataque a la democracia y la soberanía parlamentaria”, señalan integrantes de la campaña #NoalTTIP.

La enmienda de transacción presentada en el último momento por el presidente de la Comisión de Comercio, el socialdemócrata Bernd Lange, dejó caer una frase clave rechazando el uso de los mecanismos ISDS, y apoyó en cambio las propuestas de “protección de inversión” en el TTIP introducidas por la Comisaria de Comercio de la UE, Cecilia Malmström, a principios de este mes.

La bancada socialdemócrata recibió duras criticas en las redes sociales por su apoyo a este mecanismo de arbitraje, ya que iba ser una de sus “líneas rojas” en las negociaciones del TTIP. Como respuesta, intentan “justificar” su voto a través de Twitter diciendo que “han defendido un informe en contra del ISDS”. Una mentira descarada. Gracias a la presión de la ciudadanía, se han conocido diferentes casos ISDS en los que las empresas han demandado a los estados por las leyes o medidas que protegen la salud pública y el medio ambiente, o trataban de garantizar el acceso a los servicios públicos, entre otros.

Justamente por el rechazo que provoca el mecanismo ISDS, este fue retirado de las negociaciones del TTIP en enero de 2014. La Comisión Europea realizó una consulta pública que recibió un récord de 150.000 respuestas, y en la cual más del 97% rechazaba la inclusión del mecanismo ISDS en el TTIP. Sin embargo, con esta votación el grupo socialdemócrata ha vuelto a confirmar su apoyo incondicional a un programa capitalista brutal que anula cualquier compromiso con el modelo social europeo.

Campaña No al TTIP http://noalttip.blogspot.com.es / 
La campaña no al TTIP denuncia que una vez más, la coalición entre la derecha reaccionaria, socialdemócratas y liberales europeos ignora los anhelos de justicia y democracia real de la ciudadanía. Hoy, en una votación del Parlamento Europeo, la mayoría neoliberal de la Comisión de Comercio Internacional (INTA) aprobó el proyecto de informe que apoya las negociaciones de la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP), uno de los asuntos más controvertidos de la actual legislatura.

El informe va en contra de la opinión pública europea, que se movilizó el pasado 18 de abril en más de 700 ciudades en todo el mundo. A las movilizaciones se suman las casi dos millones de firmas a la Iniciativa Ciudadana Europea que se oponen a ese acuerdo comercial entre la UE y Estados Unidos, ya que supondría la pérdida de más de un millón de empleos y un ataque sin precedentes a los derechos laborales, sociales y ambientales.


El pleno del Parlamento Europeo votará este informe en su próxima sesión plenaria en Estrasburgo durante la semana del 8 de junio.

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MILITARES AMERICANOS DE FORMA PERMANENTE EN ROTA, ¿PARA REPARTIR TABACO, CARAMELOS, CHICLES Y CACAHUETES?



Estados Unidos incrementa de la forma más irresponsable la probabilidad de graves incidentes militares en Europa Oriental y en el Mar de China

Jugando con fuego

Rebelión
La Vanguardia
04-06-2015


Desde hace años, el declive relativo del poderío global de Estados Unidos en el mundo viene acompañado por un claro incremento del belicismo y de las aventuras militares, desde Oriente Medio a los Balcanes, pasando por el norte de África y Afganistán. A todo ello se suma el conflicto que ha resultado del cambio de régimen inducido por la OTAN en Ucrania y la creciente tensión en el Mar de China provocada por el despliegue militar de Estados Unidos en la región, sus alianzas y tomas de nuevas bases de apoyo en; Singapur, Filipinas, Australia y Vietnam, que se suman a las tradicionales de Corea y las del revigorizado militarismo japonés.

El resultado de todo esto es un claro incremento del peligro de una “guerra total”, como ha alertado un político tan timorato como el presidente francés, François Hollande. Una guerra total contra las nuevas y viejas potencias emergentes -sobre todo Rusia y China- cuyo riesgo, según el retrógrado ex primer ministro sueco Carl Bildt, toma fuerza en la, “incertidumbre sobre las relaciones de poder global”.

En otras palabras: el mundo bipolar se acabó con el fin de la guerra fría, el intento de mundo unipolar que le sucedió acabó en fiasco y lo que se viene afirmando desde entonces, una invitación a cierto pluralismo y consenso en las relaciones internacionales, es visto como algo “incierto” y “peligroso” con lo que hay que acabar por la fuerza.

Reaccionando al cambio de régimen en Ucrania, anexionándose Crimea y apoyando a los rebeldes de Novorrossia, Rusia ha respondido por primera vez con medidas de fuerza al avance de la OTAN en su entorno más inmediato, lanzando un mensaje a otras potencias regionales. Ese desafío es lo que se está castigando con sanciones y la nueva campaña informativa contra Rusia. Militarmente se asiste a un verdadero festival de maniobras, despliegues y tanteos provocadores alrededor del territorio ruso, en toda Europa Oriental, el báltico, el Mar Negro y el Ártico. En el último incidente, cazas rusos salieron el sábado al encuentro de un destructor americano, el USS Ross, en el límite de las aguas territoriales rusas del Mar Negro.

En el Mar de China pasa algo parecido, algo que va en claro incremento desde que en 2009 Washington iniciara su “pivot to Asia”, es decir un incremento y reorganización de su presencia militar allá con el escenario de una guerra contra China.

La semana pasada en el foro internacional de seguridad regional Shangri-La organizado en Singapur, el secretario de defensa americano, Ashton Carter, confirmó el envío a la región -atravesada por las tensiones territoriales entre vecinos- de sus recursos militares más modernos con el objetivo de afirmar la “libertad de navegación”, seudónimo del cerco de hierro alrededor de China, cosa que ésta no tiene la menor intención de aceptar. Como se hace con Rusia, la provocativa práctica de enviar aviones y barcos de guerra a patrullar justo en los límites de las zonas del adversario se ha convertido en recurso corriente y da lugar a tensiones constantes que pueden degenerar con gran facilidad en conflictos, deseados o no.

Para comprender la situación hay que observar quién lleva la iniciativa y donde ocurre: todo esto no está ocurriendo en el Golfo de México o frente a las costas de Estados Unidos, sino en su equivalente ruso y chino.

Estados Unidos está determinado a bloquear militarmente el ascenso de China o toda respuesta de Rusia a las provocaciones en su más íntimo patio trasero. Naturalmente, medios de comunicación y “expertos” de centros que orbitan alrededor de la lógica imperial y sus dineros, han iniciado una intensa campaña sobre la que no hace falta ni entrar. La realidad de que ni el Mar de China ni Ucrania pueden ser considerados como patios traseros de Estados Unidos es demasiado obvia para ser ignorada.

Washington quiere que Rusia y China acepten el mismo estatuto de vasallaje aceptado en Europa, Asia y Oceanía por países como el Reino Unidos, Francia, Alemania, Japón o Australia, pero eso no va a suceder, explicaba el mes pasado en su blog Paul Craig Roberts, que fue vicesecretario de Estado para política económica con Ronald Reagan.

“A menos que el dólar, y todo el poder americano con él, se desmorone o que Europa sea valiente y rompa con Washington para desarrollar una política exterior independiente diciéndole adiós a la OTAN, la guerra nuclear es nuestro probable futuro”, escribe ese observador.


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miércoles, 3 de junio de 2015

ITALIA. LA IZQUIERDA ITALIANA, AL IGUAL QUE LA ESPAÑOLA, TIENE MENOS VISTA QUE UNAS GAFAS DE MADERA




Italia

La primera derrota de Matteo Renzi


Rebelión
Mientras tanto
03.06.2015





El pasado domingo se celebraron en Italia elecciones para elegir a los presidentes de siete regiones (Toscana, Liguria, Marche, Umbria, Campania y Veneto) y a los alcaldes de 742 ayuntamientos (17 de los cuales, capitales de provincias). Se trataba de un examen importante para Matteo Renzi, presidente del gobierno desde febrero de 2014 y tercer primer ministro no elegido por los ciudadanos desde la caída de Silvio Berlusconi en noviembre de 2011. El Partido Democrático (PD) ha ganado en cinco de las siete regiones y en la mayoría de los 742 ayuntamientos. Sin embargo, estas elecciones representan una primera derrota política para el exalcalde de Florencia. Por de pronto porque el PD pierde hasta el 20% de los votos que cosechó en esas mismas regiones y ciudades con ocasión de las elecciones europeas de 2014, además del gobierno de una región históricamente escorada a la izquierda como Liguria. Y en segundo lugar, porque la oposición a su gobierno −que parecía en declive y/o sustancialmente inocua− o bien mantiene posiciones, como el Movimiento 5 Estrellas de Beppe Grillo, o bien vuelve a ser competitiva allá donde la derecha (es decir, Forza Italia y la Liga Norte) se presenta unida. Si el PD ha vuelto a ganar es gracias sobre todo a una abstención enorme (48%), que va camino de volverse crónica y que le beneficia por tener a un núcleo de electores cuya fidelidad de voto aún es elevada.

Con todo, pocas dudas pueden caber acerca de que el primer ministro italiano aspirase a obtener una victoria mucho más contundente que le reforzara después de la aprobación de una nueva ley electoral ultramayoritaria y de una reforma laboral −parecida a la que aprobó en España el gobierno de Mariano Rajoy en 2012− presentada como la panacea para solucionar el problema del paro (que ya roza el 13%). El mismo Renzi presentó implícitamente estas elecciones como una especie de test sobre su acción de gobierno. De modo que los resultados de ayer nos revelan algunos puntos interesantes: que su liderazgo pierde eficacia y que su manera de gobernar empieza a ser vista como arrogante y peligrosamente personalista; que su política económica neoliberal y atenta a respetar todos los insostenibles tratados de la UE, le está enajenando el favor del electorado de izquierdas; y que su gobierno ya no parece tan brillante como antes a la hora de ganar consenso en el electorado de derecha. En suma, su propuesta política muestra ya las primeras grietas pese a contar con el apoyo incondicional de los grandes medios de comunicación, de las organizaciones empresariales y, sobre todo, de Bruselas y Berlín.

Aún es pronto para saber cómo va a evolucionar el panorama político tras las elecciones de ayer. Pero cuesta creer que el ingenuo populismo de Grillo o la xenófoba Liga Norte puedan representar un serio desafío para un PD avalado por la UE y los poderes fácticos italianos. En realidad, su control del país es y será sólido mientras no tenga una alternativa política a su izquierda. Porque, reconozcámoslo, en Italia la izquierda transformadora sigue sumida en la irrelevancia a causa de la lógica electoralista que ha caracterizado la práctica de sus dirigentes. Una práctica que, al menos desde la desastrosa derrota electoral de 2008, ha priorizado el volver al Parlamento y a las instituciones en detrimento de la movilización social y el trabajo capilar en los territorios. Un ejemplo palmario de ello lo encontramos en el naufragio del proyecto “Un’Altra Europa con Tsipras”, una plataforma electoral que el año pasado agrupó a un conjunto de partidos y movimientos alternativos y que se proponía implantar una suerte de franquicia italiana de Syriza (como si el éxito político fuera el fruto de una marca mediáticamente potente y no el resultado de un movimiento real construido desde abajo). Se trata de la misma lógica que lleva ahora a no pocas personas a pedir un “Podemos italiano” y que esconde un grave problema de fondo: la escasa voluntad de iniciar un lento, desagradecido pero eficaz proceso de reconstrucción político-cultural del que la izquierda italiana anda necesitada. Más claro todavía: su declive se inició (o se acentuó) cuando olvidó el consejo metodológico que le legó su más preciado teórico del siglo XX: el de estudiar en serio los problemas económicos y sociales del país, y ofrecer respuestas y estructuras adherentes a la realidad de las clases trabajadoras. En definitiva, cuando renunció a su carácter nacional-popular en nombre de un europeísmo tan abstracto como falsamente internacionalista. Para la izquierda italiana, pues, ha llegado la hora de cambiar categorías interpretativas y métodos de lucha.



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UCRANIA SIGUE A LA VUELTA DE LA ESQUINA (POLÍTICA QUE DEFIENDE EL PP Y DESDE LUEGO NO CRITICA EL PSOE)



Ucrania
Desafiar la Operación Buitre

Rebelión
www.sinpermiso.info
02.06.2015


[La ministra de finanzas ucraniana Natalie Jaresko acaba de confirmar lo que todo el mundo sabe: Ucrania no tiene forma de evitar el impago del servicio de su deuda externa de 41.000 millones de dólares (40,6% del PIB). Un grupo de inversores privados, acreedores de 9.000 millones -entre ellos Franklin Templenton, Black Rock y Allianz- han propuesto una reestructuración de 15.800 millones en cuatro años, consistente en extender el plazo de la deuda, saquear las reservas para pagar 4 mil millones de aquí a 2019 y otro tanto en 2020. Si no se llega a un acuerdo en dos semanas, el FMI no podrá hacer efectivo un nuevo rescate del país por 17.500 millones de euros, lo que significará la quiebra del país. Sin embargo, el gobierno de Kiev exige una reducción sustancial del principal de la deuda y su restructuración en dos tipos de bonos (de los 29 actuales). A diferencia de Grecia, el ministro de finanzas alemán, Wolfang Schaüble, ha declarado que: “Estamos de acuerdo de que hay que apoyar la negociación de la reestructuración de la deuda ucraniana, que debe llegar a término”. Ucrania debe a Rusia otros 3 mil millones de dólares y ha mantenido el servicio de la deuda hasta ahora gracias en buena medida a bonos por valor de mil millones de dólares garantizados por la Agencia Internacional de Desarrollo de EE UU. Ucrania sufre una segunda “terapia de choque” neoliberal, después de la de 1991, con una caída del 20% del PIB y una inflación del 61%.]. SP

El colapso de Ucrania desde el golpe de Estado de febrero de 2014 se ha convertido en una excusa para el saqueo. La víctima colateral de este “agarra lo que puedas y corre” han sido los trabajadores. A muchos trabajadores simplemente no se les paga, y lo que realmente se paga suelen ser salarios tan bajos que son  ilegales. Los empleadores acumulan todo el dinero que tienen en sus empresas y lo transfieren lo más lejos posible – mejor al extranjero, y siempre en divisas extranjeras.

Los atrasos salariales son cada vez peores, porque como Ucrania se acerca al impago de su deuda de 10 mil millones de euros, los cleptócratas y los empresarios están abandonando el barco. Saben que los préstamos extranjeros se han agotado y que el tipo de cambio se hundirá aún más. El anuncio la semana pasada de la Rada de que ha destinado 8 mil millones de euros del servicio de la deuda para financiar un nuevo ataque militar a la región oriental exportadora del país ha sido la última gota para los acreedores extranjeros e incluso el FMI. Sus préstamos han ayudado a apoyar el tipo de cambio de la hryvnia el tiempo suficiente para que los banqueros, los hombres de negocios y los especuladores puedan sacar todo el dinero que tienen y tantos euros o dólares como puedan antes del colapso inminente de la economía del país en junio o julio.

En esta situación de pre-quiebra, vaciar la tienda significa no pagar a los trabajadores ni las facturas. Los atrasos salariales han alcanzado los 2 mil millones de hryvnias, adeudados a más de medio millón de trabajadores. Ello ha obligado a la Federación de Sindicatos de Ucrania a concentrar piquetes ante el Consejo de Ministros el miércoles 27 de mayo. Están convocadas más manifestaciones para los próximos dos miércoles, 3 y 10 de junio. De acuerdo con el secretario adjunto de la federación sindical, Serhiy Kondratiuk, "el salario de subsistencia actual de 1,218 hryvnias es un 60% menor que el salario mínimo legal en Ucrania, que es calculado por el Ministerio de Política Social. ... El salario de subsistencia en el país debe superar las 3.500 hryvnias al mes, pero el gobierno se niega a un diálogo social para revisar las normas". [1]

Un escenario amenazante
Con las cuentas bancarias vacías, las empresas ucranianas se convertirán en meros cascarones. Con la economía de Ucrania quebrada, los únicos compradores con dinero fresco son europeos y americanos. Vender a los extranjeros es, pues, la única manera que tienen los administradores y propietarios para conseguir recuperar algo: mediante pagos en moneda extranjera en cuentas en el extranjero, lejos de cualquier fiscalización o control en Ucrania. La privatización y la fuga de capitales van de la mano.

Lo mismo ocurre con la mano de obra que cambia de empleador. Los nuevos compradores reorganizan los activos que adquieren, declaran las viejas empresas en quiebra y borran de su contabilidad sus atrasos salariales, junto con cualquier factura que adeuden. Las empresas reestructuradas declararán que la quiebra ha finiquitado cualquier deuda con los trabajadores de las antiguas empresas (privadas o públicas). Es muy parecido a lo que hacen los inversores de adquisiciones corporativas en Estados Unidos para acabar con las obligaciones heredadas de pensiones y otras deudas. Alegarán que hay que "salvar" la economía de Ucrania y "hacerla competitiva".

La Operación Buitre
El golpe de Estado de Pinochet en Chile fue un ensayo general de todo esto. La junta militar, respaldada por Estados Unidos, seleccionó como objetivos a neutralizar a dirigentes sindicales, periodistas y potenciales líderes políticos, así como a profesores universitarios (cerrando todos los departamentos de economía de Chile a excepción del de la Universidad Católica, que seguía la doctrina económica de "libre mercado" de la Escuela de Chicago). No se puede imponer el "libre mercado" que defiende la Escuela de Chicago, después de todo, sin adoptar medidas totalitarias.

A los estrategas estadounidenses les gusta designar estas conspiraciones con nombres de aves rapaces: Operación Phoenix en Vietnam y Operación Cóndor en América Latina, que tenían como objetivo la eliminación de intelectuales y militantes “izquierdistas”. Se ha puesto en marcha un programa similar en la Ucrania rusófona. No sé la palabra código que se utiliza, así que vamos a llamarla Operación Buitre.

Para los dirigentes sindicales el problema no es sólo cobrar los salarios atrasados, sino sobrevivir con un salario digno. Si no protestan, simplemente no se les paga. Por eso están organizando una movilización neo-Maidan explícitamente a favor de los asalariados, de manera que los francotiradores del Sector Derecha de la junta no puedan acusar a los manifestantes de ser pro-rusos. Los sindicatos se han protegido buscando el apoyo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y de la Confederación Sindical Internacional en Bruselas.

La táctica más eficaz para hacer frente a la corrupción que está permitiendo la falta de pago de salarios y pensiones es centrarse en el apoyo exterior del actual régimen, sobre todo el FMI y la UE. Apoyarse al mismo tiempo en las reivindicaciones laborales para exigir también otras reformas, como la prohibición de la venta de tierras, materias primas, servicios públicos u otros activos ucranianos a compradores extranjeros y exigir que gobiernos menos corruptos puedan revertir estas ventas y privatizaciones en el futuro.

A favor de los trabajadores juega el hecho de que el FMI ha violado su Convenio Constitutivo al otorgar préstamos para fines militares. Tan pronto como recibió su último préstamo, Poroshenko anunció que intensificaba su guerra contra el Este. Esto hace que el préstamo del FMI se asimile a lo que los juristas llaman una deuda odiosa: deudas de una junta que toma el poder, saquea las reservas y otros activos públicos del gobierno, y que los futuros gobiernos deben pagar a pesar de ser un robo.

La lucha de los sindicatos por un salario digno no es sólo en relación con los atrasos salariales, sino también para poner en marcha un plan de recuperación que proteja la economía de una política neoliberal como la que se ha aplicado en Grecia y Letonia. Los estrategas estadounidenses han estado discutiendo como denunciar los 3 millones de dólares que Ucrania debe a Rusia como una "deuda odiosa"; o, tal vez, clasificarla como "ayuda externa" y, por lo tanto, que no sea legalmente exigible. Por irónico que parezca, el Instituto Peterson de Economía Internacional, George Soros y otros “guerreros fríos” han proporcionado a futuros gobiernos de Ucrania un repertorio de motivos legales para reconstituir su economía sin la carga de la deuda externa, permitiendo que el gobierno este en condiciones de pagar los salarios y pensiones atrasadas.

La alternativa de los acreedores internacionales es obligar al gobierno ucraniano a que pague a los tenedores de bonos extranjeros, al FMI y la Unión Europea en primer lugar, y que solo después defienda sus derechos soberanos para evitar su autodestrucción.

Notas.
[1] “Trade unions to picket government weekly from May 27, 2015,” Interfax. 

Michael Hudson es profesor de investigación de la facultad de económicas de la Universidad de Missouri, Kansas City y investigador asociado del Instituto de Economía Levy. Su último libro es Finance Capitalism and Its Discontents.

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martes, 2 de junio de 2015

0RTEGA Y GASSET


ORTEGA Y LA CREACIÓN DE LA REVISTA ESPAÑA

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Ignacio Blanco
Sociología Crítica
29.05.2015


 Parte de la redacción de la revista ‘España’ (1915). De arriba abajo y de izquierda a derecha: (1) José Ruiz-Castillo, (2) Rafael de Penagos, (3) [no identificado], (4) Luis Bagaría, (5) Luis de Zulueta, (6) Gustavo Pittaluga, (7) Luis Bello, (8) Fernado Marco, (9) Luis García Bilbao, (10) José Ortega y Gasset, (11) José Martínez Ruiz, Azorín, (12) Pío Baroja y (13) Ramón Pérez de Ayala. Archivo de la Fundación José Ortega y Gasset-Gregorio Marañón (Madrid, España).

Para Ortega comenzaba otra etapa, igualmente fructífera y plagada de empresas culturales. En 1916 embarcó hacia Argentina y, como en todo viaje, el hombre que se fue y el hombre que regresó ya no eran el mismo. Pero esto es harina de otro costal o, por lo menos, de otro centenario.

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GALERÍA DE RAROS

Autor: Ramón Carande
Alianza. Madrid, 1982.
LOS RAROS DE RAMÓN CARANDE

por Leopoldo de Trazegnies Granda

Cae en mis manos este singular libro de Ramón Carande que inmediatamente despierta mi interés. Ya Rubén Darío dedicó otro a Los raros donde incluía nada menos que a Edgar Allan Poe. En éste, Carande se aparta de sus rigurosas investigaciones históricas en el Archivo de Indias para trazar soberbios retratos de personajes de su tiempo que tienen en común ser poco conocidos y haber gozado de su amistad.

Siempre he pensado que los que se suelen clasificar como raros en el mundo intelectual son los más normales. Es decir, son los que pasan desapercibidos porque se niegan a formar parte de capillas ideológicas o agrupaciones más interesadas en el boato (lo que Ramón Gómez de la Serna llamaba “bombos mutuos”) que en su trabajo artístico o literario. En realidad el raro es raro porque no se le puede clasificar en ninguno de los grupos, escuelas, ismos, o generaciones conocidas, ellos, celosos de su libertad no admiten ser clasificados bajo otra denominación que no sea la de raros. No se les puede reprochar su individualismo porque demuestran un individualismo solidario. La contrapartida a su libertad es que el común de las personas los ignoren. No obtendrán beneficios económicos, ni popularidad ni prestigio, pero redundará en la calidad de su obra.

Así pues tendríamos que considerar a Ramón Carande como el primer raro de su propio libro. Un hombre sencillo que rehuyó todo tipo de cónclaves para dedicarse por completo al estudio del siglo XVI. Su obra contiene la información más veraz y rigurosa sobre esa convulsa época de la historia de España.

Integran la nómina de raros retratados por Carande, poetas, historiadores, arquitectos, abades, científicos… personajes que calladamente han contribuído a dar forma a la cultura actual.

Podemos destacar a dos de ellos:

Alicia Bache Gould. Historiadora norteamericana. Máxima autoridad en expedientes colombinos, a ella se debe la identificación de todos los tripulantes del primer viaje de Cristobal Colón.

Descubridora del itinerario seguido por Carlos V entre el 16 de julio y el 9 de agosto de 1538 que constituía la enigmática “quincena perdida” del Emperador.

Fundadora durante la II República de una escuela infantil en Simancas, ciudad que frecuentó debido a su archivo, donde se aplicarían las técnicas y contenidos más avanzados de la época. Desgraciadamente el régimen de Franco después de la guerra la clausuró por considerarla nociva para la formación de los niños.

Alice B. Gould fallece ya anciana en 1953 a los 85 años de edad ante las puertas del archivo de Simancas dejando una obra inmensa y poco conocida.

Luis García Bilbao. Poeta casi ágrafo.

En el artículo que escribió Julio Caro Baroja (El País, 26/4/1982) sobre el libro de Ramón Carande, se preguntaba si realmente existió este personaje o si era una creación de la fantasía del historiador en su vejez fecunda.

A ese extremo fue modesto y sencillo este poeta que sólo publicó un libro, una autobiografía titulada Compasiones en donde el protagonista sin embargo lleva el nombre de Federico Muga. Sus poemas continúan inéditos excepto unos pocos publicados en revistas de la época.
Luis García Bilbao, solterón empedernido, tenía fama de abúlico, sin embargo desarrolló gran actividad como mecenas. Financió muchas de las novelas y poemarios de sus contemporáneos, costeó la revista España fundada por Ortega y Gasset donde Enrique Díez Canedo comentó el primer libro publicado por Borges: Fervor de Buenos Aires.

En la revista España, heredera de la sevillana Grecia, escribirían Antonio Machado, Unamuno, Valle-Inclán y Azaña entre los más conocidos. También publicarían en ella los primeros ultraístas como Guillermo de Torre, Adriano del Valle o el raro Isaac del Vando Villar.

El libro de Ramón Carande es un aporte más al conocimiento de las literaturas de vanguardia que se gestaron en aquellos años de fines del siglo XIX y principios del XX y que dieron lugar a la sensibilidad artística actual.

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DOMINGO, 14 de marzo de 1982 EL PAIS
Ramón Carande publica ‘Galeria de raros’

La presentación del libro Galería de raros de Ramón Carande inaugurará mañana la nueva sede social del Banco Urquijo, en la Plaza del Rey, de Madrid. La obra de este historiador ha sido publicada por Alianza Tres en colaboración con la Sociedad de Estudios y Publicaciones de la Fundación Banco Urquijo. Galería de raros será presentado por el profesor Eduardo García de Enterría.La obra de Ramón Carande (Palencia, 1887) se titula en realidad Galeria de raros atribuidos a Regino Escaro de Nogal y está constituída por el conjunto de quince retratos de personajes cuya semblanza es, en cierta manera, reflejo también del retrato de este profesor de Economía y Hacienda que vive en Sevilla y que desde allí ha dado ejemplos frecuentes de una genialidad silenciosa y poco habitual.

El autor de Carlos V y sus banqueros relata en este libro sus recuerdos e impresiones de personajes como Santiago Ramón y Cajal, Luis García Bilbao, Pablo Gutierrez Moreno, Diego Angulo, Laureano Díez Canseco, Juan Silvero Torvisco, Dom Guepín, Arturo Duperier, Baldomero Campo-Redondo, Alicia Bache, Juan Vicente Viqueira, José María Soltura, José Rodríguez y Díaz de Lecea, Isaac del Vando Villar y Francisco de las Barras y Aragón, a los que Ramón Carande une por una razón que a él también caracteriza: siempre hicieron lo que quisieron y siempre lo hicieron bien.

En el prólogo, Rafael Pérez Delgado señala que los personajes son espejo de una colectividad”.
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Ramón Carande

Revista de Occidente,ISSN 0034-8635, Nº 72, 1969, págs. 299-326

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ORTEGA Y GASSET


ORTEGA Y LA CREACIÓN DE LA REVISTA ESPAÑA

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Ignacio Blanco
Sociología Crítica
29.05.2015

 Parte de la redacción de la revista ‘España’ (1915). De arriba abajo y de izquierda a derecha: (1) José Ruiz-Castillo, (2) Rafael de Penagos, (3) [no identificado], (4) Luis Bagaría, (5) Luis de Zulueta, (6) Gustavo Pittaluga, (7) Luis Bello, (8) Fernado Marco, (9) Luis García Bilbao, (10) José Ortega y Gasset, (11) José Martínez Ruiz, Azorín, (12) Pío Baroja y (13) Ramón Pérez de Ayala. Archivo de la Fundación José Ortega y Gasset-Gregorio Marañón (Madrid, España).

 El 29 de enero de 2015 se han cumplido justamente cien años del nacimiento de España. Semanario de la Vida Nacional. Con ser una de las revistas políticas más influyentes del primer cuarto del siglo xx, no es, sin embargo, de las más conocidas. Tampoco es frecuente vincular su existencia con la egregia figura de su fundador, José Ortega y Gasset, a quien sí se relaciona recurrentemente con otras de sus creaciones periodísticas acaso más afamadas, como El Sol (1917) o Revista de Occidente (1923). Por lo tanto, la efeméride se presenta como una ocasión propicia para recordar qué significó España en el mapa sociopolítico de aquella España.

El contexto intelectual viene definido por el regeneracionismo, que ya había dado sus frutos por esas fechas. En 1913, Ortega funda la Liga para la Educación Política Española. En 1914, pronuncia en el Teatro de la Comedia la conferencia «Vieja y nueva política», con enorme repercusión social, que se convirtió en el breviario de la generación del 14. A los pocos meses, el propio Ortega encabezaba un granado grupo de escritores, artistas y periodistas agrupados alrededor de la cabecera España. Estas tres iniciativas vinculadas con el «filósofo de El Escorial» comparten la misma génesis: servir de cauce para el torrente de incitaciones que espoleaba a aquellos hombres («gente ni del todo moza, ni del todo vieja», leemos en el primer editorial) y que se resume en el lema: «Es preciso reorganizar la esperanza española».

El punto de partida se puede anclar en la toma de conciencia de un Estado desmoralizado: «El desprestigio radical de todos los aparatos de la vida pública es el hecho soberano, el hecho máximo que envuelve nuestra existencia cotidiana», afirma Ortega en aquel primer editorial. «Todos sentimos que esa España oficial dentro de la cual o bajo la cual vivimos, no es la España nuestra, sino una España de alucinación y de inepcia». Pretenden estos intelectuales regenerar la vida política y cultural española partiendo desde la base, pues la coincidencia en el desánimo es compartida «con el más humilde de nuestros labriegos y el más sencillo de nuestros artesanos».

La ascendencia intelectual del joven Ortega (contaba 32 años) quedó patente al conseguir agrupar en la redacción a escritores ya consagrados como Baroja, Unamuno, Azorín o Pérez de Ayala, así como la adhesión de figuras indiscutibles como Antonio Machado, que en una carta de febrero de 1915 se muestra encantado con la revista y tilda a Ortega de «gran capitán». Curiosamente, la misma expresión empleará Eugenio d’Ors cuando se dirija al filósofo como «mi capitán» a propósito de su colaboración en España. Completan la lista de colaboradores de aquella primera época nombres como el poeta Luis García Bilbao (socio fundador que puso gran parte del capital inicial), Rafael de Penagos, Luis de Zulueta, Fernando de los Ríos, Fernando Vela, Gustavo Pittaluga, José Ruiz-Castillo (gerente de la editorial Renacimiento y socio fundador de España), Luis Bello o el caricaturista Luis Bagaría, cuyos dibujos de trazos inconfundibles y dramática ironía pudieron verse también en La Tribuna, El Sol y ABC, entre otros.

España fue un órgano del pensamiento progresista. Evitó cualquier connivencia con el poder político constituido, al menos durante 1915, año en que Ortega se mantuvo en la dirección. En esta primera época, España llevó su independencia económica y política hasta el extremo, como cuando renunció al «anticipo reintegrable» del Estado para sufragar el encarecimiento del papel con motivo de la Gran Guerra. También se abstuvo de entrar de lleno en la dialéctica entre germanófilos y aliadófilos, si bien sus editoriales hacían pensar que España defendía la causa aliada. «España —escribió Ortega— debe tomar el saber de Alemania y el mandar de Inglaterra. […] No creo que ningún español consciente pueda odiar a ninguno de los tres pueblos beligerantes».

El 15 de noviembre de 1915 Ortega firma la cesión de todos sus derechos sobre la publicación. Las causas de la renuncia son complejas, aunque la desilusión de Ortega con el proyecto se empieza a percibir desde verano. Por testimonios posteriores del propio Ortega, se puede deducir que el filósofo no encontró la acogida o tal vez el respaldo y calor social que imaginó durante la construcción de la empresa. También hay que considerar la desazón y el desánimo provocados por las terribles noticias que llegaban del frente y que, sin duda, inundaron el ánimo de quienes habían visto en Europa un ideal de salvación: «El momento es de una inminencia aterradora», escribía Ortega hace un siglo.

El caso es que en febrero de 1916 ya figura como director el socialista Luis Araquistáin. Este imprime a la revista un acusado giro hacia la izquierda que desembocará, tras la Revolución del 17, en una defensa directa del bolchevismo. Araquistáin sí aceptó subvenciones para atacar la causa alemana, con lo que España se sumaba al florido grupo de publicaciones proselitistas y doctrinales que siempre han poblado el panorama periodístico español. Cuando en 1922 Manuel Azaña tomó las riendas de la revista e intentó reconducirla hacia la prédica del liberalismo y la independencia con que fue alumbrada, ya era demasiado tarde. El último número fue el 415 y estaba fechado el 29 de marzo de 1924.


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