viernes, 24 de noviembre de 2023

Ensayo general del colapso que vendrá (cast/cat)

 


Ensayo general del colapso que vendrá (cast/cat)


Publicado el 24 de noviembre de 2023 / Por Debates

 kaosenlared

Abróchense el cinturón para los próximos 30 años: el planeta ha llegado al límite, y los medios de comunicación no estamos prestando suficiente atención

Por Sergi Picazo

Todas las series y películas con futuros distópicos y catastróficos comienzan con un gran desastre que lo ha hecho saltar todo por los aires. ‘The road’ , de Viggo Mortensen, arranca con una explosión en el planeta que provoca “una claridad cegadora”. ‘The 100′ , de Netflix, culpa a una especie de error nuclear que lo deja todo radiactivo. ‘The rain’ tiene su origen en un tipo de lluvia que transmite un virus mortal. El punto de arranque de ‘The handmaid’s tale’ es un grave problema de natalidad. Una de las últimas series de este género que se han estrenado es la francesa ‘El colapso’ , que narra el intento desesperado de sobrevivir al final de la sociedad actual, pero no explica sus causas.

Sin embargo, pocas películas y series norteamericanas o europeas sitúan el fin de la humanidad tal y como lo entendemos hoy en el calentamiento global, en el fin de la biodiversidad y en los excesos del capitalismo . Y, en cambio, eso es exactamente lo que los científicos dicen que ocurrirá si no detenemos ya –ayer– la cuenta atrás de la explosión.

La crisis de la Covid-19 es un buen ensayo general para el colapso que vendrá. Se siente ya el rumor de fondo de una ola mucho más potente y profunda. Nos preocupa, lógicamente, la pandemia actual . Pero no tenemos en cuenta todas las nuevas enfermedades y virus que van a llegar por culpa del calentamiento global y de la pérdida de biodiversidad. Nos preocupa, lógicamente, el futuro del turismo en Catalunya, y no existe ningún plan previsto por sí, como dicen todos los pronósticos, el aeropuerto de Barcelona o el de Palma quedan inundados por la subida del nivel del mar .

Nos preocupa, lógicamente, si Cataluña acaba siendo o no independiente , cuando en realidad vivir en la mayor parte de Cataluña será muy duro por culpa de la contaminación y de las altas temperaturas que tendremos. La ley para frenar el cambio climático de la Generalitat, tal y como publicó CRÍTIC , no se está aplicando, y casi nadie protesta, pese a que el Servicio Catalán de Meteorología asegura que la temperatura media del país en 2050 puede aumentar en 2 o 3 grados , un desastre sin precedentes para una vida digna, para poder plantar alimentos en el suelo, para el turismo, para las pistas de esquí, ¡para todo! ¿De qué independencia hablamos, si quizás ni siquiera nos queda país? ¿De qué caray hablamos cuando todo se está yendo a la mierda?

La crisis total se produciría por una multiplicación de colapsos: primero, el clima; después, la economía, y, al final, la política

El mundo que nos espera, cuando ocurra –si ocurre– la enorme crisis de la Covid-19, podría ser dentro de pocos años aún peor. Esto dicen los científicos, desde el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas hasta la alerta del filósofo ecologista Jorge Riechmann . “La muerte de nuestra civilización ya no es una teoría o una posibilidad académica: es el camino en el que estamos”, aseguró ya en 2009 el expresidente de la Fundación Rockefeller y CEO del ‘International Herald Tribune’, Peter Goldmark .

Pocos intelectuales, medios de comunicación o partidos políticos se atreven a apretar el freno. “La revolución no es un tren que escapa. Es estirar el freno de emergencia”, escribió Walter Benjamin. La emergencia sanitaria ha hecho olvidar todos los retos y peligros ingentes que nos esperan en las próximas décadas, y prácticamente ningún gobierno en el mundo hace casi nada por enfrentarse a retos como el calentamiento global, el cambio climático, el fin de la biodiversidad, la crisis energética cuando acabe el petróleo barato, el agotamiento de las materias primas, los problemas del crecimiento demográfico, el hambre, la escasez de agua…

El profesor de Ciencia Política Carlos Taibo, en su terrorífico libro ‘Colapso’ (Catarata, 2020) , relata el fin de la sociedad moderna, capitalista e industrial actual como una posibilidad bien realista causada por una multiplicación de colapsos: un colapso climático que comporta más sequías, más calor y problemas agrarios; un colapso económico y financiero , con la insolvencia de los estados y la desaparición de los ahorros de la inmensa mayoría; un colapso comercial , con un dinero devaluado o escaso; un colapso político , con gobiernos deslegitimados y revueltas constantes, y, finalmente, un colapso sociocultural , con el aumento de la percepción de que nada se puede esperar del resto de personas ni de las instituciones.

Todo esto ya está ocurriendo hoy, a cámara lenta y como aparentes fenómenos aislados. Se están moviendo las placas tectónicas del sistema, pero no lo notamos, porque no reunimos todas las piezas del tablero. Hoy ya estamos sufriendo oleadas de refugiados climáticos (como explicaba la investigación “The great climate migration has begun” , de ‘The New York Times’), ya existe una crisis alimentaria en el mundo por la sequía y por el calentamiento (una buena parte de África del centro y del norte), ya existe un aumento de la violencia más allá de los estados (México, Colombia, Somalia, Congo, Siria…) y, como posible respuesta, ya está habiendo uno auge del autoritarismo postdemocrático (Rusia, Turquía, Hungría…). Hay señales de alerta, pero no haremos caso, confiando en una solución tecnológica desde arriba que nos salve en el último minuto.

Colapso, capitalismo terminal, transición ecosocial, ecofascismo… El libro de Carlos Taibo, que va ya por su cuarta edición, explicita de forma cruda, planteando siempre los escenarios científicos más prudentes, los momentos principales de colapso que vendrán , ya los que los medios de comunicación no estamos dando suficiente atención por culpa de la brutal pandemia sanitaria global de la Covid-19. Aquí van, entre comillas, las preocupantes conclusiones finales del estudio de Taibo.

1) Emergencia climática: desertificación, sequías y olas de calor

“Al margen del aumento de temperatura, es necesario avisar de una subida del nivel del mar, de entre 20 y 88 centímetros durante el siglo XXI, un fenómeno delicado, ya que el 80% de la población mundial vive en zonas costeras . Algunas estimaciones dicen que el hielo del polo Norte puede fundirse entre el año 2040 y el 2100. Los suelos sufrirán el avance de la desertificación, las sequías y las olas de calor, y los lugares secos serán más secos, con más incendios y tormentas de polvo. Hoy se pierden en el mundo 120.000 kilómetros cuadrados de bosques. En paralelo, aumentarán el número y la intensidad de los huracanes. Por tanto, cuando hablamos de todo esto, en realidad hablamos de los problemas de la agricultura y de la ganadería, que tendrán dificultades para la producción de alimentos”.

2) Agotamiento de las materias primas energéticas

“Hemos consumido en las dos últimas décadas la mitad de la energía generada desde el inicio de la Revolución Industrial. Hoy dependemos dramáticamente de los combustibles fósiles para vivir. Si fallan, hay muchas cosas que no se podrán hacer: desalinizar el agua del mar, buena parte de la agricultura sufrirá, extraer recursos minerales… Si se terminan el petróleo, el gas natural y el carbón, prácticamente no quedará nada de nuestra civilización termoindustrial. El progresivo agotamiento de las materias primas energéticas provocará un menor crecimiento económico, una menor movilidad internacional y cambios tecnológicos. Diferentes estudios alertan de que la oferta de energía se reducirá entre un 25% y un 40% en los próximos 25 años. En la década de 2030 se alcanzaría el umbral límite del petróleo, del gas natural, del carbón y del uranio”.

3) Pérdida de biodiversidad, nuevas enfermedades y virus de origen animal

“Desaparecerán y mutarán muchas especies animales, y las agresiones serán especialmente duras en los ecosistemas marinos. Estas extinciones harán imposible volver a la anterior situación. Unas 30.000 especies desaparecen cada año, tres cada hora. Si continúa el ritmo de extinción, en 2050 podría haber desaparecido la mitad de los 10 millones de especies vivas actuales: un 12% de los pájaros, un 23% de los mamíferos, un 77% de las especies marinas, sobre todo a causa de la sobreexplotación y la contaminación de los océanos. Esto tiene consecuencias sobre los equilibrios delicados que permiten la vida en la Tierra. Además, la destrucción de los hábitats naturales y de especias provocará nuevas enfermedades y virus de origen animal que se transmitirán a los humanos ”.

4) Aumento demográfico inquietante

“En 2019, después de un aumento demográfico espectacular en el siglo XX, la población mundial es ya de casi 7.600 millones de habitantes. Pero el 90% del crecimiento demográfico se registra en países del Sur, afectando sobre todo a lugares como Bangladesh, Brasil, China, Etiopía, India, Indonesia, Nigeria o Pakistán. La mayoría de los estudios auguran que el crecimiento mundial se estabilizará en las próximas décadas. Sin embargo, el escenario no es nada tranquilizador: ¿qué pasará con 7.500 millones de humanos en un escenario de emergencia climática y de agotamiento de las materias primas? ¿Se puede mantener el nivel de consumo de un ciudadano medio occidental en el nuevo panorama? ¿Habrá más migraciones masivas de población joven del Sur empobrecido hacia el Norte?”

5) Hambre y problemas agrarios por los monocultivos, por la sequía y por la contaminación

“Actualmente, 20 especies de plantas proporcionan un 90% de los alimentos de origen vegetal que consumimos. De éstas, tres (el trigo, el arroz y el maíz) constituyen la mitad de las cosechas. Este supuesto triunfo de la agricultura moderna, de la mano de los monocultivos, es una fuente de problemas de futuro, puesto que nos deja en una situación de gran vulnerabilidad. Cabe recordar que hoy habría unas 35.000 plantas comestibles –hay quien multiplica la cifra por dos– y no parece razonable prescindir de la mayoría de estas en una situación tan delicada como la que vendrá”.

6) La escasez de agua provocará pobreza, mortalidad y conflictos

“Según Naciones Unidas, en 2025 unos 1.800 millones de personas vivirán en regiones que sufrirán una escasez absoluta de agua. Pero, además, dos tercios de la población mundial tendrán que hacer frente a problemas para acceder al agua potable. El Himalaya y los valles del Jordán y Ferganá muestran a la perfección los conflictos por el agua que se pueden generar en el futuro. Se prevé, según la ONU, que en los próximos años habrá 300 potenciales conflictos por el agua en todo el planeta. La escasez de agua provocará una mayor pobreza y mortalidad, reducirá la producción agrícola, pone en peligro muchos procesos de extracción minera y dificulta la producción de energía”.

7) La expansión de nuevos virus y enfermedades globales

“Nuevas y viejas enfermedades ha llevado al colapso a imperios políticos y económicos en el pasado. Hoy en día, el riesgo es más evidente. Epidemias y pandemias tienen la posibilidad de expandirse globalmente de forma mucho más rápida que nunca gracias al transporte aéreo ya la globalización económica. Se están multiplicando los cánceres y enfermedades cardiovasculares, y se expande la obesidad, con efectos muy negativos, sobre todo en el Norte. Las enfermedades crónicas se han convertido en la primera causa de muerte, por encima de las infecciosas, y constituyen una bomba de relojería en países como China o India. Además, existe un peligro de repunte de enfermedades como la tuberculosis o la malaria. Todas las regiones del planeta están bajo amenaza”.

8) Violencia, terrorismo y estados fallidos

“Uno de los factores de nuevos conflictos bélicos seguirá siendo, sobre todo ante la crisis energética que vendrá, por el control de los yacimientos y los conductos de transportes de petróleo y de gas natural. Un responsable militar estadounidense señaló que más de la mitad del enorme gasto militar del país respondía al objetivo de proteger el acceso a las materias primas energéticas. Mientras tanto, China necesita más materias primas para mantener su crecimiento. Por eso, los riesgos de conflicto aumentan en zonas productoras como el mar de China meridional, Oriente Próximo, Asia Central y algunas áreas concretas de África y América Latina. El mapa de escenarios conflictivos coincide con el de regiones con fuertes tensiones ecológicas, como pueden ser el de Chiapas, Gaza, Sudáfrica, Pakistán y Ruanda. Y, en paralelo, hay cada vez un mayor riesgo de colapso de algunos estados, los llamados ‘estados fallidos’ o que no controlan zonas de su propio territorio”.

Sin embargo, y como decía la semana pasada en la Bienal de Pensamiento la filósofa Marina Garcés , “el colapso, sin embargo, no puede colapsar nuestro pensamiento crítico y la imaginación política de un futuro mejor”.

Fuente original: ASSAIG GENERAL DEL COL·LAPSE QUE VINDRÀ–  Critic– Licencia C.C.

Imagen de portada: Captura de pantalla de tráiler oficial de la serie francesa “Colapso”


Versión en catalán:

ASSAIG GENERAL DEL COL·LAPSE QUE VINDRÀ

Cordeu-vos el cinturó per als propers 30 anys: el planeta ha arribat al límit, i els mitjans de comunicació no hi estem parant prou atenció

Totes les sèries i pel·lícules amb futurs distòpics i catastròfics comencen amb un gran desastre que ho ha fet saltar tot pels aires. ‘The road’, de Viggo Mortensen, arrenca amb una explosió al planeta que provoca “una claror encegadora”. ‘The 100′, de Netflix, en culpa una mena d’error nuclear que ho deixa tot radioactiu. ‘The rain’ té l’origen en un tipus de pluja que transmet un virus mortal. El punt d’arrencada de ‘The handmaid’s tale’ és un greu problema de natalitat. Una de les darreres sèries d’aquest gènere que s’han estrenat és la francesa ‘El col·lapse’, que narra l’intent desesperat de sobreviure al final de la societat actual, però no n’explica les causes.

Poques pel·lícules i sèries nord-americanes o europees, però, situen la fi de la humanitat tal com l’entenem avui en l’escalfament global, en la fi de la biodiversitat i en els excessos del capitalisme. I, en canvi, això és exactament el que els científics diuen que passarà si no aturem ja –ahir– el compte enrere de l’explosió.

La crisi de la Covid-19 és un bon assaig general per al col·lapse que vindrà. Se sent ja la remor de fons d’una onada molt més potent i profunda. Ens preocupa, lògicament, la pandèmia actual. Però no tenim en compte totes les noves malalties i virus que arribaran per culpa de l’escalfament global i de la pèrdua de biodiversitat. Ens preocupa, lògicament, el futur del turisme a Catalunya, i no hi ha cap pla previst per si, com diuen tots els pronòstics, l’aeroport de Barcelona o el de Palma queden inundats per la pujada del nivell del mar.

Ens preocupa, lògicament, si Catalunya acaba sent o no independent, quan en realitat viure a la major part de Catalunya serà molt dur per culpa de la contaminació i de les altes temperatures que tindrem. La llei per frenar el canvi climàtic de la Generalitat, tal com va publicar CRÍTIC, no s’està aplicant, i gairebé ningú no protesta, malgrat que el Servei Català de Meteorologia assegura que la temperatura mitjana del país l’any 2050 pot augmentar en 2 o 3 graus, un desastre sense precedents per a una vida digna, per poder plantar aliments a terra, per al turisme, per a les pistes d’esquí, per a tot! De quina independència parlem, si potser ni tan sols no ens queda país?  De què carai parlem quan tot se n’està anant a la merda?

La crisi total es produiria per una multiplicació de col·lapses: primer, el clima; després, l’economia, i, al final, la política

El món que ens espera, quan passi –si passa– l’enorme crisi de la Covid-19, podria ser d’aquí a pocs anys encara pitjor. Això diuen els científics, des del Grup Intergovernamental d’Experts sobre el Canvi Climàtic de les Nacions Unides fins a l’alerta del filòsof ecologista Jorge Riechmann. “La mort de la nostra civilització ja no és una teoria o una possibilitat acadèmica: és el camí en el qual som”, va assegurar ja l’any 2009 l’expresident de la Fundació Rockefeller i CEO de l”International Herald Tribune’, Peter Goldmark.

Pocs intel·lectuals, mitjans de comunicació o partits polítics s’atreveixen a prémer el fre. “La revolució no és un tren que s’escapa. És estirar el fre d’emergència”, va escriure Walter Benjamin. L’emergència sanitària ha fet oblidar tots els reptes i perills ingents que ens esperen en les properes dècades, i pràcticament cap govern al món no fa gairebé res per enfrontar-se a reptes com l’escalfament global, el canvi climàtic, la fi de la biodiversitat, la crisi energètica quan s’acabi el petroli barat, l’esgotament de les matèries primeres, els problemes del creixement demogràfic, la fam, l’escassetat d’aigua…

El professor de Ciència Política Carlos Taibo, en el seu terrorífic llibre ‘Colapso’ (Catarata, 2020), relata el final de la societat moderna, capitalista i industrial actual com una possibilitat ben realista causada per una multiplicació de col·lapses: un col·lapse climàtic que comporta més sequeres, més calor i problemes agraris; un col·lapse econòmic i financer, amb la insolvència dels estats i la desaparició dels estalvis de la immensa majoria; un col·lapse comercial, amb un diner devaluat o escàs; un col·lapse polític, amb governs deslegitimats i revoltes constants, i, finalment, un col·lapse sociocultural, amb l’augment de la percepció que no es pot esperar res de la resta de persones ni de les institucions.

Tot això ja està passant avui, a càmera lenta i com a aparents fenòmens aïllats. S’estan movent les plaques tectòniques del sistema, però no ho notem, perquè no reunim totes les peces del tauler. Avui ja estem patint onades de refugiats climàtics (com explicava la investigació “The great climate migration has begun”, de ‘The New York Times’), ja hi ha una crisi alimentària al món per la sequera i per l’escalfament (una bona part de l’Àfrica del centre i del nord), ja hi ha un augment de la violència més enllà dels estats (Mèxic, Colòmbia, Somàlia, el Congo, Síria…) i, com a possible resposta, ja està havent-hi un auge de l’autoritarisme postdemocràtic (Rússia, Turquia, Hongria…). Hi ha senyals d’alerta, però no en farem cas, confiant en una solució tecnològica des de dalt que ens salvi en l’últim minut.

Col·lapse, capitalisme terminal, transició ecosocial, ecofeixisme… El llibre de Carlos Taibo, que va ja per la quarta edició, explicita d’una manera crua, plantejant sempre els escenaris científics més prudents, els moments principals de col·lapse que vindran, i als quals els mitjans de comunicació no estem donant prou atenció per culpa de la brutal pandèmia sanitària global de la Covid-19. Aquí van, entre cometes, les preocupants conclusions finals de l’estudi de Taibo.

1) Emergència climàtica: desertificació, sequeres i onades de calor

“Al marge de l’augment de temperatura, cal avisar d’una pujada del nivell del mar, d’entre 20 i 88 centímetres durant el segle XXI, un fenomen delicat, ja que el 80% de la població mundial viu en zones costaneres. Algunes estimacions diuen que el gel del pol Nord es pot fondre entre l’any 2040 i el 2100. Els sòls patiran l’avanç de la desertificació, les sequeres i les onades de calor, i els llocs secs seran més secs, amb més incendis i tempestes de pols. Avui es perden al món 120.000 quilòmetres quadrats de boscos. En paral·lel, augmentaran el nombre i la intensitat dels huracans. Per tant, quan parlem de tot això, en realitat parlem dels problemes de l’agricultura i de la ramaderia, que tindran dificultats per a la producció d’aliments”.

2) Esgotament de les matèries primeres energètiques

“Hem consumit en les últimes dues dècades la meitat de l’energia generada des de l’inici de la Revolució Industrial. Avui depenem dramàticament dels combustibles fòssils per viure. Si fallen, hi ha moltes coses que no es podran fer: dessalinitzar l’aigua del mar, una bona part de l’agricultura patirà, extreure recursos minerals… Si s’acaben el petroli, el gas natural i el carbó, pràcticament no quedarà res de la nostra civilització termoindustrial. L’esgotament progressiu de les matèries primeres energètiques provocarà un menor creixement econòmic, una menor mobilitat internacional i canvis tecnològics. Diferents estudis alerten que l’oferta d’energia es reduirà entre un 25% i un 40% en els propers 25 anys. En la dècada del 2030 s’arribaria al llindar límit del petroli, del gas natural, del carbó i de l’urani”.

3) Pèrdua de biodiversitat, noves malalties i virus d’origen animal

“Desapareixeran i mutaran moltes espècies animals, i les agressions seran especialment dures en els ecosistemes marins. Aquestes extincions faran impossible tornar a la situació anterior. Unes 30.000 espècies desapareixen cada any, tres cada hora. Si continua el ritme d’extinció, l’any 2050 podria haver desaparegut la meitat dels 10 milions d’espècies vives actuals: un 12% dels ocells, un 23% dels mamífers, un 77% de les espècies marines, sobretot a causa de la sobreexplotació i la contaminació dels oceans. Això té conseqüències sobre els equilibris delicats que permeten la vida a la Terra. A més, la destrucció dels hàbitats naturals i d’espècies provocarà noves malalties i virus d’origen animal que es transmetran als humans“.

4) Augment demogràfic inquietant

“L’any 2019, després d’un augment demogràfic espectacular en el segle XX, la població mundial és ja de gairebé 7.600 milions d’habitants. Però el 90% del creixement demogràfic es registra en països del Sud, i afecta sobretot llocs com Bangladesh, el Brasil, la Xina, Etiòpia, l’Índia, Indonèsia, Nigèria o el Pakistan. La majoria dels estudis auguren que el creixement mundial s’estabilitzarà en les pròximes dècades. Tot i això, l’escenari no és gens tranquil·litzador: què passarà amb 7.500 milions d’humans en un escenari d’emergència climàtica i d’esgotament de les matèries primeres? Es pot mantenir el nivell de consum d’un ciutadà mitjà occidental en el nou panorama? Hi haurà més migracions massives de població jove del Sud empobrit cap al Nord?”

5) Fam i problemes agraris pels monocultius, per la sequera i per la contaminació

“Actualment, 20 espècies de plantes proporcionen un 90% dels aliments d’origen vegetal que consumim. D’aquestes, tres (el blat, l’arròs i el blat de moro) constitueixen la meitat de les collites. Aquest suposat triomf de l’agricultura moderna, de la mà dels monocultius, és una font de problemes de futur, ja que ens deixa en una situació d’una gran vulnerabilitat. Cal recordar que avui hi hauria unes 35.000 plantes comestibles –hi ha qui multiplica la xifra per dos– i no sembla raonable prescindir de la majoria d’aquestes plantes en una situació tan delicada com la que vindrà”.

6) L’escassetat d’aigua provocarà pobresa, mortalitat i conflictes

“Segons les Nacions Unides, l’any 2025 uns 1.800 milions de persones viuran en regions que patiran una escassetat absoluta d’aigua. Però, a més, dos terços de la població mundial hauran de fer front a problemes per accedir a l’aigua potable. L’Himàlaia i les valls del Jordà i de Ferganà mostren a la perfecció els conflictes per l’aigua que es poden generar en el futur. Es preveu, segons l’ONU, que en els pròxims anys hi haurà 300 conflictes potencials per l’aigua arreu del planeta. L’escassetat d’aigua provocarà més pobresa i mortalitat, reduirà la producció agrícola, posa en perill molts processos d’extracció minera i dificulta la producció d’energia”.

7) L’expansió de nous virus i malalties globals

“Noves i velles malalties ha portat al col·lapse imperis polítics i econòmics en el passat. Avui, el risc és més evident. Epidèmies i pandèmies tenen la possibilitat d’expandir-se globalment de manera molt més ràpida que mai gràcies al transport aeri i a la globalització econòmica. S’estan multiplicant els càncers i les malalties cardiovasculars, i s’expandeix l’obesitat, amb efectes molt negatius, sobretot al Nord. Les malalties cròniques s’han convertit en la primera causa de mort, per sobre de les infeccioses, i constitueixen una bomba de rellotgeria en països com la Xina o l’Índia. A més, hi ha un perill de repunt de malalties com la tuberculosi o la malària. Totes les regions del planeta estan sota amenaça”.

8) Violència, terrorisme i estats fallits

“Un dels factors de nous conflictes bèl·lics seguirà sent, sobretot davant la crisi energètica que vindrà, pel control dels jaciments i dels conductes de transports de petroli i de gas natural. Un responsable militar dels Estats Units va assenyalar que més de la meitat de l’enorme despesa militar del país responia a l’objectiu de protegir l’accés a les matèries primeres energètiques. Mentrestant, la Xina necessita més matèries primeres per mantenir el seu creixement. Per això, els riscos de conflicte augmenten en zones productores com el mar de la Xina meridional, l’Orient Pròxim, l’Àsia Central i algunes àrees concretes de l’Àfrica i de l’Amèrica Llatina. El mapa d’escenaris conflictius coincideix amb el de regions amb tensions ecològiques fortes, com poden ser el de Chiapas, Gaza, Sud-àfrica, el Pakistan i Ruanda. I, en paral·lel, hi ha cada cop un risc més alt de col·lapse d’alguns estats, els anomenats ‘estats fallits’ o que no controlen zones del seu propi territori”.

Tanmateix, i com deia la setmana passada a la Biennal de Pensament la filòsofa Marina Garcés, “el col·lapse, però, no pot col·lapsar el nostre pensament crític i la imaginació política d’un futur millor”.

 

Fuente original: ASSAIG GENERAL DEL COL·LAPSE QUE VINDRÀ–  Critic– Licencia C.C.

 *++

No hay comentarios: