miércoles, 23 de julio de 2025

DIRECTO.UCRANIA RÓBO A EE.UU. PROTESTA MASIVA CONTRA ZELENSKI.BASE OTAN ...

Para no ser una selva de cemento

 

Este artículo se publicó en la revista cubana La Tizza el 16 de julio. La ministra cubana de Trabajo y Seg. Social, cuyas declaraciones ocuparon el centro de la polémica a la que se refiere el artículo, ha dimitido de su puesto. Cuba está mal. Muy mal.


Para no ser una selva de cemento


Fernando Luis Rojas

El Viejo Topo

23 julio, 2025



PARA NO SER UNA SELVA DE CEMENTO

En la literatura existen inicios que se inscriben en la memoria de los lectores. En el caso de la narrativa latinoamericana —dice Jorge Fornet— cabe destacar los de Pedro Páramo y Cien años de soledad.

También ocurre en la música. Se aloja en los pechos la voz de Héctor Lavoe cuando entona: «La calle es una selva de cemento»; así comienza a vibrar la canción Juanito Alimaña. Por ella desfilan la violencia, el miedo, la corrupción, el robo, el clientelismo… Pero hay más. En construcción inversa: el camino para que la calle sea una selva de cemento, para que pueda campear Juanito Alimaña, pasa por la impunidad y el silencio, por apartar la vista.

El nuevo trending en/sobre Cuba está asociado con la intervención realizada por la ministra de Trabajo y Seguridad Social durante una reunión conjunta de dos comisiones permanentes de trabajo de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el pasado lunes 14 de julio.

Hay al menos tres dimensiones del negacionismo en que incurre la ministra al rehusarse a reconocer la presencia de situaciones de pobreza —de mendicidad— en la Cuba de estos días. Tres dimensiones que no están disociadas entre sí.

La primera, y la más importante, es la de negar una realidad que nos golpea el rostro como nunca había sucedido desde el triunfo de la Revolución cubana en enero de 1959. Desconocer esa realidad, ocultarla, equivale a naturalizar la clausura de una de las bases del proyecto revolucionario: el de que cada persona importa, y ello es así —o debe serlo— por la condición de proceso colectivo de ese proyecto. Principio que no es una construcción discursiva, ni nunca lo fue, sino que se afianzó a través de transformaciones socioeconómicas y político-culturales concretas y de la manera en que caló —dando lugar a un nuevo pueblo— en las subjetividades de las cubanas y los cubanos. Lo dice Silvio Rodríguez en una de sus canciones: «Ya se dijo que es más grande / que el más grande de nosotros / Y ya se dijo que se hace / para otros.» Para los no iniciados en otras partes del mundo, en sus palabras Silvio hace referencia al conocido apotegma de Fidel de que en Cuba se había «hecho una revolución más grande que nosotros mismos».

El asunto central en este caso no se limita a lo que cabe interpretar como falta de empatía individual —aunque ello también sea importante— por parte de una funcionaria gubernamental.

La cuestión estriba, en cambio, en dilucidar cuánto una postura personal y pública sobre realidades y políticas —y consecuencias políticas específicas— se anuda con una práctica generalizada de naturalización de la actual coyuntura, de aceptación de la derrota y de vaciamiento del proyecto revolucionario, y de dócil anclaje en lo posible. Para volver a Silvio, en su reciente Más porvenir, nos dice: «Y me crecí de todo / lo bueno y lo terrible, / escudriñando modos / de ensanchar lo posible.»

Una segunda dimensión del negacionismo implícito en las declaraciones de la ministra cubana de Trabajo y Seguridad Social se constata en su desconocimiento de investigaciones que dan cuenta de situaciones de pobreza y vulnerabilidad en la Cuba de estos tiempos.

Es amplio el acervo ya acumulado de investigaciones en ese sentido. A veces hay que hurgar un poco, pero se encuentran. Hace apenas un mes (10 de junio), por ejemplo, la socióloga Mayra Espina publicó el trabajo «Pobreza y vulnerabilidad en expansión: necesitamos saber». En su texto, luego de reconocer que existen «obviedades empíricamente observables» y que se necesitan datos actualizados, Espina hace referencia a investigaciones realizadas por entidades cubanas como el Instituto Nacional de Investigaciones Económicas (INIE), perteneciente al Ministerio de Economía y Planificación, ¡en la primera década de este siglo! O el Informe Nacional Voluntario de Cuba sobre los avances logrados en la consecución de los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Los estudios sobre las desigualdades y la pobreza en Cuba están institucionalizados en espacios de investigación —en no pocos casos, subordinados directamente a ministerios— como el Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas (CIPS), el Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO-Cuba), el Centro de Estudios de la Economía Cubana, entre otros. Asimismo, se reflejan en publicaciones de esas entidades y del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y en revistas cubanas como Temas.

Por tanto, esa segunda dimensión o arista del negacionismo de la ministra barre simbólicamente con el acervo acumulado que debería servir de base de políticas públicas transformadoras, al mismo tiempo que pasa por alto la apuesta de Fidel por la centralidad política y el potencial transformador del conocimiento, por no hablar ya de la política postulada del actual gobierno respecto de la prioridad de la innovación, la ciencia y la tecnología.

No deja de ser llamativo, a la vez que contradictorio, que haya sido el propio Ministerio de Trabajo y Seguridad Social uno de los organismos que más empeño haya puesto en visibilizar la existencia de diálogos con investigadores e investigadoras sociales.

La tercera dimensión guarda estrecha relación con la anterior. Resulta evidente la contradicción con otras declaraciones gubernamentales y, lo que es más contraproducente y doloroso, con lo dicho y reiterado en su momento por el propio Fidel Castro en relación con ese haz de problemas e interrogantes.

Fue Fidel quien, en la clausura del Congreso Internacional Pedagogía 2003, expresó:

«La Revolución, más allá de los derechos y garantías alcanzados para todos los ciudadanos de cualquier etnia y origen, no ha logrado el mismo éxito en la lucha por erradicar las diferencias en el status social y económico de la población negra del país […]».

Fue Fidel quien, en la clausura del VIII Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, el 5 de diciembre de 2004, destacó la puesta en práctica de «revolucionarios conceptos que barren con el formalismo y el conformismo y aceleran los procesos de transformaciones necesarias para el futuro del país»; conceptos entre los que cabe destacar los siguientes:

«Ningún joven debe quedar abandonado y ningún ciudadano depender de su suerte»; «La labor de coordinación que se ejecuta debe contar con el estudio constante para la toma de decisiones, información actualizada que tome en cuenta con toda precisión los detalles; meditar y pensar bien cada acción, actuar con rapidez y no perder nunca un minuto»; «Encontrar nuevos métodos y mecanismos de coordinación para que todos los organismos y entidades participen bajo el concepto de que la prioridad está en los intereses del país por encima de contradicciones burocráticas, ansias protagónicas y celos institucionales.»

Y fue también Fidel quien, en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, dijo el 17 de noviembre del 2005:

«Es tremendo el poder que tiene un dirigente cuando goza de la confianza de las masas, cuando confían en su capacidad. Son terribles las consecuencias de un error de los que más autoridad tienen, y eso ha pasado más de una vez en los procesos revolucionarios.»

Todas esas frases se pronunciaron en el contexto de lo que se conoció como «Batalla de Ideas», período de nuestra historia con el que todavía tenemos una inaplazable deuda analítica y política. Por ahora, quisiera sólo destacar que cada uno de los discursos pronunciados durante esos años se distinguió por haber estado acompañado de acciones y proyectos concretos de impacto inmediato en la población, y no por promesas.

3.

Negacionismo contextual, negacionismo teórico-investigativo y negacionismo histórico-político son tres aristas tributarias de un solo eje: negacionismo conservador.

Llegaron ya, después de la intervención de la ministra de Trabajo y Seguridad Social este 14 de julio, las reacciones en redes sociales, la rabia de la gente revolucionaria y decente, la alegría de los coleccionistas de despojos que desde la distancia y la comodidad quieren ver a Cuba hecha jirones. Se evidenció con fuerza, hace apenas unas horas, el negacionismo conservador que, lejos de impulsar, inmoviliza.

Quizás sobrevenga una salida de escarmiento, un camino dostoyevskiano que reconozca crimen e imponga castigo. Quizás se piense que lo mejor sea calmar las aguas por medio de una solución que se limite a individualizar el caso.

Pero ojalá nos demos cuenta de que cortar los hilos colectivos de un negacionismo que no se merece este pueblo es la única vía para conjurar la selva en el cemento.

Fuente: la Tizza

Artículo seleccionado por Carlos Valmaseda para la página Miscelánea de Salvador López Arnal

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martes, 22 de julio de 2025

El racismo, expresión de ignorancia y de ideología desfasada

 


El racismo, expresión de ignorancia y de ideología desfasada

 

Por Grup Antimilitarista Tortuga

KAOSENLARED

22 de julio de 2025 

 

Más de mil asociaciones de todo el territorio español han suscrito un comunicado que, bajo el título «Ni violencia racista, ni criminalización colectiva», reflexiona sobre los graves hechos sucedidos recientemente en Torre Pacheco a raíz del atentado sufrido por un hombre mayor de la localidad. El Grup Antimilitarista Tortuga, al mismo tiempo que apoya el manifiesto, quiere ofrecer nuestro punto de vida sobre este hecho y otros semejantes que están ocurriendo en el estado español y en otras partes del mundo.

Pensamos que el racismo, y cualquier acto de discriminación, ponen en evidencia la ignorancia y el absurdo más grande en que podemos incurrir las personas. Al rechazar a cualquier ser humano por ser distinto, desconocemos su importancia, su dignidad y cualquier valor que posee. Por otra parte, quien discrimina o considera menos a otra persona, tira por tierra su propia dignidad. El ser humano manifiesta lo que es en su relación sana y respetuosa con sus semejantes.

Al mismo tiempo, el racismo niega que la vida, el crecimiento y el avance de la humanidad, en todos los sentidos, es fruto y consecuencia del intercambio, comunicación y enriquecimiento mutuo entre razas y culturas. Lo que es una persona, un pueblo o una nación, no tiene explicación sin la buena relación, apertura e intercambio con toda la especie humana.

Lo que hemos escrito anteriormente podría quedarse en una bonita teoría con poca relación con la realidad y con la vida. Ser racista, discriminar y atacar a los migrantes es ignorar por completo que España ha sido, y sigue siendo, una nación de migrantes. Muchos miles de personas y familias pudieron salir adelante porque emigraron de nuestro país a otras naciones para buscar trabajo, vender sus productos o encontrar algún medio de vida. Una persona mayor de nuestro colectivo nos relata: «Mis abuelos y toda mi familia, todos, han sido emigrantes. Yo he sido inmigrante; he viajado a otros países para trabajar y ganarme la vida». El crecimiento que en su día experimentó la economía española no se explica sin las aportaciones de quienes salieron a trabajar a otros países. Pero esto de las migraciones no es un hecho del pasado. Leemos en medios de comunicación que en el 1 de enero de 2023, había 2.790.319 españoles fuera de nuestras fronteras, según los datos del Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE). De estos, 1.789.451 se encuentran en la edad laboral, lo que supone un 64%. Esta cifra supone el aumento del 1,7% (47.712 personas) respecto a los datos de principios del año anterior.

Rechazar a los migrantes evidencia ignorancia acerca del país en que vivimos. También podríamos rechazar a los 98 millones de turistas que se prevé que vendrán a España en el 2025. Se les recibe con los honores más grandes, porque dejan mucho dinero inmediato. No tanto dinero en metálico dejan los migrantes que vienen a trabajar en la agricultura, la construcción, la atención a personas mayores y los servicios del turismo. Pero su aportación a nuestra economía es muy importante. No sabemos qué sería de la agricultura en España, de la construcción, la hostelería y del trabajo a domicilio sin la aportación de las personas que han venido de otros países. Asimismo, lamentamos que las condiciones de trabajo que tienen gran parte de las personas migrantes que viven entre nosotros y nosotras no sean las adecuadas, siendo frecuente la explotación laboral y que, en general, dejen mucho que desear.

Al mismo tiempo que nos damos cuenta del absurdo del rechazo y de la criminalización de los migrantes, constatamos que las migraciones que actualmente experimenta el estado español constituyen una realidad que necesita ser afrontada por la sociedad. Está pendiente mejorar y humanizar la terrible situación de los centros de acogida a migrantes, la distribución de los niños en las distintas comunidades para evitar hacinamiento, la regularización de las situaciones laborales injustas, el problema de la vivienda, la creación de espacios culturales donde las personas migrantes puedan cultivar su identidad… El tiempo va pasando y los problemas continúan sin resolverse.

Además de los conflictos que muestran los medios de comunicación, surgen muchos interrogantes sobre esta realidad que nos interpela cada día: ¿Cómo una sociedad humana y civilizada habría de afrontar el paso de las pateras y la muerte de tantas personas al cruzar el Mediterráneo o los pasos fronterizos de Ceuta y Melilla? ¿Qué tipo de relación diplomática, económica y cultural, debería establecer con los países de donde proceden quienes llegan al territorio español, con el fin de garantizar la seguridad de su viaje y regularizar el proceso de acogida? ¿Cómo trabajar en una mayor justicia social entre naciones, con el fin de que emigren las personas que lo deseen, no las que se vean forzadas por sus malas condiciones de vida?

No es bueno dejar este problema en manos de los partidos políticos y gobernantes. Darle una respuesta justa y humana es tarea de todas y todos.

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Cae imagen del presidente Milei, amplio rechazo a sus políticas

 



Cae imagen del presidente Milei, amplio rechazo a sus políticas

TERCERAINFORMACION / 21.07.2025

El 57,5 por ciento de los encuestados en un sondeo que hoy circula en medios y redes sociales tiene una imagen negativa del presidente Javier Milei a un año y siete meses de asumir el mandato.



El estudio realizado por la consultora Zuban Córdoba detectó además que el 56,8 por ciento de los argentinos rechaza las políticas de su gobierno, lo cual representa un crecimiento del descontento social con la gestión libertaria en momentos en que están cada vez más cerca las elecciones en la provincia de Buenos Aires (7 de septiembre) y las nacionales (26 de octubre).

A su vez, la encuesta indica que el 41,9 por ciento tiene una buena opinión del mandatario y el 42,8 aún mantiene su apoyo al ejecutivo.

En otro dato de interés el 53,6 por ciento de los encuestados se define antimileista y el 28,1 mileista. Además, el 55,4 considera que el jefe de Estado representa «un riesgo para la sociedad» y el 37,8 que «sigue siendo el cambio».

Con la mira puesta en los próximos comicios, tanto provinciales como nacionales, el sondeo también apuntó que la intención del 52,8 por ciento de los encuestados es «castigar la gestión del gobierno actual» con su voto, mientras que el 38,3 lo premiará.

El 31 de agosto la provincia de Corrientes realizará sus comicios legislativos en los que son bajas las probabilidades de La Libertad Avanza de Milei, en tanto el 7 de septiembre tendrán lugar en la Provincia de Buenos Aires.

Según el relevamiento de opinión de Zuban Córdoba, la mitad de las personas que rechazaría a Milei en las urnas condena la «destrucción del Estado y las políticas públicas» y por «ser un gobierno cruel».

A su vez, en medio de la tensión popular en tono al mandatario, la encuesta indica también que el 55,3 por ciento de los argentinos cuenta con una pobre imagen de la vicepresidenta Victoria Villarruel, y el 38,6 señaló que tiene una buena percepción de ella.

mem/mh

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lunes, 21 de julio de 2025

URGENTE! LAS TROPAS RUSAS ENTRAN EN LA CIUDAD DE POKROVSK! MISILES HIPER...

Precedente histórico: un juez ordena detener el envío de armas a Israel

 

Precedente histórico: un juez ordena detener el envío de armas a Israel

 

Marc Vandepitte | 

21/07/2025 



Fuentes: Rebelión [Foto: Marc Vandepitte]

Traducido del neerlandés por el autor

Un fallo sin precedentes de un tribunal de Bruselas no solo ordenó al gobierno flamenco detener un envío específico de material militar destinado a Israel, sino que también prohibió cualquier tránsito futuro de armamento hacia ese país. Esta sentencia sienta un precedente jurídico que se podría aplicar en muchos otros países. Es, además, una victoria importante en la lucha contra el genocidio en Gaza.

Precedente

En un fallo sin precedentes el Tribunal de Primera Instancia de Bruselas ordenó al gobierno flamenco detener de inmediato un contenedor con material militar destinado a Israel, así como prohibir cualquier otro tránsito de armamento hacia ese país.

El juez dictaminó que Flandes —una región del norte de Bélgica— incumple estructuralmente sus obligaciones según la legislación sobre armas y los tratados internacionales, e impuso incluso una multa coercitiva por cada envío que aún se permita. Dio la razón en todos los puntos a cuatro ONG flamencas que presentaron la demanda.

El contenedor en cuestión se encuentra en el puerto de Amberes. Contiene rodamientos cónicos fabricados por la empresa Timken a través de una filial francesa y destinados a Ashot Ashkelon Industries, una empresa de defensa israelí que suministra piezas para los tanques Merkava y los vehículos blindados Namer. Según las organizaciones demandantes, ambos se utilizan diariamente en el contexto del genocidio en Gaza.

La sentencia del tribunal prohíbe al gobierno flamenco autorizar nuevos tránsitos hacia Israel. Desde 2009 existe un acuerdo para no exportar armas a Israel que puedan fortalecer sus fuerzas armadas, pero en la práctica se ha ignorado sistemáticamente esa política.

Para garantizar el cumplimiento de la sentencia, el tribunal impone una multa de 50.000 euros por cada envío que se permita aún hacia Israel.

Solo se podrán autorizar exportaciones si el gobierno flamenco presenta pruebas documentadas de que los productos tienen un uso civil. Según la abogada defensora del caso Lies Michielsen, de Progress Lawyers Network, la sentencia implica que el gobierno debe verificar activamente el destino final del material exportado a Israel.

Importancia

Esta decisión es muy significativa porque el tribunal confirma que es ilegal facilitar la entrega de armas a un Estado que comete crímenes de guerra o incluso genocidio.

“El tribunal afirma lo que los políticos se niegan a reconocer”, dice Fien De Meyer de la Liga por los Derechos Humanos.

Esto marca el fin de la impunidad: los gobiernos ya no pueden mirar a otro lado mientras sus armas se utilizan para cometer atrocidades.

La sentencia crea un precedente jurídico que obliga a los gobiernos a asumir su responsabilidad. Se espera que causas similares sigan en otros países.

En todo caso, se trata de una victoria para los movimientos por la paz y la solidaridad, que demuestra que la resistencia funciona.

Seguimiento

Casi al mismo tiempo, se presentó en Bélgica otra demanda, esta vez contra el gobierno federal. Un grupo de demandantes palestinos y organizaciones belgas enviaron una notificación formal que hacía a Bélgica responsable de complicidad pasiva en el genocidio en Gaza. Si no reciben una respuesta satisfactoria, acudirán a los tribunales. También eso sienta un precedente mundial.

La iniciativa cuenta con el apoyo de un ciudadano palestino, varias ONG belgas y una jurista. Exigen que Bélgica detenga todas las entregas militares a Israel, confisque importaciones procedentes de territorios palestinos ocupados, bloquee inversiones en dichas zonas y suspenda el acuerdo de asociación entre la UE e Israel.

Según los demandantes, la pasividad belga es inaceptable tanto moral como jurídicamente. La acción cuenta con el respaldo de artistas e intelectuales que están recaudando fondos para cubrir los costos judiciales.

También se están tomando medidas en el ámbito europeo. La ONG jurídica JURDI ha llevado a la Comisión Europea y al Consejo de la UE ante el Tribunal de Justicia por su “negligencia” frente a la violencia en Gaza. Por primera vez en la historia se demanda a estas dos poderosas instituciones por no cumplir con sus obligaciones legales.

JURDI invoca el artículo 265 del Tratado de la UE, que permite sancionar la inacción institucional. Según la ONG, las instituciones europeas aplican un doble rasero: sancionaron duramente a Rusia, pero no a Israel, pese a las graves violaciones de derechos humanos documentadas.

JURDI exige, entre otras cosas, la suspensión del acuerdo UE-Israel, el cese de las subvenciones y sanciones contra funcionarios israelíes. La demanda sostiene que la UE tiene una obligación jurídica y moral de actuar, y advierte que incluso los líderes europeos podrían ser procesados por complicidad en el genocidio.

Complicidad

En estos casos es fundamental la siguiente pregunta: ¿tiene un país como tercera parte o, por extensión la Comisión Europea la obligación jurídica de prevenir un genocidio en otro lugar? Según la Convención sobre el Genocidio, sí. Según ese tratado, cada país no solo debe castigar, sino también prevenir activamente.

En enero la Corte Internacional de Justicia ya llamó a Israel a tomar todas las medidas necesarias para prevenir un genocidio. Pero ¿se aplica también esa obligación a países como Bélgica, que no están directamente involucrados? Según dieciocho destacados juristas belgas, sí. En una carta advierten que un país como Bélgica corre el riesgo de ser llevado ante la Corte Internacional de Justicia si continúa guardando silencio sobre la situación en Gaza. La pasividad puede ser interpretada jurídicamente como complicidad.

Los juristas exigen sanciones contra Israel y consideran que la suspensión del Acuerdo de Asociación UE-Israel es lo mínimo que se debe hacer. Los países se esconden con demasiada frecuencia tras la prudencia diplomática, pero esa actitud se vuelve jurídicamente y moralmente insostenible, según ellos. Solo acciones concretas, no palabras, pueden salvar la credibilidad de Bélgica y de la UE.

Sin pausa

La sentencia ganada en Flandes y otras demandas en curso representan un salto cualitativo en la lucha contra el genocidio. Pero esa lucha está lejos de haber terminado. El genocidio no hace pausas. Mientras los políticos titubean, la población de Gaza sufre.

Ahora es el momento de mantener e intensificar la presión. Se deben presentar demandas judiciales en otros países también. Las demandas clave incluyen la aplicación inmediata de la prohibición de exportar armas, transparencia total sobre la exportación de material militar y el enjuiciamiento de quienes sean cómplices de estos crímenes.

Demandas como esta son muy importantes, pero sin duda no son suficientes para detener las masacres en Gaza. Se debe presionar a los líderes políticos de todo el mundo mediante protestas masivas y acciones de solidaridad.

Los movimientos de resistencia palestina en Gaza han lanzado por ello un llamado conjunto a una movilización mundial a partir del 20 de julio de 2025 para salvar a la población de Gaza del genocidio, el hambre y la sed causados por la ocupación israelí.

Denuncian el silencio internacional, y llaman a países y ciudadanos de todo el mundo a salir a las calles y actuar para detener el genocidio.

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Estados Unidos y la guerra eterna contra todos

 

Estados Unidos y la guerra eterna contra todos

 

Pablo Ruiz

Rebelion | 

21/07/2025 | EE.UU.



Fuentes: Rebelión

La mal llamada «Guerra de los 12 días» entre Irán e Israel se podría llamar “la guerra eterna” porque fue justamente en Irán, después de la Segunda Guerra Mundial, donde EEUU promovió, mediante operaciones de la CIA, lo que se conoce como el primer golpe de Estado en el mundo, sucedido en 1953, siendo el segundo en Guatemala, en 1954, y después en distintos países hasta la actualidad.

“El golpe de Estado en Irán de 1953 es uno de los sucesos más significativos en la historia moderna de Irán, destacando como un claro ejemplo de intervención extranjera en el contexto de la Guerra Fría. Este evento tuvo lugar el 19 de agosto de 1953 y resultó en el derrocamiento del primer ministro Mohammad Mosaddeq, quien había impulsado la nacionalización del petróleo”, señala un artículo de Jerson Levi Medina.

En 1953 entonces Estados Unidos estableció y apoyó en Irán una monarquía la que se prolongó por 26 años y que cayó en 1979 con la revolución islámica. Al mismo tiempo, comenzó nuevamente una guerra permanente, abierta o encubierta, para derrocar a las nuevas autoridades en Irán.

La retórica, ante la prensa y el mundo, para atacar a Irán, muy parecida a la mentira que se usó para atacar a Irak, que Israel y los Estados Unidos no pueden permitir que Irán tenga armas nucleares. Al menos resulta irónico que se diga esto cuando está claramente establecido que tanto Israel como Estados Unidos disponen de armamento nuclear.

El ataque a Irán, por otro lado, desvío la atención de los grandes medios a la masacre que se sigue cometiendo contra el pueblo palestino y que al presidente Donald Trump, que (irónicamente) quiere el Premio Nobel de la Paz, no le importan en lo más mínimo.

En todo caso, no hay pruebas ciertas de que Irán esté desarrollando un arma nuclear. Así lo ha señalado la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) y es concordante con lo que dijo primeramente la directora de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, Tulsi Gabbard, ante el capitolio.

En contraste, sí hay evidencia pública que Estados Unidos ha seguido realizando esfuerzos para fortalecer su arsenal nuclear trabajando en el desarrollo de un nuevo misil balístico intercontinental con capacidad de llevar ojivas nucleares conocido como LGM-35A Sentinel de Northrop Grumman.

“La provisión de múltiples ojivas, contramedidas, y un mayor alcance para atacar a China significa que el diseño del Sentinel es significativamente más grande que el del actual Minuteman III”, comentó el sitio especializado www.defensedaily.com

Sobre las armas nucleares, por los hechos, vemos que la Agencia Internacional de Energía Atómica sólo tiene sus ojos, interés, y trabajo puestos en Irán y no, como quisiéramos, tiene una actitud pro activa para que Israel, Estados Unidos, y otras potencias nucleares, desmantelen sus arsenales.

Más armas para Ucrania

En julio dos personajes estuvieron de visita en los EEUU, lugar donde se dan las órdenes y autorizaciones a instituciones y países con una soberanía cuestionable. En Washington, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, y el ministro de Defensa de Alemania, Boris Pistorius. Ambos con el mismo propósito, su obsesión de seguir apoyando a “Daddy” y su objetivo de alimentar la guerra en Ucrania, enviado armas desde terceros países, para que sigan muriendo ucranianos y rusos. Su discurso, de Trump, es una cosa, la realidad puede ser siempre otra.

Según diversos medios de prensa, Mark Rutte ha confirmado que  Alemania, Reino Unido, Dinamarca, Noruega, Suecia, Canadá, Países Bajos y Finlandia,  países de la OTAN, comprarán armamento a Estados Unidos, incluyendo baterías antiaéreas Patriot, para enviarlos después a Ucrania. Buen negocio, made in usa. Peligro para todos que se desencadene una guerra nuclear por la involucración cada vez más de Europa y EEUU en Ucrania contra Rusia.

También, este 14 de julio, se reunió el secretario de Defensa, Pete Hegseth, con su homólogo Boris Pistorius a quien lo felicitó por todos los avances y logros del intereses de los EEUU.

“Hemos visto un progreso increíble dentro de la OTAN, con Alemania a la cabeza, un compromiso firme con su gasto y un compromiso con el liderazgo europeo”, dijo Hegseth.

A todo lo anterior, una columna de David Ignatius, publicada por The Washington Post, titulada “Al presionar a Putin, Trump «escala para desescalar»” se afirma que Trump estaría de acuerdo secretamente en que Ucrania pueda atacar a Moscú y San Petersburgo.

“La determinación de Trump de presionar a Putin se transmitió en una conversación la semana pasada con el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, según me informó una fuente. Trump le preguntó a Zelenski por qué no atacaba Moscú. “Podemos si nos dan las armas”, respondió Zelenski. Trump afirmó que Ucrania necesitaba presionar más a Putin, no solo a Moscú, sino también a San Petersburgo”, señala el artículo.

En nuestro continente, sigue la guerra económica y las amenazas contra Brasil, Chile, México de aplicar elevados aranceles. Siguen las deportaciones y detenciones de migrantes en EEUU. En Panamá y otros países, los “gringos” siguen realizando ejercicios militares en lo que ellos consideran su “patio trasero”.

Al cierre de este artículo, Israel ha lanzado diversos ataques a Siria y Rusia ha denunciado que la OTAN se está preparando “activamente” para involucrar a Moldavia en un posible conflicto armado contra Rusia. En Palestina, Israel sigue asesinando al pueblo palestino. La guerra de nunca acabar.

Pablo Ruiz es integrante del Observatorio por el Cierre de la Escuela de las Américas en Chile y editor de la Revista El Derecho de Vivir en Paz www.derechoalapaz.org

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Peligro de guerra

 

Este texto, incluido en el libro Pacifismo, Ecología y política alternativa, de próxima publicación en El Viejo Topo, es la trascripción de una conferencia dada en Igualada en 1982. Casi lo mismo podría escribir Sacristán hoy.


Peligro de guerra

 

Manuel Sacristán

El Viejo Topo

21 julio, 2025 



A PROPÓSITO DEL PELIGRO DE GUERRA

 

Yo pensaba proponer para reflexión, y para discusión después, el asunto de cómo hacer frente al peligro de guerra. Hace por lo menos tres años o más que está bastante claro que los estrategas y los estadistas (sobre todo occidentales, desde luego, de los que sabemos mucho más) están aceptando ya la idea de eso que llaman guerras nucleares «de teatro» o guerras nucleares «limita-das». Y ahí «limitadas» quiere decir limitadas a Europa, lo cual para nosotros no es una limitación, aunque lo sea para los americanos.

Cuando uno se pregunta cómo hacer frente a este peligro en seguida se le ocurre que hay dos maneras de enfrentarse con la cuestión, intentando entenderla para luego sacar consecuencias prácticas. Una es examinar las causas del peligro de guerra, los mecanismos que han ido llevando a una situación en la cual cada vez se hace más verosímil una guerra nuclear. El otro modo es hacer simplemente frente a la urgencia del peligro sin preguntarse mucho por las causas e intentando organizar y activar un movimiento por la paz, por el desarme, contra la guerra. A favor de lo primero, de partir de las causas del peligro de guerra, hay una razón de fondo que es que para eliminar los efectos de algo hay que eliminar las causas.

Si uno se detiene un poco a pensar en las causas de este peligro de guerra, cualquiera que sean sus simpatías políticas, si es una persona objetiva tendría que reconocer que la iniciativa en el peligro de guerra nace no sólo ahora sino siempre desde 1945 del lado propiamente capitalista, principalmente de los Estados Unidos, pese a la apariencia doctrinal en contra. A primera vista podría parecer –y alguien de ideas muy conservadoras podría creerlo– que la agresividad venía del bloque del este o bien de otros países de ideología comunista por el hecho de que en la tradición del movimiento comunista hay una aspiración internacionalista que la gente de mentalidad burguesa más bien interpreta como una especie de imperialismo.

Pero a pesar de esas apariencias, el repaso de la historia después de la segunda guerra mundial y de las fechas en que han ocurrido agravaciones importantes de la tensión muestra en seguida que la iniciativa agresiva ha venido siempre del oeste. Por ejemplo: se suele decir que las actitudes de guerra fría de las potencias occidentales fueron una respuesta a lo que se llama el golpe de Praga, es decir, la toma de poder por el Partido Comunista Checo. Pero eso es falso. Porque el comienzo de la guerra fría, si alguna fecha de comienzo tiene, es un célebre discurso de Churchill en marzo de 1946 en la universidad norteamericana de Fulton, mientras que lo que se llama golpe de Praga es de dos años después, de abril del 48. Asimismo, cuando se dice que la OTAN es la contrapartida del Pacto de Varsovia se olvida que la OTAN está fundada el 4 de abril del 48, mientras que el Pacto de Varsovia es de siete años después, del 55. Lo mismo, por ejemplo, el mecanismo de la tensión internacional que provocó la constitución de las dos mitades de Alemania en estados: la primera mitad de Alemania que fue constituida en estado fue la occidental; la constitución de la Alemania oriental como estado es posterior y es una réplica. Como sobre todo, dejando aparte esta cuestión de fechas, es clara la base económica. Las dos veces que el mundo ha estado al borde de la catástrofe que sería una guerra nuclear con las armas actuales, han tenido que ver con dos momentos de crisis económica capitalista. Uno, lo que se llamó la política del «volver atrás» que decía Foster Dulles –que fue el momento peor de la guerra fría–, montada sobre la base de que había que inventar –según dijo literalmente– la idea de un peligro exterior para que el pueblo americano estuviera dispuesto a encajar el esfuerzo económico de la readaptación de la economía americana a la situación de postguerra. Y hoy está claro que el aumento de la belicosidad norteamericana que ha culminado hace tres días con la declaración abierta del presidente Reagan sobre la posibilidad de una guerra nuclear limitada a Europa, tiene que ver con la profundísima crisis económica en que está la economía capitalista. Crisis muy profunda de la que cada vez parece más claro que están dispuestos a salir mediante un reajuste de sus políticas económicas que, como se basa en una gran potenciación de los gastos de armamento, lleva constantemente al borde del peligro de guerra. En un documento de mucho interés que ha publicado el último número de «La calle», uno de los informes elaborados para el presi-dente Reagan por sus técnicos electorales antes de la elección (los «Documentos de Santa Fe»), llega a haber la frase muy reveladora que dice que «la distensión es la muerte», es decir, que en una situación de distensión en la política internacional no hay manera de volver a poner en marcha de una forma eficaz la economía capitalista. Esto sería, desde luego lo es, bastante definitivo para enfrentarse con la pregunta que planteaba, ¿cómo enfrentarse al peligro de guerra?, si no fuera que desgraciadamente también el comportamiento internacional de la Unión Soviética complica bastante la cuestión. Desde el primer momento, un observador frío que intente ver los dos lados superando sus simpatías, tendría que reconocer que también el gobierno soviético entra en esta dinámica, en esta lógica de la carrera de armamentos, de una manera más o menos inevitable. Es una cosa que entre gentes de izquierda social –como supongo que son la mayoría de los aquí presentes y lo soy yo mismo– se dice pocas veces, y quizá a alguno le parezca criticable lo que voy a decir. Pero habría que decir, creo yo, que los cohetes soviéticos SS-20, aunque son técnicamente muy inferiores y por tanto mucho menos agresivos que los cohetes que los americanos nos invitan a tener (los proyectiles de crucero y los «Persing»), de todas maneras no son claramente tampoco un arma defensiva. Son unos cohetes móviles, de alcance medio, y por regla general un cohete de alcance medio nunca es un cohete defensivo, siempre está pensado no para asustar al contrario, sino más bien para percutirle en sitios muy determinados, generalmente objetivos militares. Desde luego que es perfecta-mente explicable que la Unión Soviética haya entrado desde el primer momento en esta lógica del armamento por la sencilla razón, que todos conocemos, de que la Unión Soviética es un país primero sitiado, cercado desde 1917 hasta 1939. Y en 1939–40 dejó de ser sitiado para ser invadido. Es decir: que es un país que realmente ha estado siempre sometido a un cerco y lo sigue estando hoy. Si miráis un mapa del mundo os daréis cuenta del despliegue de bases americanas o de las varias alianzas presididas por los americanos (la OTAN o la SEATO), completamente al-rededor –salvo por el Polo, y aún así– de la Unión Soviética. De modo que no es que haga ahora un reproche muy unilateral a la política soviética. Se comprende muy bien que hayan entrado en esa carrera porque tienen una situación de país sitiado desde siempre. Pero el hecho es que sobre todo la gente que nos hemos educado en una tradición comunista nunca habríamos imaginado desde el punto de vista de Marx y de Engels a una sociedad socialista rearmándose constantemente. Ahí hay sin duda una im-portante y desgraciada discrepancia entre los ideales de la gente que nos hemos educado como comunistas y la realidad de la situación.

Así ocurre –y eso tiene que ver mucho con el peligro de guerra– que tanto la OTAN como el Pacto de Varsovia inevitable-mente funcionan y viven de acuerdo con una misma lógica política. De acuerdo con la política de toda la vida. Y eso se puede apreciar en declaraciones políticas o ideológicas de los dos bandos. Por ejemplo, muy recientemente, en el último número de Actualidad Económica, se lee un largo artículo y unas declaraciones de Garrigues Walker, el embajador, que dice: «El neutralismo hoy es una utopía, la política internacional ha sido siempre militar». Eso por el lado de las fuerzas sociales burguesas. Pero hace muy pocos días en el mitin y fiesta que celebramos la Coordinadora Anti-OTAN de Barcelona, un compañero del PORE, es decir, un marxista revolucionario, también hizo una intervención para decir lo mismo: la política es sólo una determinada forma de actividad militar. La paz –dijo literalmente– es sólo un paréntesis entre dos guerras. Es decir, una determinante muy importante del peligro de guerra es que ningún bando ideológico, no ya sólo la reacción capitalista sino también –por causas a lo mejor inevitables, yo me limito a contarlo– en otros bandos, la idea de lo que es la política y lo que es la guerra sigue siendo la de los mili-tares, la del siglo XIX. Y eso con el armamento hoy presente es muy grave, porque es la amenaza no ya sólo de que la paz vaya a ser un paréntesis entre dos guerras, sino de que nunca más pueda haber una humanidad en paz.

Sobre este punto, sobre cuáles serían las consecuencias de una guerra nuclear, una guerra con armamento de hoy (cosa muy probable si se sigue con esta mentalidad del siglo XIX de que la paz es sólo un paréntesis entre dos guerras, de que la política siempre es guerra, de que la guerra es la política con otros medios), se discute mucho. Se calcula que el armamento nuclear existente es siete veces más grande que el que hace falta para exterminar todas las ciudades: por cada ser humano vivo en la Tierra hay en este momento el equivalente de cuatro mil kilos de TNT.

En estas circunstancias decir que una guerra es inevitable, y que no pasará nada, y que la humanidad ha superado muchas guerras, es una afirmación mucho más sangrienta y yo diría criminal que en otras épocas. Los ideólogos más reaccionarios hacen cálculos sobre eso. Y hacen cálculos, como es natural, para animar a la industria de guerra. Un célebre instituto de prospectiva, el Instituto Hudson de Nueva York, que está dirigido por un ideó-logo de los más reaccionarios del mundo occidental, Kahn, se ha dedicado durante años a demostrar que aunque haya una guerra nuclear no perecerá la humanidad, sino solo dos terceras partes. Estos son cálculos siniestros y cínicos. Hay otro ideólogo americano que ha llegado más lejos: Adrian Berry, del que está traducido al castellano su libro principal que se titula Los próximos 0.000 años. Ahí ese energúmeno cuenta que se puede arriesgar una guerra nuclear porque la humanidad no perecería de ninguna manera, ya que matemáticamente con sólo que sobreviviera una centésima parte de la humanidad en 400 años se habría repoblado la Tierra. Este tipo de cálculo siniestro que están haciendo los consejeros militares revela una mentalidad que está dispuesta a aceptar para ganar una guerra la muerte de por lo menos dos terceras partes de la humanidad en el cálculo de Kahn, o incluso mucho más en el cálculo de Berry. Pero además el tremendo sufrimiento de irradiación y quemaduras de todo los que queden vivos y hayan sido afectados por el armamento.

Es evidente, me parece a mí, que en la tradición de las personas que nos hemos hecho con ideas comunistas esto es inadmisible. Una idea o una ideología progresista –ya no sólo comunista– es incompatible con la idea de que para hacer ese progreso haya que pasar por la muerte y la tortura de por lo menos dos terceras partes de la humanidad, que en este momento querría decir dos mil quinientos millones de personas sufriendo y muriendo. Se podría sospechar que lo que quedara de esa humanidad después de haber visto de qué crímenes fuera capaz, ya no tendría voluntad ni siquiera de intentar una revolución social. Tendría tal pesimismo sobre la especie –si es que alguien sobreviviera–, se avergonzaría tanto de ser un individuo humano, un miembro de la especie capaz de haber hecho eso, que probablemente se acabaría por muchos milenios la idea fundamental que nos ha animado a la gente comunista durante muchos años: la idea de una nueva sociedad, de una nueva moral, de una nueva cultura.

Este particular horror del asunto –que no está tan lejano– es lo que motiva que aunque los marxistas tengamos una determinada explicación del peligro de guerra, y los católicos tengan otra o los que tengan otras ideas tengan otra explicación, resulta fundamental no pararse en muchos detalles y lanzar todo un movimiento que lo que quiera sea el desarme, primero el nuclear y luego el total. Esto, en épocas menos terribles que la que estamos viviendo, llegó a ser objeto de un acuerdo de las Naciones Unidas, que a finales del 61 o del 62 tomaron una resolución de esas que ahora tanta gente dice que son utópicas y absurdas: la resolución de aconsejar y de pedir a los países que empezaran un desarme que llevara como objetivo final no ya al desarme nuclear sino a la disolución de los ejércitos. Yo creo que hay que tener el coraje de aguantar las risas o las ironías de esos realistas que nos llevan a la catástrofe en defensa de un realismo más profundo que es el que puede evitar esa catástrofe.

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domingo, 20 de julio de 2025

RETIRADA MASIVA UCRANIANA EN DONETSK.LOS RUSOS TOMAN VARIAS LOCALIDADES....

La guerra como necesidad del Capital y la posición revolucionaria frente a la socialdemocracia

 

La guerra como necesidad del Capital y la posición revolucionaria frente a la socialdemocracia

 

 

DIARIO OCTUBRE / julio 19, 2025

 

"No es hermoso morir, aunque sea por la libertad. No es hermoso, no os engañéis. Lo hermoso es vivir, vivir luchando y llevar la libertad como un relámpago en las manos. No queremos ser trigo bajo las botas de los generales. Queremos ser el pan que alimente la revolución." (Adaptación del poema "Los campos de batalla" de Nazim Hikmet)


Kike Parra (Unidad y Lucha).— La guerra actúa como catarsis sistémica. El capitalismo, en esta fase de crisis general, demuestra una total incapacidad estructural para recomponerse. En este contexto, ha activado definitivamente toda su potencialidad destructiva, poniendo así de manifiesto lo cercano del advenimiento de su fin como modo de producción social, al menos con carácter hegemónico.

 

El capitalismo fue alimentando desde su origen una contradicción ontológica: su impulso hacia la acumulación infinita choca contra los límites materiales de la tasa de ganancia. Cuanto más madura el capitalismo, mayores son las evidencias y los fenómenos que esa contradicción genera. En este sentido, históricamente, la guerra ha formado una terapia de shock restauradora de la rentabilidad.

La guerra reinventa el ciclo de acumulación. Lo hace por varias causas:

En primer lugar, purga el capital muerto. Lo hace como un incendio forestal que arrasa la masa y fertiliza el suelo. La destrucción bélica liquida capital constante (fundamentalmente fijo: edificios y otras instalaciones e infraestructuras, maquinaria…) Esto mitiga temporalmente la composición orgánica del capital, aliviando la presión sobre la tasa de ganancia. Reduciendo la magnitud del capital constante se recompone la relación sobre el variable, restaurando la rentabilidad.

Sobre las ruinas de la Europa de 1945 y bajo el Plan Marsall, se reconstruyó el capitalismo con tecnología moderna. Se inició a partir de aquí la «Edad de Oro» del capitalismo (1945-1973). La tasa de ganancia resucitó porque el capital sobreviviente, revalorizado desde la lógica del sistema, más escaso, más concentrado y actualizado, pudo explotar una fuerza laboral hambrienta y desesperada.

El desempleo masivo generado por la destrucción debilita el poder de negociación de la clase trabajadora. Frente a la desvalorización de la fuerza de trabajo se produce un aumento temporal de la plusvalía.

Para que todo esto ocurra, la destrucción debe contenerse en unos límites. Una guerra de carácter prolongado, o lógicamente nuclear o biológica, no arroja ganadores, sino desolación. La perspectiva de la guerra total actual en la que nos adentramos parece encajar en esta última dinámica.

En segundo lugar, siguiendo la lógica del keynesianismo, el gasto militar funciona como un desfibrilador que reanima el corazón detenido de la economía. El complejo militar-industrial absorbe excedentes de capital y subsidia la innovación tecnológica. Además, la geopolítica interviene en la transferencia internacional de capital desde los países más débiles y subordinados a los más fuertes o centrales del imperialismo interesados en el proceso bélico.

Estados Unidos sigue siendo, con diferencia, el mayor inversor militar del mundo: casi un billón de dólares en 2024. Por otro lado, las ventas de equipo militar estadounidense a gobiernos extranjeros aumentaron un 29 % en 2024.

Esta es una lógica prebélica, pero que tras el conflicto sigue generando dividendos. Eso que se ha venido en llamar «tecnologías de doble uso» permiten que tras la destrucción militar, la nueva composición orgánica del capital se realice mediante tecnología de guerra transferida al campo civil. Una tecnología más eficiente y productiva que moviliza riqueza (reajuste económico) desde unos presupuestos de guerra que empobrecen a las capas populares hacia las corporaciones victoriosas que se han ahorrado la inversión al desarrollo. Es un modo de socializar pérdidas y privatizar ganancias.

Así se entienden las políticas de rearme impulsadas por la Unión Europea y la OTAN con el beneplácito del conjunto de partidos, incluidos los socialdemócratas que componen el gobierno español.

Otro de los factores a considerar y que supone un empujón al «desarrollo» económico, circunscrito a los vencedores es lo que David Harvey señaló como despojo violento cuando la acumulación ordinaria se estanca. En este sentido, la geopolítica actual más violenta se abre camino y somete a los derrotados a tratados desiguales, imposición de bases militares territoriales y control (expolio) de recursos.

En la fase actual del imperialismo que algunos han denominado de «carácter terminal», la clase trabajadora debiera tener conciencia de lo que está en juego. No se trata solo de una situación que deteriorará las condiciones materiales de vida, único motivo de reproche de la socialdemocracia. Limitarse a la defensa del bienestar social que se verá afectado por el incremento de las partidas militares es una muestra de la pervivencia de la concepción eurocéntrica y colonialista de la izquierda oportunista, de su falta de solidaridad e internacionalismo. Nuestro bienestar por encima de la vida de los pueblos.

Ante la actual situación bélica mundial no caben grises y la historia nos empuja a escoger bando. La socialdemocracia, como siempre, ha elegido el lado del opresor. Ha utilizado sus artes de ensoñación adormeciendo a las masas y ha conducido a la clase trabajadora al pantano. Hoy sigue jugando el mismo rol como gestor de intereses de la burguesía que en las anteriores grandes guerras, dando bandazos entre el pacifismo retórico y la complicidad activa con el imperialismo.

La «defensa de la democracia» o del «mal menor» se siguen utilizando para servir al imperialismo y a su vanguardia sionista, que de la mano de la OTAN nos lleva en Ucrania, en Irán o Palestina o cualquier rincón del planeta al borde del abismo, al genocidio generalizado.

La socialdemocracia es, por tanto, un enemigo de clase. Es tanto más peligroso que quienes abiertamente defienden el imperialismo porque se inserta entre las estructuras de clase como un cáncer en el organismo y lo va corrompiendo hasta inutilizarlo en su capacidad de lucha y transformación social.

Frente a esta actitud, la del campo revolucionario no puede ser otra que la oposición abierta, sincera y honesta. Enfrentarnos con todas nuestras armas a los planes de destrucción del imperialismo y de las organizaciones criminales que como la OTAN ejecutan sus dictados. La frase que solemos repetir de «nos va la vida en ello», ante la barbarie televisada en directo, cada vez se entiende y comparte más. Aprovechémoslo y organicemos la respuesta popular contra la guerra imperialista. Avancemos hacia la revolución socialista como única defensa capaz de evitar la aniquilación de la vida tal como la conocemos.

Fuente: unidadylucha.es