miércoles, 5 de junio de 2019

CRISTO VISITA A MARX

 
Entrevista a Michael Löwy
 
"El cristianismo de la liberación se ha situado abiertamente en el campo de los oprimidos"
 
 
 
 
Juanjo Sánchez y Evaristo Villar
Vientosur
05.06.2019
 
Michael Löwy es uno de los principales intelectuales del marxismo actual a escala mundial y un destacado impulsor del ecosocialismo anticapitalista. Director de investigación emérito del Centre National de la Recherche Scientifiquey profesor de la École des Hautes Études en Sciences Sociales en París. Entre sus obras, destacamos La teoría de la revolución en el joven Marx, El pensamiento del Che Guevara, Walter Benjamin:Aviso de incendio y Ecosocialismo. Hace unos meses la editorial El Viejo Topo ha publicado Cristianismo de liberación. Perspectivas marxistas y ecosocialistas.

Michael, estábamos preparando un nuevo número de ÉXODO, cuando llegó a nuestras manos tu espléndido libro sobre el Cristianismo de liberación. El tema que hemos elegido es la profunda crisis en que está sumida la política y la necesidad de un cambio radical de la misma. No sólo en Europa existe esta crisis. ¿Cómo se vive en Brasil? 

La principal fuerza de la izquierda en Brasil, el Partido de los Trabajadores, no logró una concientización efectiva de las clases populares. Tomó algunas medidas importantes para mejorar la condición de los pobres, pero no se enfrentó a la estructura oligárquica del país, al poder de los latifundistas y del capital financiero. Además se contagió con la tradicional corrupción de los políticos brasileños. Pero la victoria de la extrema derecha fascista (Jair Bolsonaro) no se puede explicar sólo por los errores de los dirigentes del PT. Es parte de un proceso planetario de ascenso de la extrema derecha. En Brasil, la utilización masiva de fake-news, el apoyo de iglesias neopentecostales reaccionarias y la demagogia anticorrupción permitieron a un partidario de la dictadura militar (1964-85) ganar las elecciones. Bolsonaro es homófobo, sexista, partidario de la exterminación de la izquierda y gran admirador de unos de los peores torturadores del régimen militar: el coronel Brilhante Ustra. Entre sus víctimas, muerto bajo tortura en 1971, está mi amigo Luis Eduardo Merlino, joven militante marxista.

La resistencia a su gobierno ya ha empezado a organizarse. Tiene a su cabeza a jóvenes mujeres. Su símbolo es Marielle Franco, joven consejera municipal de Rio de Janeiro, socialista, negra, lesbiana, asesinada por sicarios hace un año. A pesar de todo, no tenemos que olvidar que el 45% de los electores votaron por Fernando Haddad (PT), el candidato común de toda la izquierda. Muchos de los que votaron a Bolsonaro ya han empezado a cambiar de opinión. Se han conocido escándalos de corrupción que le afectan a él y a su familia.

Escribes en tu libro sobre la radicalización introducida por el cristianismo de liberación. ¿Crees que nuestra situación actual necesita una radicalización anticapitalista? ¿Qué cambios implicaría para una nueva política? 

La actual situación en América Latina está marcada por una terrible ofensiva de la ultraderecha que ha tomado el poder en la mayoría de los países mediante elecciones o golpes de estado pseudo-parlamentarios. Existe alineamiento con Trump y el imperialismo estadounidense, neoliberalismo sin frenos, destrucción del medio ambiente, represión de los movimientos sociales.

En la resistencia que empieza a desarrollarse, los cristianos de liberación están teniendo un papel esencial. El objetivo inmediato es la defensa de las libertades democráticas y las conquistas populares. También la oposición a las medidas antisociales y antiecológicas de corte neoliberal. Existen en este movimiento de resistencia corrientes que se dan cuenta que hay que combatir la raíz de estos males: el sistema capitalista. El capitalismo es un sistema intrínsecamente perverso que exige sacrificios humanos para el ídolo “Mercado”. Necesitamos alternativas antisistémicas y ecosocialistas. Los cristianos de la liberación están y estarán sin dudas en el corazón de esta lucha, inspirados por los escritos de Leonardo Boff, de Frei Betto y de la encíclica Laudato si’ del Papa Francisco.

¿Se dan las condiciones para esta radicalización social y política? ¿Qué obstáculos y qué posibilidades ves?

El obstáculo principal es el poder ideológico del sistema. Este se difunde a través de su control de los medios de comunicación, del papel nefasto de muchas iglesias neopentecostales, de la influencia social de la religión del mercado, de la alienación consumista y de la pasividad resignada de amplios sectores populares.

Hay que añadir como obstáculo las opciones de amplios sectores de la izquierda por políticas de conciliación de clases, de compromisos con la oligarquía, de concesiones a los terratenientes y al capital financiero en aras de la “gobernabilidad”.

Las posibilidades vienen de las luchas de las organizaciones populares que desarrollan formas de concientización y radicalización sociopolítica. Esto es muy visible en amplios sectores de la juventud.

En la relación del cristianismo de liberación con la Modernidad europea se constata una diferencia. Afirmas en tu libro que lo decisivo para este cristianismo no es la modernización, sino el cambio de sociedad y la liberación de los empobrecidos. Es “el punto de vista de los vencidos” que reclamaba Walter Benjamin. ¿Puedes expresar el significado de esta diferencia?

La modernización se concibe como desarrollo industrial y crecimiento del PIB. Este es el pensamiento sobre la modernización imperante en las clases dominantes en América Latina, pero también en sectores de la izquierda tradicional. Desde su inicio, el cristianismo de la liberación se posiciona críticamente frente a esta ideología de la modernización, planteando una visión mucho más radical desde el punto de vista de los explotados y oprimidos, de los pobres, de los negros e indígenas, de los trabajadores del campo y de la ciudad. Su perspectiva no es el desarrollo, sino la liberación, rompiendo con las estructuras opresivas del sistema dominante. Para esos cristianos, los pobres son el sujeto histórico de esta transformación, los actores de su propia liberación.

El cristianismo de la liberación no conocía los escritos de Walter Benjamin, pero existe una evidente “afinidad electiva” entre la obra de los teólogos de la liberación y la concepción benjaminiana de la historia desde la perspectiva de los vencidos y su propuesta de una alianza de la teología con el marxismo. Sin olvidar su texto sobre “El capitalismo como religión” (1921) que tiene mucho en común con la denuncia de la idolatría del mercado realizada por los teólogos de la liberación.

La crítica del capitalismo y la necesidad de superarlo es un elemento central en el cristianismo de liberación. ¿Ha perdido o ha ganado vigencia esa crítica? ¿No se ha hecho también infinitamente más complejo este quehacer?

La crítica del capitalismo como sistema intrínsecamente perverso realizada por el cristianismo de la liberación me parece más actual que nunca; entre otras razones, por la crisis ecológica y el cambio climático que amenazan directamente la supervivencia de la humanidad en este planeta.

Desde el punto de vista ecosocialista, el capitalismo no es sólo un sistema de explotación, como lo plantea tradicionalmente el pensamiento marxista, sino también de destrucción del medio ambiente y de los equilibrios ecológicos. Superar el capitalismo es un imperativo categórico por razones de justicia elemental. Es un sistema absurdo en el cual unas decenas de multibillonarios poseen más riqueza que la mitad de la humanidad. También hay que sobrepasarlo porque se trata de una cuestión de supervivencia para la humanidad: el capitalismo no puede existir sin expansión, sin límites. Por eso, la destrucción de las condiciones de vida en el planeta pertenece a su lógica interna.

Acabar con el capitalismo es una tarea compleja y difícil, pero no tenemos otra salida sino llevar adelante esta lucha antisistémica. Como decía Bertolt Brecht, quien lucha puede perder; pero quien no lucha, ya ha perdido.

La crítica al capitalismo en el cristianismo de liberación se realiza también como crítica a la idolatría. ¿Se ha asumido esa crítica en las iglesias de diversos continentes?

La crítica del cristianismo de la liberación a la idolatría del capital y del mercado es profundamente radical. Fusiona la crítica de los profetas del Antiguo Testamento a los cultos idólatras, con sus exigencias de sacrificios humanos, y la critica marxista al fetichismo de la mercancía. Marx denuncia al Capital como Baal o Moloch, ídolos a los cuales se hacen sacrificios de vidas humanas. Enrique Dussel, filósofo y teólogo de la liberación, ha analizado este tema de forma muy interesante en su libro Las metáforas teológicas de Marx. 

En los años setenta del siglo XX esta crítica estuvo presente en los documentos y la enseñanza de importantes sectores de las iglesias latinoamericanas, en especial en Brasil. Aparece también, pero de forma mas limitada, en otros países del Sur (Filipinas, Corea del Sur) o de Europa (Francia). Pero con el pontificado de Juan Pablo II esta vertiente anticapitalista en las iglesias latinoamericanas fue condenada, marginada y reprimida por el Vaticano. No se puede olvidar el intento de silenciar a Leonardo Boff y la denuncia por el Santo Oficio (Ratzinger) de la teología de la liberación como peligroso error. Con la elección de un Papa latinoamericano, Bergoglio, esta situación está empezando a cambiar.

Llama la atención que prestes una atención tan intensa al análisis de la religión, dada tu trayectoria marxista y trotskista. ¿Consideras que el cristianismo de liberación es una fuente importante de inspiración e impulso para la izquierda transformadora? ¿Te distancias de otros intelectuales, dirigentes y militantes de las izquierdas que no le conceden relevancia? 

Tengo mucho respeto por la figura de Trotsky, pero mi principal referencia política, desde mi juventud en Brasil hasta hoy, ha sido Rosa Luxemburgo. Esta gran pensadora y luchadora marxista, mártir del socialismo, asesinada hace cien años por sicarios paramilitares alemanes, es autora del ensayo “Iglesia y socialismo”. En él presenta un argumento original: nosotros, los socialistas, somos los verdaderos herederos de los primeros cristianos, de los Padres de la Iglesia, críticos implacables de la injusticia social y del poder corruptor del dinero. Las Iglesias que se han alineado con la burguesía en contra del movimiento obrero, han traicionado este mensaje inicial del cristianismo.

Lo que ha pasado en América Latina a partir de los años sesenta del siglo XX es algo nuevo: el cristianismo de la liberación - en el cual participan también sectores del clero, de las órdenes religiosas y hasta obispos- se ha situado abiertamente en el campo de los oprimidos y sus luchas de emancipación. Sin el cristianismo de la liberación no se puede explicar el surgimiento de un nuevo movimiento obrero y campesino en Brasil a partir de los años setenta del siglo XX, las revoluciones centroamericanas de los años ochenta, o el levantamiento zapatista en Chiapas en 1994.

Con algún retraso, la izquierda latinoamericana se ha dado cuenta de la importancia de ese fenómeno, aunque se mantienen resistencias en ciertos sectores más dogmáticos en nombre del ateísmo científico.

La izquierda debe tratar con respeto las convicciones religiosas y considerar a los militantes cristianos de izquierda como parte esencial del movimiento de emancipación de los oprimidos. La teología de la liberación nos enseña también la importancia de la ética en el proceso de concienciación y la prioridad del trabajo de base con las clases populares, en sus barrios, iglesias, comunidades rurales y escuelas.

Además, los cristianos radicales son un componente esencial de los movimientos sociales del Sur y de las asociaciones europeas de solidaridad con las luchas en los países empobrecidos. Estos cristianos aportan una contribución importante a la elaboración de una nueva cultura internacionalista.

Nos ha llamado la atención la valoración muy positiva que haces en tu libro de personajes que han dado gran importancia a la religión como, por ejemplo, los marxistas Walter Benjamin y José Carlos Mariátegui. ¿Qué aspectos de los escritos de estos dos autores sobre esta cuestión tienen mayor actualidad?

Walter Benjamin, judío de cultura alemana, y José Carlos Mariátegui, peruano, representan dos visiones disidentes en el campo del marxismo tradicional. Ambos pertenecen a universos geográficos, culturales e históricos muy diferentes, y cada uno ignoraba los escritos del otro. Walter Benjamin no conocía nada sobre el marxismo latinoamericano y Mariátegui conocía bien la cultura marxista europea, pero no leía alemán. A pesar de esta distancia, tienen muchos elementos comunes. Ambos comparten una crítica romántica de la civilización occidental moderna y un rechazo del dogma del progreso en la historia.

Tienen también otras convergencias: una adhesión poco ortodoxa a las ideas comunistas, simpatía por Trotsky, gran interés por la obra de Georges Sorel, verdadera fascinación por el surrealismo y una visión “religiosa” del socialismo. Esta afinidad es aún más asombrosa porque, como hemos señalado, no hay ninguna influencia de uno sobre el otro. Ellos contribuyeron a repensar en nuevos términos el curso de la historia, la relación entre pasado, presente y futuro, las luchas emancipadoras de los oprimidos y la revolución.

Una de sus herejías más notables respecto al marxismo clásico es efectivamente la reflexión sobre la dimensión “religiosa” del socialismo. Walter Benjamin en sus Tesis Sobre el concepto de historia (1940) propone una alianza entre la teología mesiánica y el materialismo histórico: solo juntos podrán vencer a su adversario, el fascismo. Por su parte, José Carlos Mariátegui, en su ensayo El hombre y el mito escribía lo siguiente: “La emoción revolucionaria (…) es una emoción religiosa. Los motivos religiosos se han desplazado del cielo a la tierra. No son divinos; son humanos, son sociables”. Pienso que Mariátegui y Walter Benjamin nos ayudan a entender el cristianismo de la liberación, tanto en el pasado como en su posible futuro.

Una parte de tu libro aborda las relaciones entre cristianismo de liberación, ecosocialismo y anticapitalismo. ¿Qué piensas de la posición del Papa Francisco en el ámbito de la ecología?

La encíclica Laudato Si´ es una contribución de extraordinaria importancia para el desarrollo a escala planetaria de una conciencia ecológica. Para el Papa Francisco, los desastres ecológicos y el cambio climático no son el resultado simplemente de comportamientos individuales, sino de los actuales modelos de producción y de consumo. Bergoglio no es un marxista y la palabra capitalismo no aparece en la encíclica. Pero queda muy claro que para él los dramáticos problemas ecológicos de nuestra época son el resultado de “los engranajes de la actual economía globalizada”, engranajes que constituyen un sistema global. Es, según sus palabras, un sistema de relaciones comerciales y de propiedad estructuralmente perverso”.

¿Cuáles son, según el Papa Francisco, estas características “estructuralmente perversas”?. Ante todo, es un sistema en el cual predominan “los intereses limitados de las empresas” y “una cuestionable racionalidad económica”, una racionalidad instrumental que tiene por único objetivo el maximizar la ganancia. Afirma este Papa: “el principio de maximización de la ganancia, que tiende a aislarse de toda otra consideración, es una distorsión conceptual de la economía: si aumenta la producción, interesa poco que se produzca a costa de los recursos futuros o de la salud del ambiente”. Esta distorsión, esta perversidad ética y social, no es propia de uno u otro país, sino de un “sistema mundial, donde priman una especulación y una búsqueda de la renta financiera que tienden a ignorar todo contexto y los efectos sobre la dignidad humana y el medio ambiente. Así se manifiesta que la degradación ambiental y la degradación humana y ética están íntimamente unidas”. Son citas textuales. Pienso que queda claro su pensamiento en el que relaciona capitalismo, destrucción medioambiental y ecología.

Publicado en la revista Éxodo, nº Abril (2019)

https://www.elviejotopo.com/topoexpress/cristianismo-de-liberacion-ecologismo-y-anticapitalismo/

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martes, 4 de junio de 2019

JULIAN ASSANGE, PARA VERGUENZA DE PERIODISTAS INDECENTES, SI TUVIERAN VERGüENZA, SI NO, NADA



La interminable manipulación procesal del caso de Julian Assange
 
La ley no tiene nada que ver

Rebelión
04.06.2019

Traducido para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo

Fotografía: Elekhh, Creative Commons
 
Es asombroso que sigamos oyendo decir, a personas bien informadas y por lo demás razonables, que Julian Assange “huyó de las acusaciones de violación formuladas contra él por la justicia sueca escondiéndose en la embajada ecuatoriana en Londres”. 

Esa breve frase encierra al menos tres errores factuales. En realidad, solo podría repetirla quien haya estado escondido bajo una roca los últimos años o que base su opinión sobre Assange en lo que sobre él han vertido los medios corporativos, que para el caso es lo mismo, incluyendo publicaciones supuestamente liberales como el Guardian o la BBC.

El pasado fin de semana, un editorial de The Guardian –la voz oficial del periódico y probablemente la sección más analizada por altos ejecutivos– publicaba la siguiente afirmación completamente falsa:
“Luego están las acusaciones de violación a las que se enfrenta el señor Assange en Suecia a causa de las cuales buscó refugio en la embajada de Ecuador”.
El hecho de que The Guardian –supuestamente el mayor defensor de los valores liberales de los medios británicos– pueda hacer esta afirmación cuajada de errores después de casi una década cubriendo el caso de Assange es simplemente alucinante. Y que la haga días después de que Estados Unidos finalmente admitiese querer encerrar a Assange 175 años por falsas acusaciones de “espionaje” –algo que cualquiera que no esté voluntariamente ciego siempre ha sabido que entraba en los planes de Estados Unidos– es todavía más escandaloso.

Assange no se enfrenta a ninguna acusación en Suecia, y menos aún a la de “violación”. Como explicaba recientemente el antiguo embajador británico Craig Murray, el Guardian ha estado engañando a sus lectores al afirmar falsamente que el procedimiento iniciado por un fiscal sueco para extraditar a Assange –aunque la iniciativa no haya sido aprobada por la judicatura sueca– equivale a su arresto por acusaciones de violación. Y no, no tiene nada que ver.

Tampoco Assange buscó asilo en la embajada para evadir la investigación sueca. Ningún Estado del mundo concede asilo político a un extranjero para evitar un juicio por violación. El asilo se concedió por razones políticas. Ecuador, con razón, dio crédito a Julian Assange cuando este manifestó su preocupación porque EE.UU. intentara su extradición y lo encerrara de por vida.
Las noticias más recientes, por supuesto, han vuelto a dar la razón a Assange.

Atrapados en la mentalidad borreguil

El hecho de que muchas personas corrientes sigan cometiendo estos errores básicos tiene una explicación obvia: los medios corporativos siguen incurriendo en dichas falsedades.

No se trata del tipo de errores que pueden explicarse aludiendo a lo que un periodista llamó “churnalism”: los periodistas que buscan noticias de última hora en oficinas mermadas por los recortes presupuestarios y que están demasiado sobrecargados de trabajo para cubrir las historias como es debido.

Los periodistas británicos han tenido tiempo para entender los hechos, muchos años. En esta época de redes sociales, tanto lectores como activistas han bombardeado a los redactores del Guardian y de la BBC con mensajes porque estaban falseando los hechos en el caso de Assange. Pero los periodistas continúan haciéndolo, de todos modos. Están atrapados en una mentalidad borreguil completamente alejada de la realidad.

En lugar de escuchar a los expertos, o al sentido común, estos “periodistas” siguen regurgitando los puntos de vista del aparato de seguridad británico, que son tan ciertos como idénticos a los de la seguridad del Estado de EE.UU.

Lo que resulta más sorprendente en la cobertura de este caso es la enorme cantidad de anomalías legales que encierra, y que se han venido acumulando sin descanso desde sus inicios. Prácticamente nada ha funcionado según el reglamento de los procedimientos legales. Y sin embargo, este hecho tan revelador nunca se pone de manifiesto ni se comenta en los medios corporativos. Hay que tener una ceguera del tamaño de Langley, Virginia (1) para no darse cuenta.

Si Assange no fuese el fundador y portavoz de Wikileaks, si no hubiese puesto en evidencia a los principales estados occidentales y a sus líderes al divulgar sus secretos y crímenes, si no hubiera creado una plataforma que permite a los denunciantes de conciencia revelar los atropellos del poder establecido occidental, si no hubiera socavado el control que dicho poder ejerce sobre la difusión de información, nada de lo que ha pasado en los últimos diez años habría tenido lugar.

Si Assange no hubiera sido el artífice de una revolución de la información que atenta contra la matriz narrativa creada al servicio del Estado de seguridad de EE.UU., las dos mujeres suecas –insatisfechas con el comportamiento sexual de Assange– habrían conseguido exactamente lo que dijeron que querían en su declaración como testigos: presión de las autoridades suecas para que se hiciera una prueba de VIH que las tranquilizara.

Se le habría permitido volver a Reino Unido (como de hecho le permitió el fiscal sueco) y habría continuado desarrollando y redefiniendo el proyecto Wikileaks. Eso nos habría ayudado a ser más conscientes de cómo nos manipulan, no solo nuestros servicios de seguridad, sino también los medios corporativos que tan a menudo actúan como sus portavoces.

Y esa es precisamente la razón por la que eso no ocurrió y por la que Assange ha permanecido detenido de diversas maneras desde 2010. Desde entonces, su capacidad para cumplir con su papel de divulgador de delitos del Estado de alto nivel ha sido progresivamente mermada, hasta el punto de que tal vez no pueda volver a supervisar y dirigir Wikileaks nunca más.

Por el momento, su situación actual –encerrado en la prisión de alta seguridad de Belmarsh, en régimen de aislamiento y privado de acceso a un ordenador y a cualquier contacto significativo con el mundo exterior– se basa exclusivamente en el hecho de que cometió una infracción menor, al quebrantar su libertad bajo fianza. Prácticamente ninguna otra persona que comete dicha infracción es procesada, y mucho menos encerrada por tiempo prolongado.

Así que vamos a enumerar una lista incompleta de algunas de las anomalías más flagrantes cometidas en la persecución legal contra Assange, elaborada con la ayuda de las investigaciones llevadas a cabo por John Pilger, Craig Murray y Caitlin Johnstone. Si las tomamos por separado, podríamos pensar que no son tan graves, pero en su conjunto son la prueba abrumadora de que el objetivo no fue nunca hacer cumplir la ley. Desde el comienzo, Assange se enfrentó a una persecución política.

Sin autorización de la autoridad judicial
A finales del verano de 2010, ninguna de las dos mujeres denunciaron a Assange de violación en su declaración policial. Cuando averiguaron que Assange se había acostado con ambas con pocos días de diferencia, fueron juntas a comisaría para que se le obligara a hacerse una prueba del VIH. Una de ellas, SW, se negó a firmar la declaración cuando se dio cuenta de que la policía pretendía acusarle de violación. La investigación relacionada con la segunda mujer, AA, fue por un abuso sexual específico en la legislación sueca. El condón entregado por ella, alegando que Assange lo había roto durante la relación sexual, resultó que no contenía indicios de ADN de Assange ni de ella misma, lo que redujo su credibilidad.
Las estrictas leyes suecas que protegen a los sospechosos durante las investigaciones preliminares fueron quebradas por los medios de comunicación para calumniar a Assange presentándole como violador. Como respuesta, la fiscal jefe de Estocolmo, Eva Finne, se hizo cargo y cerró rápidamente la investigación: “No creo que exista razón alguna para sospechar que haya cometido violación”. Posteriormente concluía diciendo: “No hay ninguna sospecha de que haya cometido delito alguno”.
El caso fue reavivado por otra fiscal, Marianne Ny. A causa de ello Assange fue interrogado y pasó más de un mes en Suecia esperando. Entonces los fiscales le comunicaron que podía viajar a Reino Unido con total libertad porque no creían que cualquier infracción que hubiera podido cometer fuera lo suficientemente grave como retenerlo en Suecia. Pero, al poco tiempo, Interpol emitió una “notificación roja”, una orden de búsqueda que habitualmente se reserva para terroristas y criminales peligrosos.
El tribunal supremo de Reino Unido aprobó en 2010 su extradición a Suecia basándose en los términos de la euroorden, a pesar de que esta no estaba firmada por una “autoridad judicial”, sino solo por la fiscal sueca. Los términos del acuerdo de la euroorden fueron modificados por el gobierno británico poco después de la mencionada aprobación de extradición para asegurar que nunca volviera a producirse ese tipo de abusos legales.
Además, el tribunal supremo británico aprobó la extradición a pesar de que las autoridades suecas se negaron a asegurar que no sería extraditado a Estados Unidos, donde un gran jurado ya estaba formulando en secreto acusaciones draconianas contra él, según la Ley de Espionaje. Estados Unidos se negó asimismo a asegurar que no pedirían su extradición.
En estas circunstancias, Assange acudió a la embajada ecuatoriana en Londres en el verano de 2012 para solicitar asilo político. Eso ocurrió después de que la fiscal sueca, Marianne Ny bloqueara la posibilidad de que Assange recurriera al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Australia no solo negó a Assange cualquier ayuda durante su prolongado calvario, sino que la primera ministra Julia Gillard llegó a amenazar con despojarle de su ciudadanía, Hasta que se le señaló que ninguna ley australiana le permitía hacer tal cosa.
Gran Bretaña, mientras tanto, no solo rodeó la embajada con una gran fuerza policial (todo ello con dinero público) sino que William Hague, secretario de asuntos exteriores, amenazó con romper la Convención de Viena y violar el territorio diplomático ecuatoriano enviando a la policía para que le detuviera en la embajada.
Seis años dilatando el caso
Aunque Assange seguía formalmente siendo objeto de investigación, Ny se negó a viajar a Londres para interrogarlo, a pesar de que los fiscales suecos utilizaron dicho procedimiento en Gran Bretaña 44 veces durante el periodo en que se negó ese derecho a Assange.
En 2016, el grupo de expertos del Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre la Detención Arbitraria, que determina si los gobiernos cumplen con sus obligaciones en derechos humanos, dictaminó que Assange había sido ilegalmente detenido por Gran Bretaña y por Suecia. Aunque ambos países participaron en la investigación de la ONU y habían apoyado las decisiones del tribunal cuando se había condenado a otros países por violar los derechos humanos, ignoraron por completo su dictamen a favor de Assange. El secretario de exteriores británico, Phillip Hammond, mintió descaradamente al declarar que el grupo de la ONU estaba “formado por legos, no por abogados”. Lo cierto es que el tribunal está compuesto por expertos de primera fila en derecho internacional, lo que demuestran sus respectivos currículos. No obstante, dicha mentira se convirtió en la respuesta oficial británica al dictamen de la ONU. Los medios británicos tampoco se preocuparon por contar la verdad. Un editorial del Guardian desestimó el veredicto calificándolo de “un recurso publicitario”.
Finalmente, en noviembre de 2016, la fiscal Ny transigió y aceptó entrevistarse con Assange en Londres, tras seis años de marear la perdiz. Pero impidió que el abogado de Assange estuviera presente. Fue una grave irregularidad por la que Ny tuvo que responder en mayo de 2017 ante un juez sueco. Según parece, en lugar de enfrentarse a esas cuestiones, Ny decidió cerrar la investigación contra Assange ese mismo día.
De hecho, la correspondencia posteriormente revelada en virtud de la ley de libertad de información británica muestra que la fiscalía de aquel país (el servicio de enjuiciamientos de la corona, o CPS) presionó a la fiscal sueca para que no acudiera a entrevistar a Assange a lo largo de 2010 y 2011, creando así el estancamiento de la situación en la embajada.
Asimismo, el CPS destruyó la mayor parte de la correspondencia incriminatoria para eludir los requerimientos de la ley de libertad de información. Los pocos correos electrónicos que consiguieron salir a la luz fue porque se salvaron accidentalmente de la orgía destructiva. Aún así, dichos correos son suficientemente contundentes. Muestran que Suecia quiso cerrar el caso en 2013 pero se vio sometida a una fuerte presión por parte de las autoridades británicas para que mantuviera la petición de extradición. Hay correos de la CPS en los que se lee: “No se atrevan a cerrar el caso”. O, el más revelador de todos: “Por favor, no piensen que debemos tratar este caso como cualquier otra extradición”.
También salió a la luz que la fiscal Ny había borrado un correo procedente del FBI.
A pesar de que Ny interrogó a Assange a finales de 2006, no lo acusó posteriormente en rebeldía, opción que Suecia podría haber tomado si pensara que tenía suficientes pruebas incriminatorias.
Cuando Suecia retiró sus cargos contra Assange, sus abogados intentaron (durante todo el año pasado) que Gran Bretaña retirara a su vez la orden de detención por el burlar la libertad bajo fianza. Tenían buenos argumentos para ello, tanto porque los motivos para su libertad vigilada habían desaparecido, al retirar Suecia la demanda, como porque Assange tenía motivos justificados para buscar asilo dado el claro interés de Estados Unidos por extraditarle y encerrarle de por vida por delitos políticos. Además, sus abogados podían defender convincentemente que el tiempo que había pasado confinado, primero bajo arresto domiciliario y luego en la embajada, era muy superior al que, en todo caso, tendría que haber pasado en las cárceles británicas por no cumplir con la libertad bajo fianza. No obstante, la jueza Emma Aburnoth rechazó los argumentos legales del equipo de Assange. No era una observadora imparcial. En realidad, en un mundo como dios manda debería haberse recusado a sí misma, al estar casada con un prominente miembro del gobierno, que además fue socio de negocios del anterior director del servicio de inteligencia MI6, la versión británica de la CIA.
Los derechos legales de Assange volvieron a ser flagrantemente violados la última semana de mayo, con la connivencia de Ecuador y Reino Unido, cuando se permitió a los fiscales estadounidenses incautar los objetos personales de Assange sin que sus abogados y funcionarios de la ONU pudieran estar presentes.
Tiempos oscuros para la información

Incluso ahora, cuando Estados Unidos prepara la acusación para encerrar a Assange por el resto de sus días, muchas personas se niegan a atar cabos. Chelsea Manning ha sido encarcelada en repetidas ocasiones y ahora debe hacer frente a ruinosas multas por cada día que se niegue a testificar contra Assange, tal y como pretende desesperadamente Estados Unidos, para apuntalar las falsas acusaciones de espionaje contra él. En la Edad Media, las autoridades eran más honestas: acudían directamente a la tortura.
En 2017, cuando el resto de los medios de comunicación pretendían que el meollo del asunto era que Assange quería eludir la “justicia” de Suecia, John Pilger señalaba:
En 2008, un documento secreto del Pentágono preparado por el grupo evaluador del servicio de cibercontrainteligencia predijo un detallado plan para desacreditar a Wikileaks y difamar a Assange como individuo. La “misión” era destruir la “confianza” creada alrededor de Wikileaks. Ello se conseguiría con amenazas de `denuncias públicas y acciones penales’. El objetivo era silenciar y criminalizar a una fuente tan impredecible de comunicación de la verdad…”
Según comunicaciones diplomáticas australianas, el intento de Washington ´no tiene precedentes en su escala ni en su naturaleza´…
El Departamento de Justicia de EE.UU. ha elaborado acusaciones de “espionaje”, “conspiración para cometer espionaje”, “robo de propiedad del Estado”, “fraude y abuso informático” (pirateo de archivos) y “conspiración” general”. La Ley de Espionaje, que fue promulgada para frenar a pacifistas y a objetores de conciencia durante la Primera Guerra Mundial, prevé penas de cadena perpetua y de muerte…
En 2015, un tribunal federal de Washington bloqueó la difusión de cualquier información sobre la investigación de “seguridad nacional” en torno a Wikileaks, porque “estaba abierta y en marcha” y podría perjudicar “la acusación pendiente” contra Assange. La jueza Barbara J. Rothstein afirmó que era necesario mostrar “la deferencia adecuada al ejecutivo en materias de seguridad nacional”. Esto no es un tribunal serio.
Toda esta información ha estado disponible para cualquier periodista o medio de comunicación que se molestara en buscarla y deseara publicarla. Y, sin embargo, ningún medio corporativo ha actuado con el rigor necesario en los últimos nueve años. En lugar de eso, se han dedicado a sostener toda una serie de narrativas estatales disparatadas diseñadas para mantener a Assange entre rejas y enviarnos al resto de nosotros de vuelta a los tiempos oscuros de la información.
 
Nota: Langley, Virginia, ciudad dormitorio de Washington DC, es la sede de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y suele utilizarse como metonimia de la CIA.
Jonathan Cook es un periodista británico que reside en Nazaret desde 2001. Es autor de tres libros sobre el conflicto israelí-palestino. Ha sido galardonado con el Premio Especial de Periodismo Martha Gellhorn. Su sitio web y su blog se encuentran en: www.jonathan-cook.net 


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DADME LA MANITA, PePe LUISES; QUE ESTOY MU EREliado.TOMA LA MÍA, QUE EL PP Y LA UNIDAD DE ESPAÑA ES UNO; LA MÍA TAMBIÉN, QUE EL C´s CONTRA EL INDEPENDENTISMO CATALÁN, LA HOSTIA, TIO; Y LA MÍA, QUE VOX ES EL PALADIN CONTRA EL COMUNISMO Y EL MARXISMO, ¡VIVA ESPAÑA Y VIVA LA LEGIÓN! (UN MOTIVO MÁS PARA QUE MUCHACHAS Y MUCHACHOS DIRIGENTES DE UNIDAS PODEMOS, SE DEJEN DE GILIPOLLECES Y SE EMPIECE CON EL ANALISIS DE LO QUE TIENE QUE SER UN PARTIDO DE IZQUIERDAS)



El nuevo gobierno de la Junta (PP-C´s-VOX) se alinea con las tesis del PSOE en la juicio de los EREs

Por Carlos Ríos / La Otra Andalucía
Kaosenlared
03.06.2019



Perro no come carne de perro. El nuevo gobierno de la Junta (PP-C’s-Vox) se ha alineado con las tesis que el ex presidente de la Junta José Antonio Griñán ha mantenido en el juicio de la pieza política de los ERE. La cuestión podría considerarse lógica con el anterior Gobierno socialista de Susana Díaz, que en […]

Perro no come carne de perro. El nuevo gobierno de la Junta (PP-C’s-Vox) se ha alineado con las tesis que el ex presidente de la Junta José Antonio Griñán ha mantenido en el juicio de la pieza política de los ERE.
 
La cuestión podría considerarse lógica con el anterior Gobierno socialista de Susana Díaz, que en su momento solicitó el archivo de la macrocausa del denominado “procedimiento específico” de los ERE por el que han sido enjuiciados los ex presidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán, junto a 6 ex-consejeros (Gaspar Zarrías, Magdalena Álvarez, Francisco Vallejo, Carmen Martínez Aguayo, José Antonio Viera y Antonio Fernández) y a 14 altos cargos de la Junta. Todos ellos acusados de prevaricación y malversación de fondos por haber desviado unos 855 millones de euros de dinero público desde 2000 a 2011. Lo que resulta más llamativo es que seis meses después del cambio de peones de la oligarquía en el Palacio de San Telmo y de que acabara el juicio de los ERE la Junta de Andalucía haya avalado las tesis del PSOE respecto a que los beneficiarios de las ayudas sociolaborales son los ex trabajadores y no las empresas para las que trabajaban antes de acogerse a esos Expedientes de Regulación de Empleo.

El caso viene a demostrar como los distintos representantes de la burguesía andaluza y la oligarquía estatalista escenifican desacuerdos en cuestiones de poca importancia para coincidir en la defensa de los intereses de la burguesía frente al Pueblo Trabajador Andaluz. En este caso el abono de pólizas con dinero público a los trabajadores que debían de haber sido abonadas por las empresas para las que trabajaban.

Las contradicciones entre las distintas facciones políticas que aspiran a controlar el gobiernillo de la Junta y a gestionar nuestra dominación -apropiándose los beneficios que esta actividad traidora a Andalucía proporciona a aquellos que la practican- motivaron la apertura de las investigaciones judiciales. Ahora, una vez producido el cambio de gobierno, parece que interesa cerrar el caso ERE cuanto antes.

En Andalucía la corrupción une la necesidad de la burguesía de mantener el dominio colonial y la explotación del Pueblo Trabajador Andaluz con aquellos individuos que están dispuestos a asegurar ese dominio. Un dominio que a lo largo de la historia nacional andaluza se ha ejercido unas veces de forma legal y otras veces (la inmensa mayoría de ellas) violando las leyes y acuerdos que establecía la nobleza conquistadora primero y luego la burguesía españolista. El caso “EREs” como otros tantos ha venido a reflejar una realidad: la forma en la que el Estado español coloniza en la actualidad al Pueblo Trabajador Andaluz requiere de tal grado de corrupción que entra en contradicción y es sancionable por la propia legalidad española. Hasta el punto de que esta corrupción sea insostenible incluso para una democracia neofranquista como la española.

La cuestión aparece ampliamente tratada en el escrito de la Junta presentado en la macrocausa de los avales de IDEA aunque haya intentado ser silenciada con insistencia por el Gobierno andaluz. En ese escrito, los abogados del gabinete jurídico señalan que la financiación de las pólizas de prejubilación por parte de la Junta en ves de ser abonadas por la empresa “instituyen en beneficiario de la ayuda al trabajador despedido y no a la empresa”, en contra de lo que sostienen en su informe pericial los peritos de la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE).

Por su parte, el representante de la IGAE Ángel Turrión mostró su disconformidad con el perito de Griñán y señaló que el acuerdo alcanzado en el ERE establece una indemnización, lo que supone la “exclusión de cualquier otra indemnización” por parte de la empresa.

Carlos Ríos para La Otra Andalucía

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lunes, 3 de junio de 2019

Carlos Puebla 1969 - Cronología Musical De La Revolución Cubana

PARA LA CRITICA DE UNIDAS PODEMOS. PUBLICADO EN LA REVISTA EL POLLO URBANO DE ZARAGOZA (ESPAÑA)

 

Notas para la crítica y debate de Unida Podemos 


Por Manuel Sogas
Coresponsal del Pollo Urbano en República Dominicana

    El fantasma que hoy recorre todo el mundo capitalista es el del simplismo mental y la unilateralidad, cuyos elementos constituyen, según Ortega y Gasset, la esencia del fascismo.
   Así, pues, el fascismo no consiste en una simple palabra o un exabrupto. Tampoco un individuo envuelto e una bandera, que hasta es posible que ni siquiera haya jurado defenderla, lanzando disparates como un energúmeno contra el comunismo, que no sabe ni lo que significa, y contra los separatismos nacionales.

    De esta simpleza mental y unilateralidad, de la no quedan exentos algunos que se autoproclaman pertenecientes a la izquierda por tan solo apelar a ella, se podrían extraer elementos que contribuirían a explicar la indigencia mental y chabacanería social que imperan en muchos órdenes de la vida incluida la política.

   En base a ello las políticas favorables a los intereses del capital avanzan y se consolidan, mientras que las políticas de izquierdas, favorables a los intereses de los trabajadores y contrarios a los intereses del capital, pierden terreno a marchas forzadas, incluidos gran número de trabajadores a los que les suena  música celestial.

   ¿Qué otros elementos de fondo, además de la alienación personal y social que produce el modo de producción capitalista, podrían explicar mejor el avance de los partidos de derechas en toda Europa que han evidenciado las últimas elecciones europeas? ¿Cómo explicar que millones de trabajadores que han perdido derechos y ven como paulatinamente van empeorando sus condiciones de vida, voten masivamente a partidos de derechas en todas sus variantes que defienden abiertamente (si bien escondidos en palabrería bien sonante) el modo de producción capitalista  que es el causante del empeoramientos de sus vidas, y que paradójicamente, en el colmo del cinismo, proponen para mejorar las condiciones de vida las mismas políticas causantes del empeoramiento?

   Estos dos datos delimitan suficientemente el marco socio-económico general amplio  en el que  se han producido las elecciones del 28-M con los resultados conocidos y claramente desfavorables para los partidos de izquierdas, y más en concreto en lo que respecta a Unidas Podemos. Estos datos deberían (que no acaban e aparecer súbitamente con las elecciones referidas, sino que se han venido gestando durante las últimas décadas) constituir por sí solos razones suficientes como para replantear teóricamente el papel práctico que debe ejercer el Partido, tanto interiormente, orgánicamente, como exteriormente, dado que siendo justos los planteamientos hechos a la sociedad, no han resultado votados mayoritariamente por la misma, lo que por lo menos indica que no han sido entendidos, y si no han sido entendidos por la sociedad quiere decir que no se ha tenido ni siquiera la capacidad política de explicar lo que se pretendía hacer porque resultaría inverosímil que la sociedad no quiera votar aquello que le interesa prefiriendo lo que no le interesa.

   Afirma Alberto Garzón que “Los resultados son malos para nuestro espacio político”, lo que es más que evidente, pero sin embargo convendría matizar esta afirmación, porque,  efectivamente, han sido malos, excepto en las municipales de Cádiz y Zamora, por lo que habría que plantearse y preguntar a los compañeros de estas dos ciudades qué han hecho o, que no han hecho, para poder representar la excepción positiva en el resultado electoral general de Unidas Podemos en el resto del Estado español. Y, muy especialmente, a los compañeros de Cádiz, dado que en Andalucía fue donde en las pasadas elecciones autonómicas tomó cuerpo formal institucional el neofascismo de VOX.

    Afirma Alberto Garzón que esta situación no “es la consecuencia de las habilidades y prácticas de seres individuales dotados de gran o escasa inteligencia.” Siendo cierto que las consecuencias del mal resultado electoral no puede ser atribuido exclusivamente al comportamiento personal de nadie en particular, no deja de ser menos cierto que determinados comportamientos de los responsables políticos, aun cuando sean de tipo personal y absolutamente al margen de los presupuestos políticos del partido, sí se pueden transformar en elementos políticos que puestos en manos de la reacción política sirven para levantar campañas de desprestigio social y político contra el partido. Varios dirigentes del partido han protagonizados casos personales como los que acaban de ser mencionados, que sin que se puedan calificar expresamente como los causantes del mal resultado electoral, si cabe decir que, cuando menos no lo han favorecido.

    Excluido pues los comportamientos personales como razones explicativas delº retroceso electoral sufrido, las causas, como afirma Alberto Garzón hay que buscarlas, “sin restar importancia a lo anterior, por factores de fondo más vinculados a trayectorias de medio plazo”. Factores de fondo que urge descubrir para determinar sus causas y el proceso que los han desarrollado a fin de poderlos erradicar.

   “Necesitamos un debate sereno para preguntarnos el «porqué» de estas dinámicas aquí descritas.” Afirmación de Alberto Garzón que a todas luces resulta incuestionable, que sigue diciendo: En mi opinión, es posible que en este momento no se den las condiciones económicas que «permitan» la existencia de una izquierda transformadora tan potente como la que hemos visto en los últimos años, lo que obliga a reconfigurar el espacio político a partir de una nueva y mejor articulación entre los diversos actores que conformamos el mismo.”

   A esta última afirmación de Alberto Garzón es preciso señalar una observación  de no poca monta, al considerar “las condiciones económicas”  el único elemento explicativo de la situación de “este momento”, lo que constituye un error de bulto en el diagnóstico como veremos a continuación, y siendo ello así, no es difícil intuir y prever que cualquier política establecida en base a un diagnóstico no puede constituir más que otro error.

    La economía, lo económico, constituye el eje central de la teoría marxista, y es el elemento esencial explicativo, en última instancia, de cualquier sociedad o momento histórico. Pero la economía, lo económico, por s solo no existe, porque siempre se da en unas condiciones políticas e ideológicas. De modo que lo económicos; lo político y lo ideológico, son los tres elementos que formando una unidad inseparable configuran cualquier sociedad o momento histórico de que se trate. Esto aspectos no los menciona Alberto Garzón, de ahí el error.

    Que lo económico sea lo esencial no significa que pueda anular en ningún caso ni a lo político ni a lo ideológico por la ya dicho: los tres elementos configuran una unidad inseparable. Lo que de hecho ocurre es que en cada momento concreto del que se trate, uno de ellos se puede presentar como prevalente sobre los otros dos, pero sin que pueda anularlos. Ello se ve tan pronto como se le preste atención a la realidad social o política.

    Así, no es difícil observar como miles, cientos de miles o millones de votos pasan de unas formaciones políticas a otras con absoluta normalidad, sin que en ninguna de ellas se hubiera producido un eventual y previo cambio en sus planteamientos políticos que pudiera justificar ni el aluvión de votos recibidos ni el aluvión de votos que se les escapa en momentos determinados.

    Por tanto, esta variabilidad en el sentido del voto no se explica por posturas racionales basadas en la conciencia política del individuo que vota que le induce al cambio del sentido del voto, sino por motivaciones subjetivas, es decir, por motivaciones ideológicas, entendiendo por ideología, la forma particular en la que cada cual se representa la realidad, en función de su propia experiencia personal, gustos, deseos, intereses, miedos, esperanzas…

    Este subjetivismo o postura ideológica no solo se observa en el momento del voto, sino también en el comportamiento habitual generalizado entre los militantes o afiliados de los respectivos partidos, los cuales atribuyen al dirigente propio todas las virtudes morales habidas y por haber, aunque no haya demostrado ninguna, mientras al dirigente del partido contrario le guardan todos los defectos y vicios, aunque no tenga ninguno de los que le atribuyen. Y por lo que respecta a la relación política entre los afiliados o simpatizantes de partidos políticamente opuestos, por lo general, se sustenta mediante el insulto y la descalificación entre ellos.

   Por tanto, estamos en un momento presidido por lo ideológico que parece sobrepuesto sobre lo económico y lo político, sin que estos dos últimos elementos queden anulados, como ya se ha indicado.

   En consecuencia, la afirmación de Alberto Garzón de que “… no se den las condiciones económicas que «permitan» la existencia de una izquierda transformadora …”  debería ser reformulada para ser dada por cierta en los siguientes términos: NO SE DAN LAS CONDICIONES IDEOLÓGICAS QUE PERMITAN LA EXISTENCIA DE UNA IZQUIERDA TRANSFORMADORA, es decir, la percepción social mayoritaria (incluso dentro de algunos partidos acusados de extrema izquierda por parte de la derecha) no es precisamente la de la necesidad de realizar ninguna transformación social, a pesar de que las condiciones económicas (que niega o no reconoce Alberto Garzón) para dicha transformación social, como necesidad histórica y no por ocurrencia de nadie están dadas desde la crisis de 2008, si bien encubiertas bajo los aspectos ideológicos y políticos, o sea, para la necesaria transformación social están dadas las condiciones objetivas, las económicas, a pesar y en contra de lo que afirma Alberto Garzón,  pero no las subjetivas, que son las que precisamente hay que crear con el trabajo político.

   La crisis de 2008 produce determinados efectos que se traducen en el empeoramiento de las condiciones de vida de cada vez mayores sectores sociales. De esta crisis se culpa a determinados fallos del sistema y actuaciones inmorales de algunos de sus dirigentes y administradores, pasando por alto su verdadera causa: la dinámica interna del funcionamiento del modo de producción capitalista, encubierto con diferentes eufemismos, uno de ellos el liberalismo o neoliberalismo.

   La crisis de 2008 como todas las crisis habidas en el capitalismo anteriormente se percibe por los efectos que produce, es decir, por los sentidos, y como todas las crisis capitalistas no se resuelve más que creando las condiciones de la siguiente crisis, que al manifestarse abiertamente será más intensa y extensa que la anterior.

     Las políticas que se plantean en la izquierda es la lucha contra los efectos producidos por la crisis, cosa que es perfectamente entendible y deseable: no se puede dejar a nadie sin comida o sin vivienda hasta que las izquierdas lleguen al poder y establezcan un sistema social justo, pero no se cuestiona el modo de producción capitalista (esencia de todos los reformismos, centrismos, transversalidades y otras paparruchas, que lo único que hacen es esconder implícitamente, en el mejor de los casos, su carácter político de derechas) que es el que la origina, ni siquiera se cuestiona teóricamente. Es decir, no se plantea la sustitución del modo de producción capitalista por el nuevo modo de producción socialista que es el que históricamente le corresponde, y por consiguiente no existen planteamientos políticos en este sentido.

    Así, pues, y ateniéndonos a los hechos hemos de manifestar  nuestra postura contraria a la de Albero Garzón, afirmando  que las condiciones objetivas (las económicas) para la existencia de una izquierda transformadora están dadas, y ello por la siguiente razón:

    La crisis de 2008 señala el máximo grado de desarrollo al que el capitalismo puede llegar como elemento de progreso social: el capitalismo financiero, penúltima etapa histórica, entrando a partir de esa fecha en su última etapa histórica: el fascismo financiero, antes de su extinción como modo de producción histórico dominante.

    Esta última aseveración que hoy constituye algo cuantitativo (de cantidad) y que se demuestra perfectamente mediante el desarrollo de la expresión: D – M … P … M´- D´ descubierta y expuesta por Marx desde hace más de un siglo, hay que convertirla en algo cualitativo (de cualidad) para que sea entendido por las amplias mayorías sociales a fin de que se tome conciencia social y política (la conciencia es simplemente el conocimiento objetivo y claro de la cuestión de que se trate) de lo que nos traemos entre manos, de que al política no es simplemente una palabra, sino una palabra, cuyo contenido expresa la relación de fuerzas en la lucha entre el grupo social que vive de su trabajo, que lo constituye la inmensa mayoría de la sociedad, y el grupo minoritario que vive y se enriquece a costa de los que trabajan.

    En esta cuestión debe centrarse la reflexión y el debate sereno que alude Alberto Garzón, que no por sereno deja de ser radial ni profundo, y es del resultado de esa reflexión y debate de donde tiene que surgir el punto de referencia que indique si las actuaciones políticas concretas realizadas son correctas o no, por lo que dicho debate no se puede circunscribir de ninguna manera al limitadísimo grupo de los cuadros dirigentes de Unidas Podemos, sino que se tiene que extender y ampliar (en el peor de los casos a todos los miembros del Partido) a la mayoría de capas sociales posibles. El instrumento material para esta realización ya existe: es el CIRCULO, que es el que tiene que determinar las políticas del Partido, y los dirigentes lo que tiene que hacer es proporcionar medios de conocimiento a todos los miembros del mismo y ceñirse a lo que estos determinen.

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