lunes, 14 de diciembre de 2015

ANDALUCÍA SIN PANDERETAS


ANDALUCIA EN LA SEGUNDA TRANSICIÓN POLÍTICA

Rebelión
14.12.2015
 
Ya nadie duda que estamos en la segunda transición política. Y pocos discuten que está agotada la Constitución del 78, que certificó el paso sin rupturas desde la dictadura franquista a una democracia política, de muy baja intensidad pero suficiente para incorporar al Estado español al entonces Mercado Común Europeo y a la OTAN, que es lo que interesaba a los poderes financieros y económicos. A lo que contribuyeron activamente los partidos considerados de izquierda y los sindicatos mayoritarios, convertidos desde entonces en pilares del sistema.

El régimen del 78 está sumido hoy en una crisis múltiple: del bipartidismo dinástico de la alternancia, con su secuela de clientelismos, corrupciones y puertas giratorias, del “estado de bienestar” por los enormes recortes en los servicios básicos fruto de la sumisión del sistema político a las instituciones financieras, del modelo social por las escandalosas cifras de desempleo, empobrecimiento y exclusión, y del modelo territorial que supuso el llamado estado de las autonomías porque ha quedado obsoleto. La abdicación del propio rey, siendo la monarquía piedra angular del sistema, para intentar evitar el hundimiento descontrolado de este, y el rapidísimo protagonismo de los dos partidos emergentes, Podemos y Ciudadanos, son hechos significativos que certifican que vivimos una segunda transición. En gran medida, el resultado de las elecciones del 20D y las decisiones que tomen tras estas los actualmente cuatro principales partidos –los dos del ya viejo sistema y los dos nuevos- van a condicionar fuertemente el nuevo sistema político.

En esta encrucijada, la debilidad de Andalucía es evidente. Tras romper el diseño de la Constitución del 78, que sólo reconocía como nacionalidades a Cataluña, País Vasco y Galicia –porque habían plebiscitado sus autonomías en la Segunda República-, Andalucía consiguió incorporarse, contra viento y marea, a la “primera división autonómica” tras las masivas manifestaciones del 4 de Diciembre del 77 y el referéndum del 28 de Febrero del 80. Una conquista histórica que no ha tenido apenas traducción práctica porque lo han impedido las propias limitaciones competenciales y el régimen monopartidista que, de hecho, se instauró aquí –el PSOE ha construido un régimen inspirado en el del PRI mexicano- y no ha servido para avanzar ni un milímetro en las diferencias con respecto a las medias españolas y europeas en ninguna dimensión. La dependencia económica incluso se ha agudizado, las desigualdades internas y con respecto a otros pueblos del Estado se han agrandado, nuestra cultura sigue siendo degradada (Canal Sur TV refleja perfectamente la “política cultural” de este régimen) y políticamente no pintamos nada salvo cuando se trata de los intereses del partido dominante.

Ciertamente, no existe hoy, como sería necesario, un movimiento político andaluz con suficiente fuerza para condicionar de forma decisiva a los protagonistas de esta segunda transición, ni el pueblo andaluz tiene, en general, conciencia de lo que estamos jugándonos ya que durante más de tres décadas ha sido cloroformizado eficazmente para que no la tenga. Pero lo que sí podemos es presionar por todos los medios a nuestro alcance para que, sea en el proceso constituyente que debería abrirse o sea en la reforma constitucional a la que muchos quieren reducir este, se parta de que en el Estado español existen cuatro pueblos-naciones –o nacionalidades según la actual Constitución- que en el siglo XX han conquistado legalmente esa identidad política, además de poseer una indudable identidad histórica y cultural. Y que uno de esos cuatro, todos ellos al mismo nivel y con los mismos derechos, es Andalucía. Luego, en un nivel jurídico-constitucional inferior, al menos en el punto de partida, estarían todos los demás pueblos y regiones, que deberían emprender su propio camino si aspiraran un día a homologarse a aquellos.

Hasta ahora, ningún partido estatal –por razones obvias quienes practican el nacionalismo españolista, tanto de derecha como de “izquierda”, y por ignorancia o ceguera política los que sí aceptan la plurinacionalidad del Estado- ha reconocido en sus programas esta realidad. Si alguno afirmara hacerlo, Andalucía tendría que figurar en su propuesta de organización territorial del Estado como uno de los cuatro pueblos-naciones con plenitud de derechos. Porque así lo conquistó en la primera Transición, tras las manifestaciones del 4 de Diciembre, en las urnas el 28 de Febrero. Si no lo hicieran y nos pidieran el voto, estarían tomándonos el pelo y tratando, como los otros, de borrar nuestra reciente y más fecunda historia.

Isidoro Moreno. Catedrático Emérito de Antropología de la Universidad de Sevilla. Miembro de Asamblea de Andalucía.


Publicado en “Tribuna” de Diario de Sevilla y otros diarios andaluces el 10 de noviembre de 2015.

 

domingo, 13 de diciembre de 2015

MEDIO AMBIENTE, CUARTO AMBIENTE Y AMBIENTE ENTERO: ¡CHÚRRIGA! (Y NOSOTROS MIENTRAS TANTO, AQUÍ MEANDO)


Acuerdo en la Cumbre del Clima de París
 
EL COMERCIO INTERNACIONAL DEBERÁ PROSEGUIR SIN OBSTÁCULOS, INCLUSO EN UN PLANETA MUERTO
 
Rebelión
basta!
12.12.2015
Traducido del francés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

Aunque está previsto que la conferencia sobre el clima termine este sábado [12 de diciembre de 2015], el 10 de diciembre se hizo público un nuevo borrador de acuerdo. Ha desaparecido cualquier referencia a los sectores de la aviación y del transporte marítimo, que constituyen casi el 10 % de las emisiones de gas de efecto invernadero. Al mismo tiempo, la organización Corporate Europe Observatory revela un documento interno de la Comisión Europea en el que promete evitar “cualquier mención explícita al comercio” en el futuro acuerdo de París. Hablando claro, las reglas del comercio deben prevalecer, incluso a costa del planeta.
 
Ni hablar de tocar el comercio aunque la temperatura del planeta aumente a gran velocidad, eso es lo que prevé el acuerdo que se discute entre países del mundo entero en Bourget, en el seno de la conferencia sobre el clima. El comercio internacional debe continuar aunque sea a costa de la humanidad. El 10 de diciembre se ha aportado varias pruebas nuevas al publicarse de un nuevo texto de negociación. En efecto, los ministros de los 195 Estados están a punto de eximir a los sectores de la aviación civil y del transporte marítimo de cualquier objetivo de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, esto es, ¡el equivalente a las emisiones de Alemania (5 % de las emisiones mundiales) y de Corea del Sur (3 %)! Resulta molesto teniendo en cuenta que estos dos sectores podrían aumentar sus emisiones un 250 % de aquí a 2050 y que François Hollande deseaba «un acuerdo universal» que concierne al conjunto de los países y de las emisiones de gas de efecto invernadero.
 
«No se toca» la globalización de los intercambios y desplazamientos
 
Los objetivos nacionales de reducción de emisiones establecidos en el marco de las negociaciones internacionales nunca han cubierto estos dos sectores. ¿El motivo? Es imposible atribuir a un país en particular unas emisiones de gas de efecto invernadero que por definición son internacionales. Hace muchos años que varias ONG reclaman que se asignen unos objetivos específicos a estos dos sectores. A fuerza de convicción habían logrado que se añadiera un párrafo que comprometía a los Estados a «limitar o reducir las emisiones de gas de efecto invernadero provenientes de los combustibles utilizados en los transportes aéreos y marítimos internacionales». Corresponde a la Organización de la Aviación Civil Internacional y a la Organización Marítima Internacional precisar las modalidades.
Esta es la versión antigua del texto concerniente a las emisiones provenientes de los transportes internacionales [1]:
[[Las Partes [tratan] [deberían tratar] [además] de limitar o reducir las emisiones de gas de efecto invernadero provenientes de los combustibles utilizados en los transportes aéreos y marítimos internacionales, pasando a través de la Organización de la Aviación Civil Internacional y la Organización Marítima Internacional respectivamente con vistas a decidir medidas concretas para remediar estas emisiones, incluida la elaboración de procedimientos para incorporar las emisiones de los combustibles utilizados en los transportes aéreos y marítimos internacionales en las estrategias de desarrollo con emisiones bajas]].
 
El compromiso era limitado. Además de ser poco vinculante, no fijaba ningún compromiso preciso y remitía las discusiones a otras instancias internacionales. Pero sin duda todavía era demasiado para algunos Estados. Demasiado para países como China y Estados Unidos a los que preocupa una extensión del mercado europeo del carbono (que, además, falla) a la aviación. También era demasiado para aquellos países que al ser plazas fuertes del comercio internacional, como Singapur, no querían ver a su gallina de los huevos de oro encuadrada por nuevas reglamentaciones climáticas. Por consiguiente, con la excusa de la simplificación del texto hecha por Laurent Fabius, presidente de la negociación, han preferido suprimir el párrafo. En el seno de la Cumbre del Clima (COP21), «no se toca» la globalización de los intercambios y de los desplazamientos.
 
Preservar las sacrosantas reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
 
Hay que lamentar otra víctima. El texto de negociación comprendía hasta aquí una opción que exigía a los países ricos que proporcionaran recursos para que los derechos de propiedad intelectual (DPI), como las patentes, por ejemplo, no constituyeran un obstáculo al acceso a las tecnologías verdes. ¿El objetivo? Que los países que las necesitaran pudieran disponer de unas tecnologías y saber-hacer lo más ecológicos posible sin tener que pagar los muy caros derechos de propiedad intelectual que actualmente acompañan al conjunto de las innovaciones tecnológicas, ya sean útiles o apropiadas o no. Así pues, esta exigencia, que desde hace mucho tiempo mantienen tanto muchas ONG y asociaciones como países del Sur, no ha sido mantenida por unos Estados demasiado preocupados por preservar las sacrosantas reglas dictadas en el marco de la Organización Mundial del Comercio y de los tratados bilaterales.
 
Esta es la versión antigua del texto concerniente a los derechos de propiedad intelectual [2]:
[d) Conforme al parágrafo 5 del artículo 4 de la Convención, los países desarrollados partes aportan unos recursos financieros para suprimir los obstáculos creados por los DPI y facilitar el acceso a las tecnologías y su despliegue, sobre todo utilizando el mecanismo financiero y/o estableciendo un mecanismo de financiación en el marco del Fondo Verde para el Clima para asumir íntegramente los costes de los DPI de las tecnologías y del saber-hacer ecológicamente racionales, y estas tecnologías se suministrarán gratuitamente a los países en desarrollo partes para reforzar su acción frente a los cambios climáticos.]
 
La lucha contra el cambio climático no debe obstaculizar el comercio
 
No es una sorpresa. La ONG de Bruselas Corporate Europe Observatory acaba de sacar a la luz un documento interno* de la Comisión Europea, el cual muestra que la prioridad es el comercio, no el clima puesto que la Comisión se opone a cualquier proyecto de acuerdo que se aleje de la ortodoxia librecambista. La Comisión promete en particular evitar «cualquier mención explícita al comercio» en el acuerdo, lo mismo que cualquier mención a cuestiones de propiedad intelectual. Así pues, la Unión Europa se ha salido con la suya.
 
He aquí un extracto del documento filtrado (véase integro aquí):
[Postura de la UE para París
  • El objetivo global del a UE es conseguir que en las decisiones de la COP no haya ninguna mención explícita al comercio y a cuestiones de DPI, y minimizar las discusiones sobre cuestiones relacionadas con el comercio.
  •  
  • No se puede aceptar ningún intento de crear ningún tipo de nueva provisión/punto de la agenda/programa de trabajo/mecanismo sobre comercio/DPI en las discusiones de la [Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático] UNFCCC].
  •  
Por desgracia esta tendencia no es nueva. El texto en el que se basan las negociaciones sobre el cambio climático, Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático establecida en 1992 en Rio de Janeiro, consagra la liberalización del comercio y de la inversión. Ni hablar de que «las medidas tomadas para luchar contra los cambios climáticos [...] constituyan un medio de imponer unas discriminaciones arbitrarias o injustificables en el plano del comercio internacional o unos obstáculos encubiertos a este comercio», expresa claramente su artículo 3.5.
 
La Unión Europea y los Estados miembros de la ONU han establecido claramente unas prioridades: las reglas del comercio deben prevalecer, aunque sea a costa del planeta. Como demuestran los resultados de los últimos veinticinco años de negociaciones, este enfoque tiene sus límites, pero sigue funcionando en el seno de la COP21. ¿Hasta que sea demasiado tarde?

Notas:
[1] El texto completo se puede descargar aquí
[2] El texto completo se puede descargar aquí
* Se refiere a http://corporateeurope.org/climate-and-energy/2015/12/trade-trumps-climate, N. de la t.
Fuente: http://www.bastamag.net/COP21-comment-le-commerce-international-a-pris-le-pas-sur-l-urgence-climatique

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sábado, 12 de diciembre de 2015

TERRORISMO PETROLERO MUNDIAL: PERIODISTAS DE POSTIN/SOPA BOBA, EL PERIODISMO ES OTRA COSA. JEFATONES DEL PP/PSOE/NARANJUELOS, ¿A QUÉ GUERRA PENSAIS MANDAR A LOS MILITARES DE ESPAÑA/LATINOAMÉRICA DESPUÉS DE LAS ELECCIONES GENERALES DEL 20.D?


 Sarkozy, BHL y la OTAN son responsables de los ataques terroristas en Túnez y Malí
 
Olivier Ndenkop
rebelión
michelcollon.info
11.12.2015


Traducido del francés para Rebelión por Caty R.

 El martes 24 de noviembre de 2015 un ataque terrorista, el tercero de este tipo reivindicado por el Estado Islámico, reventó un autobús de la guardia presidencial causando 12 muertos en Túnez. 24 horas después del ataque kamikaze el Gobierno tunecino decidió cerrar su frontera con Libia. Según el presidente Béji Caïd Essebsi las cosas están claras: los autores de la barbarie, sea cual sea su nacionalidad, proceden de Libia, donde tras el asesinato de Gadafi hay miles de combatientes entrenados y equipados para sembrar la muerte por todo el norte de África y más allá. Cuando vivía Gadafi nadie podía aventurarse a instalar una base de entrenamiento de la yihad en ese Eldorado especialmente seguro y vigilado, tanto de día como de noche, por uno de los ejércitos mejor equipados del continente. Por lo tanto son los asesinos de Gadafi, de hecho, los responsables del auge de la yihad que asola el norte de África.

Como todas las guerras la de Libia se vendió a los pueblos como una guerra de liberación, una guerra «justa». Había que ayudar a los libios a desembarazarse de la dictadura de Gadafi, nos dijeron. El francés Bernard-Henri Levy posó con un rebelde en Bengasi para vender a los libios un futuro mejor. Nicolás Sarkozy, entonces presidente de Francia, subió a la palestra para decir que simplemente la paz en el mundo pasaba por la neutralización de Gadafi, presentado como la encarnación del diablo en la tierra. Los medios de comunicación de todo el mundo repitieron esa propaganda de guerra. Peor todavía, sin ninguna verificación los medios de comunicación contaron que Gadafi bombardeó a su población y que utilizó armas de guerra y otras bombas mortíferas contra un pueblo desarmado.
La ocasión hace al ladrón, un tal Ali Zeidan se autoproclamó portavoz de la Liga Libia de los Derechos Humanos. Para captar la atención del público Zeidan declaró que Gadafi había bombardeado a su pueblo causando 6.000 muertos. No existe ninguna prueba de esas acusaciones. Lo que no impidió que los medios difundieran ese balance mortal que solo estaba en la cabeza de Ali Zeidan.

Con el apoyo de cifras prefabricadas la Francia de Sarkozy instrumentalizó a la ONU con el fin de conseguir luz verde para matar a Gadafi. Así el 26 de febrero de 2011, a propuesta del ministro de Asuntos Exteriores de Francia Alain Juppé, el Consejo de Seguridad de la ONU votó la resolución 1973 que creaba una zona de exclusión aérea sobre Libia. Amparados por ese escudo jurídico los países de la OTAN dirigidos por la Francia de Sarkozy sometieron a Libia a un bombardeo intensivo y mataron a su presidente.
Rechazando todas las manos tendidas por Gadafi y la vía de la negociación propuesta por el gabonés Jean Ping (1), presidente de la Comisión de la unión Africana, la OTAN dominada por los imperialistas occidentales mató a Gadafi.

El asesinato de Gadafi trajo terrorismo, no el desarrollo prometido
Después de la guerra de la OTAN contra Libia el país más próspero de África se convirtió en un cementerio gigante. Una tierra de nadie donde se degüella a los seres humanos como a los corderos de la fiesta de la Tabaski (2). El país se ha convertido en una madriguera de yihadistas. Las escuelas y los hospitales están destruidos. Las personas no pueden ir a la escuela ni cuidar su salud de forma gratuita y masiva como en la época de Gadafi. Los grupos rebeldes rivales se enfrentan por el control de los pozos de petróleo. El Gobierno de Trípoli cuestiona la legalidad y la legitimidad del de Tobruk y viceversa. La economía del país está paralizada. En Libia el desarrollo ha cedido el puesto a la miseria. He aquí cómo una guerra neocolonial disfrazada de «guerra humanitaria» (3) ha destrozado las esperanzas de todo un pueblo. Y las consecuencias de esta guerra neocolonial van más lejos y nadie está seguro en ningún sitio.
Es evidente que todos los países vecinos de Libia (Túnez, Argelia, Níger, Chad y Sudán) caen progresivamente en la inseguridad. Cada uno de estos cinco países ya ha sido víctima, por lo menos una vez, de ataques terroristas. El país de Gadafi ocupa un lugar importante en la internacional terrorista al menos por tres razones: 1) Libia es una gran proveedora de fondos para el terrorismo (dinero procedente de la venta de petróleo y otros tráficos en las zonas controladas por los barbudos), 2) Base de reclutamiento y entrenamiento y 3) Base de repliegue.
Y el círculo de los estados víctimas de la inseguridad en Libia es mucho más amplio. Para desestabilizar a la República Centroafricana en diciembre de 2013 la Seleka de Michel Djotodia aplicó un proyecto franco-chadiano con armas procedentes, entre otros lugares, de… Libia. Los especialistas en asuntos de seguridad explican que Boko Haram también debe su fuerza en gran medida al caos libio, que permite al grupo terrorista obtener financiación y armas sin gran vigilancia. Los islamistas que siembran el caos en Malí se aprovisionan a buen precio en los arsenales libios. Así en los ataques de Tombuctú, Gao o Bamako encontramos que Libia ha contribuido con adoctrinamiento, entrenamiento, financiación y/o armamento.

Para conseguir la destrucción de Libia Estados Unidos reconoce que lanzó más de 192 misiles BGM-109 tomahawk. Francia se jacta de haber efectuado 2.225 bombardeos aéreos con 11 misiles de crucero. Y todavía más, en lo más álgido de la guerra contra Gadafi Francia armó a los terroristas para combatir y matar a un presidente ejerciente. Como confirma Tony Cartalucci, la organización terrorista que combatió al régimen de Gadafi en 2011 se benefició del apoyo directo de la OTAN «que entrenó a sus miembros, les suministró armas, fuerzas especiales e incluso aviones para ayudarles a derrocar al Gobierno libio» (4). ¿Habrá un tribunal de Núremberg para esas personas algún día?

Curiosamente cuando los especialistas, a veces circunstanciales, nos explican el auge del terrorismo en África en el informativo de las 20h se cuidan de no decirnos por qué llegó con tanta facilidad y repetición. Como si la ley del azar según la cual nunca hay efecto sin causa de repente se hubiera vuelto inútil. Habrán observado que nadie de ese ejército de «especialistas en África» que desfila por su pantalla para «explicar» el ataque al hotel Radisson Blu de Bamako ha considerado necesario informarles de que el famoso Mokhtar Belmokhtar que reivindicó el ataque es un puro producto de la CIA que le reclutó, entrenó, armó y utilizó en varios «frentes».
La Libia de Gadafi, la verdad de las cifras  

Más allá de la propaganda de los imperialistas y sus medios con respecto a Libia es importante decir lo que hizo Gadafi por su país y por África, con las limitaciones inherentes a la naturaleza humana.
Libia accedió a la independencia el 24 de diciembre de 1951 tras una guerra contra los colonos italianos. Apoyado por los ingleses y los estadounidenses el rey Idriss, jefe de la cofradía religiosa de los Senussi se convirtió en el presidente de la joven república. En ese año 1951 todavía no se había descubierto el petróleo libio.

Pero Inglaterra y Estados Unidos instalaron bases militares en el país que les permitían controlar el mar Rojo y el Mediterráneo. En 1954 Nelson Bunker Hunt, un rico tejano, descubrió el petróleo en el país (5).
El potencial era enorme, 44.000 millones de barriles. Y de buena calidad. Durante un decenio el rey Idriss vendió el petróleo al 30% del precio mundial. El poco dinero obtenido servía esencialmente para el enriquecimiento personal del rey y sus allegados. El 1 de septiembre de 1969 un joven oficial militar menor de 30 años accedió al poder por medio de un golpe de Estado contra el rey Idriss. ¿Su nombre? Muammar Gadafi. La primera decisión de Gadafi fue cerrar las bases militares extranjeras de su país. Subió el precio del petróleo libio después de nacionalizarlo. Las importantes sumas de dinero generadas por la venta del petróleo se invertían en el desarrollo de Libia.

Con Gadafi la tasa de alfabetización pasó del 10 % en 1969 al 88 % en 2011. La esperanza de vida subió de 57 años en 1969 a 74 en 2010. Antes de su asesinato Gadafi llevó el PIB de Libia a 12.062 dólares estadounidenses por habitante. Los libios se beneficiaban de un crédito a 20 años sin intereses para construir su casa. Los recién casados recibían 64.000 dólares para comprar su hogar conyugal. El Estado concedía una ayuda financiera de 20.000 dólares a los libios que emprendían actividades privadas susceptibles de impactar positivamente en la economía del país…
En el plano africano Gadafi permitió al continente tener su primer satélite desembolsando la suma de 300 millones de dólares en 2006 para que África dispusiera de un satélite, necesario para la telefonía barata y la televisión de largo alcance. No paró ahí. Además constituyó una reserva de 30.000 millones de dólares para financiar al Banco Central Africano (Nigeria) al Banco Africano de Inversiones (Syrte) y al Fondo Monetario Africano (Yaundé).

¿Por qué mataron a este hombre a pesar de su balance ampliamente positivo?
La guerra desencadenada el 19 de marzo de 2011 contra Gadafi solo tenía un objetivo: detener el desarrollo de Libia y la liberación de África valientemente emprendida por «el Guía» libio.

Precisión importante: antes del primer satélite africano financiado en tres cuartas partes por Gadafi África desembolsaba todos los años la suma de 500 millones de dólares para alquilar los satélites occidentales. Lo que quiere decir que Gadafi privó a los capitalistas-imperialistas de una renta de 500 millones de dólares anuales.

Al dotar a África de instituciones financieras como el Banco Central Africano, el Fondo Monetario Africano y el Banco Africano de Inversiones, el capitalismo financiero internacional estaba amenazado de muerte. Porque esas instituciones puramente africanas acarrearían tres consecuencias fatales para los imperialistas: 1) Fin del servicio de la deuda que genera intereses astronómicos al FMI y al Banco Mundial. 2) El euro y el dólar perderían su hegemonía monetaria, en el comercio Norte-Sur y a veces en el de Sur-Sur, previa al desarrollo del continente.
Notas:

(1) Jean Ping publicó en 2014 un libro titulado Eclipse sur l’Afrique: fallait tuer Kadhafi? Lamentando que los estados imperialistas rechazasen cualquier solución negociada en la crisis libia mantiene que dichos estados son los responsables del caos que reina actualmente en el país.
(2) La imagen de los 20 egipcios coptos degollados en Libia por los terroristas dio la vuelta al mundo.

(3) Para entender mejor la guerra de la OTAN contra Libia léase el libro de Michel Collon titulado Libie, OTAN et Médiamensonges. Manuel de contrepropagande, Investig’Action-Couleurlivres, 2011.
(4) Rediseño de África: EEUU apoya a Al Qaida en malí. Francia viene al rescate

(5) Michel Collon, Grégoire Lalieu, La stratégie du chaos. Impérialisme et islam. Entretien avec Mohamed Hassan, Investig’Action-Couleur livres, Bruselas 2011, P.203.
Olivier Ndenkop es un periodista camerunés colaborador en Journal de l'Afrique

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viernes, 11 de diciembre de 2015

VENEZUELA: OTRA VISIÓN POLÍTICA


Venezuela: la revolución socialista sí tiene quien le escriba

Kaosenlared
11.12.2015

Lo que está en marcha en Venezuela con la revolución social bolivariana es el socialismo vulgar. La experiencia de la revolución social de Cuba, estancada en ese misma involución política, no puede ser desestimada por los revolucionarios y revolucionarias bolivarianas.



Los seres andan en dos bandos, los que odian y destruyen y los que aman y construyen. Hay más de 5 millones y medio de venezolanos en el bando de los que aman y construyen. Han dicho este 6 de diciembre SÍ a la revolución socialista.

Se equivocan todos los que subestiman esa profunda revelación. Las elecciones parlamentarias recién ocurridas han sido las primeras desde que Hugo Chávez ganara el poder para el pueblo, en que el pueblo vota, no sólo por la revolución social bolivariana, sino por la revolución socialista. No por el fervor de la toma del poder político, acaecida hace 17 años, sino por la lucha política en identificación con las ideas del socialismo.

Se abre una nueva cualidad política para Venezuela. Se equivocan todos los que en la derrota electoral chavista de este diciembre del 2015 ven la victoria de la oligarquía y la burguesía propietarias. Y le hacen un flaco favor al SÍ por el socialismo todos los que en fuego cruzado  disparan a diestra y siniestra en el bando de los que aman y construyen.

Ciento cincuenta años de capitalismo feroz de esas clases anti sociales y anti venezolanas manteniendo al pueblo desposeído en la miseria humana, intelectual y política, no pueden ser barridos por 17 años de lucha revolucionaria desde el poder del estado. No por el poder de las urnas. Este diciembre la mayoría del pueblo votante eligió contra sí mismo. Es el resultado de la larga marginación ideológica y política en que la burguesía ha mantenido al pueblo. Una formidable máquina mediática de arar conciencia y sembrar los modelos de consumo y de identificación social con el mercado, dominio del capital oligárquico y burgués, dan cuenta de su poder sobre la sociedad. Es heroico que en esas circunstancias objetivas la revolución bolivariana haya logrado la adhesión de alrededor del 50% de esa población en tan sólo 17 años de batalla humanista.    Lo que sigue estando en juego es una revolución cultural. Pero una revolución cultural afincada en el materialismo dialéctico.

Y ese es el papel y resultado de las misiones socioculturales que han venido creciendo al lado del estado capitalista. La transformación social ha sido condición necesaria, pero no suficiente. Pecan de lesa ingenuidad los que piensan que el gobierno de la revolución ha comprado a ese pueblo con el clientelismo del estado dadivoso. Raya con el cinismo político el que la atención de la inmensa deuda social de 100 años de oligarquía sea tildada por supuestos revolucionarios críticos de mercantilismo social para comprar a un pueblo preterido por el capitalismo. El 50% del pueblo no ha votado por un papel sanitario de baño o una libra de arroz más o menos. Ha votado porque se ha hecho conciencia de que la Revolución tiene un proyecto de país que los incluye como seres humanos, que los hace sujetos revolucionarios del cambio social y político, que los hace personas, seres sociales, en el entendimiento marxiano.

Si con el supuesto desastre ecónomico que analistas de toda laya dentro de la revolución le atribuyen a la derrota electoral, por la revolución socialista ha votado casi la mitad del electorado que ha concurrido a las urnas, entonces las causas raigales del traspiés electoral no son de índole económica, no se reducen a ello.  Que no se equivoquen los librepensadores. Ello no quiere decir que la economía no sea un factor importante para el avance y consolidación de la revolución socialista. Sino que la pregunta es ¿de qué tipo de economía se trata?.

¿Hablamos de perfeccionar la economía capitalista o de desmontarla en pos de la economía socialista? Hablan los liberales supuestamente comunistas, como el eurocomunismo capitalista, que el problema está definido. Para avanzar en la economía lo que importa no es el color del gato, sino que cace ratones. El Che decía, y toda la historia de los fracasos socialistas le da la razón, que con las armas melladas del capitalismo no se construye ni el hombre/mujer nuevos ni el socialismo.

Venezuela está sumida sistémicamente en el capitalismo. No es la situación de que se pierde un socialismo supuestamente establecido. Se está luchando dentro de un capitalismo, de cuyas garras se sale por el camino hacia el socialismo. La radicalización de la revolución socialista es la única vía para una economía de nuevo tipo, no capitalista. Ir a las raíces en el entendimiento martiano y marxiano. Si lo que pretenden los científicos del economicismo político es que el gato cace razones, que hablen claro, y que digan que la apuesta es por más capitalismo y no por socialismo. Que no se encubran en el empeño de hacer leña de un presunto árbol caído con nombre de Revolución, pidiendo “cabezas” y dando fórmulas mágicas capitalistas como recetas para una economía que ha de ser profundamente democrática, si es que ha der ser socialista.

Montarse la economía capitalista china o la vietnamita o la que se montaron todos los países del ex bloque eurosoviético llamado socialista, no es problema alguno. La privatización de la propiedad sobre el capital y el trabajo esclavo asalariado hacen de las suyas. El capitalismo periférico tercer mundista produce pobreza y marginación estructural con economías de baja inflación, crecimiento económico y anaqueles repletos en los mercados. El capitalismo de los centros desarrollados industrialmente produce desempleados, precarios y sin techos en cantidades industriales, con tasas de inflación cero y bolsas de valores y bancos a tope. Que lo diga la UE con más de 25 millones de desempleados y una banca capitalista a todo meter en cuanto a ganancias se refiere, después de haber sometido a sus economías a una de las peores crisis económico-financieras que hayamos visto en la posguerra , y al pueblo a la depauperización social más escalofriante.

Entonces, ¿de qué nos vienen a hablar los  “economistas y entendidos” que hoy critican al Gobierno bolivariano por responsable de una supuesta debacle económica?, causante de la derrota electoral sufrida, según ellos.   Por supuesto que ha habido, desencadenada por el poder capitalista económico de la burguesía, una devastadora guerra económica contra el pueblo y el Gobierno, dado que aún esa clase “produce” el 70% del PIB venezolano y mantiene en sus manos el poder bancario-financiero. Lo que no entienden los francotiradores es que el problema está justamente en la transformación del modo de producción capitalista. La crítica de valor, por lo tanto, es aquella que indica las insuficiencias en ese sentido y esa dirección.

Los que aluden al Golpe de Timón del Comandante  Chávez han de saber que para que no sea un timonazo en medio del tráfico capitalista, ese golpe ha de apuntar con un programa político estratégico de corto, mediano y largo alcance al cambio de las relaciones sociales de producción. Al cambio radical del sistema de propiedad. Es ese el escenario que exige una economía de alta eficiencia social. Estamos hablando de un cambio cultural. No de un cambiazo economicista. Puesto que el color del gato SÍ importa y decide, si es que de socialismo se trata.

Lo que está en marcha en Venezuela con la revolución social bolivariana, es imprescindible, señalarlo y debatirlo,  es el socialismo vulgar. La experiencia de la revolución social de Cuba, estancada en ese misma involución, no puede ser desestimada por los revolucionarios y revolucionarias bolivarianos. Así lo define y advierte Marx en su enjundiosa crítica política al programa del nuevo partido obrero alemán en 1875. La revolución social se restringe a la distribución de la riqueza. No trasciende su carácter capitalista. La revolución socialista se proyecta sobre la democratización del capital, su socialización. La revolución social se estanca en el socialismo vulgar, puesto que divorcia la esfera de la distribución de la esfera de las relaciones sociales de producción. La transformación, y sólo la transformación de las relaciones sociales de producción capitalistas, puede conducir a la revolución socialista, al socialismo.  “Una vez que conocemos cómo son las cosas, por qué retroceder” – le imputa Marx a los revisionistas que enrumban el camino de la socialdemocracia anti obrera. No hay socialismo ni  habrá libertad ni democracia sin la transformación del modo de producción capitalista.

Contra los cambios que ha venido llevando el Gobierno del Presidente Nicolás Maduro se ha pronunciado un espectro de la sociedad que ha visto amenazada su modus vivendi. Puesto que la Revolución ha enrumbado el camino del empoderamiento popular. La delincuencia y el crimen organizado no es un fenómeno de pandillismo alocado, es un modo de vida. Mantener a la scoiedad venezolana bajo el estrés de la falta de seguridad social es la estrategia, alimentada también por la propia burguesía. Todos los intereses que tras esas formas de vida se esconden se han visto amenazados por el rumbo revolucionario. Las OLP, el cierre de la fronteras a la delincuencia que opera en contubernio con el peligroso narco estado colombiano, todo ello ha golpeado esos intereses que pueden sumar cientos de miles de personas y familias. El capitalismo y la sociedad corrupta que viene de la IV República son beneficiosos para esos intereses. Ese voto ha ido para la oligarquía y la burguesía que sin medias tintas aboga por restaurar la sociedad delincuencial que los hizo ricos a ellos mismos.

En Venezuela existe no menos de un 40% de economía llamada informal. Ello significa cientos de miles de personas y familias que se benefician de un modo de ganarse la vida que no implica compromisos sociales ni políticos por un proyecto de país como el que enarbola la Revolución. Hasta un mercado comunal PDVAL va en contra de sus intereses perentorios. No les interesa un programa de seguridad alimentaria comunitaria puesto que pierden el modo de vida al que han ajustado sus necesidades durante decenios de años, obligados por la marginación de la economía capitalista. Con todo esto quiero enfatizar que el movimiento pendular de una parte importante del voto popular es reflejo de esa cultura individualista que hasta en los pobres ha inculcado el sistema de anti valores de la economía capitalista oportunista y depredadora.

Y la llamada clase media, a la que algunos revolucionarios desde el infantilismo de izquierda le vienen a atribuir un papel revolucionario en los cambios progresistas, esa clase media ha votado, probablemente en un porciento más alto de lo que muchos imaginan, por la clase burguesa y la oligarquía, no porque les haya estado faltando el aceite o la harina, sino porque en el fondo esa “clase alta” es el referente para ella del avance en la sociedad burguesa. Esa clase media viene a disfrutar de los avances sociales de la Revolución, y con la otra mano, como la consabida cabra tirando para el monte, vota por una ilusión clasista que las ha alienado. No vengan los izquierdistas anti o post marxistas a encubrir verdades sociológicas y políticas imbatiblemente demostradas por Marx y la historia. Esas clases medias pueden tener el contrabalance y el acicate en las clases populares, en la medida en que éstas se sigan empoderando gracias al avance del socialismo comunitario.

Esa misma sociedad que hoy le da la mayoría parlamentaria a la burguesía y la oligarquía golpista y asesina, recibe los beneficios sociales de una Revolución que ha sembrado un precedente en América del Sur. Superando en tan sólo 17 años los mayores índices de probreza y extrema pobreza que lucía Venezuela en la región. Con educación y salud garantizadas por el estado, a pesar de lo mucho que tengan que perfeccionar ambos sistemas de cobertura socio humanista, la renta de las capas populares crece, el confort sicosocial se consolida. De ello se beneficia esa clase media sin conciencia política de comunidad social, pero se benefician además, y esto es importante investigarlo a profundidad,  de acuerdo a un comportamiento sociológico natural dentro de la cultura parasitaria, los estratos populares que funcionan en el espacio gris de la economía informal, el mercantilismo oportunista, al margen de los programas de la revolución por una sociedad y una economía comunitarias. En ese amplio espectro del subdesarrollo cultural está el 30% de los votos que ha de sumar el proyecto socialista de la revolución bolivariana. Puesto que la mayoría sociológica que hoy gravita hacia la Revolución, a pesar del vaivén de la coyuntura, es del 70% de la población. Y a ese universo ha de llegar el Proyecto Socialista.

El rumbo hacia el socialismo comunitario es correcto. Ese ha sido el pronunciamiento del Presidente N. Maduro en estos últimos tiempos de batallar. Y esa ha sido la práctica del Gobierno y del PSUV. Lo que amerita es porofundizar ese camino. Puesto que en ello se define el empoderamiento socialista del pueblo, de la sociedad. En ello se define la transformación del estado de la burocracia capitalista. Todo el poder al pueblo, al pueblo organizándose como sujeto revolucionario en la configuración del nuevo modo de producción e intercambio. Es en ese marco donde ha de desarrollarse la economía socialista. Donde ha de hacerse eficiente la nueva economía. Y eso no se logra con recetarios de la economía política burguesa.

La propiedad comunal, cooperativa y la cogestión socialista de las empresas del estado escalará hacia le eficiencia en la medida que sea auténticamente propiedad social dirigida por el pueblo. Puesto que sólo el pueblo puede defender sus intereses socioeconómicos. Ese es el gran trabajo ideológico y polítco que ha de mediar la transformación del modo de producción capitalista. Mientras esas relaciones capitalistas de propiedad y producción perduren, la revolución socialista no pasará del umbral, del punto de no retorno.

El debate revolucionario socialista no puede más que apuntar en esa dirección. El empeño es inmenso. La educación económica del pueblo en las ideas de la nueva economía socialista ha de ser a fondo. El Gobierno no puede escatimar recursos y esfuerzos en estructurar una gran academia revolucionaria sobre la economía socialista y el poder popular económico. Los círculos bolivarianos, las comunas, las empresas y fábricas nacionalizadas, las comunidades campesinas e indígenas han de sumergirse en el mayor CURSO POLÍTICO DE ECONOMÍA SOCIAL que se conozca. De la economía del dinero hacia la economía del trabajo y los recursos naturales. Esta nueva ciencia social dentro de la economía está ganando en el mundo cada vez más espacio, espacios poscapitalistas.

La victoria electoral de la derecha oligárquica y de la alta burguesía es pírrica. Tienen 4 años para demostrarle al pueblo desde la AN su incapacidad, su odio y su desprecio por el pueblo. La movilización social que ya toma cuerpo en Venezuela de los trabajadores y sectores populares para defender las conquistas sociales y económicas de la Revolución y avanzar en el empoderamiento son la clara señal de que el pueblo está dispuesto a echar la batalla por su destino, por el socialismo.  El movimiento revolucionario, las fuerzas políticas del PSUV y el GPD han de estar a esa altura. En el frente de la renovación y la lucha sin cuartel por el socialismo. No hay otro Golpe de Timón.
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jueves, 10 de diciembre de 2015

VENUEZUELA: UN ANÁLISIS


EL CHAVISMO ANTE SU PRUEBA MÁS DURA Y DIFICIL
 
Rebelión
0.12.2015

 El resultado de las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre en la República Bolivariana de Venezuela constituye el más duro revés infligido al chavismo por la contrarrevolución y el imperialismo.

Seguramente el gobierno bolivariano ha cometido errores de importancia que contribuyeron a esta derrota y deberán ser evaluados por sus líderes y por los militantes revolucionarios de ese país para adoptar los correctivos que exijan. Es una tarea de ellos en la que no me inmiscuiré.
Pero más allá de eso, lo que muestra este desastroso desempeño electoral es la creciente asimetría de condiciones en que se han visto forzados cada vez más a desenvolverse los gobiernos de izquierda ante los continuos torneos comiciales a que obliga la democracia representativa, con el desgaste que ello implica. En su caso, no se trata, como los gobiernos neoliberales, de limitarse a administrar el sistema, subordinados a los dictados de creciente depredación y saqueo de pueblos del capitalismo neoliberal y sus centros imperiales de poder financiero, sino de construir un nuevo proyecto social.

Estas elecciones venezolanas se desarrollaron en un marco geopolítico y una correlación de fuerzas distintos al de las 19 organizadas anteriormente por el gobierno bolivariano.
Primero, la derecha y Estados Unidos han conseguido recomponerse después de la sorpresa que les depararon la rebelión de las masas populares de América Latina y el Caribe (ALC) contra el neoliberalismo y sus importantes consecuencias. Entre ellas, el surgimiento de un líder de la talla de Hugo Chávez y de otros de gran valía que llegaron a ocupar la presidencia de varios países de la región, e iniciaron procesos de redistribución de la riqueza orientados en lo externo a romper la dependencia de Estados Unidos, impulsar la unidad e integración latino-caribeña y la emergencia de un mundo multipolar.

Segundo, repuestas de la sorpresa y el susto que les produjo la nueva realidad, esas fuerzas desencadenaron una contraofensiva con el propósito de derrocar por distintas vías a los gobiernos posneoliberales de ALC. La misma fue intensificada a partir del fallecimiento del comandante Chávez, una pérdida cuyo carácter extremadamente sensible no escapó a su percepción.
Tercero, ese accionar ha comprendido –con énfasis particular en el caso venezolano- la aplicación del recetario de las llamadas guerras de cuarta generación: guerras económica, diplomática y mediática, así como otras formas solapadas o violentas de acción, legal e ilegal, incluyendo la intervención del paramilitarismo en asesinatos de líderes populares y la desestabilización interna. A la especulación del capital local e internacional con los fondos financieros del gobierno bolivariano, el acaparamiento y el desabasto se unió la caída de los precios del petróleo, a todas luces una jugada de Washington contra Rusia, Irán y Venezuela. Es este el factor que más daño hizo a la capacidad de maniobra de Caracas ante el embate de la derecha local e internacional.

Como si todo esto fuera poco, cabe recordar que el presidente Obama firmó un decreto el 6 de marzo de este año que calificaba a Venezuela como “un peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos”. Es con esta pistola en la sien y el acoso y agobio ya expuestos que concurrieron a votar este 6 de diciembre los venezolanos.
Cabe recordar que las revoluciones auténticas, como la bolivariana y chavista, no surgen ni orientan su rumbo con arreglo a los tiempos o eventos electorales. Sí, la derrota sufrida es de gran trascendencia. La victoria electoral lograda por la contrarrevolución al obtener la mayoría calificada en la Asamblea Nacional, le otorga una cuota enorme de poder político que podría eventualmente permitirle el desmantelamiento de los logros sociales del chavismo pero no significa el fin de la revolución.

El chavismo, sujeto político fundamental de ella, está vivo y si se mantiene estrechamente unido, explica al pueblo la gravedad de la situación creada, traza una estrategia inteligente frente a la nueva situación y construye una amplia coalición de fuerzas populares puede recomponerse y preparar el contragolpe contra una derecha que va por todo.
El momento en Venezuela, y en América Latina y el Caribe, es de combate. Las fuerzas populares que lograron poner fin al ALCA en Mar de Plata, crear el ALBA, PETROCARIBE, UNASUR y la CELAC, hacer que nuestra región dejara de ser traspatio imperial, no se darán por vencidas y pervivirán.

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miércoles, 9 de diciembre de 2015

VENEZUELA. LA IZQUIERDA ESPAÑOLA TIENE QUE MIRAR SU OMBLIGO QUE ES LO QUE MÁS CERCA TIENE, PERO MÁS ALLÁ DEL OMBLIGO TAMBIÉN EXISTEN VENEZUELA, GRECIA, PORTUGAL...., INCLUSO, FRANCIA


"TRIUNFO DE LA CONTRAREVOLUCIÓN": ¿QUÉ DEPARARÁ A VENEZUELA LA VICTORIA DE LA MUD EN LAS ELECCIONES?


8 dic 2015

Seguidores de la coalición opositora celebran su victoria en Caracas/REUTERS/Nacho Doce

Con la victoria de la oposición en las elecciones parlamentarias en Venezuela, el país ha optado por cambiar el oficialismo por nuevas realidades políticas. La cuestión, que todavía sigue incierta, consiste en si este cambio radical que se produjo exactamente 17 años después de la primera victoria en los comicios nacionales de Hugo Chávez, resultaría beneficioso para el propio pueblo.
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, reconoció los "resultados adversos" en los comicios que terminaron con la victoria de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) que obtuvo 99 escaños en la Asamblea Nacional, frente a 46 diputados del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). 
¿Qué está por venir?
"Comenzó el cambio en Venezuela", proclamó Jesus Chuo Torrealba, secretario ejecutivo de la MUD, tras conocerse los resultados de las elecciones. 
Según los últimos datos oficiales, la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) obtiene 107 de los 167 escaños de la Asamblea Nacional frente a los 55 diputados del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Tres escaños serán para los representantes de los pueblos nativos y dos todavía están por determinar.
Se trata de la primera derrota del Partido Socialista Unido de Venezuela desde la llegada al poder del fallecido líder bolivariano Hugo Chávez en 1999 (sin tener en cuenta la derrota de Chávez en el referéndum de diciembre del 2007, al cual los venezolanos fueron convocados para consultar la modificación de una parte de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela). Pero de momento el partido oficialista seguirá siendo una fuerza importante, ya que controla el poder en la mayoría de municipios que tienen mucho peso en el país.
Frente a la crisis económica
El nuevo Parlamento venezolano se elige en medio de la crisis económica que vive el país. En este contexto, el analista político, David Palacios Jaramillo, considera que las medidas político-económicas podrán suponer parte de la solución a este problema, pero no será fácil de resolver por su dependencia de los precios del petróleo.
Según el experto, los precios del crudo repercuten fuertemente en la economía venezolana. Aunque "hay esperanza de un cambio positivo" por los cambios políticos sustanciales, debido al fuerte impacto que tiene el precio de petróleo en los procesos económicos, este giro podría "tardar bastante tiempo" en efectuarse. 
Los analistas de Credit Suisse destacan, a su vez, que "no esperan una mejora significativa en la situación económica en el país, independientemente de los resultados de las elecciones".
"Recomposición de la derecha" es "un triunfo del imperialismo" de EE.UU.
El analista Ulises Bosia escribió en el portal argentino 'Notas' que "la tendencia política predominante" que se observa actualmente en Latinoamérica consiste en "la recomposición de la derecha".
"La victoria de la oposición venezolana es en verdad un triunfo del imperialismo norteamericano", dice Bosia. Los actuales acontecimientos políticos en la región latinoamericana se corresponden con la estrategia de EE.UU. "para terminar con la Revolución Bolivariana".
"La política exterior de EE.UU. apunta a terminar con la excepción que es América Latina desde inicios del siglo XXI: la región del mundo que tuvo la osadía de cuestionar el capitalismo y el imperialismo", escribió el analista.
Golpe político para el socialismo latinoamericano
Algunos analistas señalan que el triunfo de la oposición sobre el oficialismo en Venezuela supone cierto golpe político para el socialismo del siglo XXI, tomando en cuenta, entre muchos otros factores, la reciente victoria del opositor argentino Mauricio Macri ante el oficialista Daniel Scioli en las elecciones presidenciales.

El resultado de las elecciones argentinas puede considerarse 'histórico', ya que "por primera vez en la historia de Argentina, la derecha llega a la Casa Rosada de una manera legal y democrática a través de las urnas", según afirmó a RT la escritora y periodista Telma Luzzani.
En Brasil, el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, autorizó la apertura de un juicio político con el objetivo de destituir a la presidenta Dilma Rousseff, argumentando que considera procedente una acusación por irregularidades fiscales.
Dilma Rousseff manifestó durante una reunión ministerial en octubre pasado que lo que se intenta conseguir en Brasil es "un golpe democrático a la paraguaya", refiriéndose al fin del gobierno de Fernando Lugo en el 2012. Paraguay está lejos de ser el único país de América Latina que ha experimentado lo que muchos definen como un "golpe parlamentario".


Así, la victoria de la oposición en Venezuela le da la oportunidad de disputar la presidencia de Maduro e iniciar el proceso de su destitución. Sin embargo, el asunto del referéndum puede plantarse solo después de que se acabe la primera mitad de su actual mandato, en abril del 2016.
"No es tiempo de llorar"
El actual mandatario declaró que su "esfuerzo continuará su rumbo" reconociendo que "en Venezuela ha triunfado una contrarrevolución" y afirmó estar "tranquilo con su conciencia". Hablando directamente a la oposición, Maduro agregó: "Ojalá puedan ponerse en sintonía con la necesidad de millones de que cese la guerra económica".
"No es tiempo de llorar, es tiempo de luchar y unir fuerzas, de revisar con objetividad, de reinventarnos, de aceptar lo que esté mal y de construir respuestas y soluciones a los problemas que tiene el pueblo", aseguró Maduro.

Asimismo, el líder venezolano se mostró seguro de que el país va a salir de esta situación y abrir "nuevos caminos de victoria para una nueva mayoría revolucionaria y chavista en las batallas que están por venir". "Es tiempo de renacimiento desde las dificultades", puntualizó.

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