Subcontratación y Fondos de
Inversión. La seguridad como una partida de balance.
DIARIOOCTUBRE / julio 24, 2024
Juan Luis
Corbacho (Unidad y Lucha).— Nalanda (Obralia) fue fundada
en el año 2000 por un grupo de grandes constructoras españolas, las mismas que
desde hace décadas no tienen personal propio, ni maquinaria, ni medios y que en
la ejecución de una obra ponen a un jefe de obra y a un encargado, y el resto
lo subcontratan todo.
Es obvio que el
negocio es rentable. Ellas son adjudicatarias de las grandes obras públicas (y
cuando no hay inversión pública también entran en el sector de la obra
privada), sin arriesgar un céntimo. Dado que todo se subcontrata, los precios a
los que subcontratan han de ser inferiores a los que ellos mismos han
contratado, a cambio tienen un coste de estructura (cada vez más pequeña porque
recordemos no tienen casi personal operario) y nada más, porque, además pagan
cuando les da la gana, con lo que el beneficio financiero está garantizado. Y
ello pese a que la ley de contratos del Sector Público (ley 9/2017) pretendiera
rebajar el nivel de subcontratación, aunque a la vez pretendía aumentar la
participación de las PYMES a través de la subcontratación…a este nivel estamos,
que igual la ley la redactó el desconocido M. Rajoy porque dice una cosa y otra
a la vez.
Actúan, por
tanto, como una especie de entidad financiera encubierta, y mueven miles de
millones de euros.
Pero como nunca
es suficiente, en el año 2000 dieron un paso más. La implementación de las
leyes de prevención de riesgos, obligaba a mover cada vez más documentos, así
que les obligaba a tener administrativos (nada de técnicos de PRL, que por
convenio costaban más) para controlar la documentación de las subcontratas, no
fuera que por defecto de documentación, la inspección les derivara alguna
sanción a ellos… pobrecitos, ellos que ni siquiera tienen personal y tener que
asumir una sanción.
Pues nada, en
el 2000 fundaron Nalanda. Nalanda sirvió (como otras plataformas CAE) para
externalizar un servicio más y obligar, además, a las subcontratas a pagar el
mismo control de documentos que la ley les obligaba. Una jugada maestra, sólo
pensable en Españistán.
Pero sigamos,
que la cosa se pone caliente.
En 2021, ACS
(la del tito Floren, ese… el del Real Madrid y los pelotazos urbanísticos con
los gobiernos peperos), Ferrovial, Acciona y FCC, vendieron Nalanda a PSG
Equity (que no futboleros, que no es el París Saint Germain, por más que le
haya vendido Mbappé al Real Madrid de Florentino) por 80 millones de euros. PSG
Equity es Providence Strategic Growth Equity y como podéis imaginar es un fondo
de inversión, o sea, una maquinaria como otra cualquiera del capital para ganar
dinero sin generar nada (especulación pura y dura).
En 2023 Nalanda
compra Dokify (otra plataforma creada para lo mismo en 2012), con lo que se
hacen de una cartera de clientes muy grande y con presencia en muchos países
europeos.
Y como siguen
generando sin generar, en abril de este año 2024, Once For All compra Nalanda
Global por 300 millones, o sea que en 3 años PSG Equity se embolsilla 220
millones. Y ¿quién es Once for All? Once For All, empresa europea dedicada a
soluciones de riesgo y cumplimiento de la cadena de suministro sostenible para
el sector de la construcción. Así se definen, pero hay trampa… Once For All
está participada por la entidad de capital riesgo (private equity) GTCR Chicago
Private Equity Firm.
Y antes de que
se nos pierda el objetivo, resumamos: la seguridad implantada por las distintas
leyes de prevención está en manos de las constructoras grandes, que a su vez,
externalizan el trabajo de ejecución de las obras y el control lo pasan a
plataformas que a su vez son de Fondos de Inversión… y para colmo norteamericanos.
Sí, ese país donde vale más un gatito que la vida de un obrero.
En fin, que la
vida de un obrero es otra partida dentro del balance de los fondos de
inversión. Así, cuando hablan de paz, en realidad hablan de paz social, o sea
de que no les molesten mientras ganan dinero; cuando hablan de libertad, hablan
de libertad de negocios, no de libertades individuales (salvo para cambiar de
sexo, que eso deja mucho dinero) y cuando hablan de seguridad laboral hablan de
lo que van a ganar con sus fondos.
Recuerden, solo
el pueblo organizado salva al pueblo.
Fuente: unidadylucha.es
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