Comisión para la reconstrucción
El Congreso solo aprueba tres de los cuatro textos
de la reconstrucción, lejos del consenso buscado por el Gobierno
La Cámara rechaza el documento de políticas sociales y salva por un voto
el texto de reactivación económica. Las conclusiones de Sanidad y de Unión
Europea salen adelante con una mayoría reforzada de más de 200 votos.
El
presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, abandona este miércoles el hemiciclo
tras la sesión de control / EFE MADRID
22/07/2020 12:31 ACTUALIZADO: 22/07/2020 22:20
ALEXIS ROMERO
Público
22.07.2020
No
se produjo el gran consenso en la
Comisión para la Reconstrucción Social y Económica. De los cuatro
apartados de conclusiones, el Congreso ha tumbado uno, y casi tumba el segundo
(la mitad de los textos aprobados), que finalmente se ha salvado solo por un
voto. Hay importantes consensos (de última hora) en reformas sanitarias y en la
unidad necesaria de cara a la Unión Europea, pero las divisiones se han
impuesto a los acuerdos en materia de políticas sociales, mientras que el
programa económico de la reconstrucción está lejos de suscitar consenso.
El
dictamen de Sanidad ha salido adelante con 256 votos a favor, 88 en contra y 3
abstenciones, mientras que el texto del grupo de Unión Europea se ha aprobado
con 276 votos a favor, 59 en contra y 13 abstenciones. Estas son las dos únicas áreas que han recibido el apoyo de una mayoría
absoluta de los diputados de la Cámara Baja, gracias a un
acuerdo de última hora entre el PSOE y el PP
A
pesar de los intentos de los de Pedro Sánchez de atraer a los conservadores a
estos dos dictámenes (los únicos que tenían posibilidades de ser aceptados por
el Grupo Popular), el PP se resistió a
apoyarlos en todo momento, incluso en la sesión final de la comisión de
reconstrucción. Sin embargo, tras el acuerdo alcanzado en Bruselas
sobre el reparto de los fondos europeos de la covid, Pablo Casado dio
instrucciones a sus parlamentarios para que forzaran un acuerdo con el PSOE en
Sanidad y en Unión Europea.
Durante
el martes, los socialistas aceptaron varias exigencias de los conservadores,
como la creación de una Agencia Nacional de Salud o el
compromiso con un plan de renovación tecnológica de los centros sanitarios. Finalmente
y sobre la bocina, el apoyo de los dos grupos mayoritarios del Congreso ha
posibilitado que estos dos textos recabaran una mayoría reforzada de más de 250
votos.
El
escenario ha sido totalmente distinto en las otras dos áreas tratadas en la
comisión de reconstrucción. Precisamente en estas materias era donde algunos
grupos pedían mayor precisión y
concreción a las formaciones que constituyen el Gobierno, que apostó
por textos y medidas más generales y ambiguas, con el objetivo de atraer apoyos
tanto por parte de la derecha, como por parte de la izquierda del hemiciclo,
algo que no parece haberle resultado útil a los de Sánchez.
El
documento de políticas sociales fue, desde el inicio, el dictamen de la discordia,
y este miércoles ha decaído con 172 votos a favor, 175 en contra y una
abstención. El motivo principal radicaba en que las derechas (PP, Ciudadanos y
JxCat) se negaban a apoyar un
texto que no incluyera a la educación concertada en los planes de financiación
pública recogidos en el dictamen. Sin embargo, las diferencias iban
mucho más allá, y si desde los partidos más conservadores se valoraba el texto
como "muy ideologizado", desde las formaciones de izquierdas se
advertía de que las medidas se quedaban cortas.
Hasta
el martes, parecía que el texto, a pesar de no suscitar demasiados apoyos, iba
a salir adelante gracias a una débil mayoría. Sin embargo, un desacuerdo de
última hora con Bildu (el enésimo entre los
socialistas y la formación vasca relacionado con la comisión,
desde que el PSOE votase en contra de la derogación de la reforma laboral) ha
terminado por hacer fracasar el dictamen, que ha perdido en el Congreso con un
sonoro aplauso de las bancadas de la derecha.
El documento económico sale adelante
debilitado
Fuentes
de Unidas Podemos aseguran que se había llegado a un acuerdo con Bildu a
través de una enmienda para mejorar las pensiones (mediante la revalorización
con el coste de la vida, el aumento de las pensiones
mínimas y la derogación del factor de sostenibilidad), pero el
PSOE, en el último momento, no quiso que esa enmienda saliera adelante, lo que
ha provocado el voto negativo de Bildu y la consiguiente caída del documento.
Por
poco no ha corrido la misma suerte el dictamen de reactivación económica.
También aquí el Ejecutivo ha tenido muchas dificultades para atraerse
suficientes votos, tanto en el seno de la comisión como este miércoles en la
sesión plenaria. En un intento para atraer al PP, el PSOE tumbó en varias ocasiones
en la comisión de reconstrucción medidas como la derogación de la reforma
laboral, un impuesto a las grandes fortunas o un impuesto a la
banca.
En
la última sesión de la comisión, los de Sánchez se ganaron
incluso el recelo de formaciones como Más País o Compromís por tumbar medidas
ya acordadas con estos partidos en el grupo de trabajo de
reactivación económica del órgano para introducir enmiendas de Ciudadanos.
También in extremis, los socialistas han logrado salvar el documento, gracias a
volver a introducir en el texto estas medidas tumbadas por Cs, motivando el
voto a favor de Más País y de Compromís.
El
texto de reactivación económica ha salido adelante con 169 votos a favor, 168
en contra y 11 abstenciones -queda pendiente la repetición de la votación tras
el error de un diputado-.
Cuando arrancó la comisión, el objetivo era el de obtener una mayoría reforzada
que incluyera al PP en todos los dictámenes de los grupos de trabajo. En las
últimas sesiones del órgano, tras renunciar a este primer objetivo, se optó por
tratar de salvar todos los documentos y obtener un gran
respaldo en el área de Sanidad y en el de UE. Tampoco este segundo
objetivo, motivado por el fracaso del primero, se ha conseguido.
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