Marzo 21, 2016
Podemos,
Nacionalistas y Ciudadanos se vetan mutuamente
“Ya no habría
la opción de unas terceras elecciones generales”, es lo único que admiten los
detractores del pacto a tres PSOE-Podemos-Cs, como el profesor Antonio
Antón (Podemos).
Y Begoña Villacís (Cs), por
su parte, lo constata: “Ciudadanos, PSOE y Podemos no pueden estar nunca en
el mismo barco”. Los vetos
mutuos de Podemos, Nacionalistas y Ciudadanos, pese al auxilio de las formaciones
nacionalistas canarias (Coalición Canaria y Nueva Canarias), junto con el veto del
viejo PSOE a gobernar
en solitario con Podemos, hace cualquier coalición imposible y estrecha el
margen de maniobra de Pedro Sánchez para los pactos de Semana Santa. Ya solo un
Gobierno socialista en solitario con un programa de reformas que recoja ese
mínimo común denominador de las fuerzas del cambio, si es que logran
concretarlo, podría evitar esa repetición electoral y mandar a
Mariano Rajoy a la Oposición, que era el mandato expreso y diáfano de las primeras
urnas. Es el llamado “modelo Aragón”, el Ohio español.
“Espía en el Congreso”, aún a costa de la lógica y
legítima incomprensión de muchos de sus lector@s, no puede seguir defendiendo lo ya
indefendible ni mirar para otro lado ante una evidencia palmaria: los nuevos
partidos padecen los mismos prejuicios y tics sobre “las dos Españas” que los
viejos, y los
nuevos dirigentes se parecen mucho –solo en esto– a los antiguos. Sinceramente
creemos que los mismos que aconsejan a Podemos y Ciudadanos los vetos, líneas rojas y bloqueos hoy, serán los que mañana
crucifiquen a sus líderes y “aparatos” por el posible retroceso electoral y
alta abstención, de la que solo saldrá beneficiado el Partido Popular. Pero
este blog recoge en su ideario el derecho a morir dignamente, incluso en el
caso del “harakiri” o suicidio. Y mucho nos tememos que Pedro
Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera van a ser los paganos de las nuevas elecciones, para
satisfacción de ese registrador de la propiedad acostumbrado a ver pasar el
cadáver de sus enemigos internos y externos fumándose tranquilamente un puro,
sin moverse, en su despacho.
Elordi y Antón: 2 análisis sobre los pactos
Los
políticos y los funcionarios se fueron el viernes de vacaciones y ya no
regresarán hasta la próxima semana, mientras la mayor parte de España tendrá
que apurar sus jornadas laborales –el que tenga trabajo– sin descanso. Es la
doble moral española que al menos permite un momento para la reflexión
política. Dos lúcidos artículos y dos significativas declaraciones políticas
han aparecido sobre ello y “Espía en el Congreso” las analiza: Antonio
Antón y Carlos Elordi son sus
firmantes junto con la eurodiputada de Podemos Tania
González y la
concejala madrileña Begoña Villacís (Ciudadanos). Todo queda pendiente de la reunión Pedro
Sánchez-Pablo Iglesias esta Semana Santa y al hecho de que de ahí salga un “sí” de Podemos a la
investidura a cambio de la salida del Gobierno de Ciudadanos, lo que
previsiblemente disgustará a Albert Rivera, que tampoco ha conseguido la dimisión de
Rajoy. Serían
entonces 163 “noes” frente a 167 síes (PSOE, Podemos, PNV, IU, Compromís). Y
luego habría que buscar la abstención de DL y ERC e incluso de Bildu.
La
estadística dice que Aragón es el Ohio español y todo está a la espera del papel
que pueda desempeñar en Podemos el nuevo secretario de organización, un hombre
de prestigio y con predicamento como Pablo Echenique. En su primera conferencia de
prensa junto a Pablo Iglesias, mientras éste insistía en que solo era posible un “pacto a la
valenciana”, Echenique
se permitió un leve matiz: “yo prefiero un pacto a la aragonesa”. Posteriormente aclaró a la
prensa: “No voy a Madrid a aplicar el pacto a la aragonesa”. Y es que Podemos Zaragoza llegó a
sugerir un Gobierno PSOE-Podemos-IU en Madrid para luego rectificar. En Aragón
finalmente se inclinó por un Gobierno de coalición socialista
junto con la Chunta Aragonesista que contemplase a Podemos como “socio preferente” en el Parlamento, con un
interlocutor directo morado por cada ministerio o consejería que supervisa la
aplicación de las reformas. Sería el momento de partidos como PNV y Compromís, dado el inesperado giro que la
antigua CiU (hoy DiL) ha dado hacia el PP (cheque Montoro). La última esperanza para el
“soldado” Sánchez y para quienes quieren ver a Rajoy y al PP en la Oposición
sin asomarse al abismo de unas nuevas elecciones.
Begoña Villacís (Cs) y Tania González (Podemos)
“Hemos sido
los primeros que le han dicho a Sánchez que apoyaríamos su proceso de
investidura, pero hemos
dicho que apoyaremos un Gobierno que sea de progreso, que sea de cambio, no un
gobierno continuista, que no se plantea la derogación de la reforma laboral y a
políticas que han llevado a la pobreza”, recalca la crítica Tania
González (Podemos).
La portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Madrid, Begoña
Villacís, señala por
su parte que C’s, PSOE y Podemos no pueden estar “nunca los tres en
el mismo barco”. Al tiempo, Albert
Rivera, pese al
acuerdo de programa de cambio firmado con Pedro Sánchez, ya no descarta un “escenario
distinto” donde los
socialistas busquen un acuerdo con Podemos. “Si PSOE y Podemos quieren un
acuerdo lo pueden hacer. Ése es uno de los riesgos que hay”, ha admitido Rivera. En ese escenario, Ciudadanos pasaría a ejercer como oposición y
combatiría el acuerdo PSOE-Podemos porque necesita de la abstención de los
nacionalistas.
Aritméticamente
hablando, y teniendo en cuenta la oposición frontal de Mariano Rajoy (123
escaños) los socialistas necesitan el sí de al menos 34 escaños y la abstención
de los restantes 103. Y por cada escaño que vote “no” con el PP, los
socialistas necesitarán un nuevo “sí”. Esto reduce las posibilidades a un mero
acuerdo de investidura a cambio de reformas. Y estas solo pueden avanzar en el
campo de minas que suponen las incompatibilidades de ambos lados del espectro
político. ¿Demasiado para el “soldado” Sánchez?. Probablemente sí, al menos era y es
lo más previsible. En Podemos el ala crítica que quiere nuevas elecciones y
esperar incluso al abismo de los terceros comicios para una vez ahí poder
pactar con el PSOE, lo podría representar Antonio Antón, profesor de Sociología de la
Universidad Autónoma de Madrid y autor de “Movimiento popular y cambio
político. Nuevos discursos” (Ed. UOC). Para Antón, en el programa de cambio PSOE-Cs “solo hay algunas
leves medidas de mejora social y transparencia democrática que pueden ser
compartidas por Podemos y sus aliados”.
Antón ve que
“la opción del PSOE es clara y parece que no tiene marcha atrás, al menos hasta
después de las probables nuevas elecciones”: “Aparte del deseable y probable
descenso del PP, pueden
implicar efectos en los dos sentidos contrarios en el equilibrio
entre PSOE y Podemos y sus alianzas, dando por supuesto un relativo empate y que por
separado no van a obtener la representatividad necesaria para gobernar”. La
tesis es que el PP baja, no sube, el PSOE baja también y entonces Pedro Sánchez
pactaría con Podemos lo que ahora discute. No se contempla que entrara Susana
Díaz a sustituirle o que, si lo hiciera, ella pactara con el PP. Incluso ese
escenario sería mejor para Podemos, en una reedición del célebre “cuanto peor,
mejor” que mejor que nadie representa el “duelo a garrotazos” de Goya.
Antón se
sitúa también en el escenario de que las nuevas elecciones no cambiaran mucho
la repartición de escaños –“Probablemente los resultados tampoco serán definitivos
para forzar cambios estratégicos de cada fuerza política”-. También admite que habrá “frustración”,
pero no le importa: “Las diferencias con la situación actual, aparte de que ya no habría
la opción de unas terceras elecciones generales, son dos. Por una parte,
disminuiría la credibilidad de la dirección socialista y acentuaría el fracaso
y el descrédito del continuismo transformista. Por otra parte, en el caso de
Podemos y las fuerzas alternativas, aun con la frustración colectiva por
el bloqueo del cambio institucional, estarían en mejor posición para hacer frente a una
prolongada y dura fase de oposición institucional y social”.
El primer modelo negociador PSOE-Podemos fracasó
No menos
lúcido y tenaz se muestra el acreditado analista y periodista Carlos
Elordi: “Podemos
tiene problemas internos. Y parecen serios. Pero Pedro Sánchez se equivoca si
cree que va a obtener la investidura presidencial a base de ahondar en los
mismos. Porque la presión externa obligará a Podemos a cerrar filas, aunque sea
provisionalmente. Y porque los modos burdos con los que el PSOE está ejerciendo
esa presión no pueden sino generar reacciones de rechazo, que dificultarán aún más la
posibilidad de un entendimiento. El pacto de izquierdas sigue estando muy lejos
y sólo un cambio sustancial de las relaciones entre el partido de Sánchez y el
de Iglesias puede reducir esa distancia“.
Alberto Garzón e IU “siguen muy lejos” de lograr ser
alternativa, dice Elordi
“No es de
extrañar que en Podemos haya diferentes posiciones sobre qué hacer en la escena
política general en estos momentos. Que unos crean que han de permitir
que el PSOE gobierne a cambio de algo y que otros opinen que no se puede apoyar
a los socialistas mientras éstos no cedan en las cuestiones que Podemos
considera fundamentales. Ese mismo debate se está produciendo en todos los ámbitos de la población que de una u otra manera está
comprometida políticamente en la izquierda”, sostiene Elordi. Y no cree que los nuevos comicios
cambien la distribución de escaños: “El partido de Pablo Iglesias sigue siendo
el principal referente del frente del rechazo a la política que se ha hecho
hasta ahora, y de quienes creen que es necesario un cambio profundo y que hay
actuar decididamente contra la desigualdad y la marginación. El PSOE no
es una alternativa para esos
ciudadanos. IU podría serlo, pero sigue muy lejos de lograrlo. Si hubiera nuevas elecciones, Podemos, punto arriba o abajo, repetiría
sus resultados del 20-D”,
señala.
Los resultados indican que Sánchez fue muy lejos con Rivera
“¿Qué habrá
sacado en limpio el PSOE de ese rifirrafe? Nada o incluso algo que puede no jugar
precisamente a su favor. Golpear a Podemos por donde se pudiera para obligarle
a doblar la rodilla ha sido la penúltima iniciativa de la caótica estrategia
que Pedro Sánchez está siguiendo para obtener la investidura. El líder del PSOE debería pensar
necesariamente en la necesidad de cambiar de consejeros. Porque hasta ahora todo lo que le
han dicho que haga no está saliendo bien. Para empezar, su pacto con
Ciudadanos. Podía haber sido un entendimiento sin más, pero su necesidad de acudir a la
sesión de investidura con algo en la mano para calmar a su partido, llevó a
Sánchez a firmar un acuerdo solemne, del que ahora se está desdiciendo cada día
que pasa. Hace tres semanas dijo que no tendría ningún encuentro con terceros
en los que no estuviera presente Albert Rivera”, recuerda Elordi.
Grecia y Portugal lograron el cambio ¿Y España?
Dado el
encastillamiento de Rajoy, que ni siquiera se planteó la dimisión por presión
de Cs, los hechos le dan la razón, aunque “los fieles de Sánchez podrán decir
que esa es una manera de mantener todas las puertas abiertas”: Pedro Sánchez (PSOE) se ha
reunido con el presidente catalán Carles Puigdemont (DL), Alberto Garzón (IU), con el alcalde de La Coruña, Xulio
Ferreiro (Marea
Atlántica), con el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, con el presidente de Canarias, Fernando
Clavijo (Coalición
Canaria) y con Mónica Oltra (Compromís). A escala internacional con el primer ministro
portugués, Antonio Costa y con el primer ministro griego Alexis
Tsipras. La semana
que viene se verá previsiblemente con Pablo Iglesias. El balance de estas reuniones
parece claro: con todos puede haber acuerdo si se explora pero ni entrarán ni
votarán un Gobierno PSOE-Ciudadanos. Las reuniones con Albert
Rivera también han
arrojado un resultado parecido, pero a la inversa: con ellos hay incluso un
acuerdo pero ni entrarán ni votarán en en Gobierno con Podemos o los
nacionalistas.
Ningún partido, salvo el PP, quiere elecciones
Así las
cosas, el líder socialista solo podría afrontar la tercera investidura (2 de
mayo) ofreciendo un programa de reformas compatibles con Cs y Podemos y, dadas
las incompatibilidades manifiestas entre los partidos del cambio, afrontarla
desde un Gobierno monocolor parece la única salida. “O sea que la vuelta a las
urnas sigue siendo la salida más consistente en estos momentos. Ningún
partido, tal vez salvo el PP, quiere que eso ocurra. Tampoco Podemos. (Pero no por lo
que dicen que dicen las encuestas, sino porque sus dirigentes creen que una
nueva campaña puede ser un esfuerzo demasiado pesado). De ahí que
quepa esperar que las próximas semanas siga habiendo de todo. Esperemos que
algo sea bueno”, concluye Elordi.
Fuentes:
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