martes, 22 de marzo de 2016

PACTOS DE SEMANA SANTA: O EL "MODELO ARAGÓN" O ELECCIONES


Marzo 21, 2016Por Espía en el Congreso Gobierno
Podemos, Nacionalistas y Ciudadanos se vetan mutuamente

Solo Echenique y el modelo Aragón pueden evitar las elecciones

Ya no habría la opción de unas terceras elecciones generales”, es lo único que admiten los detractores del pacto a tres PSOE-Podemos-Cs, como el profesor Antonio Antón (Podemos). Y Begoña Villacís (Cs), por su parte, lo constata: “Ciudadanos, PSOE y Podemos no pueden estar nunca en el mismo barco”. Los vetos mutuos de Podemos, Nacionalistas y Ciudadanos, pese al auxilio de las formaciones nacionalistas canarias (Coalición Canaria y Nueva Canarias), junto con el veto del viejo PSOE a gobernar en solitario con Podemos, hace cualquier coalición imposible y estrecha el margen de maniobra de Pedro Sánchez para los pactos de Semana Santa. Ya solo un Gobierno socialista en solitario con un programa de reformas que recoja ese mínimo común denominador de las fuerzas del cambio, si es que logran concretarlo, podría evitar esa repetición electoral y mandar a Mariano Rajoy a la Oposición, que era el mandato expreso y diáfano de las primeras urnas. Es el llamado “modelo Aragón”, el Ohio español.


 “Espía en el Congreso”, aún a costa de la lógica y legítima incomprensión de muchos de sus lector@s, no puede seguir defendiendo lo ya indefendible ni mirar para otro lado ante una evidencia palmaria: los nuevos partidos padecen los mismos prejuicios y tics sobre “las dos Españas” que los viejos, y los nuevos dirigentes se parecen mucho –solo en esto– a los antiguos. Sinceramente creemos que los mismos que aconsejan a Podemos y Ciudadanos los vetos, líneas rojas y bloqueos hoy, serán los que mañana crucifiquen a sus líderes y “aparatos” por el posible retroceso electoral y alta abstención, de la que solo saldrá beneficiado el Partido Popular. Pero este blog recoge en su ideario el derecho a morir dignamente, incluso en el caso del “harakiri” o suicidio. Y mucho nos tememos que Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera van a ser los paganos de las nuevas elecciones, para satisfacción de ese registrador de la propiedad acostumbrado a ver pasar el cadáver de sus enemigos internos y externos fumándose tranquilamente un puro, sin moverse, en su despacho.

Elordi y Antón: 2 análisis sobre los pactos

Los políticos y los funcionarios se fueron el viernes de vacaciones y ya no regresarán hasta la próxima semana, mientras la mayor parte de España tendrá que apurar sus jornadas laborales –el que tenga trabajo– sin descanso. Es la doble moral española que al menos permite un momento para la reflexión política. Dos lúcidos artículos y dos significativas declaraciones políticas han aparecido sobre ello y “Espía en el Congreso” las analiza: Antonio Antón y Carlos Elordi son sus firmantes junto con la eurodiputada de Podemos Tania González y la concejala madrileña Begoña Villacís (Ciudadanos). Todo queda pendiente de la reunión Pedro Sánchez-Pablo Iglesias esta Semana Santa y al hecho de que de ahí salga un “sí” de Podemos a la investidura a cambio de la salida del Gobierno de Ciudadanos, lo que previsiblemente disgustará a Albert Rivera, que tampoco ha conseguido la dimisión de Rajoy. Serían entonces 163 “noes” frente a 167 síes (PSOE, Podemos, PNV, IU, Compromís). Y luego habría que buscar la abstención de DL y ERC e incluso de Bildu.


La estadística dice que Aragón es el Ohio español y todo está a la espera del papel que pueda desempeñar en Podemos el nuevo secretario de organización, un hombre de prestigio y con predicamento como Pablo Echenique. En su primera conferencia de prensa junto a Pablo Iglesias, mientras éste insistía en que solo era posible un “pacto a la valenciana”, Echenique se permitió un leve matiz: “yo prefiero un pacto a la aragonesa”. Posteriormente aclaró a la prensa: “No voy a Madrid a aplicar el pacto a la aragonesa”. Y es que Podemos Zaragoza llegó a sugerir un Gobierno PSOE-Podemos-IU en Madrid para luego rectificar. En Aragón finalmente se inclinó por un Gobierno de coalición socialista junto con la Chunta Aragonesista que contemplase a Podemos como “socio preferente” en el Parlamento, con un interlocutor directo morado por cada ministerio o consejería que supervisa la aplicación de las reformas. Sería el momento de partidos como PNV y Compromís, dado el inesperado giro que la antigua CiU (hoy DiL) ha dado hacia el PP (cheque Montoro). La última esperanza para el “soldado” Sánchez y para quienes quieren ver a Rajoy y al PP en la Oposición sin asomarse al abismo de unas nuevas elecciones.

Begoña Villacís (Cs) y Tania González (Podemos)

Hemos sido los primeros que le han dicho a Sánchez que apoyaríamos su proceso de investidura, pero hemos dicho que apoyaremos un Gobierno que sea de progreso, que sea de cambio, no un gobierno continuista, que no se plantea la derogación de la reforma laboral y a políticas que han llevado a la pobreza”, recalca la crítica Tania González (Podemos). La portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Madrid, Begoña Villacís, señala por su parte que C’s, PSOE y Podemos no pueden estar “nunca los tres en el mismo barco”. Al tiempo, Albert Rivera, pese al acuerdo de programa de cambio firmado con Pedro Sánchez, ya no descarta un “escenario distinto” donde los socialistas busquen un acuerdo con Podemos. “Si PSOE y Podemos quieren un acuerdo lo pueden hacer. Ése es uno de los riesgos que hay”, ha admitido Rivera. En ese escenario, Ciudadanos pasaría a ejercer como oposición y combatiría el acuerdo PSOE-Podemos porque necesita de la abstención de los nacionalistas.

Aritméticamente hablando, y teniendo en cuenta la oposición frontal de Mariano Rajoy (123 escaños) los socialistas necesitan el sí de al menos 34 escaños y la abstención de los restantes 103. Y por cada escaño que vote “no” con el PP, los socialistas necesitarán un nuevo “sí”. Esto reduce las posibilidades a un mero acuerdo de investidura a cambio de reformas. Y estas solo pueden avanzar en el campo de minas que suponen las incompatibilidades de ambos lados del espectro político. ¿Demasiado para el “soldado” Sánchez?. Probablemente sí, al menos era y es lo más previsible. En Podemos el ala crítica que quiere nuevas elecciones y esperar incluso al abismo de los terceros comicios para una vez ahí poder pactar con el PSOE, lo podría representar Antonio Antón, profesor de Sociología de la Universidad Autónoma de Madrid y autor de “Movimiento popular y cambio político. Nuevos discursos” (Ed. UOC). Para Antón, en el programa de cambio PSOE-Cs “solo hay algunas leves medidas de mejora social y transparencia democrática que pueden ser compartidas por Podemos y sus aliados”.


Antón ve que “la opción del PSOE es clara y parece que no tiene marcha atrás, al menos hasta después de las probables nuevas elecciones”: “Aparte del deseable y probable descenso del PP, pueden implicar efectos en los dos sentidos contrarios en el equilibrio entre PSOE y Podemos y sus alianzas, dando por supuesto un relativo empate y que por separado no van a obtener la representatividad necesaria para gobernar”. La tesis es que el PP baja, no sube, el PSOE baja también y entonces Pedro Sánchez pactaría con Podemos lo que ahora discute. No se contempla que entrara Susana Díaz a sustituirle o que, si lo hiciera, ella pactara con el PP. Incluso ese escenario sería mejor para Podemos, en una reedición del célebre “cuanto peor, mejor” que mejor que nadie representa el “duelo a garrotazos” de Goya.
Antón se sitúa también en el escenario de que las nuevas elecciones no cambiaran mucho la repartición de escaños –“Probablemente los resultados tampoco serán definitivos para forzar cambios estratégicos de cada fuerza política”-. También admite que habrá “frustración”, pero no le importa: “Las diferencias con la situación actual, aparte de que ya no habría la opción de unas terceras elecciones generales, son dos. Por una parte, disminuiría la credibilidad de la dirección socialista y acentuaría el fracaso y el descrédito del continuismo transformista. Por otra parte, en el caso de Podemos y las fuerzas alternativas, aun con la frustración colectiva por el bloqueo del cambio institucional, estarían en mejor posición para hacer frente a una prolongada y dura fase de oposición institucional y social”.


El primer modelo negociador PSOE-Podemos fracasó

No menos lúcido y tenaz se muestra el acreditado analista y periodista Carlos Elordi: “Podemos tiene problemas internos. Y parecen serios. Pero Pedro Sánchez se equivoca si cree que va a obtener la investidura presidencial a base de ahondar en los mismos. Porque la presión externa obligará a Podemos a cerrar filas, aunque sea provisionalmente. Y porque los modos burdos con los que el PSOE está ejerciendo esa presión no pueden sino generar reacciones de rechazo, que dificultarán aún más la posibilidad de un entendimiento. El pacto de izquierdas sigue estando muy lejos y sólo un cambio sustancial de las relaciones entre el partido de Sánchez y el de Iglesias puede reducir esa distancia“.


Alberto Garzón e IU “siguen muy lejos” de lograr ser alternativa, dice Elordi
“No es de extrañar que en Podemos haya diferentes posiciones sobre qué hacer en la escena política general en estos momentos. Que unos crean que han de permitir que el PSOE gobierne a cambio de algo y que otros opinen que no se puede apoyar a los socialistas mientras éstos no cedan en las cuestiones que Podemos considera fundamentales. Ese mismo debate se está produciendo en todos los ámbitos de la población que de una u otra manera está comprometida políticamente en la izquierda”, sostiene Elordi. Y no cree que los nuevos comicios cambien la distribución de escaños: “El partido de Pablo Iglesias sigue siendo el principal referente del frente del rechazo a la política que se ha hecho hasta ahora, y de quienes creen que es necesario un cambio profundo y que hay actuar decididamente contra la desigualdad y la marginación. El PSOE no es una alternativa para esos ciudadanos. IU podría serlo, pero sigue muy lejos de lograrlo. Si hubiera nuevas elecciones, Podemos, punto arriba o abajo, repetiría sus resultados del 20-D”, señala.


Los resultados indican que Sánchez fue muy lejos con Rivera

“¿Qué habrá sacado en limpio el PSOE de ese rifirrafe? Nada o incluso algo que puede no jugar precisamente a su favor. Golpear a Podemos por donde se pudiera para obligarle a doblar la rodilla ha sido la penúltima iniciativa de la caótica estrategia que Pedro Sánchez está siguiendo para obtener la investidura. El líder del PSOE debería pensar necesariamente en la necesidad de cambiar de consejeros. Porque hasta ahora todo lo que le han dicho que haga no está saliendo bien. Para empezar, su pacto con Ciudadanos. Podía haber sido un entendimiento sin más, pero su necesidad de acudir a la sesión de investidura con algo en la mano para calmar a su partido, llevó a Sánchez a firmar un acuerdo solemne, del que ahora se está desdiciendo cada día que pasa. Hace tres semanas dijo que no tendría ningún encuentro con terceros en los que no estuviera presente Albert Rivera”, recuerda Elordi.


Grecia y Portugal lograron el cambio ¿Y España?
Dado el encastillamiento de Rajoy, que ni siquiera se planteó la dimisión por presión de Cs, los hechos le dan la razón, aunque “los fieles de Sánchez podrán decir que esa es una manera de mantener todas las puertas abiertas”: Pedro Sánchez (PSOE) se ha reunido con el presidente catalán Carles Puigdemont (DL), Alberto Garzón (IU), con el alcalde de La Coruña, Xulio Ferreiro (Marea Atlántica), con el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, con el presidente de Canarias, Fernando Clavijo (Coalición Canaria) y con Mónica Oltra (Compromís). A escala internacional con el primer ministro portugués, Antonio Costa y con el primer ministro griego Alexis Tsipras. La semana que viene se verá previsiblemente con Pablo Iglesias. El balance de estas reuniones parece claro: con todos puede haber acuerdo si se explora pero ni entrarán ni votarán un Gobierno PSOE-Ciudadanos. Las reuniones con Albert Rivera también han arrojado un resultado parecido, pero a la inversa: con ellos hay incluso un acuerdo pero ni entrarán ni votarán en en Gobierno con Podemos o los nacionalistas.


Ningún partido, salvo el PP, quiere elecciones
Así las cosas, el líder socialista solo podría afrontar la tercera investidura (2 de mayo) ofreciendo un programa de reformas compatibles con Cs y Podemos y, dadas las incompatibilidades manifiestas entre los partidos del cambio, afrontarla desde un Gobierno monocolor parece la única salida. “O sea que la vuelta a las urnas sigue siendo la salida más consistente en estos momentos. Ningún partido, tal vez salvo el PP, quiere que eso ocurra. Tampoco Podemos. (Pero no por lo que dicen que dicen las encuestas, sino porque sus dirigentes creen que una nueva campaña puede ser un esfuerzo demasiado pesado). De ahí que quepa esperar que las próximas semanas siga habiendo de todo. Esperemos que algo sea bueno”, concluye Elordi.
Fuentes:

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