miércoles, 22 de enero de 2014

GAMONAL, BURGOS: LOS VECINOS SIEMPRE TIENEN RAZÓN




En dos entregas el procedimiento que siguió el Ayuntamiento de Burgos para esquilmar las arcas municipales y favorecer al amigo constructor
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ASÍ SE ADJUDICÓ LA OBRA DEL BULEVAR DE GAMONAL

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Los constructores amigos en la ciudad arruinada

El segundo concurso que convocó el Ayuntamiento de Burgos, tras decidir el plan maestro para el barrio, fue la adjudicación de la obra de la calle Vitoria, la que han logrado parar temporalmente los vecinos. Lo ganó una UTE (unión temporal de empresas) de dos constructoras de Burgos: Copsa y Aroasa. Aroasa pertenece al grupo Arranz Acinas, una constructora que ha hecho a su vez decenas de obras con Méndez Pozo: la reconstrucción del cuartel de la Guardia Civil de Burgos contra el que atentó ETA, la circunvalación de la ciudad, la remodelación del hospital San Juan de Dios…

Ambos constructores también tienen negocios en Palencia, donde invirtieron en los terrenos del antiguo campo de fútbol para construir viviendas y participan –junto con otros socios– en el nuevo hospital de Burgos, que se supone que iba a costar solo 240 millones pero acumula al menos otros 200 millones más en sobrecostes. Méndez Pozo y la constructora Arranz Acinas también han levantado varios edificios de viviendas en otros terrenos recalificados en la ciudad.

En cuanto a Copsa, la otra ganadora de la obra de Gamonal, también es socia de Méndez Pozo en otros negocios. Destaca uno entre todos: la construcción de la Ciudad del Medio Ambiente de Soria, un proyecto megalómano en el que la Junta de Castilla y León ya lleva gastados 52 millones de euros y que está a medio terminar, parado por una sentencia del Tribunal Constitucional. El proyecto fue impulsado por el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, que también es de Burgos.

Las tres ganadores de la obra que los vecinos han detenido en Gamonal –Copsa, Arranz Acinas y el grupo de Méndez Pozo– también participan en la mayor operación urbanística de Burgos de los últimos años: el bulevar ferroviario, una enorme avenida que se levantó sobre las antiguas líneas del tren.

El bulevar ferroviario, que está aún sin completar, ha sido un festín para las constructoras burgalesas: no solo ha sido una enorme inyección de dinero público, sino que también ha permitido recalificar y revalorizar amplias zonas de la ciudad. Ya ha costado al Ayuntamiento 63 millones de euros que todavía están sin pagar a los bancos (los constructores, por supuesto, ya cobraron). En total, la deuda del Ayuntamiento ya suma unos 420 millones de euros, si se tiene en cuenta también a las empresas públicas con las que se camufla parte del enorme agujero. Burgos es hoy una de las capitales de provincia más endeudadas del país en relación a su población. El Ayuntamiento debe unos 2.350 euros por habitante, una deuda per capita que supera incluso a la de la casi arruinada ciudad de Madrid. En la capital es de 2.000 euros por persona.

A pesar de la insostenible deuda, el dinero no parece ser un problema para los actuales gestores del Ayuntamiento de Burgos ni cuando se trata de poner en marcha nuevas obras que ni los vecinos quieren ni cuando se elige al constructor. Además de los amigos de Méndez Pozo, se presentó al concurso otra empresa de Santander, Copsesa. Hizo una oferta que costaba 700.000 euros menos y que también ofrecía a los vecinos plazas de aparcamiento más baratas –1.425 euros menos–, pero perdió el concurso.

Lo más barato y eficiente puede perder en Burgos por el tipo de concurso que el Ayuntamiento suele convocar. Según sus baremos, el 40% de la nota depende de criterios subjetivos, que deciden los supuestos técnicos independientes. Pero el funcionario que redacta todos los informes técnicos de las principales obras en Burgos es siempre el mismo: Luis María Arce Lastra. Es una persona de la máxima confianza del alcalde Javier Lacalle y también de los propios constructores.

En 2006, cuando el ahora alcalde era concejal de urbanismo, Luis María Arce y Javier Lacalle fueron invitados a una semana de vacaciones en Niza, en la Costa Azul francesa, pagada por los constructores de Burgos, que les acompañaron en el viaje. Entre los viajeros estaba también el hijo mayor de Méndez Pozo, Miguel, el que se ocupa de la pata inmobiliaria del boyante negocio familiar.

Los "modificados" los propondrá Méndez Pozo

En apariencia, la presencia que Méndez Pozo en la adjudicación del bulevar de Gamonal no es gran cosa. La obra está presupuestada en unos 12 millones de euros de los que Méndez Pozo solo cobrará 240.000 euros, a través de MBG. Sin embargo, esta apariencia es engañosa, no solo porque sean sus socios en otros negocios quienes vayan a cobrar la factura principal de la operación de Gamonal.

La empresa de Méndez Pozo que ganó el concurso "anónimo", MBG, se ha ocupado del diseño del proyecto y también llevará la dirección de la obra, un papel para nada irrelevante. La dirección de obra es la que propone las ampliaciones en el presupuesto, los famosos "modificados": las ampliaciones sobre el presupuesto inicial de la adjudicación.

Además de MBG, el Ayuntamiento (a través de sus técnicos "independientes") también tendrá que dar su aprobación, si los constructores plantean cobrar más por algún imprevisto. La razón por la que se suele separar la dirección de obra de la construcción es, precisamente, para garantizar que no haya abusos del constructor a la hora de ampliar el presupuesto, esa costumbre tan habitual en las obras públicas en España –o en el canal de Panamá–.

En Burgos, esta independencia del director de obra no será tal: será el socio habitual de los otros constructores quien tendrá que decidir si se merecen cobrar algo más. Todo esto, claro está, en el caso de que el famoso bulevar se llegue a realizar

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