Pocos autores tienen tantos detractores sin haber leído sus libros como Diego Fusaro. Se le ha calificado de rojipardo, fascista, antifeminista, antigay, y unos cuantos antis más por parte de la izquierda rosa-pálido… aunque no se sepa muy bien por qué.
Entrevista a Diego Fusaro
EL VIEJO TOPO / 14 diciembre, 2023
por Carlos X. Blanco
Diego Fusaro (Turín, 1983) es un gran conocedor de las filosofías de
Fichte, Hegel, Marx y Gramsci, entre otros autores clave de la Filosofía. Con
gran placer, he procurado en los años recientes dar a conocer alguna de sus
obras en el idioma español, tratando así de paliar la indigencia teórica en la
que se encuentran los estudios sobre Marx y el abandono que sufre esta egregia
figura entre la izquierda “woke” de España, hoy mayoritaria, colaboradora
necesaria del Sistema y cómplice del nefasto gobierno actual. En 2023 he
contribuido a dar a la luz la versión española de su gran obra Marx y
la Esclavitud (SND), un erudito texto fusariano en el que se trata de
esclarecer el concepto de esclavitud en Marx así como la vigencia misma de esta
categoría bajo la férula del capitalismo. Además de traducir, prologar o
difundir la obra de Diego, también me causa placer y alegría poder conversar
con él y compartir sus respuestas ante los lectores de esta revista.
- Diego, dinos, ¿por qué un libro sobre Marx y la esclavitud?
El libro surgió
fundamentalmente porque tengo la convicción, expresada en el libro «Bienvenido
Marx», de que el pensamiento filosófico y político de Marx es esencialmente una
reelaboración de dos figuras fundamentales de la filosofía de Hegel: la conciencia
infeliz y la dialéctica entre siervo y señor.
2. ¿Puede
considerarse el trabajo asalariado en el capitalismo una nueva forma de
esclavitud?
El trabajo
asalariado, tal como lo analiza Marx en sus escritos, especialmente después de
1845, es de hecho la forma moderna de esclavitud. Decir que la lucha de clases
es el fundamento de toda la historia, como hacen Marx y Engels en El Manifiesto
del Partido Comunista, significa básicamente que la historia es una lucha
entre esclavos y amos, y la esclavitud en la modernidad se expresa como una
forma de esclavitud asalariada. Un tipo de esclavitud muy especial, que se basa
en la existencia de sujetos formalmente libres e iguales pero económicamente
diferenciados como lo son el obrero y el capitalista. La esclavitud asalariada
moderna no surge de las leyes ni de las diferencias de clase, sino simplemente
de la diversificación de las funciones sociales y económicas. Por lo tanto,
presupone al mismo tiempo la libertad formal y la desigualdad material.
Marx emplea la
expresión Lohnsklaverei, esclavitud asalariada, muchas veces en sus
escritos. Y en mi opinión no se trata sólo de una metáfora. Quiere argumentar
que incluso la del asalariado es a todos los efectos una esclavitud, aunque muy
diferente de la del siervo y del antiguo esclavo. En un pasaje de «El Capital»,
Marx dice que el esclavo romano estaba atado por cadenas a su amo mientras que
el esclavo asalariado está atado al suyo por hilos invisibles. El esclavo se
mantenía vivo gracias a la comida y lo mismo ocurre con el trabajador, ya que a
este último también se le paga no por las horas de trabajo sino por los costes
de producción que se utilizan para mantenerlo vivo. El esclavo antiguo era
propiedad de su amo, el esclavo asalariado es propiedad de toda la clase capitalista.
3. ¿Hablaba
Karl Marx de «esclavitud capitalista» en un sentido puramente informal?
En las etapas
originales del capitalismo, las que Marx investiga en el capítulo sobre la
acumulación originaria, El Capital no desdeña utilizar la violencia y la
esclavitud en su forma directa para imponerse. Pero está claro que un
capitalismo en pleno funcionamiento ya no necesita la esclavitud directa,
porque funciona mejor con la esclavitud asalariada y formalmente libre.
4. ¿La «trata
de blancas» universal, es decir, la prostitución, entra en la categoría de
esclavitud?
La prostitución
trata a las mujeres como mercancías seductoras y, en palabras de Gramsci, como
mamíferos de lujo. Es sin duda una de las muchas formas de mercantilización
capitalista y también puede enmarcarse perfectamente como una forma
particularmente repugnante de esclavitud.
5. ¿Cómo
juzgaría Marx el tráfico de niños y de inmigrantes ilegales en la actualidad?
El tráfico de
niños e inmigrantes también entra de lleno en las formas de esclavitud del
capital, y es realmente curioso que el progresismo neoliberal nunca repare en
este aspecto, limitándose a celebrar la inmigración como una oportunidad para
la inclusión y la libre circulación.
6. ¿Crees que
muchas ONG proinmigración son neoesclavistas? ¿Cómo podríamos convencer a los
votantes y políticos «progresistas» y «sin fronteras» de que su actitud
inmigracionista es en realidad esclavitud?
En términos
generales, yo diría que la inmigración masiva actual es una deportación a gran
escala de brazos baratos que el capital utiliza para tener talleres que
explotar con los que, en general, abaratar los costes laborales. La inmigración
masiva es parte integrante de la lucha de clases descendente que libra el
capital contra los trabajadores inmigrantes y nativos.
7. ¿Sería la
cooperación con los países del Sur la mejor manera de combatir el retorno de la
esclavitud en forma de inmigración ilegal incontrolada?
Sin duda es
necesario cooperar con los países de la periferia del mundo, como lo llama
Wallerstein. Sobre todo, hay que volver a crear un movimiento obrero a escala
internacional. Y no olvidemos que la inmigración tiene su origen en el hecho de
que los países que la suministran son casi siempre objeto del colonialismo y
del imperialismo occidentales.
8. ¿Tiene algo
que ver el rechazo del marxismo por parte de la izquierda del Sistema (en
España, Podemos, Sumar, separatistas y otras fuerzas de la izquierda «woke»)
con su complicidad con el sistema neoliberal y neoesclavista?
Desgraciadamente,
el marxismo es hoy prácticamente inexistente, salvo como nicho de eruditos
relegado a polvorientas aulas universitarias y, por tanto, carente de
influencia en el debate público y en la política. Como intenté demostrar en mi
reciente libro Sinistrash, la izquierda ha abandonado por completo
a Marx, Gramsci y Lenin para convertirse a las razones del neoliberalismo
progresista. De roja, la izquierda ha pasado a ser fucsia y arco iris, fiel
guardiana del equilibrio de poder capitalista a escala mundial. Lo que la derecha
del dinero quiere, la izquierda del disfraz lo justifica
ideológicamente. Desde la inmigración masiva hasta la destrucción de los
Estados-nación soberanos, desde la demolición de la familia hasta la
neutralización de las identidades culturales. Lo Woke señala
precisamente esto, la reconversión de la izquierda del marxismo a una ideología
arco iris de simple glorificación de las relaciones de poder capitalistas. Lo
que llaman derechos civiles son en realidad caprichos consumistas
individualistas de las clases adineradas, que quieren tanta libertad como
puedan comprar
9. Cuanto más
oficial y retórico se vuelve el feminismo, más indignas son tratadas las
mujeres en Occidente ¿Es antimarxista el feminismo que da poder al Sistema? En
una sociedad de consumo cibernético, ¿las mujeres no son tanto o más esclavas
que hace cuarenta años?
El noble
feminismo de los años 60 era anticapitalista. El ridículo feminismo actual es
ultracapitalista. De hecho, no es más que una batalla por la individualización
de las costumbres y el consumo que no tiene nada que ver con los derechos de la
mujer, sino sólo con la expansión ilimitada del capital y la forma mercancía.
Muchas gracias,
Diego, por tus palabras. Y gracias, también, por colaborar con nosotros, tus
amigos españoles.
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