¿Te gastarías 2000 euros en
asistir a una charla?
DIARIO
OCTUBRE / agosto 28, 2022
Roberto Guijarro.— La condición suficiente para pagar 2000 euros por una conferencia es tener dinero de sobra para gastarlo en fruslerías. La condición necesaria es no trabajar, y que otros lo hagan por ti. Este era el público objetivo de la charla de Obama en Málaga, en el marco del Digital Enterprise Show (DES), conformado por empresarios de grandes compañías tecnológicas.
Sin
embargo, no solo hay que ser empresario y gastar buena billetera, también se
requiere la cabeza carcomida por una percepción que construye la identidad
personal en la apariencia, necesitada del reconocimiento social más huero. Una
autoimagen proyectada, tanto más preciada si es adlátere de mercancías fetiche
como paisajes, comidas, ropa, sitios de moda, actividades de aventura… o por la
cercanía a líderes mundiales. Es el mecanismo psicológico del selfie,
popularizado en nuestra sociedad.
Pero
el Digital Enterprise Show fue más ambicioso. Quería ganar mucho dinero y eso
sólo podía hacerse con un producto “exclusivo”, que escapara a esa
“democratización del consumo” que se produce en otras esferas del mercado. Las
latas de sopa Campbell de Andy Warhol no satisfacen los deseos de los
empresarios del DES. Hay mercancías a precio de saldo que cualquiera puede
consumir y posar con ellas. Se trataba de acceder a una esfera de consumo
alejado de la masa.
Entonces
se reunió la dirección del festival y decidieron vender “A conversation with
President Barck Obama”. No era tal coloquio porque no había posibilidad de
preguntas ni diálogo. Sin embargo, la conferencia sería singular, única,
irrepetible, excepcional. Una mercancía-espectáculo que, al ser consumida por
oídos y vista, distinguiría al comprador del resto de mortales que no pueden
pagar 2000 euros por una hora escuchando a cualquier estrafalario gurú. Y es
que la entrada comprometía al cliente a no realizar ninguna grabación. No se
podía hacer el típico vídeo de Instagram con Obama de fondo hablando.
Se
trataba de vender “algo más”, una mercancía que, consumida y sin vestigio
alguno, otorgase una experiencia “única” al comprador. Ese vacío en el registro
digital haría posible que los empresarios asistentes tuvieran una experiencia
singular, inefable e intransmisible a los demás. Decir que has estado en una
conferencia de Obama es, para cierto tipo de personas muy repelentes, algo que
las sitúa en un plano que levita sobre la cotidianidad del común de los
mortales. Debía oler fuerte con tanto cretino junto.
Sobre
la charla, nada que no se supiera; una colección de tópicos de ideología
dominante: la defensa del capitalismo inclusivo, el medio ambiente, la
revolución del smartphone, las cualidades del buen líder… bagatelas a precio de
oro para tontos. Cuentan que por allí andaban Pedro Sánchez y Juanma Moreno.
Sobre los honorarios del expresidente, dicen que seguramente cobre medio millón
de euros y que estaba muy contento por Málaga. Desde luego, vivir a costa de
los demás sienta bien… si eres un auténtico caradura.
FUENTE: nuevo-rumbo.es
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