martes, 26 de agosto de 2025

UCRANIA VS RUSIA. EL VERDADERO PODER EN LA SOMBRA. EL DESTINO DE TRUMP Y...

LOS RUSOS A PUNTO DE TOMAR EL ESTRATÉGICO BOSQUE DE SEREBRIANKA.SE PREPA...

Romper la cadena

 

La servidumbre voluntaria de que nos hablaba La Boétie la vemos hoy muy bien representada por nuestros “líderes” europeos, al parecer contumaces en su propósito de llevarnos a una guerra que inevitablemente vamos a perder (incluso si acabara en victoria).


Romper la cadena

 

Miguel Candel

El Viejo Topo

26 agosto, 2025 

 

Romper cadenas ha sido siempre una metáfora idónea para referirse a los procesos de liberación en el terreno social y político. Por eso los reaccionarios españoles (esa «especie» que no parece correr ningún riesgo de extinción) que, con el infame rey felón Fernando VII a la cabeza, ahogaron en sangre los primeros intentos constitucionalistas de este país gritaban «¡Vivan las ca(d)enas!» Pero no, no hacemos aquí referencia a las cadenas del poder absolutista tradicional, sino a otra inmensa cadena que tiene atado a medio mundo: la cadena imperialista formada por los miembros de lo que Samir Amin llamaba la «Tríada»: los Estados Unidos, la Unión Europea y el Japón, así como los países que ejercen de vasallos directos de alguno de los anteriores, verbigracia el Canadá, Australia o Corea del Sur. El propio Samir Amin describe así los objetivos que persigue la Tríada imperialista en general y su líder indiscutible, los Estados Unidos, en particular:

El objetivo confesado de la nueva estrategia hegemónica de los Estados Unidos es el de no tolerar la existencia de ninguna potencia capaz de resistirse a las órdenes de Washington y, en consecuencia, el de tratar de desmantelar a todos los países considerados «demasiado grandes», así como el de crear el máximo de Estados títeres o residuales, presas fáciles para el establecimiento de bases norteamericanas que aseguren su «protección». Sólo un Estado tiene derecho a ser «grande»: los Estados Unidos. La estrategia global norteamericana tiene los siguientes objetivos: 1) neutralizar y doblegar a los otros socios de la tríada (Europa y el Japón) y minimizar la capacidad de dichos Estados para actuar fuera del regazo norteamericano; 2) establecer el control militar de la OTAN y «latinoamericanizar» a los antiguos pedazos del mundo soviético; 3) controlar en exclusiva Oriente Medio y Asia Central y sus recursos petrolíferos; 4) desmantelar China, asegurarse la subordinación de los otros grandes Estados (India, Brasil) e impedir la constitución de bloques regionales que podrían negociar los términos de la globalización; 5) marginar a las regiones del Sur que no tienen ningún interés estratégico. (Samir Amin, La Revolución de Octubre cien años después, Barcelona, El Viejo Topo, 2017, p. 57)

Teniendo esto presente se entiende perfectamente la consideración de Rusia y China como enemigos estratégicos, «sistémicos» o adjetivados de cualquier otra forma rimbombante que los ponga en el punto de mira. Cualquiera que no tenga el hábito de buscar información sobre política internacional más allá del domesticado círculo de los medios de (des)información hegemónicos se habrá tragado sin rechistar la leyenda negra tejida durante años sobre Rusia como ogro «imperialista» ávido de devorar tiernos infantes territoriales como Ucrania, Georgia, Polonia, los países bálticos y cualquier otro pedazo de tierra que hubiera formado antaño parte, no ya de la extinta Unión Soviética, sino del imperio zarista (no es raro oír por ahí calificar al presidente ruso Putin de «nuevo zar» u otras lindezas por el estilo).

Pero en realidad lo malo que tienen Rusia y China para la Tríada no es lo que esos países hayan hecho o hagan. Porque ¿qué han hecho? Rusia, reaccionar a partir del golpe de estado de Maidán en 2014 para evitar el riesgo cierto y seguro de perder la base naval de Sebastopol y tener a cambio bases militares de la OTAN a pocos centenares de kilómetros de Moscú y otros centros neurálgicos del país, así como impedir la represión contra la población rusófona de Ucrania. China, patrullar las aguas del Mar de China (que es de suponer que por algo se llama así…) y recordarle a los Estados Unidos que la soberanía sobre la antigua isla de Formosa, hoy Taiwan, le pertenece inequívocamente, derecho reconocido unánimemente (Estados Unidos incluidos) por las Naciones Unidas.

En definitiva, tal como se desprende del texto de Samir Amin arriba citado, el problema que tiene la Tríada con Rusia y China no es lo que éstas potencias hacen, sino lo que son: Estados «demasiado grandes», cuyo poderío militar en un caso y económico-militar en otro impide a la Tríada tenerlos bajo su completo dominio, como hace con tantos otros países. Para lograr, pues, los objetivos 1, 2 y 3 señalados por Amin los EE.UU. tienen que hacer lo que vienen haciendo desde que en 1991 se libraron del obstáculo que representaba para su total hegemonía el bloque soviético. Pero en España y otros muchos países «occidentales» la derecha paranoica (adjetivo que para algunas de las facciones de esa familia sociopolítica es un simple pleonasmo) no se ha enterado de qué va la película: no de ideología, sino de geopolítica. Que la Unión Soviética y su bloque tuvieran un sistema económico no homologable con el capitalismo en sentido estricto era lo de menos para los amos del sistema capitalista mundial (aunque agitaran continuamente el fantasma ideológico para asustar y tener bien recogidos bajo su faldón a los típicos reaccionarios viscerales e infantiloides de siempre): lo importante era que el bloque con mayor o menor propiedad llamado socialista les privaba de una parte enorme del pastel de la riqueza mundial. Por eso ahora una Rusia capitalista con pocos matices y una China controlada por un partido comunista pero que alberga y se mueve al ritmo de una de las economías capitalistas más grandes, florecientes y expansivas de la historia despiertan hasta el paroxismo la agresividad de los miembros de la Tríada. Y por eso los BRICS, simple plataforma de cooperación basada en acuerdos comerciales equitativos provocan la inquina de la Tríada, al no someterse al control ejercido sobre el comercio internacional por los miembros de la misma.

El capitalismo no siempre ni necesariamente conduce a la guerra. Pero en su versión imperialista es inevitable que lo haga. De ahí que lo que queda de izquierda organizada en el mundo deba proponerse como objetivo prioritario romper la cadena imperialista representada por la Tríada. Y como parece claro que esa izquierda residual no puede lograrlo con sus propios medios, que no serían otros que una serie de revoluciones anticapitalistas en un número significativo de países con suficiente potencial material y humano como para construir sociedades viables y fuertes no regidas por la lógica del capital, el único medio, hoy por hoy, al alcance de la izquierda es contribuir a ahondar al máximo los antagonismos que, dentro de un sistema-mundo capitalista como el actual, impiden que la cadena imperialista incorpore como firmes eslabones suyos todos los Estados que hoy quedan fuera de su control total.

Eso implica empezar por despertar del iluso sueño de una UE autónoma respecto de los EE.UU. ¿Hacen falta más pruebas de que eso es imposible que todo lo que viene ocurriendo en Europa desde la disolución del Pacto de Varsovia, ocasión pintiparada para que, mediante la paralela disolución de la OTAN, se hiciera realidad la visión que en algún momento tuvo el presidente francés De Gaulle de una Europa de las patrias (no de los mercaderes) del Atlántico a los Urales basada en la cooperación en condiciones de igualdad (algo mucho más próximo, digamos, al abierto sistema BRICS que a la actual autocracia bruselense)?

Claro que uno puede preguntarse perplejo por qué la UE, llegando al esperpéntico extremo de mostrarse (en apariencia, al menos) más papista que el papa Trump, insiste y persiste en la suicida idea de avanzar como sonámbula hacia la confrontación militar con Rusia. ¿Acaso coinciden los intereses de los países miembros de la UE con los de los EE.UU. hasta el extremo de renunciar a las ventajas del comercio con Rusia y someterse alegremente a unos draconianos aranceles impuestos por Washington a sus exportaciones con destino a los EE.UU.? Bien, no hablemos de países, hablemos de clases y todo cobrará sentido. Las clases dirigentes europeas tienen, directa o indirectamente, los mismos intereses que las élites norteamericanas. Están prácticamente machihembradas (en casos como el de la Bruja Von der Leyen, literalmente). Así que…

Y donde no llegan los intereses reales llega la ideología, que en sentido marxista (que no es el original, pues empezó siendo un simple «estudio de las ideas», pero es el sentido que acabó predominando) no es más que una visión siempre simplificada –y a menudo deformada– de la realidad. De modo que, cegados por la ideología que podríamos llamar «occidentalista», muchos seguidores de a pie de las élites dirigentes de la Tríada acaban comprando todo el «paquete» (perdón, el «pack») y, además de votar entusiastas a partidos con programas contrarios a sus intereses reales, hacen suyas (y las exhiben en Whatsapp) todas las banderas enarboladas por los dirigentes de la Tríada, desde la bicolor azul desteñido y gualda de Ucrania hasta la de la estrella de seis puntas flanqueada por los ríos Nilo y Éufrates (sendas franjas azules que hoy sería más justo pintar de rojo sangre). Son como los niños enfundados en las camisetas de sus ídolos futbolísticos. Pero unos niños grandes y nada inocentes a quienes día llegará que se les pidan cuentas por su servil contribución a tensar la cadena en absoluto metafórica que mantiene aherrojada a más de media humanidad. Porque, análogamente a como se dice en derecho, la ignorancia de la ley moral no excusa de su cumplimiento.

Fuente: Crónica Política

 

Venezuela despliega todo el sistema defensivo nacional ante amenazas de EE.UU.

 

Venezuela despliega todo el sistema defensivo nacional ante amenazas de EE.UU.

 

Diario octubre / agosto 26, 2025

 

“Fue sometido a un proceso intenso de aceleración y reorganización dinámica todo el sistema defensivo nacional, porque está desplegado las 24 horas de los 365 días”, aclaró el jefe de Estado venezolano.

“El primer poder que tenemos es nuestra ética, nuestra espiritualidad, nuestra historia, nuestra moral y ese poder está activado a nivel que el imperio ni se imagina”, afirmó Maduro Moros. Foto: Prensa Presidencial.

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Como parte de su intervención al inicio del programa Con Maduro +, en su edición 89, el presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, calificó de impresionante la recién concluida semana de activación del poder de la nación venezolana: la unión y fusión perfecta del pueblo, su Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y sus fuerzas policiales en un solo plan para garantizar la paz y la soberanía conquistadas en el país sudamericano.

 

Algunos creerán que la amenaza es contra Venezuela. La amenaza es contra todos. Si amenazan a uno, amenazan a todos. Si tocan a uno, tocan a todos. Y Venezuela ha venido construyendo su poder para la libertad, la democracia y la paz. El primero de todos es el poder moral, tenemos la razón, somos gente de bien, con un ideal: Bolívar, por encima de todo, transversal en nosotros”, explicó el jefe de Estado.

Asimismo, recordó una sentencia del Libertador Simón Bolívar: “Pueblos libres vencen imperios poderosos”, en alusión a la reciente escalada de amenazas de EE.UU. contra la nación venezolana y su Gobierno, con un despliegue militar en el Caribe, que pone en peligro la Zona de Paz declarada en América Latina y el Caribe desde el año 2014. Intenta vincular a las autoridades bolivarianas con el narcotráfico, incluido al presidente Maduro Moros, para justificar un capítulo de agresión armada a partir de herramientas de guerra híbrida.

De acuerdo con el mandatario, el primer poder del pueblo venezolano es su ética, su espiritualidad, su historia, su moral. “Y ese poder está activado a un nivel que el imperio no se imagina”, advirtió el presidente para referirse a lo que denominó “el poder espiritual de este templo suramericano de la libertad que es Venezuela”.

Maduro Moros informó sobre la activación, de manera progresiva, del poder popular movilizado en las calles; el poder de todas las fuerzas políticas del país, desde la izquierda radical hasta la derecha, desde el Gran Polo Patriótico hasta una treintena de partidos y movimientos políticos y personalidades de la oposición, conocidos líderes de la oposición venezolana. “Activamos con mucha fuerza el poder público nacional”, insistió.

A propósito, explicó que en Venezuela existen cinco poderes constitucionales desde 1999. Recordó que el Poder Legislativo de la nación (el Parlamento) emitió un pronunciamiento por unanimidad defendiendo los sagrados derechos de Venezuela al ejercicio de su soberanía, a la autodeterminación y a la paz.

De igual modo, el dignatario reconoció la activación intensa del Poder Judicial de Venezuela, con el Tribunal Supremo de Justicia, así como del Poder Ciudadano. La Fiscalía General de la República, la Defensoría del Pueblo y la Contraloría General que funciona como gran Poder Moral del país, también dio un paso al frente muy poderoso.

El Poder Electoral, proyecto de Bolívar en el año 1826, también recogido y en fase de aceleración en el desarrollo de los circuitos comunales, las consultas trimestrales, el voto permanente, la soberanía intransferible del pueblo. Y el Poder Ejecutivo encabezando la batalla de todo un país por su derecho a la paz, a la soberanía y su derecho al futuro”, añadió Maduro Moros.

El comandante en jefe de la FANB significó que lo sucedido estos días con el sistema defensivo nacional responde a un proceso intenso de aceleración y reorganización dinámica, porque dicho sistema está desplegado las 24 horas de los 365 días.

“Para el sistema defensivo nacional, con su capacidad de combate y lucha armada, no hay descanso. Estamos desplegados en 164 URRAs (Unidades de Reacción Rápida de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana) a nivel nacional, combatiendo con las armas. Es parte de la lucha armada del pueblo venezolano contra las bandas criminales, las narcobandas y la conspiración fascista que preparan desde el exterior con mercenarios“, argumentó el mandatario.

El 90% de los venezolanos rechaza las amenazas de EE.UU.

El jefe de Estado hizo énfasis en la precisión de los sistemas de mediciones del Gobierno venezolano, que le permiten interpretar la unidad de la población a favor de la paz y en defensa de la soberanía.

“Hay un rechazo, un repudio gigantesco (…) contra la gente que llama a que invadan, bombardeen, maten, llenen de violencia el país. Y te digo que el rechazo supera el 90% a los anuncios y amenazas del Gobierno estadounidense contra nuestro país”, precisó Nicolás Maduro durante su diálogo con el periodista de Venezolana de Televisión (VTV), Boris Castellanos.

Castellanos mencionó que, en una encuesta realizada por la medidora de opinión pública nacional, Hinterenlaces, se comprobó que el 83% de los venezolanos y venezolanas, de diferentes posturas políticas, rechaza la idea de que “cada vez está más cerca la caída del Gobierno”, mientras apenas el 9% la comparte. De este modo, no perciben la inestabilidad política de Venezuela que proyectan análisis externos.

Fuente: telesurtv.net

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AHORA! LAS TROPAS RUSAS HAN CERCADO LA CIUDAD DE KUPIANSK EN JARKOV.CAEN...