martes, 8 de julio de 2025
La banda armada OTAN confirma que utiliza su logística para el envío de armas al gobierno títere de Ucrania
La banda armada OTAN confirma
que utiliza su logística para el envío de armas al gobierno títere de Ucrania
INSURGENTE.ORG
/ 08.07.2025
La propia OTAN confirma que está apoyando desde el aire las operaciones de envío de armamento a Ucrania por parte de los países capitalistas occidentales.
‘El material militar
enviado a Ucrania por los países de la OTAN debe llegar sano y salvo a su
destino. Para ello, cazas F-35 neerlandeses vigilarán el espacio aéreo de la
OTAN sobre Europa del este del 1 de septiembre al 1 de diciembre’, ha confirmado
el Ministerio de Defensa de Países Bajos.
Según se informa, esta
es una operación dentro de los esquemas de la OTAN de permanente agresión a
Rusia.
Desde la organización
terrorista se comunica que se trata de una extensión de las funciones de
vigilancia de la defensa aérea en Polonia, iniciada en enero para asegurar los
centros logísticos de la OTAN en su misión de apoyo a Ucrania, conocida como
NSATU.
‘El apoyo continuado de
las naciones aliadas es vital para este esfuerzo, ha explicado el coronel
yanqui y portavoz del Cuartel General Supremo de la Alianza (SHAPE), Martin L.
O’Donell.
O’Donell también ha relacionado esta misión con la
protección del territorio de la OTAN, asegurando que «Ucrania tendrálos
recursos necesarios para ‘defenderse de la brutal y continuada agresión rusa»’.
Reino Unido en crisis
Se ha quedado Gran
Bretaña sin políticos de primer nivel? La cosa es tan dramática, sus políticos
tan mediocres, que hasta el inefable Farage tiene posibilidades de alcanzar el
poder. Verlo para creerlo.
Reino Unido en crisis
Joaquín Rábago
El Viejo Topo
8 julio, 2025
EL DESASTRE DE
LOS LABORISTAS OFRECE UNA OPORTUNIDAD A FARAGE, EL HOMBRE DEL BREXIT
El primer
ministro británico, Keir Starmer, parece más preocupado del apoyo militar a
Ucrania, cueste lo que cueste al erario público, que de resolver los problemas
más acuciantes del propio país.
Sólo así se
explica la fuerte caída de su Partido Laborista en las encuestas: sólo le apoya
actualmente un 24 por ciento de los ciudadanos, 10 puntos menos que tras las
últimas generales.
Aún les va
peor, sin embargo, a los conservadores, quienes, en lugar de beneficiarse
del rechazo popular al partido gobernante, han visto también caer su apoyo
popular de un 25 a un 18 por ciento.
El Reino Unido
no es, sin embargo, una excepción: también en otros países europeos, el
afán militarista de los gobiernos con el espantajo de la “amenaza rusa” deja en
segundo plano lo que deberían ser prioritario como la sanidad, la
educación o la vivienda.
Por lo que se
refiere a Gran Bretaña, el descalabro laborista, unido al hecho de que tampoco
la oposición conservadora levanta cabeza, aumenta las posibilidades
electorales del populista Nigel Farage, el hombre del Brexit.
Con hoy 61
años, Farage dedicó prácticamente la mitad de su vida política a
conseguir la salida de su país de la por él detestada Unión Europea.
Logrado ese
objetivo, Farage pareció renunciar de momento a otras ambiciones políticas:
dejó su partido Reform UK en manos de un hombre de negocios y se dedicó a la
nueva carrera de agitador televisivo.
También firmó
un contrato con una plataforma de internet llamada Cameo que permite a los
ciudadanos solicitar mensajes de vídeo personalizados de actores, atletas,
artistas, entre otros. Por cien libras, Farage leía ante las cámaras lo que la
gente le pedía.
Hasta que poco
antes de las elecciones británicas de hace un año, anunció su regreso a la
política al frente del partido por él fundado, y a juzgar por su popularidad en
las encuestas, parece cada vez más cerca de llegar al número 10 de Downing
Street.
En los comicios
municipales del pasado mayo, su partido Reform consiguió más del 40 por ciento
de los escaños. Y en las últimas encuestas de intención de voto, supera en seis
puntos porcentuales a los laboristas y en doce, a los conservadores.
Y si el
problema de Farage había sido antes siempre el sistema electoral mayoritario
del país, que perjudica a los pequeños partidos, hoy ese mismo sistema le
favorece.
El líder de
Reform UK ya no habla del Brexit e incluso e rehuye toda responsabilidad por el
desastre económico que el abandono de la UE ha supuesto en muchos
sentidos para el Reino Unido.
Su actual tema
favorito, como el de tantos políticos populistas del continente, es la
inmigración, a la que se refiere como una “invasión” que va a causar
enorme daño al país.
Hace dos años,
entraron en el Reino Unido 860.000 personas más que las que salieron, algo que
habrán aprovechado sin duda muchas empresas necesitadas de mano de obra,
pero que no deja de preocupar a los votantes.
Como el buen
demagogo que es, Farage relaciona ese saldo migratorio con los problemas
cotidianos del ciudadano de a pie: las tardanzas en conseguir una cita médica,
el aumento de los alquileres, entre muchos otros.
Sus críticos
más benévolos le califican de “nacionalista”, otros van más lejos y le tachan
sin más de “racista”. Hay quienes destacan sus tendencias autocráticas, su
admiración por los hombres fuertes como el presidente Donald Trump o el ruso
Vladimir Putin.
Mientras tanto,
en el otro extremo del arco político, Jeremy Corbyn, el líder al que Starmer
consiguió con métodos sucios expulsar de la dirección laborista,
ha anunciado la creación de un nuevo partido de izquierdas que competirá
con el de su desleal rival. Deseémosle suerte.
Fuente: La casa de mi
tía
lunes, 7 de julio de 2025
¿Paralizados ante el precipicio?
Desde hace algún tiempo,
cada mañana nos levantamos con el alma en vilo a la espera del escándalo
político del día. La izquierda que se declara transformadora está atrapada en
un cepo del que le va resultar difícil escapar indemne.
TOPOEXPRESS
El Viejo Topo
7 julio,
2025
LA IZQUIERDA TRANSFORMADORA TRAS EL PETARDAZO «CERDÁN»
Leí, hace años,
en un libro de psicología social, que mucha gente se queda paralizada cuando
presencia un acto atroz. No tanto por miedo, que también, sino por bloqueo.
Quizás es un reflejo instintivo ligado a la falta de recursos aprendidos para
responder. Uno tiene la sensación de que la izquierda que se reclama
transformadora lleva tiempo atenazada ante la sucesión de amenazas que se nos
viene encima. Porque si las cosas siguen en la dinámica actual, el resultado
previsible es no sólo una pérdida notable de representación electoral, sino lo
que es mucho peor: el ascenso, también en España, de un Gobierno de
ultraderecha, en la línea de lo que ocurre fuera los últimos tiempos. La cosa
viene de lejos, pero el escándalo generado por el informe de la UCO sobre
Santos Cerdán no ha hecho sino añadir un salto cualitativo a la gravedad de la
situación. Confieso que me incluyo entre los que están convencidos de que
estamos ante una coyuntura peligrosa, y entre los que no tienen claro qué hay
que hacer. Y, quizás, esta nota sea una forma de plantear en crudo la situación
y tratar de animar a más gente a trabajar conjuntamente en la búsqueda de una
línea coherente de respuesta.
Síntomas amenazantes
El proceso
electoral de 2023 debería haber sido el punto de detección de lo que ha venido
después. Tras años de gobierno progresista, con mejoras sociales en muchos
campos (aunque menores de lo que los propios protagonistas pretenden), de haber
pasado la pandemia de la Covid con unos costes sociales moderados (gracias en buena
parte a la acción del Gobierno), las municipales y autonómicas propiciaron una
victoria de la derecha apabulladora si se considera la cantidad de Comunidades
Autónomas y grandes municipios conquistados. Con la excepción de Barcelona, se
produjo la liquidación del municipalismo de izquierdas. Mi lectura de estos
resultados es que, en la decisión de voto de mucha gente, cuenta menos una
evaluación ponderada de lo que han hecho los gobiernos y, en cambio, se vuelven
más importantes los aspectos emocionales provocados por cuestiones sensibles y
percepciones erróneas, fácilmente manipulables por expertos en comunicación. Al
menos, para una gran parte de la población poco politizada (la que en gran
medida hace que la balanza se decante hacia una u otra dirección), escéptica y
atenazada por su experiencia cotidiana. Que, por ejemplo, mucha gente con
derecho a recibir ayudas sociales no las reciba muestra tanto la existencia de
barreras institucionales como el propio desconocimiento de una parte no menor
de la población sobre lo que legalmente tiene derecho. Que la inmigración o las
cuestiones nacionales generen los niveles de pasión que conocemos tiene que ver
poco con la experiencia de mucha gente, que convive a diario en espacios
poblados por gente muy diversa sin que existan problemas relevantes. Hasta que
no sepamos cómo manejar estas cuestiones, le estamos dejando a la derecha
extrema un amplio campo de manipulación.
Los síntomas
estaban aquí, pero las elecciones de julio de 2023, donde la derecha no alcanzó
el resultado esperado, actuaron como un analgésico, que al quitar dolor nos
hace olvidar los síntomas. Algunos dirigentes hablaron de éxito (todo es
relativo; fue mejor de lo previsible) cuando, en realidad, lo que se consiguió
fue frenar el ascenso derechista a costa de generar un bloqueo del proyecto
reformista. Fue un resultado electoral digno de un diseñador de escape
rooms: victoria del bloque izquierda-nacionalistas periféricos frente a la
derecha centralista, pero mayoría de la derecha en lo social (especialmente por
el peso de Junts). Las posibilidades de una legislatura con un reformismo
fuerte se evaporaban por dos razones. Por una parte, el PSOE, siempre tan
pacato a la hora de molestar al mundo empresarial, tendría nuevas razones para
sus políticas de freno, alegando la necesidad de contar con apoyos
parlamentarios suficientes. De otra, incluso cuando esta resistencia se pudiera
superar, siempre quedaba el veto de Junts (o del PNV…) para abortar leyes que
la derecha social no estuviera dispuesta a aceptar. Analizar los avatares de
esta legislatura resulta, a este respecto, ilustrativo.
Las elecciones
del 2024 dieron otros síntomas preocupantes. No sólo se mantuvo la hegemonía
electoral de la derecha, sino que vio la emergencia de otro fenómeno relevante:
la irrupción de Se Acabó la Fiesta y la recuperación parcial de Podemos. Aunque
se trata de dos proyectos radicalmente diferentes, tienen en común dos
cuestiones: el tener una estructura organizativa y militante muy débil (por
ejemplo, en Catalunya, donde superaron a Comuns) y contar con un sistema
comunicativo eficaz. Su votante es en gran medida una gente política y
socialmente poco activa, cabreada (cada cual en lo suyo), y reactiva a una
propaganda simplista y radical y una veneración hacia el líder o la lideresa en
cada caso. Una ausencia de estructura que deja amplio margen a sus dirigentes
para que operen sólo en función de sus previsiones de voto.
Las sucesivas
encuestas, más o menos chapuceras, han seguido mostrando que las tendencias que
se expresaron en las últimas citas electorales siguen siendo sólidas. La
izquierda no despega, el espacio Sumar se hunde, la extrema derecha avanza, y
Podemos se mantiene en su reducido espacio. Ni la Dana valenciana, que mostró,
una vez más, la incapacidad de la derecha cuando tienen que hacer frente a una
cuestión seria, ha servido para alterar las tendencias.
Un infarto de corrupción
La corrupción
ha sido un mal endémico en la política española post Franco (en el régimen
franquista formaba parte integral de la política; la censura se empleaba en
esconderla). El núcleo central de la misma tiene lugar en dos campos básicos de
la gestión pública: las compras públicas y las políticas urbanísticas. En el
primer campo se encuentran los grandes grupos empresariales del país, que
forman un negocio oligopólico a escala estatal, y que tienen una segunda corona
de empresas regionales que participan del pastel a escala menor. En el segundo
se encuentra toda la política de calificaciones urbanísticas, ligadas al floreciente
sector inmobiliario, menos concentrado que el primero pero igualmente letal. El
primer sector es de la gran corrupción estatal y autonómica (aunque tiene
también derivaciones en la esfera local); el segundo es fundamentalmente local.
El espacio potencial de la corrupción es muy amplio, y ha generado mucha
experiencia empresarial. A modo de ejemplo: un amigo mío fue alcalde de una
población de cinco mil habitantes, y tuvo que lidiar con presiones de los
corruptores urbanos. Su comentario fue que le sorprendió lo directos que van,
sin remilgos. En el otro lado se encuentran tipos dispuestos a utilizar su paso
por la política institucional para asegurarse la buena vida y, también, el
interés de los partidos gobernantes. El binomio de la transición (PP-PSOE) ha
participado de estas corruptelas (no siempre para financiar el partido, también
para obtener contrapartidas que consoliden su imagen de cara al electorado).
Los ministerios de Obras Públicas o las consejerías de Urbanismo son algo que
PP y PSOE nunca aceptan negociar con otros socios.
La connivencia
del poder político con los empresarios es el caldo de cultivo donde florece la
corrupción. Tras la sucesión de escándalos que sepultó al gobierno de M. Rajoy
(y a Jordi Pujol), parecía que las cosas podrían cambiar. En los últimos años
hemos experimentado una proliferación de medidas burocráticas justificadas para
evitar corruptelas. En la práctica, más bien han hecho mucho más farragosa la
relación de la gente corriente con la administración (incluidas las organizaciones
sociales de base), sin cambiar el juego esencial de la gran contratación. Lo de
Cerdán, Ábalos y Koldo, más allá de mostrar la peor cara del PSOE, expresa lo
poco que se ha avanzado en cambiar las reglas del juego de la gran contratación
pública (cuando, según ellos, la presidenta de Adif afirmó que tenía que
repartir contratos con “Acciona, Sacyr y Ferrovial”, se nos está dando una
lección de cómo funciona este mercado real). Uno no puede sorprenderse ni de
que, en los mercados de contratas públicas, altamente oligopólicos, lo político
tenga un peso importante ni de que, en un partido como el PSOE, sin una fuerte
cultura política igualitaria, temeroso de no ofender al capital, y más
trampolín de trepas que generador de una cultura alternativa, proliferen este
tipo de especímenes. Pero que los corruptos sean secretarios de organización y
ministros hunde la credibilidad de sus dirigentes y, especialmente, la de Pedro
Sánchez. Y, como suele ocurrir, entre los grandes perjudicados estará la parte
del Gobierno que no tiene ninguna responsabilidad. Estamos en la UCI.
Este escándalo
dinamita la legislatura. Por una parte, porque refuerza toda la campaña
de lawfare desatada por PP y Vox, y le da una credibilidad que
no tenían casos como el de los familiares de Pedro Sánchez. Por otra, aumenta
la capacidad de presión de los socios menos fiables del Gobierno. Y, también,
porque ahonda las tensiones y el fraccionalismo en el espacio Sumar. Lo único
que impide la caída del gobierno es el convencimiento, por parte de todos los
grupos que le apoyaron, de que la alternativa es mucho peor. Pero el desgaste
que pueden producir dos años de bloqueos e inestabilidad parlamentaria pueden
contribuir más a la erosión de este bloque, a hacerlo inviable en el futuro próximo,
y a facilitar el ascenso de una derecha que sabemos brutal, demoledora.
La gran amenaza
Estamos, a
nivel mundial y europeo, ante un momento crucial. Por muchas razones. Las más
cruciales son, sin duda, la crisis ecológica y la escalada bélica. Pero la
ausencia de una verdadera política de transición ecológica, y el ascenso del
belicismo, están asociadas en Occidente al auge de la nueva extrema derecha
autoritaria, antidemocrática. Una extrema derecha que funciona como polo de
atracción de todo el espectro conservador. Y que lleva en su programa la vuelta
a un capitalismo sin restricciones, la liquidación de las políticas de
bienestar, la consolidación de políticas de ciudadanía que expulsan y reprimen
a gran parte de la población, la recuperación de las peores políticas
imperialistas, el reforzamiento del patriarcado… Ya se está experimentando en
bastantes países, y no parece que la ola se vaya a detener. Lo más peligroso es
que, una vez en el poder, la derecha extrema provoca cambios institucionales
orientados precisamente a impedir el juego democrático, no sólo partidista sino
especialmente de las organizaciones sociales que pueden jugar un papel de
catalizador social. Cambian el marco de juego. Y, aunque con el tiempo la situación
varía, el desastre a menudo perdura. Lo sabemos en España por el legado
franquista, y lo sabe por ejemplo el sindicalismo británico por el legado de
Margaret Thatcher.
En España, ya
lo experimentamos parcialmente con los gobiernos de Rajoy, con recortes en
derechos sociales y políticos (ley mordaza), con el uso de la policía como un
arma contra la disidencia, con recortes que afectaron a las organizaciones
sociales. Lo presenciamos en los Ayuntamientos donde manda esta nueva alianza
PP y Vox. La última amenaza de Trump indica otra cuestión crucial: el imperio
va a constituir un apoyo decido a esta derecha fascistoide (éste es siempre un
factor crucial: la República contó con la hostilidad de la mayoría de los
gobiernos capitalistas, que dejaron a Alemania e Italia las manos libres, al
contrario que el golpe del 23-F, que no parece haber contado con el beneplácito
yanqui). No hay que tomarla como una anécdota. La política estadounidense
siempre se ha caracterizado por aplicar mecánicamente la lógica amigo-enemigo.
Y, siempre que un país ha sido puesto en su punto de mira, ha habido
consecuencias. Ahora, podemos esperar que ello se traduzca en un apoyo sin
remilgos a la coalición derechista de PP y Vox y a sus maniobras.
En una situación crítica se requiere mirada alta
Hay una amenaza
de crisis que va mucho más allá que la supervivencia de la izquierda
transformadora. Y, por eso, lo adecuado debe ser pensar en una política que
tenga en cuenta tanto la gravedad de la amenaza como la propia necesidad de
supervivencia y consolidación. Hay que jugar en diversos planos y con diversos
objetivos. Pero, sobre todo, se necesitan voces claras. Cuando no existen, las
situaciones de crisis pueden acelerar la descomposición. Y, de momento, esto es
lo que ya tenemos en la izquierda. Aparte de Podemos, que prefiere optar por
una posición propagandística cómoda, en el resto del bloque lo que está
aflorando es que cada fuerza o familia está prefiriendo tirar por libre, marcar
su territorio. Las lógicas endogámicas de las organizaciones suelen acabar
generando más debilidad que otra cosa.
La opción de
sostener al Gobierno —si no aparecen nuevas derivadas del escándalo de
corrupción—, tratar de aguantar la legislatura, y esperar que el buen hacer de
algunos ministerios den sus frutos electorales, es entendible, pero conduce al
precipicio. Es aceptar, sin más, un abrazo letal, y quedar en manos de un
bloqueo de políticas que acaba haciendo invisible la propia acción de Gobierno
y desanima a partes de la base electoral. Es lógico que nadie quiera que el
Gobierno caiga y se regalen unas elecciones anticipadas a la ultraderecha.
Pero, entre la normalidad y la ruptura, deben encontrarse vías intermedias que
cambien la situación.
En este plano,
el de la presencia en el Gobierno, Sumar debería exigir al socio mayoritario
algunas cuestiones básicas. Es el PSOE el que ha creado el problema y el que
tiene obligaciones. Hay que exigirle cambios internos y en el modelo de gestión
pública, incluyendo propuestas de medidas anticorrupción que vayan más allá de
las habituales, y aborden la modificación de las políticas de compras públicas,
de vivienda y ordenamiento urbanístico. Y dejar claro que, si no se cumplen, se
saldrá del Gobierno. Se podría no estar en el Gobierno y no dejarlo caer con
apoyos parlamentarios, aunque esta es una eventualidad compleja y que aterra,
de entrada, a la gente que ya está en el Gobierno. Lo esencial es marcar líneas
claras de reforma, límites que no son tolerables, y generar un discurso propio
con voz.
En segundo
lugar, hay que transmitir a la población en general una valoración nítida de la
gravedad de la situación, de lo que representa el auge ultra. La experiencia
estadounidense (incluidas las amenazas recientes) debería ayudar a desarrollar
políticas de activación. De cara a la sociedad, apelando a una movilización
social prepolítica, de participación, de construcción de comunidades fuertes.
Y, de cara al resto de fuerzas políticas, tomando consciencia de que con un
gobierno ultra lo tendremos todos peor. Debería ser una oportunidad para
desarrollar algún tipo de acuerdo global, sin duda complejo y con temas
contradictorios, pero que fuera útil al conjunto de la sociedad para mostrar que
tiene sentido seguir promoviendo cambios sociales en el marco de una España
plurinacional. Reconocer la gravedad de la situación en todos los frentes, y la
voluntad de reinvertirla, debe ser una tarea en el que la voz y las propuestas
de la izquierda se hagan sentir.
Y, en tercer
lugar, hay una urgente y necesaria necesidad de recomponer el propio espacio.
La construcción de Sumar se hizo mal, en tiempo y formas. No sólo por el
despegue de Podemos. Tejer una alianza clara con gente de distintas procedencias,
culturas políticas y nacionalismos diversos nunca es sencillo. Pero faltó una
visión integradora y, sobre todo, un reconocimiento de la complejidad. Ahora,
ante las dificultades, las dinámicas centrípetas se reproducen y se corre el
riesgo del declive total. Por eso, es urgente intentar otro enfoque, diseñar
otro proceso para revertir estas dinámicas, y conseguir una presencia
respetable de una izquierda necesariamente plural en todas partes. Lo de
Podemos es más difícil, pues parecen haber optado por una línea —parecida a la
de otras fuerzas de la izquierda extraparlamentaria, como el trotskismo— que
puede ser ideológicamente coherente, pero que casi siempre es inútil. Genera
autocomplacencia entre sus activistas a costa de impedirles cambiar nada. Hay,
realmente, una contradicción entre lo que debería hacerse y lo que la realidad
deja hacer. Una contradicción que demasiadas veces se resuelve o en asunción
acrítica de lo que hay, o en adoptar una posición moral inútil para el combate
cotidiano. En esta contradicción, la izquierda está condenada a convivir, y
para que no acabe paralizando, se requiere una construcción cultural y
organizativa que permita la pervivencia de dinámicas de diferente ritmo, una
articulación entre el “partido institucional” y el “partido revolucionario”,
entre representación política, movimientos sociales y organizaciones. La
construcción de un complejo bloque social de cambio. No es una tarea menor,
pero hoy es más necesaria que nunca, cuando aún tenemos la posibilidad de frenar
la oleada reaccionaria y, en todo caso, la necesidad de articular un bloque de
resistencia a la misma.
Hace falta
mucha gente, decidida, reflexiva, que sea capaz de asumir estas tareas. No es
momento para burócratas.
Fuente: Mientras
tanto
domingo, 6 de julio de 2025
Palestina. Ataques israelíes dejan al menos 64 mártires en Gaza, incluidos niños
Palestina. Ataques israelíes
dejan al menos 64 mártires en Gaza, incluidos niños
DIARIO OCTUBRE / julio 6, 2025
Al menos 64
palestinos cayeron mártires desde la madrugada de este sábado en una
nueva ola de ataques israelíes contra la Franja de Gaza,
informó el corresponsal de Al Mayadeen.
Varios civiles fallecieron y otros resultaron heridos cuando la ocupación bombardeó zonas residenciales en la ciudad de Gaza y el campo de refugiados de Al-Nuseirat, en el centro del enclave.
Fuentes médicas del hospital Al-Awda confirmaron la llegada de ocho mártires, entre ellos cinco niños, junto con 18 heridos, la mayoría también menores, tras un ataque a un grupo de ciudadanos en la zona conocida como “campamento 2”.
En el oeste de
la ciudad de Gaza, aviones de ocupación atacaron una planta de
desalinización cerca del Banco de Palestina en el barrio de Al-Rimal,
lo que provocó más víctimas civiles.
Las fuerzas
israelíes también llevaron a cabo demoliciones de edificios
residenciales en las proximidades de las zonas de Al-Katiba y
Al-Mahta, al norte de Khan Yunis, en el sur de Gaza.
El número total
de víctimas palestinas desde el inicio de la agresión israelí ascendió a 57
mil 338 mártires y 135 mil 957 heridos, según datos
emitidos por el Ministerio de Salud en Gaza.
La organización
internacional Médicos Sin Fronteras denunció, en este contexto, el
asesinato de uno de sus trabajadores a manos del ejército israelí mientras
esperaba ayuda humanitaria en Khan Yunis.
Fuente: resumenlatinoamericano.org
ISRAEL, con impunidad insultante, ha establecido diez nuevas bases militares en Siria
ISRAEL, con impunidad insultante, ha
establecido diez nuevas bases militares en Siria
Los
organismos internacionales, lejos de sancionar al Estado sionista, parecen
estar a su servicio (y al de los Estados Unidos)
INSURGENTE.ORG / 06.07.2025
Que la ONU es un basural que no hace nada ante la barbarie de occidente, fundamentalmente de Estados Unidos e Israel, es algo que salta a la vista. La inacción y complicidad de dicha organización para con los dos máximos saqueadores y asesinos del mundo es manifiesta. Este que les narramos a continuación es sólo uno de muchísimos casos que lo certifica.
Medios israelíes han informado hoy, viernes,
que dos de estas bases se encuentran en la región de Yabal al-Sheij y las otras
ocho, en la región ocupada de los altos del Golán sirios.
Al parecer, en un hecho inédito, también una
unidad de las fuerzas israelíes compuesta por tres vehículos blindados entró en
la aldea de Rakhla, en los suburbios occidentales de Damasco, cerca de la
frontera libanesa, frente a la ciudad de Yahmor, en la región de Rashaya. Ha
afirmado que es la primera incursión de este tipo en esta zona.
Mientras tanto y como si nada pasara, las
fuerzas especiales israelíes han llevado a cabo una operación aérea que duró
cinco horas en la zona de Yafour, ubicada a unos 10 kilómetros de la capital,
Damasco, con la participación de tres helicópteros. La operación tuvo como
objetivo un puesto perteneciente a la antigua Guardia Republicana Siria.
Fuentes sirias también han informado que las
fuerzas israelíes entraron en la aldea de Saysoun, en la zona de la cuenca de
Yarmouk, sita en la zona occidental de Daraa, en seis vehículos militares.
Han agregado que una fuerza de tres vehículos
penetró en una antigua posición del ejército sirio cerca de la aldea de Ain
Dhakar en la cuenca de Yarmouk.
Dichas operaciones se han registrado luego de
que el ejército de ocupación israelí anunciara el miércoles una operación
especial en el sur de Siria, donde las fuerzas de la Brigada del Golán
arrestaron a varios civiles.
La radio del ejército israelí ha comunicado que
“la operación fue posible gracias a la libertad de movimiento de Israel en el
sur de Siria”, señalando que “las fuerzas pueden llegar a cada aldea y a cada
hogar y arrestar a cualquier persona buscada”.
Israel ha bombardeado objetivos en varias
regiones de Siria, especialmente la ciudad de Damasco y sus suburbios, tras la
caída del gobierno de Bashar al-Asad.
IRÁN. Un Ayatola puso voz a millones: «Trump y Netanyahu deben ser ejecutados»
IRÁN. Un Ayatola puso voz a
millones: «Trump y Netanyahu deben ser ejecutados»
INSURGENTE.ORG
/ 06.07.2025
Ahmad Khamani, dijo que, según la ley islámica, el presidente estadounidense Donald Trump y el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu deberían ser ejecutados.
El
ayatola quien dirige la oración del viernes en Teherán, afirmó que
ambos habían «derramado sangre». «Son asesinos y mofsed fi al-ard (corruptores
en la tierra), un delito castigado con la muerte según la ley islámica», se lee
en una parte traducida del mensaje.
Los medios estatales iraníes informaron sobre las
declaraciones, realizadas después de que se le preguntara a Shirazi cómo debían
responder los musulmanes a las «reiteradas amenazas» de Trump y las autoridades
israelíes contra Jamenei y otros líderes chiítas. A continuación, instó a todos
los musulmanes del mundo a oponerse a lo que definió como amenazas.
sábado, 5 de julio de 2025
El juez de extrema derecha, Carlos Peinado, se «olvida» de un trámite y dificulta investigar a un alto cargo del Ayuntamiento de Madrid
El juez de extrema derecha,
Carlos Peinado, se «olvida» de un trámite y dificulta investigar a un alto
cargo del Ayuntamiento de Madrid
INSURGENTE.ORG
/ 05.07.2025
Una actuación a destiempo del célebre juez Juan Carlos Peinado ha supuesto el cierre en falso de la instrucción de un caso incómodo para el Ayuntamiento de José Luis Martínez-Almeida. La Audiencia Provincial de Madrid ha dejado sin efecto la prórroga que el magistrado acordó el 2 de abril en un procedimiento por malversación contra el gerente de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) porque el plazo para hacerlo había expirado más de dos meses antes, el 27 de enero, según un auto al que ha tenido acceso EL PAÍS. Se desconoce si el juez va a procesar o archivar a este alto cargo, Alfonso Sánchez Vicente (en la imagen), pero este error de Peinado tiene consecuencias para la averiguación de los hechos porque no se podrán practicar pruebas que habían solicitado las acusaciones populares.
elpais
Reunión ministerial en China
Mientras Occidente dice
prepararse para una guerra, el otro lado del planeta prosigue consolidándose –y
también armándose–. A los europeos Trump (y antecesores) nos ha otorgado la
condición de carne de cañón. Confiemos en que “los otros” puedan ser más sensatos.
Reunión ministerial en China
El Viejo Topo
5 julio, 2025
Esto, en sí
mismo, es un acontecimiento. No sólo porque se trataba de un precalentamiento
para la principal cumbre anual de la OCS, que se celebrará a finales de año en
Tianjin con la presencia de jefes de Estado. Sino sobre todo porque en la misma
mesa estaban los principales miembros de los BRICS, Rusia, China, India e Irán,
además de Pakistán; un ministro de Defensa indio que visitaba China por primera
vez en cinco años y se enfrentaba a su homólogo pakistaní tras su último
intercambio serio de disparos; y el ministro iraní en estrecho contacto con
Pekín inmediatamente después del kabuki de alto el fuego entre Israel e Irán
orquestado por POTUS.
Por si esto no
fuera suficientemente intrigante, la reunión de la OCS en Qingdao tuvo lugar
casi simultáneamente con la cumbre de la OTAN en La Haya.
El ministro de
Defensa pakistaní, Khawaja Muhammad Asif, fue al grano y señaló que, a
diferencia de la OTAN, la OCS puede «fomentar la paz en esta región». El
Ministro de Defensa chino, Dong Jun, subrayó que la OCS desempeña el papel de
«ancla estabilizadora».
El ahora
fragmentado (gracias al presidente estadounidense Donald Trump) Occidente
colectivo no tiene ni idea de qué va la OCS. La OCS es una organización
multilateral con 25 años de antigüedad, fundada unos meses antes del 11-S, y
formada por 10 Estados miembros de pleno derecho, dos naciones observadoras y
14 socios para el diálogo: casi la mitad de la población mundial, desde Europa
del Este (Hungría) hasta el Océano Índico y la cuenca del Pacífico.
La OCS no es
una OTAN asiática -una alianza militar ofensiva–, y no quiere serlo; más bien,
en una formulación quintaesencialmente china, prefiere afirmarse como un «barco
gigante de la seguridad».
Inicialmente
concebida para luchar contra lo que los chinos definen como «tres males»
-terrorismo, separatismo y extremismo- la OCS ha evolucionado hasta convertirse
en un mecanismo de cooperación económica. Por ejemplo, su última mesa redonda
en el Foro Económico de San Petersburgo, celebrado hace menos de dos semanas,
fue organizada por el Secretario General de la OCS, Nurlan Yermekbayev,
moderada por el veterano Sergey Katyrin, presidente de la Cámara de Comercio e
Industria de Rusia, y se centró en los retos de crear una infraestructura
logística, financiera y energética común de la OCS.
Este panel,
moderado por Alexey Gromyko, director del Instituto de Europa de la Academia
Rusa de las Ciencias y con el secretario de Estado de la Unión
(Rusia-Bielorrusia) Sergey Glazyev como ponente principal, entrelazó la OCS con
la Unión Económica de Eurasia (UEEA), debatiendo cuál es el papel que debe
desempeñar el espacio postsoviético en la emergente economía multipolar.
Así pues, la
OCS promueve hoy no sólo simulacros antiterroristas conjuntos e intercambio de
inteligencia, sino también una cooperación económica ajustada a las
expectativas culturales de las distintas civilizaciones. Es un organismo
multipolar por definición.
Rusia y China,
socios estratégicos
El meollo de la
cuestión en Qingdao tenía que girar en torno a lo que podría denominarse el
triángulo Primakov, un guiño al ex primer ministro ruso Yevgeny Primakov, que
imaginó una potencia rusa postsoviética autónoma en un nuevo orden multipolar.
Hoy vemos esa clarividencia en un «CIR» compuesto por Rusia, Irán y China, y no
por India: estos tres Estados civilización independientes son, en este momento,
los tres principales actores que avanzan en el complejo proceso de integración
de Eurasia.
El Ministro de
Defensa ruso, Andrey Belousov, se reunió en privado con el Ministro de Defensa
chino, Dong Jun, así como con el Ministro de Defensa iraní, Aziz Nazirzadeh. En
la mesa de la OCS, Belousov no se anduvo con rodeos.
Afirmó que los
ataques de Estados Unidos e Israel contra Irán infringen la Carta de las
Naciones Unidas y el derecho internacional; confirmó que Moscú se había
propuesto mediar en una desescalada; y volvió a insistir en que «el papel de
las instituciones internacionales diseñadas para garantizar la estabilidad
mundial ha caído a un nivel inaceptable».
Belousov también hizo hincapié en el principal quebradero de cabeza de los 10
ministros: las «ideologías terroristas» y el «tránsito de militantes» siguen
extendiéndose desde Asia Occidental hasta Afganistán.
En cuanto a
Ucrania, Belousov fue bastante previsible; Rusia avanza con paso firme, y Kiev
recurre a «tácticas terroristas» mientras contempla su derrota. A ninguno de
los participantes en la OCS se le ocurriría contradecirle.
Entonces,
¿dónde estaba India en medio de toda esta acción? Pues afinando su lista de la
compra. El ministro de Defensa, Rajnath Singh, pidió personalmente a Belousov
mejoras urgentes para el Su-30MKI y una entrega mucho más rápida de los S-400
Triumf restantes. Tres unidades ya han sido entregadas y las dos siguientes
llegarán a principios de 2026.
Estos S-400 fueron fundamentales durante la Operación Sindoor, la miniguerra de
la India contra Pakistán.
Inmediatamente después del kabuki de «alto el fuego» entre Israel e Irán de
Trump, Teherán se puso en contacto con Pekín para examinar las opciones de
compra de un lote considerable (al menos 40) de cazas chinos J-10CE (la versión
para exportación del J-10C). Estas negociaciones, por cierto, llevan
celebrándose al menos 10 años.
Desde el punto
de vista iraní, en términos de bajo coste y disponibilidad, el J-10C podría ser
una mejor opción que los MiG-35 y Su-35Es rusos (la versión de exportación del
Su-35S). Pero es importante recordar que el Su-35 y el J-10C representan dos
clases diferentes de cazas a reacción. Nada impide que la Guardia
Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC) compre ambos: un caso de interacción de
asociaciones estratégicas.
Fuentes
diplomáticas confirman que Irán ya dispone de Su-35. No está claro cuántos,
pero sin duda más de dos. Rusia está dispuesta a vender hasta dos escuadrones.
Cada escuadrón tendría 12, es decir, un total de 24 aviones.
El consenso en
Moscú es que Irán intensificará las compras simultáneas de cazas de alta gama
rusos y chinos. Y, desde luego, de defensa antiaérea, como los S-400 rusos. El
drama que se ha desarrollado en las dos últimas semanas va mucho más allá del
debate artificial y superficial sobre si a Teherán le faltaba ayuda de sus
estrechos y estratégicos aliados ruso-chinos.
Aunque el CGRI
quiere esos cazas tras las dolorosas lecciones de la guerra de 12 días de
Israel, lo que más necesita es afinar su aparato interno de contrainteligencia
e insurgencia. Una parte sustancial del castigo sufrido por Irán provino de
saboteadores internos que lanzaron drones, colocaron bombas y vigilaron objetivos
de alto valor.
Queremos la
guerra contra Rusia y China
Comparemos
ahora todas estas interacciones euroasiáticas en Qingdao con lo ocurrido en La
Haya. Esencialmente, tras ser chantajeada por el espantoso Secretario General
de la OTAN Mark «Hello Daddy» Rutte, la Unión Europea (UE) decidió asignar la
friolera de 650.000 millones de euros (aproximadamente 695.500 millones de
dólares) de fondos que no tiene para comprar armas estadounidenses, a fin de
declarar la guerra a Rusia -y más tarde a China.
Esto nos lleva
al kabuki del cinco por ciento. Para que cada miembro de la OTAN gaste el cinco
por ciento en ofensiva, con su deuda combinada superando ya el 80 por ciento
del PIB, necesitarían casi triplicar los 325.000 millones de euros
(aproximadamente 381.200 millones de dólares) que gastaron en armas en 2024,
alcanzando así casi un billón de euros.
Los ciudadanos de la UE con cerebro pueden hacer fácilmente las cuentas: habrá
una orgía incesante de «recortes de gastos», subidas de impuestos y desaparición
de prestaciones sociales para financiar el armamentismo. Y robar 300.000
millones de euros de activos rusos no ayudará, porque eso no cubrirá ni
siquiera el aumento de un año.
Todos los
ministros en la mesa de la OCS en Qingdao sabían que la OTAN estaba en guerra
con Rusia, y China ni siquiera la califica como un pésimo sketch de Monty
Python. Rusia ya tiene 13.000 misiles y subiendo, y pronto será capaz de
producir hasta 300 Oreshniks hipersónicos al año, más que suficiente para
paralizar todos y cada uno de los puertos y aeropuertos de Europa.
Resultó
bastante intrigante observar el seguimiento inmediato que hizo el presidente
ruso Vladimir Putin de lo debatido en la OCS de Qingdao. En el foro de la Unión
Económica de Eurasia (UEEA) celebrado en Minsk, Putin declaró:
«Afortunadamente, la situación en Oriente Próximo se está estabilizando. El
largo conflicto entre Israel e Irán ha quedado atrás, gracias a Dios».
O tal vez no,
si nos atenemos a las declaraciones de funcionarios israelíes. Sin embargo,
para el presidente ruso, lo más importante siempre es la geoeconomía. En el
foro, Putin destacó los acuerdos preferenciales de la UEEA con Vietnam, Singapur
y Serbia, además de un acuerdo inminente con los EAU: «Las relaciones
mutuamente beneficiosas con países de Eurasia, África y América Latina avanzan
activamente». Por no hablar de la cooperación con los BRICS, la Comunidad de
Estados Independientes (CEI), la ASEAN, la Unión Africana y, por supuesto, la
OCS.
Y justo cuando
los ministros abandonaban Qingdao, se confirmó oficialmente: Irán ha sustituido
el sistema GPS estadounidense por el chino Beidou. Se trata de un movimiento
brusco y audaz en el tablero de la guerra tecnológica. Siguiente paso: hacerse
con todos esos Su-35 y JC-10CE.
Fuente: The Cradle
viernes, 4 de julio de 2025
La «rebelión gaditana»: una huelga que desafía a la patronal y los «sindicatos» del sistema
La
«rebelión gaditana»: una huelga que desafía a la patronal y los «sindicatos»
del sistema
Por Canarias Semanal
KAOSENLARED
3 de julio de 2025
Cádiz resiste mientras los
grandes sindicatos pactan a espaldas de los trabajadores. ¿Qué papel han jugado
UGT y CCOO frente a las demandas reales de la plantilla?
¿Qué ocurre cuando quienes
deberían defenderte terminan pactando con tus verdugos? ¿Qué sucede cuando los
sindicatos mayoritarios ya no son instrumentos de lucha, sino engranajes del
sistema contra el que se suponía que luchaban? La reciente huelga del sector
industrial en Cádiz no ha sido solo una protesta laboral, sino un terremoto
político y social que ha evidenciado la creciente fractura entre la clase
trabajadora y el sindicalismo institucional (…).
REDACCIÓN CANARIAS
SEMANAL.ORG
La reciente huelga que ha
sacudido la provincia de Cádiz este mes de junio de 2025 ha
vuelto a colocar sobre la mesa esas preguntas fundamentales.
Durante las últimas
semanas, centenares de trabajadores del sector naval e industrial
gaditano se han declarado en huelga, protestando contra despidos
masivos, externalizaciones, congelación salarial y el incumplimiento
sistemático de convenios colectivos. Las protestas, que comenzaron en los
astilleros de Puerto Real y San Fernando, pronto se
extendieron a otros centros de trabajo de la Bahía. El descontento
no tardó en convertirse en movilización activa.
Sin embargo, mientras las
calles de Cádiz ardían en marchas, piquetes, bloqueos y
enfrentamientos con la policía, las sedes de CCOO y UGT permanecían extrañamente
tranquilas. Lejos de respaldar con contundencia la lucha de los
obreros, las direcciones provinciales y regionales de estos sindicatos han
optado por el camino habitual: reuniones discretas con la patronal y
las autoridades, búsqueda de “acuerdos razonables” y llamados
al diálogo social.
Una vez más, el sindicalismo
institucional ha jugado el papel de bombero del conflicto, intentando
desmovilizar, rebajar las exigencias obreras y evitar una radicalización que
pudiera “desbordar el marco legal”.
Según testimonios recogidos
por colectivos de base, la ruptura entre los trabajadores y sus
supuestos representantes sindicales es cada vez más profunda.
“Nos han
dejado solos”, declaraba un portavoz de la plantilla de Dragados
Offshore,
“han firmado acuerdos sin
consultarnos, han aceptado la pérdida de derechos que llevamos décadas
defendiendo”.
Pero lo más grave, como han
denunciado varias asambleas obreras surgidas al calor de la huelga, es
que los grandes sindicatos no sólo han abandonado la lucha, sino que
han saboteado activamente las iniciativas autónomas de los trabajadores.
Se han negado a convocar
huelgas generales en toda la provincia, han deslegitimado
públicamente los cortes de carretera organizados por la base, y han lanzado
comunicados criminalizando la protesta combativa.
En este contexto, la
indignación se ha traducido en organización autónoma. Han surgido comités
de huelga al margen de las estructuras oficiales, se han reactivado
redes solidarias en los barrios, y se han sumado al conflicto, estudiantes,
parados y movimientos sociales.
La huelga en Cádiz ha
dejado de ser sólo laboral: se ha convertido en un grito
generalizado contra la precariedad, el abandono institucional y la
domesticación sindical.
Este episodio no es
aislado. Forma parte de una tendencia que se repite en todo el Estado
español: una profunda crisis de legitimidad del sindicalismo
mayoritario, cada vez más alejado de los intereses reales de la clase
trabajadora. Mientras UGT y CCOO gestionan fondos de
formación, subvenciones estatales y mesas de concertación, miles de
trabajadores se organizan desde abajo para defender su dignidad, sin esperar
nada de quienes ya los han traicionado demasiadas veces.
Lo que está
ocurriendo en Cádiz no es sólo una huelga. Es también una
ruptura. Una fisura en el modelo de relaciones laborales que se
pretende imponer. Y en esa fisura crece la esperanza de una
nueva organización obrera: más horizontal, combativa y ajena a los pactos que
sólo benefician a las empresas y al Estado.
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