sábado, 17 de mayo de 2025
La división internacional del trabajo de la crueldad
La división internacional del trabajo de la crueldad
Rebelion
17/05/2025
Fuentes: El Colectivo (Medellín) - Rebelión / Imagen: Paula
Rego, "El interrogatorio" (1950)
Un capitalismo
cada vez más decadente viene acompañado de la deshumanización y de la crueldad.
Va quedando claro que gran parte de los seres humanos somos prescindibles en la
lógica del capital y por eso nos está destruyendo: bombardeos que masacran
niños; cacería de los migrantes como en tiempos del lejano oeste;
encarcelamiento de miles de hombres sin el más mínimo respeto a la dignidad
humana. La brutalidad se exhibe en público y se entabla una competencia que
apunta a demostrar quién alcanza un mayor grado de salvajismo, lo cual asegura
votos y popularidad. No es un desvío de los supuestos valores civilizatorios
del capitalismo y de los Estados Unidos, ya es la norma y, por ello, la
crueldad se convierte en un trabajo y en un negocio, del cual se lucran sectores
perfectamente identificables.
El trabajo de la crueldad
Para que el
capitalismo funcione requiere de trabajos de la crueldad. Entre
esos pueden mencionarse los que desempeñan los carceleros, los verdugos, los
pilotos que lanzan bombas sobre poblaciones inermes, los torturadores, los
técnicos que teledirigen drones que matan a personas que se encuentran a miles
de kilómetros de distancia, los sicarios estatales o paraestales que asesinan
cumpliendo órdenes… Son trabajos porque se emplea a cierto número de personas a
cambio de un salario y, en muchos casos, esas actividades valorizan un capital,
tal y como sucede en el próspero negocio de las cárceles. El objetivo de
un trabajo de la crueldad es infringir daño y dolor a otros seres humanos en
forma consciente y planificada a cambio de una retribución monetaria. Quienes
los desempeñan llevan una vida normal en la cotidianidad: luego de masacrar
niños, torturar y maltratar prisioneros andan con sus parejas e hijos en
supermercados y centros comerciales y en su cotidianidad hasta pueden ser muy
tiernos.
El capitalismo
siempre ha necesitado de trabajos crueles, si recordamos la esclavitud de
millones de africanos durante cuatro siglos y la forma en que eran cazados y
transportados en los barcos negreros para ser brutalmente usados en haciendas y
plantaciones. Es tristemente célebre que, cuando un trapiche atrapaba la mano
de un esclavo, un capataz, listo para la eventualidad, procedía a cortarla con
un hacha.
La crueldad ha
predominado ‒y nunca despareció‒ en diversas actividades laborales, como en la
explotación minera, tal y como lo ejemplifican hoy los socavones de cobalto en
la República Democrática del Congo, en los cuales se emplean a seres humanos de
todas las edades.
Esa crueldad
está asociada al capitalismo en todas sus fases históricas desde su expansión
mundial en el siglo XVI. Durante mucho tiempo, hasta el siglo XX, la crueldad
ligada al trabajo nunca se ocultó y quienes con ella se lucraban vivían, en
medio de la opulencia, lejos de los lugares donde el trato bestial era la
norma.
En el siglo
XIX, surgieron voces que cuestionaban la brutalidad, lo cual significó el
traslado de los trabajos de la crueldad lo más lejos posible de la civilizada
Europa. Esto profundizó la división internacional del trabajo de la crueldad,
una característica distintiva del colonialismo europeo, que se mantiene hasta
el día de hoy en el capitalismo realmente existente.
Lejos de casa,
tal vez con la excepción hitleriana, la crueldad se avalaba como una necesidad
civilizatoria, como puede ejemplificarse con el genocidio en El Congo por parte
de Leopoldo II, rey de los belgas, a finales del siglo XIX. Y así se
establecieron las cadenas de suministro de la crueldad
laboral, que une al centro y a la periferia, como se evidencia hoy en Estados
Unidos y Europa con relación a Israel y Palestina.
El negocio de la crueldad en el mundo de hoy
Así como se
consolidó una división internacional en el trabajo de los cuidados, que implica
que las mujeres pobres del sur global abandonen a sus hijos y familiares para
ir a cuidar a los hijos de los ricos y de la clase media de Europa occidental y
Estados Unidos, también existe una división del trabajo de la crueldad, como lo
evidencian el genocidio en Palestina y las cárceles de El Salvador.
En Palestina a
cada minuto son masacrados decenas de personas por aviones y artefactos del
ejército sionista que se fabrican en los Estados Unidos, funcionan con
tecnología de este país y son suministrados por El Pentágono. Hay una clara
división del trabajo sucio: Estados Unidos proporciona los instrumentos que
hacen más eficaz la furia asesina de Israel, con lo cual se beneficia, directa
o indirectamente, para preservar sus intereses geoestratégicos en la región. No
importa la sangre, dolor y muerte que se produzca, ni quienes son los
ejecutores ‒el Estado sionista de Israel‒, lo que interesa a Estados Unidos es
que eso se haga lo más lejos posible y ojalá que lo realicen otros, mientras se
pueda, porque a menudo hay que quitarse la máscara como acontece en Yemen. Por
su crueldad sin límites, los asesinos de Israel gozan de un reconocido
prestigio en la industria de la muerte y el sufrimiento.
Por su parte,
el régimen de Nayib Bukele ha convertido a El Salvador en una gigantesca
prisión, cuyo modelo de represión es un servicio económico que
se ofrece en el plano internacional. Mientras algunos países venden a sus
mujeres (Filipinas) como trabajadoras domésticas y otros sacan partida de su
privilegiada situación geográfica (Panamá), El Salvador oferta sus cárceles.
Tal es el sello distintivo con el que participa en la división internacional de
la crueldad.
El principal
beneficiario no podía ser otro que Estados Unidos, el cual recurre al trabajo
sucio de otros, como siempre lo ha hecho, en secreto o a la luz pública. En
secreto con las numerosas cárceles de tortura de la CIA, dispersas en todo el
mundo, o la vista del mundo entero, como en Guantánamo. Lo nuevo estriba en que
ahora se conducen a las cárceles de El Salvador a los migrantes que son cazados
en Estados Unidos y ya no se les devuelve a sus países de origen.
Aprisionar
personas y tratarlas con crueldad es un negocio, como se evidencia con el
“acuerdo comercial” entre Bukele y Trump: por cada migrante que sea encarcelado
en El Salvador, el gobierno de Estados Unidos le paga veinte mil dólares. Para
eso está dispuesto el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), con una capacidad
de albergar a 40 mil hombres, hoy subutilizado puesto que solo cuenta con 15
mil prisioneros. Pronto quedará pequeño ante los miles de personas que son
expulsados de Estados Unidos, sin respetar elementales normas del derecho
liberal.
En concordancia,
hoy se presume por pisotear la dignidad humana, como lo ilustra Kristi Noem,
Secretaria de Seguridad de Estados Unidos, quien frente a una celda repleta de
prisioneros en el Cecot afirma ante una cámara de televisión: “Si vienen a
nuestro país ilegalmente, esta podría ser una de las consecuencias. Esta
instalación es una de las herramientas de nuestro kit que
utilizaremos si comete delitos contra el pueblo estadounidense”. Ese repugnante
espectáculo punitivo evidencia que el trabajo de la crueldad tiene un radiante
futuro.
Pubicado en
papel en El Colectivo (Medellín), No. 107, mayo de 2025.
La OTAN envuelta en un caso de corrupción en la compra de armas
La OTAN envuelta en un
caso de corrupción en la compra de armas
INSURGENTE.ORG / 17.05.2025
La
fiscalía belga está centrando su investigación sobre corrupción en compra de
suministros de la OTAN en dos casos que implican importantes contratos de apoyo
logístico a los aliados, y que son los que han dado lugar a las detenciones de
dos personas en Bélgica, tres en Holanda y una detención más en España esta
semana, además de varios registros en Luxemburgo. Es un fraude supuestamente
cometido por una empresa de servicios portuarios, y tiene que ver con el
suministro de combustible para buques de guerra de la OTAN. Por este caso se
investigan implicaciones del fraude y posibles delitos de cohecho en el Reino
Unido y Rumanía, aseveran las mismas fuentes.
El
segundo caso tiene que ver con la compra de munición y drones, para la que
la Agencia de la OTAN para Apoyo y Adquisiciones (NATO Support and
Procurement Agency, NSPA), actúa de intermediaria. Se trata, informan fuentes
conocedoras de la investigación, principalmente de grandes lotes de
proyectiles de artillería de los mayores calibres.
En la
tarde de este miércoles, cuando trascendió la investigación del ministerio
público belga por posible corrupción en la OTAN con extensión a España, hubo
momentos de inquietud en el Ministerio de Defensa, donde diversos portavoces, o
bien no tenían noticia, o bien no hacían ningún comentario. Acababa de
clausurarse la FEINDEF, Feria Internacional de la Defensa y la Seguridad. Al
dia siguiente en Defensa respiran con alivio: no hay militares ni
funcionarios civiles españoles implicados en el caso, según ha confirmado
la propia NSPA al ministerio.
Según los
datos que la fiscalía belga ha difundido, los investigados habrían facilitado
información privilegiada a empresas de armamento. En la trama, las firmas
favorecidas a su vez pagaban el servicio como si hubieran recibido
asesoría de las empresas ficticias, completan fuentes españolas consultadas.
Una parte de los hechos se investiga como un caso de soborno.
La OTAN,
y no su agencia NSPA, centra desde este miércoles la comunicación pública sobre
esta investigación. La Alianza ha puesto énfasis en una versión según la cual
las pesquisas se han originado a raíz de una auditoría interna de los
mecanismos antifraude de la Alianza cuyos resultados se han puesto a
disposición de la Justicia.
elperiodico
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La OTAN ordena que los países miembros lleguen al 5% del PIB en gasto de armas (obviamente, España también)
La OTAN ordena que los países
miembros lleguen al 5% del PIB en gasto de armas (obviamente, España también)
El Presupuesto General
de España para 2024 fue de 722.846 millones de euros en gastos.
Insurgente.org
/ 17.05.2025
El plan de la banda armada OTAN y que su capo Rutte explicó a los ministros de Exteriores en Turquía, consiste en subir hasta el 3,5% el gasto militar tradicional e introducir una meta adicional del 1,5% de inversión en seguridad en sentido amplio: ambos deberán alcanzarse en 2032. No hay matiz. El gobierno progre (PSOE/Sumar) también lo hará sin decir ni pío.
«Puedo decirles que nos dirigimos a una cumbre dentro
de seis semanas, en la que prácticamente todos los miembros de la OTAN
alcanzarán o superarán el 2 por ciento. Pero lo que es más importante, muchos
de ellos estarán por encima del 4 por ciento. Y todos habrán acordado el
objetivo de alcanzar el 5 por ciento en la próxima década», ha señalado en una
entrevista concedida a la cadena de televisión estadounidense de extrema
derecha Fox News.