#VagaGeneral29M
#mazondimissió: Miles de personas toman las calles de València en defensa del
empleo público y los derechos sociales
30 de mayo de 2025
La ciudad de València se
convirtió este 29 de mayo en el epicentro de una masiva protesta en defensa del
trabajo digno y en contra de las políticas implementadas por el actual Gobierno
valenciano. Una multitudinaria manifestación, impulsada por sindicatos,
diversos colectivos sociales y ciudadanos, recorrió las calles del centro para
expresar un enérgico rechazo a los recortes sociales, demandar mejoras
sustanciales en las condiciones laborales y exigir una mayor inversión en los
servicios públicos esenciales.
La movilización, que
coincidió con una huelga general en el sector público valenciano, dejó imágenes
impactantes de unidad y firmeza, con miles de voces coreando consignas que
exigían la dimisión del presidente Carlos Mazón. El clamor unánime se centró en
la necesidad de empleo de calidad, un incremento significativo en la
financiación de la sanidad y la educación, y una rotunda oposición a las
reducciones presupuestarias que impactan directamente a los trabajadores del
ámbito público. Bajo el lema «Trabajo digno – Servicios públicos – Dimisión de
Mazón», los manifestantes alertaron sobre los posibles intentos de privatización
de servicios fundamentales, denunciaron la reducción salarial y el aumento de
la carga de trabajo en el sector público, y demandaron estabilidad laboral,
personal suficiente y mejores condiciones contractuales.
La protesta en las calles
amplificó el impacto de la huelga general, con piquetes informativos y bloqueos
simbólicos que marcaron la jornada desde la noche anterior. Durante el
recorrido, las críticas se dirigieron tanto a las instituciones autonómicas
como al sector empresarial privado, al que se acusó de fomentar la precariedad
laboral y la desigualdad social. Sin embargo, el principal foco de la
indignación se centró en el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, cuyo
nombre resonó repetidamente en las demandas de dimisión.
La manifestación del 29M
congregó a una amplia representación no solo de trabajadores públicos –
docentes, sanitarios, administrativos y profesionales de servicios sociales –
sino también de plataformas sociales, colectivos feministas, asociaciones
vecinales y organizaciones juveniles. Las pancartas exhibían mensajes en
defensa de los derechos laborales, pero también contra la violencia machista,
la represión a las minorías y la crisis de vivienda.
Desde los sindicatos
organizadores se denunciaron «ataques sin precedentes» a los derechos sociales,
advirtiendo sobre recortes drásticos en sanidad, educación y políticas de
inclusión, en un contexto de inflación y pérdida de poder adquisitivo. Los
líderes sindicales también lamentaron la falta de diálogo por parte de la
Generalitat con los representantes de los trabajadores y la supuesta afinidad
del Consell con sectores conservadores que, según denuncian, buscan debilitar
el tejido sindical y social. Los trabajadores públicos, por su parte,
insistieron en la necesidad de estabilidad laboral, salarios dignos y recursos
adecuados para garantizar servicios de calidad a la ciudadanía.
Más allá de las demandas
laborales específicas, la protesta tuvo una clara lectura política, con
referencias al deterioro democrático y a la regresión social. La consigna
«Mazón dimisión» se erigió como un lema central, evidenciando la profunda
desconexión entre el ejecutivo valenciano y una parte significativa de la
población trabajadora. Los convocantes subrayaron que esta manifestación no es
un evento aislado, sino el inicio de un ciclo de movilización ante la falta de
cambios en la gestión y las prioridades del Consell.
Tras la finalización de la
marcha, los sindicatos anunciaron que evaluarán nuevas acciones de protesta si
el gobierno valenciano no atiende sus exigencias, solicitando una reunión
urgente y advirtiendo sobre posibles huelgas sectoriales y la ampliación de las
movilizaciones a otros sectores afectados por recortes. El impacto a medio
plazo de esta jornada de huelga dependerá de la capacidad de presión sindical y
de la respuesta política del Gobierno valenciano, aunque ya ha dejado patente
una creciente contestación social que podría tener repercusiones políticas si
no se aborda mediante un diálogo social efectivo. La manifestación del 29 de
mayo en València se erige así como un contundente llamado colectivo en defensa
del trabajo digno, los servicios públicos y los derechos sociales, marcando un
punto de inflexión en la relación entre la sociedad valenciana y su gobierno.
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