La
gestión privada de los bosques puede aumentar el riesgo de megaincendios
Tercerainformacion
/ 20.08.2025
- La distribución de los árboles para maximizar el aprovechamiento del espacio y la producción de madera genera masas de ‘combustible’ uniformes, con ejemplares de edad y tamaño similares, lo que facilita la propagación del fuego y eleva en 1,5 la probabilidad de incendios de alta gravedad.
Una zona de bosque que
sufrió un incendio de alta intensidad. Los árboles maduros están carbonizados
desde la raíz hasta la punta por el incendio Moonlight de 2007. / Jacob Levine
En los terrenos industriales privados la
distribución homogénea y concentrada de los árboles aumenta el riesgo de
megaincendio debido a que este tipo de disposición favorece la velocidad de
propagación de las llamas. Una continuidad vertical conocida como ‘combustibles
de escalera’.
Comparado con los bosques públicos, este tipo de
plantaciones tienen un 1,5 más probabilidades de sufrir un
incendio de alta gravedad según un nuevo estudio liderado por Universidad de
Utah (EE UU) junto a la Universidad de California (EE UU), Berkeley (EE UU), y
el Servicio Forestal de los Estados Unidos.
Esta investigación, pionera en el análisis
conjunto de las condiciones climáticas extremas y las prácticas de gestión
forestal, ha logrado elaborar mapas tridimensionales previos a cinco
incendios ocurridos entre 2019 y 2021 en el norte de Sierra Nevada,
California, responsables de arrasar más de 445 mil hectáreas, equivalentes al
70 % del parque.
El estudio, publicado en Global Change
Biology, concluye que, durante periodos de clima extremo, la densidad de
árboles es el factor más determinante en incendios de alta
gravedad. Por encima incluso del efecto de las altas temperaturas asociadas al
cambio climático. Por ese motivo, los autores señalan que la gestión del suelo
es clave en la prevención de incendios.
Anteriormente se había observado una mayor incidencia de
incendios de alta gravedad en torno a bosques gestionados industrialmente y
ahora, este estudio es el primero en identificar las estructuras forestales que
los favorecen.
Maximizar ganancias vs
prevención
La madera es un recurso muy valorado en la
sociedad y constituye un motor económico para numerosas comunidades. En la
silvicultura de plantación, el espacio se gestiona mediante la tala
rasa de un área, seguida de la reforestación con árboles dispuestos en
una cuadrícula compacta. El resultado es un paisaje homogéneo, formado por
masas densas de árboles de edad y tamaño similares.
Esta gestión se puede pensar como apilar un
montón de cerillas en una cuadrícula, que arderán con mucha
más facilidad que si estuvieran dispersas en grupos pequeños, ya que el fuego
puede alcanzar rápidamente el dosel en los bosques densos, arrasando un árbol
tras otro y lanzando fragmentos de material ardiendo.
Los bosques públicos tienen finalidades más
variadas —como el pastoreo o el uso recreativo— y suelen presentar densidades
de árboles más bajas, mayor heterogeneidad espacial y menos combustibles de
escalera.
No obstante, “también han experimentado aumentos
masivos en la gravedad de los incendios en las últimas décadas, lo que
demuestra que se necesitan grandes cambios en el manejo forestal, incluida la
reducción de la densidad de árboles, tanto en tierras industriales privadas
como públicas en California”, señala a SINC Jacob Levine,
investigador postdoctoral en el Centro Wilkes de Ciencias y Políticas del Clima
de la Universidad de Utah y autor principal del artículo.
Políticas dañinas
Los bosques mixtos de coníferas están adaptados a
los incendios periódicos de baja a media gravedad que arrasan parte de la
vegetación, pero a su vez generan un espaciado entre los grupos de árboles que
dificulta la propagación de futuras llamas.
No obstante, en el siglo XIX el gobierno
estadounidense buscó aumentar los recursos maderos y frenó los ciclos
naturales de los incendios al implementar políticas de extinción de
incendios además de prohibir las quemas controladas indígenas practicadas
durante milenios. Con el paso de los años, la biomasa acumulada puede alimentar
incendios de alta gravedad, definidos como aquellos que destruyen más del 95
% del dosel de los árboles.
Sumado a esto, las organizaciones ambientalistas suelen
detener o retrasar los proyectos propuestos para reducir la densidad en los
bosques públicos. Para Levine, “las afirmaciones de estos
grupos de que la tala de árboles constituye un mal manejo del fuego
carecen de fundamento científico”.
El antes y el después del
incendio
El Bosque Nacional Plumas, área de
estudio en la Sierra Nevada del norte de California, es un mosaico de propiedad
privada, industrial y pública. En 2018, el Servicio Forestal de Estados Unidos,
el Servicio Geológico y la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio
escanearon este paisaje con sensores LiDAR, vuelos de detección y alcance de
luz aerotransportada.
Los sensores dispararon miles de láseres sobre
el terreno antes de que ardiera y lograron obtener una imagen de gran precisión
de la vegetación como hierbas, arbustos, árboles y sus copas.
De este modo partieron de una cartografía
muy detallada del paisaje inmediatamente anterior a los incendios
masivos que refleja la tendencia general de la frecuencia y gravedad de los
fuegos forestales, incluido el Dixie, el mayor registrado en la historia de
California.
Encontrar el equilibrio
Aunque el estudio demuestra que los terrenos
industriales privados sufren peores consecuencias, tanto las agencias privadas
como las públicas tienen mucho margen de mejora para proteger
los bosques de Estados Unidos.
La mayoría de los árboles de la Sierra Nevada
(California) carecen de adaptaciones para recuperarse de incendios de alta
intensidad, lo que provoca que cada vez más bosques se conviertan en matorrales
y pastizales.
Las empresas madereras brindan
oportunidades económicas críticas a muchas regiones de
California, así como una fuente sostenible de productos de madera que la
mayoría de nosotros usamos todos los días. Al mismo tiempo que las prácticas de
estas empresas se asocian con peores resultados de incendios.
“Claramente, necesitamos lograr un equilibrio
entre los beneficios económicos de la madera y los riesgos de incendio de las
plantaciones forestales. Por eso, comprender las estructuras forestales que provocan
incendios de alta gravedad nos permite definir estrategias de
mitigación para anticiparnos a este problema de incendios masivos y, al mismo
tiempo, producir suficiente madera para satisfacer la demanda del mercado”,
concluye Levine.
Referencia:
Jacob Levine K et.
al.“Extreme weather magnifies the effects of forest structure on wildfire,
driving increased severity in industrial forests” Global Change
Biology (2025).
No hay comentarios:
Publicar un comentario