miércoles, 24 de septiembre de 2025

Netanyahu y el nazismo

 

Netanyahu y el nazismo

 

Diario octubre / septiembre 24, 2025

 

Plantear que un judío pueda ser nazi puede parecer chocante. Pero los hubo y Adolf Hitler les concedió el título de “arios honorarios”. El jefe de los sionistas revisionistas, Zeev Jabotinsky, no llegó a recibir ese “honor” pero compartió con los nazis su concepción racial del nacionalismo. Jabotinsky propuso fundar junto al III Reich un “imperio judío” y recibió ayuda del partido nazi para concretar esa idea. Uno de los discípulos de Jabotinsky incluso negoció con el tristemente célebre Adolf Eichmann el exterminio de 450 000 judíos húngaros a cambio de la emigración de un millar de sionistas revisionistas.

El mes pasado, poco antes de que la ONU lo acusara de genocidio, Benyamin Netanyahu declaró públicamente que no se considera un “sionista” a secas sino un sionista revisionista.

Benyamin Netanyahu siempre ha presentado a Zeev Jabotinsky como un héroe judío, pero durante mucho tiempo se abstuvo de proclamarse seguidor de sus ideas.

Thierry Meyssan (Red Voltaire).— El “Comité Especial encargado de Investigar las Prácticas Israelíes que Afectan los Derechos Humanos del Pueblo Palestino y Otros Habitantes Árabes de los Territorios Ocupados” entregó a la Asamblea General de la ONU su informe (A/79/363), el 20 de septiembre [1].

Haciendo gala de la mayor prudencia, ese Comité nombra lo que pudo comprobar. En las Conclusiones puede leerse:
«Los acontecimientos expuestos en el presente informe llevan el Comité Especial a concluir que las políticas y prácticas de Israel aplicadas durante el periodo sobre el que se informa se ajustan a las características del genocidio.»

Ahora es evidente para todos: el Estado de Israel, bajo el gobierno de Benyamin Netanyahu, está cometiendo un genocidio. Una tercera parte de la población israelí participa en las manifestaciones contra el gobierno de Netanyahu y 2 terceras partes de los israelíes se oponen a sus actuales acciones militares. ¿Cómo ha llegado a esta situación el Estado que se autoproclama «única democracia del Medio Oriente»?

Para entender esa situación debemos, primero que todo, establecer la diferencia entre las diferentes comunidades judías de la diáspora y la población judía de Israel. Las reacciones de esos dos sectores son muy diferentes, a pesar de que el conjunto de las comunidades judías sigue viendo en Israel su posible «refugio» en caso de amenaza antisemita.

Habiendo precisado lo anterior, es fundamental reconocer también que el gobierno de coalición de Benyamin Netanyahu, en el poder desde diciembre de 2022, no tiene absolutamente nada que ver con los gobiernos israelíes anteriores. Los únicos que siguen sin entender esto son los judíos de la diáspora que viven en Europa. Los de la diáspora residente en Estados Unidos, por ejemplo, ya se han separado masivamente de los crímenes de Benyamin Netanyahu.

Tres meses después de su llegada al poder, a principios de marzo de 2023, yo explicaba en este mismo sitio web que la coalición gubernamental de Netanyahu se había fijado como hoja de ruta la realización de un golpe de Estado paulatino, cuyas principales etapas futuras yo mismo describía. También señalaba yo al grupo que se movía detrás de ese proyecto: los sionistas revisionistas –seguidores de las doctrinas de Vladimir “Zeev” Jabotinsky (1890-1940) y sus aliados, los straussianos estadounidenses. También explicaba que aunque los supremacistas judíos Itamar Ben-Gvir, ministro de Seguridad Nacional, y Bezalel Smotrich, se presentan más bien como seguidores del rabino Meir Kahane, en realidad son también sionistas revisionistas ya que el mismo Kahane era un agente de los sionistas revisionistas en Estados Unidos.

Ahora bien, a pesar de sus intensas querellas internas, todas las comunidades judías viven convencidas de que nunca hubo judíos aliados del nazismo. La realidad es diferente, los judíos son como los demás humanos y entre ellos hubo algunos que se aliaron a los nazis. El ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, abordó ese tema en una entrevista concedida a la televisión italiana, en mayo de 2022. Pero cometió la imprudencia de referirse al ucraniano Volodimir Zelenski y no al israelí Benyamin Netanyahu. El hecho es que tanto Zelenski como Netanyahu representan hoy la misma ideología y lo que se señalaba al primero también podría señalársele a Netanyahu.

En todo caso, las relaciones entre los sionistas revisionistas y los fascistas nunca se han estudiado como tales. Pero sí se sabe que David Ben Gurion calificó en su momento a Jabotinsky como «seguramente fascista y quizás nazi».

El fascismo es un culto a la violencia. El nazismo, por su parte, es una ideología según la cual existe una jerarquía racial. El fascismo comete masacres, el nazismo impone el genocidio.

·         Sigue siendo muy difícil abordar las relaciones de Jabotinsky con el Duce Benito Mussolini, aunque fue con el apoyo de Mussolini que Jabotinsky fundó el Betar en un suburbio de Roma.

·         Las relaciones de los nazis con los judíos no fueron de total hostilidad. El propio Reinhard Heydrich se expresó en ese sentido en Das Schwarze Korps, en mayo de 1935, diferenciando a los enemigos –los judíos “asimilacionistas”– de los amigos –los judíos favorables a la emigración hacia Palestina. Heydrich reiteró esa diferencia en varias ocasiones, incluso cuando ya organizaba la “Solución Final”. Para Reinhard Heydrich no se trataba de exterminar a todos los judíos sino sólo a los que no aceptaban las tesis raciales de los nazis y no soñaban con instaurar un “imperio judío”.

·         De 1933 a 1939, los nazis autorizaron los judíos alemanes a emigrar a Palestina –entonces bajo el mandato británico– a condición de que vendieran los bienes que poseían en Alemania, recuperando su valor en forma de exportaciones alemanas en Palestina. Los sionistas revisionistas fueron los principales promotores de aquel acuerdo, denominado “Acuerdo de Haavara” o “acuerdo de transferencia” y criticado por la mayoría de la diáspora [2].

En 1934, Leopold von Mildenstein, oficial de las SS, viajó a Palestina, donde fue recibido por Ben Gurion, quien le entregó una medalla. En esa medalla puede leerse, en alemán: “Un nazi viaja a Palestina y no aparece en Der Angriff”. Posteriormente, Von Mildenstein reclutó a Eichmann para garantizar la organización de los convoyes de la muerte de la “Solución Final”.

·         En abril de 1935, las autoridades nazis autorizaron los judíos miembros del Betar a portar uniformes negros, considerando que el Betar era el mejor apoyo de los acuerdos antes mencionados [3].

·         En una entrevista publicada en Der Angriff (“El Ataque”), el diario de Joseph Goebbels, en septiembre de 1935, el banquero sionista revisionista Georg Kareski defendía las leyes raciales de Nuremberg. Kareski explicaba que aquellas leyes racistas de los nazis iban en el mismo sentido que las leyes que proponían los sionistas revisionistas: «Las leyes de Nuremberg del 15 de septiembre de 1935, además de sus disposiciones constitucionales, me parecen orientadas enteramente en el sentido del respeto mutuo de la especificidad de cada pueblo. La interrupción del proceso de disolución de numerosas comunidades judías, favorecido por los matrimonios mixtos, es, desde un punto de vista judío, totalmente bienvenida. Para el establecimiento de una existencia nacional judía en Palestina, esos factores, religión y familia, revisten una importancia decisiva.»

·         En 1936, en una entrevista concedida al diario comunista New Masses, Jabotinsky declara: «El revisionismo es ingenuo, brutal y primitivo. Es salvaje. Usted sale a la calle y le pregunta a cualquiera –a un chino– lo que responderá, en un 100%. Nosotros. Queremos un imperio judío. Igual que hay imperios, italiano y francés en el Mediterráneo, nosotros queremos un imperio judío. (…) Palestina debe ser la patria de 10 o 12 millones de judíos.» [4]

Los sionistas soñaban con un «hogar judío», los sionistas revisionistas quieren un «imperio judío».

En 1937, los sionistas revisionistas apoyaron también el proyecto franco-polaco denominado “Plan de Madagascar”. También en ese caso se trataba de oponerse al asimilacionismo y de estimular el traslado de judíos a Madagascar para instaurar allí un imperio judío.

·         No fue sino en 1938 que se disolvió el partido sionista revisionista alemán Staatszionisten.

·         Jabotinsky murió en el exilio, en Nueva York, al principio de la Segunda Guerra Mundial –por cierto, Ben Gurion impidió que se le diese sepultura en Israel. Pero los sionistas revisionistas siguieron trabajando con los nazis.

·         Durante toda la Segunda Guerra Mundial, el sionista revisionista húngaro Rezso Kasztner negoció en secreto con los nazis. Hasta llegó a reunirse con Adolf Eichmann, probablemente en 1944, e informó de esa reunión a personalidades como David Ben Gurion. Kasztner afirmó haber obtenido autorizaciones para que pudieran huir los judíos que fuesen capaces de comprar su salvación. Y, en efecto, recolectó 8,6 millones de francos suizos, pero de todas maneras envió a la muerte los judíos que habían pagado. Al final de la guerra, Kasztner se convirtió en portavoz del ministro de Comercio e Industria de Israel. Pero en 1953 fue acusado de haber engañado a los judíos húngaros y de haberles robado. Se convirtió así en un personaje odiado en Israel y fue asesinado durante su juicio. El historiador Nadav Kaplan escribió en su libro, de reciente publicación [5], que la eliminación física de Kasztner fue una operación de los servicios secretos israelíes, ordenada por David Ben Gourion. Ahora se plantea la interrogante de saber quién se beneficiaba con los manejos de Rezso Kasztner. ¿Sólo los nazis? ¿O también benefició a los sionistas revisionistas?
En otras palabras: ¿será que los nazis y los sionistas revisionistas trabajaron juntos en contra de los judíos húngaros?
En 1960, al ser entrevistado por la revista estadounidense Life, Eichmann afirmó que Kasztner «había aceptado hacer todo lo posible para que los judíos no opusieran resistencia a su deportación e incluso para que se portaran bien en los campos de concentración, si yo miraba para otro lado y permitía que algunos cientos o algunos miles de judíos emigraran a Palestina. Era un buen negocio.» Dicho claramente, parece que Kasztner sacrificó 450 000 judíos húngaros para salvar 1 684 judíos revisionistas.

·         Todo eso salió nuevamente a la luz cuando el juez israelí Benjamin Halevy, el mismo juez que se había ocupado del juicio de Rezso Kasztner, presidió el juicio del SS Adolf Eichmann [secuestrado en Argentina por el Mosad en 1960 y juzgado en Jerusalén en 1961. Nota de la Redacción.]. Y el SS Eichmann confirmó ser miembro de una asociación sionista revisionista, algo que era imposible de verificar, pero que Anna Arendt, presente en el juicio, estimó perfectamente posible.
A partir de aquel momento [en 1960], los soviéticos denunciaron la complicidad entre los sionistas revisionistas y los nazis. Pero las potencias occidentales prefirieron calificar a los dirigentes soviéticos de “antisemitas”.

Hasta ahora, Benyamin Netanyahu no había reconocido ser un seguidor de las ideas de Zeev Jabotinsky, pero siempre presentó como su mentor a Yitzhak Shamir… el sucesor de Jabotinsky.

Después de la Segunda Guerra Mundial, los sionistas revisionistas se refugiaron en el Mosad, que entonces estaba bajo la dirección de Yitzhak Shamir. Durante la guerra fría y, bajo la protección de la CIA estadounidense, perpetraron crímenes en Latinoamérica, en África y en Asia. Fue entonces cuando reclutaron al ex jefe de las fuerzas especiales de las SS, Otto Skorzeny.

Ahora, mientras somos testigos de las matanzas de civiles palestinos, masacres que el gobierno de Israel justifica alegando que tiene que acabar con el Hamas, es natural preguntarse: ¿está Netanyahu comportándose como un nazi?

Benyamin Netanyahou es hijo de Benzion Netanyahu, el secretario particular del fascista y “quizás nazi”, según palabras de David Ben Gurion, Vladimir “Zeev” Jabotinsky. Foto: Gobierno de Israel.

·         Para más claridad, el propio Benyamin Netanyahu, quien siempre había evitado hablar del “Gran Israel”, mencionó ese concepto hace un mes, el 23 de agosto de 2025, en una entrevista en hebreo concedida al canal de televisión israelí i24News. Cuando el entrevistador, Sharon Gal, ex diputado de Israel Beytenou, le entregó un amuleto, que no se vio en pantalla y que representaba «un mapa de la Tierra Prometida», el “Gran Israel”, preguntándole si se sentía cercano a esa idea, Netanyahu respondió que se sentía investido de una «misión histórica y espiritual» y «muy» apegado a la visión del «Gran Israel» [6].

El 23 de agosto de 2025, Benyamin Netanyahu declara en i24News que su “misión histórica y espiritual” es hacer realidad el “Gran Israel, del Nilo al Éufrates. Netanyahu se convirtió así en el único jefe de gobierno del mundo que anuncia su intención de anexar los territorios de sus vecinos.

El informe del Comité Especial de la ONU no es una simple opinión de experto en la que pueden apoyarse los jueces de la Corte Internacional de Justicia (CIJ). Más bien nos plantea una pregunta: ¿Hemos sacado las conclusiones que se imponen sobre el paulatino cambio de régimen en Israel?

Las próximas víctimas de Netanyahu serán los israelíes que se nieguen a enfrentar la verdad. Como cuando los nazis mataron a los demócratas alemanes, los sionistas revisionistas también serán implacables con los verdaderos demócratas.

Fuente: voltairenet.org

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