Hallan un
nuevo caso de canibalismo durante el Neolítico en Atapuerca
Tercerainformacion
/ 10.08.2025
Un equipo de paleontólogos ha identificado la masacre y el canibalismo de once personas, incluidos niños, en un episodio de violencia ocurrido hace 5.700 años en uno de los yacimientos del célebre enclave arqueológico burgalés.
Maxilar humano canibalizado
de la cueva de El Mirador. /IPHES-CERCA
Investigadores del Instituto Catalán de
Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES-CERCA), en colaboración con
científicos del CSIC, han documentado un caso de canibalismo humano ocurrido
hace 5.700 años en la cueva de El Mirador, uno de los yacimientos de la sierra
de Atapuerca (Burgos), en un contexto de violencia entre comunidades.
Los restos corresponden al menos a once
individuos —incluidos niños, adolescentes y adultos— que fueron
despellejados, descarnados, desarticulados, fracturados, cocinados y
consumidos, según las evidencias halladas en los huesos.
Los datos del artículo publicado en Scientific
Reports apuntan a un consumo sistemático, sin evidencias
visibles de rituales o ceremonias, probablemente relacionado con conflictos
entre grupos vecinos o entre grupos locales y recién llegados.
El estudio forma parte de un proyecto
interdisciplinar sobre antropología forense, prácticas funerarias y violencia
prehistórica desarrollado como línea de investigación del proyecto de
Atapuerca, financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
“En este estudio nos enfrentamos a un nuevo caso
de canibalismo en los yacimientos de la sierra de Atapuerca”, afirma Palmira
Saladié, investigadora del IPHES-CERCA y de la Universitat
Rovira i Virgili.
“El canibalismo es una de las conductas
más complejas de interpretar, debido a la propia dificultad que
implica el consumo de seres humanos por parte de otros humanos. A ello se
suma que, en muchas ocasiones, no contamos con todas las evidencias necesarias
para vincularlo con un contexto conductual específico. Además, los prejuicios
de nuestra sociedad tienden a interpretarlo siempre como un acto de
barbarie”, añade.
Violencia entre grupos
locales
Los restos humanos proceden de dos sectores de
la cueva y se han conservado en un estado excepcional. El análisis
tafonómico ha identificado marcas de corte, fracturas para acceder a
la médula, cocinado e incluso huellas de dientes humanos en un mínimo de once
individuos de diferentes edades, incluidos niños, adolescentes y adultos.
El análisis isotópico de estroncio (⁸⁷Sr/⁸⁶Sr)
indica que todos los individuos consumidos eran de origen local y que fueron
devorados en un espacio de tiempo muy breve, tal vez algunos días. Además,
la datación por radiocarbono sitúa el episodio en un momento
muy concreto: entre 5 700 y 5 570 años antes del presente, en una fase final de
ocupación neolítica de la cueva, justo antes de que el espacio cambiase de uso
y fuera utilizado como cueva sepulcral.
“No estamos ante una tradición funeraria ni ante
una respuesta a una hambruna extrema”, explica Francesc Marginedas,
investigador de IPHES-CERCA. “Las evidencias apuntan a una posible
acción violenta, dado el corto espacio de tiempo en el que se sucedió todo,
posiblemente entre comunidades campesinas en conflicto”.
Un acto de control social
Todo apunta a un enfrentamiento
intergrupal, con la eliminación de un grupo familiar completo y el
posterior consumo de las víctimas.
“El conflicto y el desarrollo de estrategias
para evitarlo son parte de la naturaleza humana”, señala Antonio
Rodríguez-Hidalgo, coautor e investigador asociado al IPHES-CERCA.
“La etnografía y la arqueología nos enseñan que
aún en sociedades escasamente estratificadas se dan episodios de violencia
donde además se procede al consumo de los enemigos como forma de eliminación
extrema”, señala.
Los investigadores vinculan este episodio con
otras masacres del Neolítico europeo, como las de Talheim
(Alemania) o Els Trocs (Huesca). Sin embargo, el caso de El Mirador destaca por
aportar evidencias de un consumo sistemático de las víctimas. Comportamientos
similares, en los que se relaciona la violencia entre grupos con prácticas de
canibalismo, se han documentado en yacimientos contemporáneos como la Cueva de
Fontbrégoua (Francia) o Herxheim (Alemania).
Entender la violencia
prehistórica
Este estudio amplía los hallazgos realizados en
la cueva de El Mirador, donde ya se había documentado otro caso de canibalismo,
aunque más reciente (Edad del Bronce, hace entre 4 600 y 4 100 años).
Ahora se demuestra que este tipo de prácticas ya existían en el Neolítico
final.
Este nuevo estudio se suma a investigaciones
anteriores realizadas en el mismo yacimiento, donde ya se había documentado un
episodio similar durante la Edad del Bronce.
“La recurrencia de estas prácticas en distintos
momentos de la prehistoria reciente en la cueva de El Mirador convierte a este
yacimiento en un sitio clave para comprender el canibalismo humano
prehistórico y su vínculo con la muerte, así como con una posible
interpretación ritual o cultural del cuerpo humano dentro de la cosmovisión de
aquellos grupos”, concluye Palmira Saladié.
Referencia
Saladié, P., Marginedas,
F., Rodríguez-Hidalgo, A. et al. “Evidence of Neolithic cannibalism among
farming communities at El Mirador” Scientific Reports (2025).
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