Se ha quedado Gran
Bretaña sin políticos de primer nivel? La cosa es tan dramática, sus políticos
tan mediocres, que hasta el inefable Farage tiene posibilidades de alcanzar el
poder. Verlo para creerlo.
Reino Unido en crisis
Joaquín Rábago
El Viejo Topo
8 julio, 2025
EL DESASTRE DE
LOS LABORISTAS OFRECE UNA OPORTUNIDAD A FARAGE, EL HOMBRE DEL BREXIT
El primer
ministro británico, Keir Starmer, parece más preocupado del apoyo militar a
Ucrania, cueste lo que cueste al erario público, que de resolver los problemas
más acuciantes del propio país.
Sólo así se
explica la fuerte caída de su Partido Laborista en las encuestas: sólo le apoya
actualmente un 24 por ciento de los ciudadanos, 10 puntos menos que tras las
últimas generales.
Aún les va
peor, sin embargo, a los conservadores, quienes, en lugar de beneficiarse
del rechazo popular al partido gobernante, han visto también caer su apoyo
popular de un 25 a un 18 por ciento.
El Reino Unido
no es, sin embargo, una excepción: también en otros países europeos, el
afán militarista de los gobiernos con el espantajo de la “amenaza rusa” deja en
segundo plano lo que deberían ser prioritario como la sanidad, la
educación o la vivienda.
Por lo que se
refiere a Gran Bretaña, el descalabro laborista, unido al hecho de que tampoco
la oposición conservadora levanta cabeza, aumenta las posibilidades
electorales del populista Nigel Farage, el hombre del Brexit.
Con hoy 61
años, Farage dedicó prácticamente la mitad de su vida política a
conseguir la salida de su país de la por él detestada Unión Europea.
Logrado ese
objetivo, Farage pareció renunciar de momento a otras ambiciones políticas:
dejó su partido Reform UK en manos de un hombre de negocios y se dedicó a la
nueva carrera de agitador televisivo.
También firmó
un contrato con una plataforma de internet llamada Cameo que permite a los
ciudadanos solicitar mensajes de vídeo personalizados de actores, atletas,
artistas, entre otros. Por cien libras, Farage leía ante las cámaras lo que la
gente le pedía.
Hasta que poco
antes de las elecciones británicas de hace un año, anunció su regreso a la
política al frente del partido por él fundado, y a juzgar por su popularidad en
las encuestas, parece cada vez más cerca de llegar al número 10 de Downing
Street.
En los comicios
municipales del pasado mayo, su partido Reform consiguió más del 40 por ciento
de los escaños. Y en las últimas encuestas de intención de voto, supera en seis
puntos porcentuales a los laboristas y en doce, a los conservadores.
Y si el
problema de Farage había sido antes siempre el sistema electoral mayoritario
del país, que perjudica a los pequeños partidos, hoy ese mismo sistema le
favorece.
El líder de
Reform UK ya no habla del Brexit e incluso e rehuye toda responsabilidad por el
desastre económico que el abandono de la UE ha supuesto en muchos
sentidos para el Reino Unido.
Su actual tema
favorito, como el de tantos políticos populistas del continente, es la
inmigración, a la que se refiere como una “invasión” que va a causar
enorme daño al país.
Hace dos años,
entraron en el Reino Unido 860.000 personas más que las que salieron, algo que
habrán aprovechado sin duda muchas empresas necesitadas de mano de obra,
pero que no deja de preocupar a los votantes.
Como el buen
demagogo que es, Farage relaciona ese saldo migratorio con los problemas
cotidianos del ciudadano de a pie: las tardanzas en conseguir una cita médica,
el aumento de los alquileres, entre muchos otros.
Sus críticos
más benévolos le califican de “nacionalista”, otros van más lejos y le tachan
sin más de “racista”. Hay quienes destacan sus tendencias autocráticas, su
admiración por los hombres fuertes como el presidente Donald Trump o el ruso
Vladimir Putin.
Mientras tanto,
en el otro extremo del arco político, Jeremy Corbyn, el líder al que Starmer
consiguió con métodos sucios expulsar de la dirección laborista,
ha anunciado la creación de un nuevo partido de izquierdas que competirá
con el de su desleal rival. Deseémosle suerte.
Fuente: La casa de mi
tía
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