Distraídos por asuntos
tan graves como el cambio climático, el rearme y las guerras, el declive de
Occidente o la próxima crisis financiera, no reparamos en un asunto que va a
cambiar el destino del mundo: el cambio radical demográfico que se avecina.
Es la demografía, estúpidos
El Viejo Topo
9 julio, 2025
Con toda
seguridad lo más importante que nos atañe, a nosotros y a nuestros
descendientes, es la revolución demográfica en la que está inmerso el Mundo. A
su lado palidecen los distintos debates sobre la IA, sobre Globalización /
Desglobalización, sobre el aumento o no aumento del autoritarismo y de las
llamadas democracias iliberales. Y es que estamos en medio de unos cambios, de
una “Revolución Demográfica” que cambiará en pocas décadas el Mundo tal y como
lo hemos conocido, sus relaciones internacionales y de Poder, la sociedad y la
forma de organización política.
Según la ONU, y
sus proyecciones de Población realizadas
en el 2024, si nuestro planeta tiene en la actualidad 8.231 millones de
habitantes, en el año 2050 tendrá 9.665 millones para alcanzar un máximo en el
2083 de 10.289 millones y de ahí descender para situarse en 10.180 millones en
el año 2100, es decir dentro de 75 años.
Estas cifras a
priori no nos dicen mucho, aunque se proyecta por primera vez un descenso en la
población mundial inscrita en causas naturales y no en catástrofes o guerras.
Pero si nos fijamos en la estructura por edades ya la cosa cambia, ya que según
las proyecciones de la ONU, en el 2100 una de cada cuatro personas tendrá más
de 65 años, cuando en el 2050 ese porcentaje se situará, con 1.578 millones, en
el 16,3 % de la población total. Es decir, se dará un envejecimiento notable de
la población en todo el mundo, en unas pocas décadas.
Esto sin duda
es importante, y tendrá unas severas consecuencias económicas a nivel global.
Pero lo más importante, mucho más importante, será la evolución que se prevé
que sigan las distintas regiones mundiales.
Europa, donde
la ONU incluye a todos los países del Este y también a Rusia, pasará de tener
744 millones de habitantes en la actualidad a tener 703 en el 2050 y 592
millones en el 2100. De representar pues el 9 % de la población mundial pasará
en el año 2100 a representar un 5,8 %.
Estados Unidos,
por su parte pasará de tener 347 millones de habitantes a tener 421 millones en
el 2100.. Lo más sorprendente es que China, que actualmente tiene 1.463
millones de Habitantes, verá reducida su población en más de la mitad, para
tener solo, según la ONU, 633 millones en el 2100. Japón sufrirá un invierno
demográfico similar descendiendo desde los 123 millones actuales a 77 millones
en el 2100. La India también perderá población respecto a 2050, cuando alcance
los 1.679 millones, para situarse en poco más de 1.500 millones en 2100.
Con ser esto
importante, lo que verdaderamente provocará un terremoto que afectará a toda la
geopolítica y las estructuras económicas y sociales mundiales será la explosión
demográfica que tendrá África y sobre todo el África Subsahariana. Si el África
Subsahariana tiene actualmente 1.273 millones de habitantes, representando el
15,4 % del total de la población mundial, en 2050 tendrá 2.093 millones, para
alcanzar nada más y nada mensos que 3.350 millones en el año 2100. Ello
significa que al final de esta centuria, África Subsahariana representara el 33
% del total mundial; es decir, que uno de cada tres habitantes del mundo será
de esta zona. El total de África tendrá 3.814 millones en esta fecha, con lo
que el 37,5 % de los habitantes del planeta tendrían que vivir en África.
Recapitulando,
y para poner las cifras en perspectiva: Europa tendrá en el 2100 no llega al 6
% de la población mundial, mientras que África tendrá un 37,5 % de la misma.
Asia por su parte, pensemos en China o Japón, perderá un enorme peso en
población.
Para poner un
poco de orden y de significado en estas cifras, tal vez tengamos que recordar
que la Era del Imperialismo, a finales del XIX, cuando Europa colonizó el
Mundo, tuvo como una de sus causas el enorme peso poblacional de nuestro
continente, que albergaba prácticamente el 25 % de la población mundial. Fueron
las épocas no solo de la expansión colonial sino de las migraciones masivas de
europeos a Estados Unidos, Sudamérica, Australia o Nueva Zelanda.
Con ser todo
esto importante, todavía lo es más el envejecimiento brutal que sufrirá
prácticamente todo nuestro planeta excepto África. Así, Latinoamérica pasará de
tener un 18,7 % de la población mayor de 65 años en el 2050 a tener un 31,6% en
el 2100, unas cifras similares a las de Europa. China por su parte pasará de
tener un 31 % de población mayor de 65 años a tener unas cifras insostenibles
de cerca de un 45 %, con 290 millones de ancianos en el 2100. Por su parte
África subsahariana apenas tendrá un 4,9 % de población mayor de 65 años en el
2050, para tener un 13,7%, con 460 millones, en el año 2100. Es decir, África
habrá iniciado su Transición Demográfica en esa fecha, pero estará lejos de
haberla completado.
¿Qué
consecuencias tendrá todo esto? Lo que parece claro es que la demografía
influirá en enormes cambios socio-económicos y geo-políticos a nivel mundial.
Parece claro
que este terremoto demográfico influirá en movimientos migratorios masivos y
que nadie podrá parar, en enormes cambios sociales y culturales, en el declive
de economías que hoy parecen imparables, y en cambios políticos que ni siquiera
nos imaginamos. Todo lo que hoy es sólido probablemente se desvanecerá, y el
mundo tal y como lo hemos conocido cambiará. ¿Se perderá “como lágrimas en la
lluvia”? La respuesta, mucho me temo, sólo puede ser positiva.
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