miércoles, 9 de julio de 2025

Es la demografía, estúpidos

 

Distraídos por asuntos tan graves como el cambio climático, el rearme y las guerras, el declive de Occidente o la próxima crisis financiera, no reparamos en un asunto que va a cambiar el destino del mundo: el cambio radical demográfico que se avecina.


Es la demografía, estúpidos

 

Miguel Ángel Cerdán Pérez

El Viejo Topo

9 julio, 2025 


Aturdidos por el lamentable panorama político, con una Agenda que se mueve entre lo secundario y lo irrelevante, muchas veces se nos escapa lo esencial. Sobre todo por la sencilla razón de que el mundo académico, excepto algunas voces heterodoxas, no presta la suficiente atención a lo esencial.

Con toda seguridad lo más importante que nos atañe, a nosotros y a nuestros descendientes, es la revolución demográfica en la que está inmerso el Mundo. A su lado palidecen los distintos debates sobre la IA, sobre Globalización / Desglobalización, sobre el aumento o no aumento del autoritarismo y de las llamadas democracias iliberales. Y es que estamos en medio de unos cambios, de una “Revolución Demográfica” que cambiará en pocas décadas el Mundo tal y como lo hemos conocido, sus relaciones internacionales y de Poder, la sociedad y la forma de organización política.

Según la ONU, y sus proyecciones de Población realizadas en el 2024, si nuestro planeta tiene en la actualidad 8.231 millones de habitantes, en el año 2050 tendrá 9.665 millones para alcanzar un máximo en el 2083 de 10.289 millones y de ahí descender para situarse en 10.180 millones en el año 2100, es decir dentro de 75 años.

Estas cifras a priori no nos dicen mucho, aunque se proyecta por primera vez un descenso en la población mundial inscrita en causas naturales y no en catástrofes o guerras. Pero si nos fijamos en la estructura por edades ya la cosa cambia, ya que según las proyecciones de la ONU, en el 2100 una de cada cuatro personas tendrá más de 65 años, cuando en el 2050 ese porcentaje se situará, con 1.578 millones, en el 16,3 % de la población total. Es decir, se dará un envejecimiento notable de la población en todo el mundo, en unas pocas décadas.

Esto sin duda es importante, y tendrá unas severas consecuencias económicas a nivel global. Pero lo más importante, mucho más importante, será la evolución que se prevé que sigan las distintas regiones mundiales.

Europa, donde la ONU incluye a todos los países del Este y también a Rusia, pasará de tener 744 millones de habitantes en la actualidad a tener 703 en el 2050 y 592 millones en el 2100. De representar pues el 9 % de la población mundial pasará en el año 2100 a representar un 5,8 %.

Estados Unidos, por su parte pasará de tener 347 millones de habitantes a tener 421 millones en el 2100.. Lo más sorprendente es que China, que actualmente tiene 1.463 millones de Habitantes, verá reducida su población en más de la mitad, para tener solo, según la ONU, 633 millones en el 2100. Japón sufrirá un invierno demográfico similar descendiendo desde los 123 millones actuales a 77 millones en el 2100. La India también perderá población respecto a 2050, cuando alcance los 1.679 millones, para situarse en poco más de 1.500 millones en 2100.

Con ser esto importante, lo que verdaderamente provocará un terremoto que afectará a toda la geopolítica y las estructuras económicas y sociales mundiales será la explosión demográfica que tendrá África y sobre todo el África Subsahariana. Si el África Subsahariana tiene actualmente 1.273 millones de habitantes, representando el 15,4 % del total de la población mundial, en 2050 tendrá 2.093 millones, para alcanzar nada más y nada mensos que 3.350 millones en el año 2100. Ello significa que al final de esta centuria, África Subsahariana representara el 33 % del total mundial; es decir, que uno de cada tres habitantes del mundo será de esta zona. El total de África tendrá 3.814 millones en esta fecha, con lo que el 37,5 % de los habitantes del planeta tendrían que vivir en África.

Recapitulando, y para poner las cifras en perspectiva: Europa tendrá en el 2100 no llega al 6 % de la población mundial, mientras que África tendrá un 37,5 % de la misma. Asia por su parte, pensemos en China o Japón, perderá un enorme peso en población.

Para poner un poco de orden y de significado en estas cifras, tal vez tengamos que recordar que la Era del Imperialismo, a finales del XIX, cuando Europa colonizó el Mundo, tuvo como una de sus causas el enorme peso poblacional de nuestro continente, que albergaba prácticamente el 25 % de la población mundial. Fueron las épocas no solo de la expansión colonial sino de las migraciones masivas de europeos a Estados Unidos, Sudamérica, Australia o Nueva Zelanda.

Con ser todo esto importante, todavía lo es más el envejecimiento brutal que sufrirá prácticamente todo nuestro planeta excepto África. Así, Latinoamérica pasará de tener un 18,7 % de la población mayor de 65 años en el 2050 a tener un 31,6% en el 2100, unas cifras similares a las de Europa. China por su parte pasará de tener un 31 % de población mayor de 65 años a tener unas cifras insostenibles de cerca de un 45 %, con 290 millones de ancianos en el 2100. Por su parte África subsahariana apenas tendrá un 4,9 % de población mayor de 65 años en el 2050, para tener un 13,7%, con 460 millones, en el año 2100. Es decir, África habrá iniciado su Transición Demográfica en esa fecha, pero estará lejos de haberla completado.

¿Qué consecuencias tendrá todo esto? Lo que parece claro es que la demografía influirá en enormes cambios socio-económicos y geo-políticos a nivel mundial.

Parece claro que este terremoto demográfico influirá en movimientos migratorios masivos y que nadie podrá parar, en enormes cambios sociales y culturales, en el declive de economías que hoy parecen imparables, y en cambios políticos que ni siquiera nos imaginamos. Todo lo que hoy es sólido probablemente se desvanecerá, y el mundo tal y como lo hemos conocido cambiará. ¿Se perderá “como lágrimas en la lluvia”? La respuesta, mucho me temo, sólo puede ser positiva.

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