sábado, 21 de junio de 2025

Irán no está solo

 

El miedo a una Tercera Guerra Mundial ya no es un disuasivo eficaz, porque el equilibrio de poder ha cambiado. Si Irán decide cerrar el Estrecho de Ormuz, la economía mundial se asfixiará. El riesgo es grande; la oportunidad para el Sur aún es mayor.

TOPOEXPRESS

Irán no está solo

 

Peiman Salehi

El Viejo Topo

21 junio, 2025 



IRÁN NO ESTÁ SOLO ESTA GUERRA ES UN MOMENTO HISTÓRICO PARA EL SUR GLOBAL  Y EL FIN DEL IMPERIALISMO

Han pasado unos días desde el enfrentamiento directo entre la República Islámica de Irán y el régimen israelí, y ya está claro que esto no es solo un conflicto regional. Lo que estamos presenciando no es simplemente un intercambio de misiles; es un punto de inflexión geopolítico que podría marcar el comienzo del fin del orden unipolar liderado por Estados Unidos.

Israel, en un error estratégico sorprendente, creía que podía tratar a Irán como lo hizo con Siria, Irak o Gaza: mediante ataques aéreos precisos, guerra psicológica y control informativo para forzar una retirada. Pero la respuesta de Irán fue totalmente impredecible. Los misiles que impactaron en Haifa y Tel Aviv hicieron más que daños físicos; destruyeron la ilusión de “disuasión absoluta” que Occidente había cultivado durante décadas.

Esta guerra no trata solo de Irán; es un momento definitorio para el Sur Global.

Sin embargo, el significado más profundo de este momento radica en la prueba que enfrentan países como China, Rusia, Pakistán, Sudáfrica, Venezuela y otros del Sur Global. Durante años, estos estados han hablado de crear un mundo multipolar, liberarse de la hegemonía estadounidense y construir un nuevo orden internacional. Pero si permanecen pasivos o indiferentes en este momento crucial, toda esa retórica podría convertirse en un eslogan vacío.

El Sur Global hoy no es el mismo que en el siglo XX. Estos países ya no son meros espectadores dependientes de la ayuda. Son potencias emergentes con importantes capacidades económicas e incluso militares. China es la segunda economía mundial. Rusia es una gran potencia nuclear y militar. Irán posee una capacidad misilística regional inigualable. Pakistán, Brasil, Indonesia, Sudáfrica y Turquía, todos ellos ya no están al margen de la historia. Son parte de la nueva realidad.

El miedo a una Tercera Guerra Mundial ya no es un disuasivo eficaz, porque el equilibrio de poder ha cambiado. Si este conflicto se intensifica y Irán decide cerrar el Estrecho de Ormuz, la economía mundial se asfixiará. Esto no es una amenaza, es un hecho. Las capitales occidentales lo saben. En este momento, decenas de think tanks en Washington, Bruselas y Tel Aviv están analizando las posibles repercusiones de un colapso en las cadenas de suministro, los mercados petroleros y sistemas financieros si se cierra el estrecho.

Pero este momento no se trata de miedo; se trata de elección.

¿El Sur Global quiere ser testigo silencioso de la historia o ayudar a darle forma?

Pakistán ya ha dejado claro su posición: apoyará a Irán si el conflicto se extiende. Ahora, la mirada está en China y Rusia. Si no cumplen —política, económica y, si es necesario, militarmente— entonces la promesa de un “nuevo orden mundial” será hueca. Esta es la prueba. No en palabras, sino en acción.

Irán hoy está solo, sí. Pero lleva sobre sus hombros el peso de generaciones que han sufrido bajo el imperialismo, las sanciones y la dominación. Si Irán gana esta guerra, no será solo una victoria nacional, será una victoria para todos nosotros.

Tal vez sea el inicio del declive del dólar. Tal vez el fin de la dominación mediática occidental. Tal vez el nacimiento de un nuevo paradigma económico y político.

Sea lo que sea, este momento no pertenece solo a Irán. Nos pertenece —a nosotros, el Sur Global.

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