viernes, 19 de septiembre de 2025

Malatesta: sobre el fascismo al poder

 


Malatesta: sobre el fascismo al poder


Por Colaboraciones

Errico Malatesta

kaosenlared

16 de septiembre de 2025 

 

En la culminación de una larga serie de crímenes, el fascismo se ha establecido finalmente en el gobierno.

Y Mussolini, el Duce miserable, sólo por distinguirse, ha comenzado por tratar a los miembros del parlamento como un patrón insolente trataría a siervos estúpidos y holgazanes.

El parlamento, que había de ser «el paladín de la libertad», ha dado su medida.

Esto nos deja perfectamente indiferentes. Entre un matón que amenaza e insulta, porque así se siente seguro, y una banda de cobardes que parece deleitarse en su degradación, no tenemos que escoger. Constatamos solamente — y no sin vergüenza — qué tipo de personas es la que domina y del yugo de quién no podemos escapar.

¿Pero cuál es el significado, cuál el alcance, cuál el resultado probable de este nuevo modo de arribar al poder en nombre y al servicio del rey, violando la constitución que el rey había jurado respetar y defender?

Aparte de las poses de querer parecer napoleónico y que no son más que poses de opereta, cuando no son actuaciones de jefe bandolero, creemos que en el fondo nada habrá cambiado, excepto, por un tiempo, mayor presión de la policía contra los subversivos y contra los trabajadores.

La burguesía, amenazada por la marea proletaria, incapaz de resolver los problemas urgentes de la guerra, impotente de defenderse con el método tradicional de la represión legal, se veía perdida y habría recibido con alegría a cualquier militar que fuese declarado dictador y que hubiese ahogado en sangre cualquier intento de reconquista.

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Tal vez, cuando todas las instituciones obreras sean destruidas, las organizaciones disueltas, los hombres más odiados y considerados más peligrosos asesinados o encarcelados o reducidos a la impotencia, la burguesía y el gobierno pretenda poner fin a la nueva guardia pretoriana que ahora aspira a convertirse en amos de quienes antes habían servido. Pero ya es demasiado tarde. Los fascistas ahora son los más fuertes y quieren que se les pague por sus servicios. Y la burguesía pagará, por supuesto, buscará pagar apoyada sobre los hombros del proletariado.

En conclusión, miseria aumentada, opresión aumentada.

En cuanto a nosotros, sólo tenemos que continuar nuestra batalla, siempre llenos de entusiasmo. Sabemos que nuestro camino está sembrado de tribulaciones, pero lo escogimos consciente y voluntariamente, y no tenemos ninguna razón para abandonarlo.

Así que sabemos que todos quienes tienen un sentido de dignidad y compasión humana y quieren dedicarse a la lucha por el bien de todos, deben estar preparados para todas las desilusiones, todo el dolor, todos los sacrificios.

Ya que nunca faltan los que se dejan deslumbrar por las apariencias de la fuerza y siempre tienen algún tipo de admiración secreta por el vencedor, también hay subversivos que dicen que “los fascistas nos han enseñado cómo hacer una revolución.”

No, los fascistas no nos enseñaron nada.

Hicieron la revolución, si revolución le quieren llamar, con permiso de sus superiores y al servicio de sus superiores.

Traicionar a los amigos, renegar todos los días de las ideas profesadas ayer, si así conviene a la propia ventaja ponerse al servicio del patrón, asegurar el consentimiento de las autoridades políticas y judiciales, desarmar con la policía a los oponentes para luego atacarlos en diez contra uno, prepararse militarmente sin necesidad de ocultarse, incluso recibiendo armas del gobierno, además de vehículos y objetos de cuartel, y luego ser llamado por el rey y ponerse bajo la protección de dios… son todas cosas que no podríamos y no querríamos hacer.

Y son todas cosas que habíamos dicho que ocurrirían el día en que la burguesía se sintiera seriamente amenazada.

En vez, el ascenso del fascismo debe ser una lección para los socialistas legalistas, quienes creían, y ¡ay! aún creen que podemos derrocar a la burguesía por los votos de la mitad más uno de los votantes, y no quisieron creernos cuando les dijimos que si alguna vez alcanzaran una mayoría en el parlamento y quisieran — sólo por hacer suposiciones absurdas — implementar el socialismo mediante el parlamento, ¡les patearían el culo!

* Errico Malatesta: escritor, propagandista y revolucionario anarquista italiano. Estudiante en medicina en Nápoles, y ya republicano, adhiere al anarquismo después de la Comuna de París (1871). Escribió este texto en 1922.

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Estos dos individuos pro sionistas y pro Zelenski demuestran la farsa histórica PP vs. PSOE

 

Estos dos individuos pro sionistas y pro Zelenski demuestran la farsa histórica PP vs. PSOE


Ambos gobernaron desde 1982 a 2004. el estado español (22 años)

 

Insurgente.org / 19.09.2025

 

El poder los eligió para administrar el capitalismo sabiendo lo que hacía. Sus lazos ideológicos con la derecha más casposa los unen y descubre el teatro del «conservador y el progre» que hacen circular las terminales mediáticas del régimen para engaño a los más. Sus ataques a Venezuela, Palestina, y la defensa de la extrema derecha ucraniana, su amor a la OTAN… los unen irreversiblemente. en polñitica exterior

AZNAR

El expresidente de extrema derecha, José María Aznar, dijo hace unas horas que Israel tiene que ganar para salvar a Occidente. Recordar que en 2010 cuando el ‘popular’ fundó, junto con un grupo de amigos y millonarios, un lobby con el nombre ‘Amigos de Israel’ -‘Friends of Israel’ (FOII). Todos ellos niegan el Estado palestino». Y añadió que si Putin gana en Ucrania, el mundo se pondría “al borde de una derrota total”.

FELIPE GONZÁLEZ

El ex líder de los socialistas y presidente del gobierno (1982-1996) criticó a la resistencia palestina diciendo que  “al grupo terrorista Hamás, si de verdad no quieren que maten a niños y mujeres, ¿por qué no sueltan a los rehenes [israelíes]?”. Sobre el genocidio GonzáleX hizo silencio.

Ocurrió en un acto donde el magnate y ex ministro de Exteriores Abel Matutes y el ex dirigente de CiU, Roca, tuvieron también su protagonismo.

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Lenguaje y guerra

 

En el principio fue el verbo. Se empieza con la palabra, y poco importa que sean verdades, mentiras o posverdades. Intoxicadas por un verbo fácil, las masas –o parte de ellas– acaban por aplaudir las masacres. Sucedió ya en 1914. Sucede ahora, en Israel.


Lenguaje y guerra

 

Nevio Gambula

El Viejo Topo

19 septiembre, 2025



EL LENGUAJE PRECEDE A LA GUERRA

El lenguaje precede a la guerra, la prepara y la hace posible. Hoy, como en el pasado, políticos y periodistas construyen un marco narrativo que transforma la posibilidad de conflicto en una certeza inminente. La amenaza atribuida a Rusia y, en general, a las autocracias, se presenta no solo como un hecho geopolítico, sino como una imagen implacable, que se repite hasta convertirse en el telón de fondo natural e incuestionable del debate público.

En esta representación, el «nosotros» se identifica con el bloque occidental, retratado como el único bastión de la libertad y la democracia. Se contrasta con un «ellos», una entidad autoritaria definida únicamente por la barbarie y la amenaza. Esta retórica, amplificada por los medios de comunicación, desarma el pensamiento crítico y normaliza la idea de que la guerra es la única solución viable.

Así, incluso antes de que las armas hablen, el conflicto ya se ha librado en el plano lingüístico, mediante simplificaciones, etiquetas y la supresión de todo matiz. Es en esta gramática del conflicto donde se sientan las verdaderas bases de la guerra real.

La retórica del «nosotros contra ellos» también establece una jerarquía moral en la que el Otro se reduce a la pura barbarie. El «nosotros» occidental se proclama la medida de toda virtud, definiendo a otras civilizaciones como inferiores y transformando una presunta supremacía ética en un derecho de dominio. En esta visión, los bienes, los mercados e incluso los ejércitos se convierten en instrumentos de una misión universal: todo lo existente debe someterse a este poder abrumador, mientras que el lenguaje mismo se convierte en una herramienta para armar a los Estados y absolver a las oligarquías occidentales.

Este mecanismo no solo limita, sino que destruye la universalidad de los derechos. El derecho internacional, por ejemplo, se convierte en una balanza manipulada que pondera los crímenes basándose en alianzas. Un dron ruso que viola una frontera es un casus belli que provoca indignación mundial; sin embargo, un bombardeo israelí contra un Estado soberano corre el riesgo de convertirse en una simple nota a pie de página.

En el primer caso, se alza el grito de agresión, evocando la intervención militar; en el segundo, todo se reduce al «derecho a la defensa». Es el lenguaje el que decide la culpabilidad y la inocencia, transformando los cadáveres en «daños colaterales» y las violaciones de la ley en legítima defensa. La guerra, por lo tanto, no se libra solo con armas, sino con las palabras que las justifican.

La guerra solo se puede entender entendiendo cómo se habla de ella. La guerra solo se puede evitar dejando de hablar de ella como se habla. Esta reflexión de Karl Kraus debería ser la base de cualquier pensamiento crítico que realmente busque evitar el conflicto.

Sin embargo, para ser eficaz, este enfoque requiere construir un «nosotros» alternativo, distinto del de las élites que promueven un lenguaje militarista. Un «nosotros» que afirme, desde sus palabras, un principio de «humanidad común» y aspire a la democracia entre los pueblos, no a la hegemonía de unos sobre otros.

Estamos perdidos.

Fuente: Contropiano

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