martes, 9 de septiembre de 2025
A Milei se le fundió la motosierra y el peronismo obtiene un contundente triunfo en Buenos Aires
A Milei se le fundió la
motosierra y el peronismo obtiene un contundente triunfo en Buenos Aires
Rebelión / Argentina
09/09/2025
Fuentes: Rebelión
El resultado
electoral en la provincia de Buenos Aires, donde el partido de Javier Milei, La
Libertad Avanza, ha sufrido una derrota contundente con un 30,5% de los votos
frente al 49,5% del peronismo, es considerado por los analistas políticos un
terremoto político que revela varias dinámicas profundas en la compleja
política argentina.
Milei logró un
éxito transitorio al reducir parcialmente la inflación. Sin embargo, esta
estabilización macroeconómica neoliberal se logró a través de un ajuste fiscal
extremadamente severo caracterizado por recortes brutales en el gasto público,
despidos masivos de empleados estatales y una contracción monetaria agresiva en
beneficio del capital argentino.
Los porteños,
en especial los sectores más vulnerables, sintieron el costo social de estas
políticas leoninas de la extrema derecha, pensiones que quedaron por debajo de
la línea de pobreza, recortes en salud y educación, y la eliminación de
subsidios. El electorado bonarense, históricamente peronista y que había dado
una oportunidad a Milei, envió un mensaje claro, la estabilidad de precios no
es suficiente si se logra a costa del bienestar social y el empleo. El
Congreso, de hecho, ya había respondido a este malestar social aprobando leyes
para aumentar pensiones y beneficios por discapacidad, que Milei vetó
argumentando que no había dinero.
La imagen de
Milei se construyó sobre la base de ser un forastero que venía presuntamente a
limpiar la «casta» política corrupta. El escándalo de presunto cohecho que
involucra a su hermana y jefa de gabinete, Karina Milei, socavó brutalmente esa
narrativa. Las grabaciones que la implican en una red de sobornos por contratos
farmacéuticos en la agencia de discapacidad (ANDIS) crearon una contradicción
insostenible para un gobierno que pretendía mostrarse moralmente superior. Este
escándalo, que estalló en el momento más crucial de la campaña, no solo
energizó a la oposición peronista-kirchnerista, sino que desilusionó y
desmovilizó a una parte de la base desencantada de Milei, que se sentía
traicionada. Demostró que la retórica anticorrupción es frágil y que cualquier
indicio de hipocresía puede ser electoralmente letal.
Describir al
peronismo es un error recurrente en la política argentina. Derrotados en las
presidenciales de 2023 y con su líder máxima, Cristina Fernández de Kirchner,
inhabilitada y con prisión domiciliaria, el movimiento demostró una vez más su
capacidad de resiliencia. La elección sirvió para que el peronismo, a pesar de
sus divergencias internas, se uniera en torno a una oposición frontal contra el
ajuste.
Figuras como el
gobernador Axel Kicillof emergen fortalecidas y se perfilan como el posible
candidato presidencial a futuro. Su mensaje, centrado en la defensa de los
trabajadores, los jubilados y los servicios públicos, resonó profundamente en
un electorado que está sufriendo las consecuencias de las políticas de shock
ultra neoliberales, producto de las ordenes del FMI y el BM.
Milei llegó a
la presidencia con un partido de ultraderecha y una representación mínima en el
Congreso. Esta derrota en la provincia clave confirma que no ha logrado
construir una base legislativa que le permita gobernar con eficacia. Su estilo
confrontacional y su negativa a construir puentes con la oposición («no voy a
transar con la casta») lo han dejado políticamente aislado y con un futuro
político magro. El Congreso, dominado por la oposición, no solo le ha bloqueo
reformas clave, sino que ha logrado aprobar leyes populares que obligan al
presidente a vetarlas, generándole un costo político enorme. Un presidente sin
mayoría legislativa y que pierde su principal bastión electoral en las urnas se
convierte en un mandatario extremadamente débil para implementar su agenda.
La derrota
electoral de la ultraderecha trumpista de Milei, genera una enorme
incertidumbre sobre la continuidad del plan económico ultra neoliberal. Milei
prometió «acelerar el curso”, pero la realidad es que probablemente se vea
forzado a negociar. Los mercados reaccionan negativamente a la inestabilidad
política, y se espera una presión sobre el peso argentino y las tasas de
interés. El gobierno ya venía interviniendo de manera agresiva para sostener la
divisa, con tasas de interés del 80%. El riesgo es que la falta de consenso
político y el posible freno a las reformas neoliberales alejen la inversión
privada que Milei considera esencial para el crecimiento, perpetuando el
estancamiento económico.
La paliza
electoral en Buenos Aires es mucho más que un voto castigo; es un rechazo
social a la metodología del ajuste indiscriminado del ultra neoliberalismo.
Revela que el proyecto de Milei está agotado y chocó con un muro infranqueable,
la imposibilidad de aplicar una terapia de shock prolongada en una democracia
con fuertes tradiciones de justicia social y protección laboral, sin generar
una reacción que la detenga.
¿El gobierno se
encuentra ahora en una encrucijada existencial?¿Insistir con su ya fracasado
plan original, arriesgándose a una mayor conflictividad social y una derrota
aún mayor en octubre, o moderar su agenda para buscar acuerdos que le permitan
una gobernabilidad mínima, traicionando así el núcleo de su discurso
anti-politica tradicional?
Ya sin mayoría
legislativa, con escasa receptividad social y fuerte presión económica, el
gobierno de Milei se enfrenta ahora a una situación casi ingobernable: sin
aliados claros en el Congreso y con las elecciones de medio término a la vuelta
de la esquina.
El peronismo,
aunque victorioso, también enfrenta el desafío de capitalizar este triunfo no
solo como un «No a Milei», sino como un «Sí» a una alternativa creíble,
renovada y unificada para gobernar la Argentina en el futuro. La elección de
octubre se perfila ahora como un plebiscito aún más
definitorio sobre el destino del país.
De allí que
este es un punto de inflexión, que subraya la tensión entre la necesidad de
reformas estructurales en una economía crónicamente inestable, con un modelo
neoliberal agotado y la demanda social que busca soluciones inmediatas. La
verdadera prueba vendrá en octubre, pero ya apunta a un Milei más vulnerable y
en decadencia, con una oposición fortalecida que podría bloquear su proyecto si
no hay concesiones.
Finalmente cabe
destacar que la reciente derrota representa mucho más que un tropiezo
electoral, es un cisne negro que podría marcar el fin del
liderazgo de Milei tal como lo hemos venido conociendo. Surge un nuevo
escenario, la extrema derecha libertaria se debilita, el peronismo se recompone
y reclama poder, y la fragmentación política exige negociar. Buenos Aires, que
concentra casi la mitad del electorado, acaba de enviar un mensaje claro, hay
límites al modelo liberal y al autoritarismo económico ultra neoliberal y se
demandan políticas con rostro social y humano. Lo que refleja que a
Milei se le fundió la motosierra y con pocas perspectivas de ganar en
octubre próximo.
Eduardo Andrade Bone. Analista político y comunicador social.
El tabú de la edad
El
tabú de la edad
kaosenlared
9 de septiembre de 2025
Por motivos que sí vienen
al caso pero que por sí solos merecen cientos de libros y otras tantas
revoluciones democráticas de las que siempre quedarán pendientes por que lo que
interesa es el poder, dejaré para más adelante las intenciones que me mueven y comenzaré
por el principio.
Son las 15 horas del 6 de
septiembre de 2025 y escribo en Internet “El tabú de la edad”. De inmediato,
una IA emergente y con ánimo de ayudar gratis hoy para poder cobrar mañana,
pero que tampoco conoce mis intenciones, me responde con esto:
“El ‘tabú de la
edad’ se manifiesta en la represión de la sexualidad en personas mayores,
la marginación de la vejez en la sociedad por estereotipos de belleza joven, y
el juicio social sobre parejas con diferencias de edad significativas. Estos
tabúes se originan en patrones culturales y sociales como la idealización de la
juventud, y se mantienen por prejuicios que ignoran las capacidades y
necesidades de las personas mayores, afectando su bienestar y autoestima”.
Regreso al pasado aún presente
y también tecnológico haciendo “clic” en “Herramientas” de la misma primera
pantalla y el buscador me responde con 8.760.000 resultados, refiriéndose todos
y cada uno de los diez primeros a temas de la edad relacionados con el
sexo y con títulos tan explícitos como “El tabú de la sexualidad en las
personas mayores” de la Fundación PRODE, “El Viaje de los
Tabúes del Sexo al Envejecimiento en la Sociedad Moderna” en Psicología
y mente“, “Las personas mayores y la sexualidad: un tema tabú”
de Cuideo, tan publicitarios los de esta marca, sobre todo por la
radio, o “Entendiendo la sexualidad en la tercera edad: Rompiendo el tabú”,
de Abuelosplus.
Abro paréntesis para tomar
un fresco, que todavía es de verano incendiado, más un café con hielo en el bar
más cercano y de repente, en la página 22 del periódico de papel más leído de
la isla donde vivo coincido con la médica María José Hernández proclamando
que “Debemos aceptar las arrugas, no hay que disimular la edad que tenemos”
y sospecho que más pronto que tarde será objeto de alguna campaña para que la
gente olvide tanta osadía, promovida por los negocios que viven de desarrugar
con disfraces naturales toda clase de pieles.
De repente, pienso que ya
es hora de asomar la patita de las maldades que me animan y recuerdo que mi
manía principal, como contribuyente que soy, consiste en vigilar lo que ocurre
en la política retribuida, esa que pagamos entre todos y que en tantas
ocasiones sus protagonistas son parte interesada de lo que legislan para que
sepamos a qué atenernos, aunque también es cierto que resulta muy difícil
organizar un país con tantos millones de personas, cada una con sus intereses
particulares, solo algunos compartidos y siempre cambiantes, y rodeado de otros
países también muy difíciles, y no digamos ahora, con los excesos que se están
gastando algunos líderes.
Por tanto, he decidido que
me interesa saber si el tabú de la edad también afecta a la clase política,
especialmente a la que elegimos en las urnas y cuyos componentes son, por
tanto, quienes teóricamente deben comportarse de manera más transparente con el
electorado, pues esa voluntad, la nuestra, a la que se denomina “popular”, es
vital para que ellos puedan continuar en los cargos que ocupan, algo que
evidentemente desean, pues, de lo contrario, no repetirían, o aprobarían leyes
para limitar el número de mandatos y dar paso a otros, pero bueno, donde vamos
a parar, ¿en qué mundo me creo que estoy viviendo?
Acto seguido elijo las
“víctimas” de la investigación que debo llevar a cabo para seguir escribiendo y
elijo a los miembros del Congreso y de los 17 parlamentos autonómicos para
comprobar, uno por uno, si la información que proporcionan de los ocupantes de
sus escaños está afectada también por el título de este artículo, pues no sería
aceptable que las instituciones padecieran los mismos traumas que sus miembros.
¿O acaso sigo viviendo en un mundo distinto?
Además, y no es un asunto
menor, el dato de la edad es una condición legal inapelable, tanto para poder
elegir como para ser elegido, que es lo que hoy me motiva. Para rebajar la
crueldad, seguiré sin citar ni medio nombre.
Otro detalle también
importante nos confirma la evidencia de que solo conociendo las fechas de
nacimiento es posible saber si ciertos colectivos están especialmente discriminados
en las instituciones, algo que, de ocurrir, las alejaría del parecido a la
sociedad que representan. Aunque parezca mentira, disculpe que casi redunde, el
parecido entre representantes y representados es muy conveniente para gobernar
mejor. Ya sabemos que esto supone algunas molestias añadidas, pero, ya que
cobran, lo pueden soportar, ¿o no?
En menos palabras:
¿informan los parlamentos de las fechas de nacimiento de sus miembros?
Comencemos.
El Congreso: La
respuesta es SÍ, y bien en la ficha personal de cada diputado, aunque entre los
miles que lo han sido desde 1977 hay uno de UCD y de la legislatura
constituyente que no incluye la fecha en que nació. Para los informáticos del
Congreso y por si quieren arreglarlo, escriban su nombre en Google y asunto
resuelto. Y no se olviden de citar la fuente de la información, salvo que
recurran a la que llevan casi medio siglo sin emplear.
La Asamblea de
Madrid: SÍ también, y ofreciendo además la posibilidad de aplicar hasta
ocho filtros distintos, algo que debería cundir y que si, por ejemplo, para el
tema de la edad presentara cuadros de datos o pirámides de población de año en
año serviría para hacer mucho más fácil la estadística y buscar
discriminaciones de hecho vinculadas al edadismo, pero el de todos, no solo el
que se refriere a las personas mayores.
Aprovecho la oportunidad
madrileña y decido elegir la “Legislatura XIII” (la actual) y que sus
componentes tengan “Menos de 25 años” de edad.
En un instante aparece una
nueva pantalla pretendiendo que trague con que de sus 135 miembros hay 67 que
son tan jóvenes. Lo intento más veces y reincide siempre pero como, eso sí,
fotos hay de la inmensa mayoría, decido abrir las primeras cuatro fichas por si
las apariencias fueran capaces de engañar tanto y tan al revés de lo habitual y
no, pues me dice que nacieron, respectivamente, en 1971, 1971, 1974 y 1961, lo
que significa que todos tienen, como mínimo, el doble de la edad máxima del
filtro aplicado.
Evidentemente me
desmoralizo y decido seguir investigando, pero otro día, sobre el tabú de la
edad entre las clases políticas autorizadas por las urnas en el “Reino de
España”. Por cierto, no le perdonaré sus vidas al resto de países del mundo,
que cualquiera sabe como lo hacen para convertir sus tabúes en beneficios de
algunos, y ya ni me reconozco de lo mal pensado que me estoy volviendo.
En cualquier caso, enviaré esto a los responsables de ambos parlamentos investigados por si sirve para mejorar y, errores informáticos o humanos aparte, calificaré con un aprobado las informaciones que ofrecen el Congreso y la Asamblea madrileña, pues también hace mucho tiempo que las tecnologías permiten resultados mucho más útiles para quienes deciden investigar sobre tabúes y otros defectos humanos de los que debilitan las democracias, el sistema que ha demostrado mayor eficacia en, por ejemplo, lo de alargar las esperanzas de vida, eso que tanto coincide con el instinto de supervivencia que llevamos puesto desde el día en que nacemos.
Imagen de portada:
Retrato de Heráclito de Éfeso – Wellcome Images
(CC BY)
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